Sin final, sin triplete y sin Robben
El Borussia Dortmund eliminó al Bayern en la semifinal de la Copa de Alemania en la tanda de penaltis tras empatar (1-1). Partido en el que, además, los bávaros recuperaron y perdieron a Robben en sólo 18 minutos. A Guardiola le ha mirado un tuerto o el Bayern tiene un gafe en los servicios médicos. Resulta que no hace mucho, un informe de la UEFA retrató al conjunto muniqués cuando recordó que de todos los equipos que disputan la Champions el alemán tiene un récord para sonrojarse: en ningún otro club los lesionados tardan más en recuperarse que en el Bayern. Tal vez, la bronca entre el director general del club Rummenigge y el doctor Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt tras la derrota (3-1) contra el Oporto, en la ida de los cuartos de la Champions que precipitó la dimisión del galeno, después de 40 años en el club, tuviera algo que ver con el documento.
La maldición de las lesiones que persigue este año al Bayern se personificó ayer en Robben. Volvió en el minuto 65 tras cinco semanas de baja por una rotura fibrilar y apuntaba a la semifinal contra el Barça. Pero 18 minutos después, fue a controlar un balón y se derrumbó con la mano sobre el gemelo de su pierna izquierda. Mejor le fue a Benatia, que también reapareció en escena tras superar otra rotura fibrilar, por más que Neuer, su portero, casi le dejara KO de un guantazo.
Para colmo de las desgracias, el Bayern perdió el camino de la final de Berlín y, al tiempo, el sueño de reeditar el triplete que logró Juup Heynckes en el curso 2012-13. Al Bayern, actual campeón de la Copa, le había bastado una faena de aliño para ser mejor que el rival durante 60 minutos, pero sólo confirmaron su superioridad con un gol de Lewandowski -que se lo llevaron al hospital por una conmoción cerebral- a la media hora de juego. Ya se sabe que los de amarillo si algo tienen es orgullo y en la que era la última visita de Klopp al Allianz, no iban a caer sin resistir. Poco a poco le fueron pillando el pulso al duelo, a los de Guardiola les dio un vahído y a falta de un cuarto de hora, con un remate de Aubameyang que Neuer sacó cuando el balón ya estaba dentro, igualaron el choque.
Por mucho que se rehízo el Bayern, entre la falta de acierto en dos remates de cabeza de Schweinsteiger y unas claras manos en el área amarilla que el árbitro no vio, y pese a quedarse con 10 por la expulsión de Kampl, el Dortmund aguantó las acometidas y estiró el partido hasta los penaltis. Y ahí, desde el punto fatídico, se resbalaron Lahm y Xavi Alonso —como hiciera Terry en la final de la Champions de 2008 ante el Manchester United— de manera idéntica para mandar su lanzamiento a la grada. No fallaron Gundogan y Kehl, pero Neuer dio vida al Bayern parando el tercero, de Hummels. El de Göetze, lo paró Langerak, así que en el turno de Neuer iba la eliminatoria: la pelota se estrelló en el larguero. Y el Bayern se quedó sin final de la Copa y sin triplete. Sin Robben ya se había quedado un rato antes, otra vez.
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