FIFA levanta sanción a Messi y jugará con Argentina en eliminatorias La Comisión de Apelación de la FIFA aceptó el
Messi acudirá a la FIFA para buscar reducción de sanción Messi acudirá a la FIFA para buscar reducción de sanción.
Messi y Suárez, protagonistas en el clásico rioplatense Messi y Suárez, protagonistas en el clásico rioplatense. Lionel Messi y Luis
Leo Messi, que acaba de lograr con el Barcelona el triplete (Liga, Copa y Champions), dobla a Cristiano Ronaldo, que cede la segunda plaza a Eden Hazard, en valor estimado de mercado. El estudio, a cargo del Observatorio del Fútbol de Neuchâtel (Suiza), estima en una horquilla entre 255,3 y 280,8 millones de euros el valor de mercado de Messi, que lidera la clasificación mundial. El de Hazard lo evalúa entre 135,4 y 148,9 millones; mientras que el de Cristiano lo sitúa entre 113,3 y 124,7 millones.
El valor económico dado a los jugadores por los investigadores de la empresa suiza, que desde hace años realiza estudios económicos relacionados con el mundo del fútbol, tiene en cuenta distintos factores: actuación deportiva, edad, duración de contrato, trayectoria, posición, éxitos logrados, etc. Precisamente, la edad de Cristiano (único jugador entre los veinte primeros con 30 o más años) se apunta como uno de los factores en rebajar en parte su valor estimado de mercado.
El primer futbolista español de la lista es Fábregas, actualmente en el Chelsea, en la decimotercera posición, con un valor que oscila entre los 58,7 y los 64,5 millones de euros. Entre las curiosidades, se puede ver como el Barcelona tiene dos jugadores ente los cinco primeros de la lista (Messi y Neymar) o como James Rodríguez supera por muy poco a Luis Suárez, autor recientemente de un gol decisivo en la final de la Liga de Campeones. Asimismo, se apunta que Isco (Real Madrid) costaría más que Gareth Bale o que Agüero (Manchester City) casi dobla en valor de mercado a Karim Benzema.
La lista de los veinte primeros futbolistas del citado estudio es la siguiente:
1. Lionel Messi (Barcelona) 2018 27 255,3-280,8
2. Eden Hazard (Chelsea) 2020 24 135,4-148,9
3. Cristiano Ronaldo (Real Madrid) 2018 30 113,3-124,7
4. Neymar Júnior (Barcelona) 2018 23 89,6-98,5
5. Sergio Agüero (Manchester City) 2019 27 78,2-86,0
6. Raheem Sterling (Liverpool) 2017 20 73,7-81,0
7. Paul Pogba (Juventus Turín) 2019 22 70,3-77,3
8. Diego Costa (Chelsea) 2019 26 69,9-76,9
9. Alexis Sánchez (Arsenal) 2018 26 67,8-74,6
10. James Rodríguez (Real Madrid) 2020 23 62,5-68,8
11. Luis Suárez (Barcelona) 2019 28 60,0-66,0
12. Antoine Griezmann (At. Madrid) 2020 24 59,0-64,9
13. Francesc Fàbregas (Chelsea) 2019 28 58,7-64,5
14. Isco Alarcón (Real Madrid) 2018 23 57,2-62,9
15. Harry Kane (Tottenham) 2020 21 53,5-58,9
16. Gareth Bale (Real Madrid) 2019 25 51,3-56,4
17. Philippe Coutinho (Liverpool) 2020 22 50,4-55,5
18. Thibaut Courtois (Chelsea) 2019 23 50,3-55,3
19. Oscar dos Santos (Chelsea) 2019 23 47,5-52,3
20. Karim Benzema (Real Madrid) 2019 27 44,6-49,1.
«Cristiano Ronaldo es arrogante, pero en el fondo es un tipo auténtico. Es lo que la gente percibe de él, guste más o menos. En cambio, Messi es falso y provocador». De esta guisa arranca el exguardameta polaco, Jerzy Dudek, su disección de los dos titanes del balompié mundial en su nuevo libro, ‘Una carrera no Real’, en el que, como ya avanzamos, pone sobre el tapete un sinfín de anécdotas y curiosidades que vivió a lo largo de las cuatro campañas que militó en las filas del Real Madrid. El que fuera también cancerbero de Feyenoord y Liverpool no se corta un pelo a la hora de sacar a la luz en esta segunda entrega de su carrera deportiva los secretos y alguna que otra confesión indiscreta acaecidos en la trastienda de la escuadra merengue mientras estuvo vinculado a la entidad del viejo Chamartín.
