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El fin de semana del Gran Premio de Austria ha comenzado con movimiento en la parte delantera. Los primeros libres del jueves los dominó Nico Roberg. Pero por la tarde, el más rápido fue Sebastian Vettel con 1:09.600, 11 milésimas por delante de Rosberg. Ferrari terminó por delante de Mercedes. No obstante, «solo es viernes» como dice Raikkonen y la Scuderia estará pendiente de varios frentes.
Uno por lo que pueda ocurrir con Williams: «Tuvimos algún problema a la hora de buscar el tiempo a una vuelta, pero hemos conseguido solucionar ese problema. En tandas largas parece que somos bastante fuertes», aseguró Felipe Massa. Si han corregido los problemas y están cerca este sábado en clasificación, quizá Ferrari se pueda llevar algún susto. Valtteri Bottas pensaba igual que su compañero y cree que las actualizaciones traídas a Austria funcionan pese a que todavía no se hayan demostrado: «Esta confirmación de las mejoras nos hace estar satisfechos y ponernos metas muy altas para este fin de semana», señala el finlandés, que asegura están más cerca de las posiciones de cabeza.
Pero por otro lado, la Scuderia estará con el cuchillo entre los dientes esperando aprovecharse de un desliz de Mercedes, que aparentemente no está tan lejos como en las últimas carreras, y las ‘fechas de plata’ están al tanto: «Ferrari parecía rápido y está definitivamente más cerca aquí que en otros circuitos. Siempre estamos pendientes de las amenazas de nuestros rivales y nos las tomamos muy en serio en cada carrera.», aseguró Hamilton. Al igual que su compañero Rosberg, que también está muy pendiente: «Los coches rojos son muy fuertes. Tenían un ritmo impresionante, tanto con un nivel alto como bajo de combustible».
Felipe Massa (Efe)
En cuanto a McLaren-Honda, no es un McLaren nuevo, pero sí una evolución agresiva. Fernando Alonso, a los cambios realizados en su chasis, añadirá un cambio en una gran parte del motor para el GP de Austria de este fin de semana que provocará una sanción de 20 posiciones en la salida de este domingo. Partirá último. La penalización se ha hecho oficial este jueves. Los tiempos es lo de menos en un equipo que, como ha señalado esta semana Alonso, vivirá durante gran parte de 2015 una extensa pretemporada.
Así que si los datos del renovado monoplaza del español son positivos se podrá decir que están satisfechos, más allá de haber marcado el peor tiempo sin contar a Manor (tanto por la mañana como por la tarde). No obstante, el rostro del español tras los segundos libres no eran de alguien satisfecho. Por la mañana sólo pudo completar 10 vueltas y por la tarde 17. Estos números indican el proceso inicial de aprendizaje en el que se encuentran con los nuevos elementos. Button, con la versión anterior rodó hasta completar 30 vueltas por la mañana y otras 17 en los L2.
Carlos Sainz, por su parte, quedó en ambas sesiones por detrás de su compañero de equipo, Max Verstappen, y en los dos casos en undécimo lugar. Red Bull Ring es un trazado donde a priori los Toro Rosso sufrirán para obtener puntos debido a la diferencia de potencia de su motor Renault con respecto al de los Mercedes: «Ahora mismo resulta complicado juzgar cuál será la mejor (carga aerodinámica) de cara a mañana», señala Sainz, que estuvo probando diferentes puesta a punto «ya que una cosa funciona mejor en la carrera y otra en la clasificación». Al menos, tanto Verstappen como Sainz han confesado que les gusta mucho este circuito.
También Roberto Merhi ha tenido un día positivo. No comenzó bien con problemas en su monoplaza, pero dice que se han solucionado y que ha ido poco a poco a mejor. El tiempo de Will Stevens se acercó mucho al de McLaren, a poco más de medio segundo: «Hay buenas señales en cuanto a nuestro ritmo y es un circuito donde se pueden dar sorpresas. Hemos visto hoy cómo de duro puede ser el tercer sector, particularmente la última curva. Creo que hay buenas razones para esperar una clasificación y una carrera positivas», dijo John Booth, jefe de Manor.
Clasificación segundos entrenamientos libres
Fernando Alonso llegaba a España por primera vez desde el accidente de febrero (“Llevaba dos meses sin venir, y hoy, en cuanto aterricé, sólo ya respirar, te sientes en casa”). Y lo hacía con un ojo ligeramente hinchado por un orzuelo, gafas de sol hasta en la rueda de prensa (“Llevo tres o cuatro días, estoy en la parte final del proceso”). En un momento de su carrera donde los resultados, si llegaran, son un regalo, no el objetivo. El piloto español volvió a repetirlo de nuevo: “Si vuelvo o no a luchar por un campeonato, el tiempo nos lo dirá, pero soy una persona feliz, así que no tengo problema en esperar”.
