El éxito y la pasión de DORNA en las motos, un ejemplo para todas las empresas

En el avión de vuelta de Jerez, donde como cada año asistí al Gran Premio de España de motociclismo, y con las emociones que sus apasionantes carreras nos depararon aún a flor de piel, aprovecho una vez más para reflexionar sobre la ejemplar historia de éxito de DORNA, la empresa organizadora del Campeonato del Mundo.

Hace 5 años, el mundial de motociclismo funcionaba muy bien y, aparentemente, DORNA no tenía por qué realizar grandes cambios. De hecho, esto hubiera sido lo cómodo y lo que en realidad hacen muchas empresas. ¿Por qué cambiar las cosas cuando todo funciona bien?, se preguntan, equivocadamente, a menudo las compañías. Sin embargo, DORNA supo ver más allá, detectó unos problemas incipientes que eventualmente podían haberse convertido en preocupantes para su futuro y acometió con determinación unos cambios en profundidad que, con el paso del tiempo, se han demostrado como grandes aciertos.

Básicamente, estoy hablando de la preponderancia exagerada que los  pilotos españoles tenían en el campeonato y los costes crecientes que para los equipos estaba suponiendo la evolución de la tecnología. Un problema, este último, que se agravaba por la dificultad creciente para encontrar patrocinadores a la que se enfrentaban los equipos en una época de crisis económica en la que las empresas patrocinadoras recortaban estas partidas presupuestarias.

Aunque a los aficionados españoles no nos guste admitirlo, desde la lógica puramente empresarial, el éxito avasallador de nuestros pilotos podía convertirse en un problema para DORNA, que tiene su principal fuente de ingresos en los contratos de retransmisión televisiva que firma con las cadenas de televisión de distintos países del mundo. Es evidente que estos contratos serán mejores, en términos económicos para DORNA, en la medida que el motociclismo de competición tenga mayor audiencia en el país en cuestión. Este factor está directamente correlacionado con el hecho de que los países tengan pilotos con posibilidades de ganar carreras.

No me extenderé en las múltiples acciones coordinadas que DORNA ha llevado a cabo en los últimos años para darle la vuelta a esta situación, pero el resultado obtenido es espectacular: cinco años más tarde, al inicio de esta temporada, más allá del resurgir espectacular y meritorio de Valentino Rossi del que tanto nos alegramos los aficionados porque, entre otras cosas, hará aún más grande a Marc Márquez, hemos asistido a una gran variedad de nacionalidades de los pilotos ganadores. Así, en las doce carreras disputadas en las tres categorías de los primeros cuatro grandes premios, hemos tenido ganadores de Gran Bretaña (4), Italia (2), Francia (2), Alemania (2) y España (2), algo prácticamente inimaginable hace muy pocos años. Algo bueno para la cuenta de resultados de DORNA pero también para el interés deportivo de la propia competición.

Por otro lado, hace cinco años DORNA inició una serie de cambios estructurales de gran calado en la reglamentación técnica de la competición. Estos cambios no eran sencillos de llevar a cabo porque debían ser ‘consensuados’ tanto con los fabricantes de motos, que tienen una gran fuerza de negociación, como con los propios pilotos y equipos. El cambio de las categorías de 125cc y 250cc, con motores de dos tiempos, a las categorías de Moto3 y Moto2, con motores de cuatro tiempos, representa la variación más paradigmática aunque no la única. Los cambios en la categoría reina de MotoGP, muchos y de diferente índole, tendentes a abaratar costes para fábricas y equipos sin que con ello se resintiera el espectáculo, han propiciado la vuelta al campeonato de nuevas marcas, como Suzuki y Aprilia y alguna más que se espera para las próximas temporadas, y han provocado el importante esfuerzo tecnológico que ha hecho a Ducati muy competitiva después de unos años en el dique seco.

Todo ello, ha redundado en unas carreras más competidas y, si cabe, más llenas de emoción y espectáculo. Adicionalmente, DORNA ha continuado con su política de inversión a gran escala en tecnología para mejorar la calidad de las imágenes retransmitidas. Ha conseguido un nivel de calidad y espectacularidad que nada tiene que envidiar, sino todo lo contrario, a las imágenes retransmitidas por la Formula 1. Estos cambios, cuando aparentemente no hacían falta porque todo iba bien pero que han dado resultados tan espectaculares y beneficiosos tanto para DORNA como para los aficionados, se han llevado a cabo por un equipo altamente profesional, apasionado por lo que hacen y liderado con sabiduría y pulso firme por su consejero delegado, Carmelo Ezpeleta.

Profesionalidad, pasión por lo que se hace, innovación continuada, visión de futuro y ciertas dosis de audacia, son los ingredientes con los que se cocina el éxito empresarial. No es de extrañar que esta compañía haya atraído, desde hace años, el interés de grandes fondos inversores internacionales de Private Equity, que son accionistas mayoritarios de la misma. Por todo ello, en mi opinión, DORNA, con su visión de futuro para detectar los cambios necesarios y su audacia y determinación para implementarlos, se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas de las empresas de este país.

@BrenpCom
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