Dudek convivió durante un ejercicio con los dos máximos artilleros en la historia del Real Madrid: Raúl y CR7, tiempo más que suficiente para ‘calarlos’. Tanto al madrileño como al portugués les califica de «egocéntricos, sumamente competitivos y ganadores», y añade que «preferían que el equipo ganara 2-1 con goles suyos, que una victoria por 5-0 con tantos de otros compañeros». El exmeta polaco retrata ese carácter de ganador impenitente con el que define al último Balón de Oro con una anéctota que aconteció justo después de que el Olympique de Lyon les eliminara en los octavos de la Champions, el primer fiasco gordo que se llevó el lusitano como jugador blanco. «Yo había invitado al entrenamiento en Valdebebas a mi amigo Dariusz Michalczewski (ex campeón del mundo de la Asociación Mundial de Boxeo) para que presenciara el entrenamiento y conociera a CR7, al que admiraba. A la salida, unos niños estaban esperándole también para que les firmara unos autógrafos, pero Cristiano estaba aún caliente por la eliminación con los franceses y se quitó de encima a los chavales de no muy buenas maneras. Yo le pregunté: ¿Por qué te portas así con los niños? Me respondió que vino a Madrid a ganar, no a firmar autógrafos».
La reacción de CR7 con los chicos no anduvo lejos de derivar un incidente serio, según rememora Dudek, a causa de la indignación que provocó en el citado Michalczewski. «A Dariusz le pareció fatal y quiso encararse con él para recriminárselo, pero le calmé diciéndole que había reaccionado así por lo enfadado que estaba, pero sin maldad alguna, que era algo normal en CR7 cuando no ganaba. Lo llevaba fatal». En otro pasaje de este relato en primera persona, escrito en colaboración con el periodista Darek Kurowski, Dudek pone en boca de Casillas una de las muchas intimidades del vestuario merengue (y sin duda de las que más darán que hablar) que el polaco ha decidido hacer públicas en su segunda aventura literaria, después del enorme éxito de ventas que fue en su país el libro en el que desgranaba su estancia en el Liverpool, con el que ganó la Copa de Europa a las órdenes del que será próximo inquilino del banquillo del Bernabéu: Rafa Benítez.
El comentario del todavía portero titular del Real Madrid se produjo, según explica su ex compañero de fatigas, en enero de 2011 al trascender la noticia de que Fernando Torres había dejado el Liverpool para fichar por el Chelsea, a cambio de 58 millones de euros. «Nos dijeron que el tema se había hecho finalmente y que se iba al Chelsea. Entonces, Iker comentó: Torres es el jugador más sobrevalorado en la historia del fútbol español».
Dudek saluda a Cristiano Ronaldo en un partido con el Real Madrid (Efe)
De quien el ex internacional polaco no guarda un buen recuerdo de su etapa española es de Leo Messi. Dudek lo tilda en sus páginas de ser «falso y un provocador», al tiempo que ataca sin ambages al equipo que dirigía por entonces Pep Guardiola. Todas sus recriminaciones hacia los azulgrana las argumenta en lo que, según su versión, sucedió entre bambalinas durante aquella interminable saga de superclásicos del primer año de Mourinho en el banquillo blanco, que lograron crispar hasta límites desconocidos la atmósfera del balompié patrio. «A Pepe y a Ramos les decía tales groserías que nadie podría imaginar de un tipo tan callado y bueno en apariencia. Al igual que Messi, el Barça de Guardiola vivía de la provocación». Y prosigue con su retahíla de reproches. «Eran tan listos provocando que llegaban a la perfección, y eso le dolía muchísimo a Mourinho. Nos decía que les teníamos demasiado respeto, mientras que ellos no tenían ninguno por nosotros. Que lo única que hacían era burlarse todo el tiempo de nosotros. También nos recriminó que, después del 5-0, fuéramos a intercambiar las camisetas con ellos».