Alonso parece otro piloto. Para ser más exactos, vive con enfoque personal y profesional. Mantiene la tensión competitiva, pero en otro contexto. No tiene que luchar contra la corriente, como el salmón que era en los tiempos de Ferrari. Ahora fluye con la corriente del nuevo proyecto de McLaren y Honda, inmerso en la perspectiva de un arco temporal más amplio para volver a ganar. Con menos tensión inmediata. Y se nota en su lenguaje corporal. “Estoy de buen humor, el equipo me apoya de una manera que quizás no tuve en los últimos años, me siento contento, feliz de un formar parte de un gran proyecto…Estoy viviendo momentos interesantes en mi vida ahora”, explicaba ayer.
Alonso espera luchar por la Q3 y los puntos en Montmeló (Reuters)
Con la excepción de su época de Minardi, quizás sea esta la edición del Gran Premio de España de menores expectativas para el piloto español. Por ello, Alonso insistía una y otra vez en que, para este fin de semana, los resultados eran secundarios. “Esta va a ser para nosotros la primera oportunidad por rendimiento de intentar estar en el Q3 y puntos, pero para nosotros es la segunda prioridad”, explicaba el piloto español. Porque la expectativas se engarzan en la foto global de evolución de su nuevo proyecto. “Lo primero que queremos para este fin de semana es aprender sobre el coche y seguir creciendo. Los pasos adelante que dimos en Baréin y China significaron un buen progreso, y la principal prioridad es mantener esta progresión. Hemos traído muchas novedades aquí y la prioridad mañana (por hoy) es probarlas y que nos den rendimiento extra. Los resultados dependen de la fortuna y los demás…”.
Ayer, de nuevo Alonso dejaba entrever las expectativas optimistas que Ron Dennis o Eric Bouiller han intentado transmitir estas últimas semanas (“Es la quinta carrera sólo, queda mucho, creo que sorprenderemos a la gente en algunas carreras”), pero sin olvidar el momento actual de desarrollo. “A mitad de año vamos a empezar a tener una idea clara de lo competitivos que seremos este año y los que vienen. Hay un plan de mejoras superagresivo para los próximos dos o tres meses… Agosto, septiembre, entonces tendremos una mejor conocimiento del potencial del coche, ahora vamos paso a paso y en septiembre veremos dónde estamos”.
Pensando en los aficionados, Alonso reconocía: “Es difícil explicarlo a la gente en España, porque tienen grandes expectativas en mí y en mi equipo y, aunque no logramos grandes resultados cada carrera, parece que se resetea después de cada Gran Premio y se espera que ganemos. Es duro porque al final del día dentro del equipo sabemos las limitaciones que tenemos y lo que esperamos. Intentaré compensarlo con un pilotaje agresivo”.
Alonso compartió rueda de prensa con Sainz y Merhi (Efe)
En su retorno a Montmeló reconoció que el accidente no representaba ningún problema: “No he pensado nada en todo este tiempo, ha pasado y no tengo nada dentro que me haga estar preocupado o cosas raras. Además, tengo ganas de agradecer al equipo médico que me ayudó tanto”. Después del gran premio invitará a cenar quienes le atendieron en febrero para mostrarles su agradecimiento. “En la semana del hospital tuve uno de los mejores equipos que podías imaginar».
Curiosamente, la nueva decoración del equipo británico creó muchas expectativas. Pero Alonso se enteró primero por la prensa, sin demasiado crédito a lo que consideraba sólo rumores. “Los nuevos colores fueron una sorpresa incluso para mí, porque había oído algunos rumores durante las últimas semanas, y pensé que no eran ciertos. Y hace dos días en la fábrica pregunté: «¿Qué pasa con estos rumores?» «Son ciertos, ¿quieres ver el coche?». Es una nueva motivación para todos en el equipo, para que todo el mundo entienda qué hacemos en este proyecto, qué esperamos unos de otros, y con estos colores agachar la cabeza y trabajar juntos”.
Respecto a las declaraciones de Luca Cordero di Montezemolo esta pasada semana, y la “crisis” del equipo británico, Alonso dejaba sólo un velado mensaje: “No creo que McLaren esté en crisis. He leído algunos comentarios, tristemente; parece que ellos no aceptan que haya alguien que les haya dicho que no, pero es su problema. Lo que yo hacía con ellos estos años es lo que hacen ellos ahora”. Cuando se ve y se escucha a Fernando Alonso, se comprueba que está en otra película. En la Fórmula 1, y en su vida.
“Sé el potencial que tengo, y si estoy o no a su altura me siento cerca de la plenitud, aunque quién sabe lo que es, pero me siento bastante satisfecho”. Y Lewis Hamilton podría ser en estos momentos un perfecto exponente de ese concepto de flow (fluir) desarrollado por el psicólogo Mihalyi Csikszentmihalyi, que alude a ese singular estado donde el individuo maximiza sus destrezas y habilidades en momentos elevados de alta gratificación emocional.
El piloto británico solo ha perdido siete de los cien puntos en juego del presente campeonato. Suma tres victorias, cuatro poles y tiene 27 puntos de ventaja sobre Nico Rosberg. Desde la carrera de Bélgica del pasado año, únicamente Brasil y Malasia se le han escapado. Con la serenidad del segundo título, Hamilton se ha instalado en un estado que aúna brillantez y madurez deportivas junto con una estabilidad psicológica desconocida años atrás. Resulta difícil augurar que ante este nirvana no llegue otro título mundial en 2015.
Pero la victoria es premisa indispensable para semejante cénit. Y Hamilton cuenta con el mejor material para obtenerla. Sorprendentemente, en 2015 el británico tiene en el W06 un arma incluso más letal que la de su segundo título. Rosberg o Vettel deberían estar preocupados al escuchar algumas pruebas de confianza. “Me siento más cómodo en este monoplaza que el pasado año y, íntimamente, haga lo que haga, el potencial es mejor que nunca en lo referido a las virtudes del coche”. Donde pone el ojo, pone la bala con su monoplaza actual. “Es como “sí, pongo el coche hacia allí, va a allí, y sale…”. Y con el W05 logró 11 victorias en 19 carreras.
El piloto británico está siendo superior a su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg (Reuters)
¿Sólo máquina, dominada por un brillante talento natural? “No sé si la gente adquiere una percepción de quién eres como piloto, pero trabajo tan duro como cualquier otro. Solo porque hago las cosas de forma diferente no significa que sea peor”, explicaba hace pocas fechas. “Hubo un momento en que la gente decía que Nico era un doctor en esto o aquello, que Jenson lo era con los neumáticos…Yo relleno todas las casillas, y he trabajado para hacerlo”.
Sin el mono de piloto, Hamilton parece sentirse más cómodo en su piel que en toda su vida. Hoy vive un proceso de realización de su potencial personal, encorsetado desde la infancia por la competición, la autoridad paternal y la filosofía empresarial de McLaren. Sigue así explorando nuevos horizontes vitales en el mundo del show business, la música y en sofisticados entornos sociales. Los disfruta y no lo oculta, como puede comprobarse en Twitter. Estos días le veíamos disfrutar en Malibú con su Shelby Cobra, en el combate de boxeo del siglo… Y luego arrasa cuando llega a la pista.
“En años anteriores, mis problemas personales afectaban a mi vida en general. El año pasado adopté otra actitud mental, que era impenetrable, pero siento que puedo mantener este tipo de mentalidad este año”, hablaba durante este invierno tras una nueva ruptura con su pareja, Nicole Scherzinger. “Aunque no está siendo fácil, me siento más fuerte que nunca”. Lo está logrando también en 2015.
En una columna personal, el británico utilizaba una metáfora propia para ilustrar su estado mental del presente. “Llevo dos cadenas encima, y cuando las meto y luego las saco del bolsillo, siempre están revueltas”, explicaba en la revista F1 Racing a principios de temporada. “La forma en la que afronto las dificultades es similar a cómo resuelvo los problemas. Puedes enfadarte y frustrarte, o puedes ser metódico, pensar en ello y, meticulosamente, desenrollarlas. Esto es lo que hago siempre”. Entonces, uno piensa en aquel Hamilton de 2011, siempre a palos con Massa en la pista o desmadejado tras cada ruptura de pareja.
Como en la vida misma, la Fórmula 1 da muchas vueltas, incluso en una misma temporada. Recordemos, por ejemplo, el duelo con Rosberg el pasado año. Aquel piloto descentrado por la jugada de su rival en Mónaco. Ahora, fue Rosberg en China quien jugó el mismo papel con sus declaraciones tras la carrera. “Nico no estaría en la Fórmula 1 como múltiple ganador y aspirante al título si dejara desestabilizarse después de algunas carreras”, declaraba esta semana Toto Wolff. “Estoy seguro de que va a volver, no sé cuándo ocurrirá, pero sin duda va a estar ahí”. Desde Bélgica del pasado año, y salvo en Brasil, su compañero todavía no lo ha conseguido.
Puede que el momento de flujo que Hamilton disfruta acabe más pronto que tarde por culpa de Rosberg, o Ferrari, quién sabe. Pero el británico ha ganado nueve de las últimas once carreras. Entonces, llegan resonancias del Ayrton Senna sublime de 1991, de ese Michael Schumacher de los buenos tiempos en Ferrari, o del Sebastian Vettel de Red Bull. Cuando se observa su contundente dominio en las pistas, su mirada y lenguaje corporal fuera de ellas, resulta inevitable pensar que Lewis Hamilton lleva el mismo camino que aquellos también en 2015.