A pesar de no tener apenas participación sobre el césped durante su periplo madridista, Dudek califica como su momento más especial en la ‘Casa Blanca’ «la Liga que ganamos en mi primer año. Vivir aquella experiencia en Las Cibeles, con medio millón de personas recibiéndonos, fue algo increíble. Me sirvió para darme cuenta de lo grande que era realmente el club. Fue una vivencia maravillosa, única, que no olvidaré en el resto de mi vida».
Luis Enrique no se casa con nadie. Y no le ha ido mal. Por lo pronto, ha conseguido ya el doblete, Liga y Copa, en su primera temporada en el FC Barcelona y está a las puertas del triplete. Puede que, acostumbrados a entrenadores con otros métodos y, sobre todo, otra manera de relacionarse con los jugadores, chocaran los del asturiano, pero a estas alturas ya no se puede discutir que ha tenido éxito. Áspero, seco, poco comunicativo por no decir nada y de ideas fijas. Así es Luis Enrique. ¿El último ejemplo de su poca mano izquierda? Neymar.
El técnico podía salirse por la tangente, dar una respuesta sin decir nada como suele hacer, conceder un espacio y defender sin fisuras a su jugador. Neymar, al fin y al cabo, no hizo nada fuera del reglamento. Corría el minuto 87 en la final de Copa con el marcador 1-3 y el brasileño intentó hacer una frivolidad, un arabesco, en el área. Los jugadores del Athletic casi se lo comen. Luis Enrique, en rueda de prensa, no escondió la diferencia de parecer, de sensibilidad, de cultura, de código, con una de sus estrellas. No le pareció bien lo que hizo ante el Athletic y lo dijo: “En España eso está muy mal visto. Si yo fuera jugador del Athletic habría respondido igual o peor. Lo siento, pero esa es la realidad. En Brasil eso es normal, hay que entender también el contexto, no lo hace para humillar al rival, pero es difícil de explicar. Intentaremos con el tiempo controlar esto”, fue su explicación.
No tendió la mano, no sólo no le amparó, sino que le señaló. Así es Luis Enrique. Claro, que tampoco Neymar ha tenido un comportamiento exquisito con el técnico durante la temporada. El míster le dio permiso cuando estaba sancionado para el partido del Rayo y se marchó a Brasil a celebrar el cumpleaños de su hermana, que publicó en las redes sociales. Al siguiente encuentro en Eibar le sustituyó y Neymar no ahorró gestos para mostrar su enfado. Volvió a repetir en el Sánchez Pizjuán cuando le cambió. Es decir, la relación personal entre Luis Enrique y el brasileño no es buena, pero el técnico ha sabido pasar por encima de su ego y reconocer que lo necesitaba. Eso sí, para un tipo recto y obstinado en los principios como el asturiano, disimular no entra dentro de sus mandamientos.
El Barça está asomándose al triplete con un entrenador que no sólo no es amigo de los jugadores, sino que no duda en criticar sus actuaciones cuando no se ajustan a sus códigos. No es que Luis Enrique le pase factura a Neymar, es que nunca se han entendido más allá de que el brasileño es muy bueno, lo necesita y lo alinea, pero no se casa con él. Con Messi, sin embargo, ha terminado encontrándose pese a la dura confrontación que tuvieron en el mes de enero, cuando el argentino le retó. En la celebración de la Copa se vio a un Luis Enrique más cercano a su plantilla, incluso se abrazó con Leo, el genio. El técnico ha terminado ganándose a los jugadores justo por no moverse de la casilla salvo cuando fue necesario. Es decir, con Messi. Neymar todavía no ha llegado al estatus.
Luis Enrique marca territorio y no esconde sus diferencias con Neymar
Llegó la hora de la verdad. Barcelona y Athletic buscarán un nuevo título de Copa Del Rey (21:30 horas / Telecinco), en la gran final del torneo del KO en la que los dos ‘reyes de copas’ buscarán ampliar su palmarés. Sobre el papel, el conjunto azulgrana es el favorito y, no sólo por jugar en el Camp Nou, sino porque el potencial de su equipo es superior al de un Athletic que tratará de dar la sorpresa ante los de Luis Enrique.
Echando un simple vistazo a los números, el conjunto culé parte con la vitola de favorito. Las cifras conseguidas esta temporada, los resultados entre ambos equipos en los últimos años y las victorias en finales del Barça frente al Athletic le convierten en el candidato al triunfo. Aunque, por supuesto, los partidos hay que jugarlos y el Athletic no está dispuesto a regalar absolutamente nada y, mucho menos, en toda una final.
Pero, ¿cuáles son los datos que hacen al Barça tan favorito? El Confidencial ha hecho un decálogo de estadísticas, de la mano de Opta, que muestran la superioridad sobre el papel de los azulgranas. ¿Tiene el Barça todas las papeletas para ganar? ¿Será el Athletic capaz de dar la sorpresa? Sólo noventa minuntos serán capaces de dirimir quién es el nuevo campeón de la Copa del Rey.
El Barcelona es uno de los equipos más competitivos del fútbol actual, con especial predilección por la Copa del Rey. El conjunto azulgrana ha alcanzado cinco de las últimas siete finales del torneo, lo que le ha servido para mostrarse como uno de los grandes dominadores de la última década. Y, por si fuera poco, el combinado azulgrana ha sido capaz de ganar quince de las veinte finales que ha alcanzado en el Siglo XXI. Por el contrario, el Athletic ha perdido las últimas cinco finales que ha jugado, entre ellas tres de Copa (1985, 2009 y 2012).
La capacidad goleadora del Barcelona no tiene límites. La tripleta atacante formada por Leo Messi (56), Neymar (37) y Luis Suárez (24) ha batido récords en ‘can Barça’ esta temporada, pues han sido capaces de firmar 117 goles entre los tres en todas las competiciones que han jugado. O, lo que es lo mismo, este trío ha sido capaz de anotar más goles juntos que todo el Athletic en Liga, Copa del Rey, Champions y Liga Europa, competiciones en las que todo el equipo ha sumado un total de 66 goles (42 en liga, 10 en Copa, 9 en Liga Europa y 5 en Champions).
El otro punto bien diferenciado entre ambos clubes tiene que ver con la portería. Mientras el Barça ha hecho de su meta un cerrojo, el Athletic ha tenido más problemas para no encajar goles. El Barça no sólo puede permitirse dejar a Claudio Bravo, ‘Zamora’ de la Liga -sólo ha encajado 19 goles- en el banquillo de cara a la final, sino que su suplente, Ter Stegen, ha sido titular en Copa y Champions, con el que ha llegado a ambas finales. El Athletic se jugará el título con Iago Herrerín, un portero de excelentes cualidades pero con menos experiencia que Iraizoz bajo palos.
En la última década, el dominio del Barça sobre el Athletic es una evidencia, tal y como confirman los números. Desde 2006, ambos equipos se han enfrentado en 24 ocasiones en todas las competiciones, con un balance muy favorable para los azulgranas, pues sólo han perdido en una ocasión en casi diez años. Diecisiete victorias para el Barcelona, 6 empates y un triunfo para el Athletic certifican que el conjunto catalán se ha mostrado muy superior al vasco en los últimos años, por lo que los de Luis Enrique son los claros favoritos al título.
El Athletic no ha sabido cerrar su portería en sus últimas cuatro finales de Copa, en las que ha encajado nueve goles por los tres que ha sido capaz de marcar. Y, si a eso, le sumamos los enfrentamientos directos en los dos últimos partidos por el título entre ambos clubes, los datos vuelven a ser arrolladores: un parcial de 7 a 1 para el conjunto culé indica que el Athletic no ha sido capaz de frenar el poder del conjunto culé en las últimas finales, un hecho que asusta aún más teniendo en cuenta los datos goleadores de este Barcelona.
El camino de ambos conjuntos ha sido bien diferente hasta alcanzar la final. El Barça no sólo ha eliminado a equipos potentes como Atlético de Madrid o Villarreal, sino que además ha ganado los ocho partidos que ha jugado en el torneo. El Athletic, por su parte, tan sólo ha ganado cuatro de sus encuentros, convirtiéndose en el equipo con menos triunfos para alcanzar la final desde el Espanyol en la temporada 2005-06. Eso sí, en aquella edición, el conjunto ‘perico’ jugó una ronda menos que este Athletic, que ha sabido rentabilizar sus goles.
«Neymar cuesta más que el presupuesto de todo el Athletic», aseguraba Ernesto Valverde después del partido de ida de Liga de la presente temporada, en un claro síntoma de que el potencial del Barça es mucho mayor que el del conjunto vasco. El talonario y la idiosincrasia de ambos clubes -recordemos que la política de fichajes del Athletic no le permite reforzarse con todo tipo de jugadores- permite una importante diferencia en favor del Barcelona. Y los números marcan la diferencia: mientras el Barça tiene un presupuesto de cerca de 458 millones de euros, el del Athletic es cercano a los 67 millones.
Diez comparaciones que no dejan dudas sobre el favoritismo del Barça en la final
El Barça es uno de los equipos con mayor capacidad goleadora del continente y, como no podía ser menos, la Copa no es un campeonato en el que los porcentajes goleadores hayan descendido. Así, el conjunto de Luis Enrique tiene un acierto anotador del 28,7 por ciento o, lo que es lo mismo, casi 1 de cada 3 disparos a portería se convierte en gol. El Athletic, por el contrario, marca en un 14,7 por ciento de las veces que llega a la meta contraria. Si sumamos que Messi es el jugador que más veces ha rematado a puerta en Copa, con 21 disparos, el poder ofensivo del Barça es evidente.
El estilo de juego de ambos conjunto hace preveer qué tipo de final se verá este sábado. Mientras el Barcelona es un experto en la posesión del balón, el Athletic tratará de aprovechar sus oportunidades a la contra para hacer daño a su rival. Todo hace indicar que el conjunto azulgrana buscará tener el esférico en su poder, pues a lo largo de la temporada ha contado con una posesión media del 69 por ciento en todos los partidos que ha disputado. Bien es cierto que tener el balón en tu poder no te asegura la victoria, pero sí minimiza las opciones de que tu rival te cree peligro.
La final del Camp Nou enfrenta a los dos equipos españoles con más títulos de Copa en sus vitrinas. El Barcelona es el club que tiene más títulos de Copa en su palmarés, con 26 trofeos en su poder, mientras que el Athletic le sigue de cerca con 23. Sin embargo, sus dos victorias ante el Athletic en la 2008-09 y en la 2011-12 han distanciado a ambos equipos en el palmarés. El conjunto catalán ha demostrado en los últimos años ser muy superior al conjunto vasco en las finales de Copa, donde este sábado ambos conjuntos se vuelven a encontrar por tercera vez en una década.
“Entorno: ambiente, lo que rodea”. Esta es la definición que da la Real Academia de la Lengua, pero lo cierto es que en el Barcelona el entorno es mucho más que eso. Su calado e importancia es tal que es capaz de dejar marcado a un entrenador, aunque esta temporada el desequilibrio institucional reinante no ha conseguido traspasar los límites de la parcela deportiva. Desde la sanción de FIFA que impide al Barcelona reforzarse hasta enero de 2016 hasta los eternos problemas con el edificio de La Masia pasando, por supuesto, por el fichaje de Neymar, Messi y sus problemas con Hacienda o las salidas de Zubizarreta y Puyol. Las goteras de la planta noble del Camp Nou no han llegado, por suerte, al vestuario de un Barcelona campeón de Liga.
El pasado mes de diciembre, el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) rechazó el recurso que el club azulgrana presentó después de la sanción impuesta por la FIFA que le prohíbe fichar hasta enero de 2016. A este castigo deportivo tuvo que añadir una multa de casi 375.000 euros (374.137) y todo por las graves infracciones relacionadas con el traspaso e inscripción de jugadores menores de 18 años. El Barcelona pasó de ser uno de los clubes más admirados y envidiados a ver transcurrir los días desde los juzgados, donde coleccionaba casos perdidos. El fallo del TAS dejó al conjunto catalán en inferioridad de condiciones de cara a la próxima temporada porque, a pesar del título, la actual plantilla tiene algunas lagunas que deberá suplir la cantera. Sin embargo, La Masia es una forma de concebir el fútbol y no una tienda de repuestos de urgencia.
La sanción no sólo dejó al Barcelona de manos atadas en la parcela deportiva: también tuvo consecuencias para la gestión de Josep Maria Bartomeu al frente del club. El actual presidente no fue elegido por nadie, llegó al cargo porque Sandro Rosell se fue y seguir sentado en el sillón presidencial era cada vez más incómodo. Tanto que a principios de este año decidió que cuando acabe la temporada habrá comicios para elegir al nuevo mandatario culé. La directiva quería dar un giro de timón para tratar de acabar con los problemas extradeportivos. Señalado desde el principio, Bartomeu adelantó las elecciones “porque el club necesita estabilidad, tranquilidad y rebajar la tensión. Yo quería acabar el mandato, que era hasta 2016, lo he dicho muchas veces”.
La convocatoria llegó días después de la salida de Zubizarreta y Puyol. Con el inicio de 2015, Bartomeu quiso hacer bueno aquello de ‘borrón y cuenta nueva’ y rescindió el contrato del director deportivo; el mismo día Puyol presentó su dimisión. La destitución de Zubizarreta era uno de los puntos que figuraban en la hoja de ruta de Bartomeu: alguien tenía que pagar los platos rotos del club azulgrana tras la sanción de la FIFA y el director deportivo era ideal en ese sentido para aplacar el malestar del socio culé por lo que estaba sucediendo en la parcela deportiva. Una hora después del despido de Zubizarreta, el que fuera adjunto al director de fútbol, Carles Puyol, dimitía de su cargo con un comunicado publicado en su perfil de Facebook: “Por el presente comunicado os quiero anunciar que he decidido dar por finalizada mi relación laboral con el Fútbol Club Barcelona. Estos tres meses y medio me han dado la oportunidad de ver el otro lado del club. He aprendido mucho, estoy muy agradecido y, ahora, quisiera experimentar otras cosas desde otra perspectiva y desde otros lugares”.
Esta misma semana, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata acordó llevar a juicio a Bartomeu, Sandro Rosell y al propio club por los delitos contra la Hacienda Pública y delito societario por el contrato fraudulento de Neymar. A Rosell le imputa delito contra la Hacienda Pública por el ejercicio de 2011, el mismo delito por el ejercicio de 2013 y otro por delito societario. A Bartomeu, delito contra la Hacienda Pública por el ejercicio de 2014 y al club culé por delito contra la Hacienda Pública de los ejercicios de 2011, 2013 y 2014.
Según el citado juez, aparece indiciariamente acreditado que tanto Bartomeu como Rosell conocían que el fichaje superaría los 57 millones de euros. Esta cifra perjudicaría el control de gastos que se estaba llevando a cabo para reducir la deuda. A pesar de ello “Rosell, al mando nuevamente de las negociaciones con el jugador y su entorno familiar, decidió abonar unas cantidades superiores tanto a Neymar Jr como a su club de procedencia, el Santos”. Y esas cifras son las que no se hicieron constar en las cuentas anuales que se presentaron en 2013. Rosell ideó fragmentar el pago en diversas partidas a través de una serie de contratos a pactar con el Santos y con Neymar. De lo investigado, el juez concluye que las cantidades por la adquisición del jugador ascendieron a 83.371.000 euros como mínimo. Rosell mantuvo que el coste había sido de 57.100.000, que es la cantidad que se incluyó en las cuentas anuales de la sociedad.
El delantero argentino tampoco se ha librado de los asuntos extradeportivos. Un juez de Gavà desestimó el recurso de Messi contra su imputación por tres delitos de fraude fiscal al entender que el jugador podría conocer las actividades de su padre, Jorge Horacio Messi, que es su representante y le lleva su actividad económica. El titular del juzgado de instrucción número 3 mantuvo la imputación contra Messi y su padre por defraudar presuntamente 4,1 millones de euros en las declaraciones del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas de los ejercicios 2007, 2008 y 2009, burlando la tributación de los ingresos derivados de la cesión de los derechos de imagen del jugador a través de un entramado societario.
La famosa fachada de La Masia llevó al Barcelona de nuevo a los juzgados. El pasado mes de marzo comenzó la vista civil por la demanda de la empresa Muro Cortina Modular Publicidad-MCM, que reclamaba al Barcelona 100 millones de euros por presunto incumplimiento de contrato ante la ausencia de la explotación publicitaria de la mencionada fachada. Joan Laporta, Sandro Rosell y los dos exdirectores generales del club, Joan Oliver y Antoni Rossich, desfilaron por los juzgados para dar su testimonio sobre los hechos. Estos no son otros que los contratos firmados por Laporta con MCM, la venta de un terreno de la Ciudad Deportiva y el nuevo que suscribieron Rosell y el presidente de MCM, Antonio García-Valdecasas, que anulaba el anterior. MCM posee la patente para la construcción de los leds de la fachada y La Masia; según la empresa de García-Valdecasas, debería haberse explotado tal y como estaba estipulado, supuestamente, en los contratos.
«Yo siempre decido mi futuro», dijo Luis Enrique con su habitual tono desafiante, a la vez que enigmático, la víspera de ganar su primer título como entrenador del FC Barcelona. «Pero suelo hacerlo a final de temporada», añadió el técnico asturiano para darse más importancia, aunque importante de verdad lo será si culmina la temporada con otros dos títulos que unir al conquistado en el Calderón con una jornada de sobra y tras derrotar precisamente al vigente campeón de Liga, el Atlético de Madrid (0-1), como los rojiblancos hicieron hace un año en el Camp Nou. En circunstancias normales, y en el Barça hace tiempo que no lo son, nadie dudaría de que Luis Enrique cumpliría el segundo año de contrato que firmó, ni extrañaría que incluso ya habría recibido una oferta para ampliarlo. Si no se sabe quién será el presidente del Barça a partir de este verano, como para tener claro quién será su entrenador, si bien en el caso de Lucho el problema ni siquiera es ese, sino uno mucho más complejo.
Luis Enrique podrá decidir si se va, pero ni con el triplete Messi querrá que siga
Lo contamos en El Confidencial, pero no está de más volver a recordarlo ahora que el éxito puede invitar a pensar que aquello en realidad no pasó. Tras la derrota de Anoeta (1-0), un partido en el que Messi y Neymar empezaron en el banquillo, llegó el desplante del argentino. Una presunta gastroenteritis, una llamativa ausencia del entrenamiento y el enfrentamiento entre el técnico y la estrella se hizo público, aunque para entonces ya fuera notorio. El presidente, Josep Maria Bartomeu, le dio un ultimátum a Luis Enrique: «En el Barça juegan Messi y otros diez que tú decidas», le dijo en una reunión de emergencia. El técnico, más que el guante de Bartomeu, recogió y aceptó el guantazo de Leo, quien de este modo volvió a demostrar quién manda en Can Barça.
Luis Enrique y Messi, durante un entrenamiento del FC Barcelona (Efe)
La catarsis en el vestuario azulgrana fue absoluta. Desde entonces Messi no se ha perdido ni un solo minuto, tras una intrascendente eliminatoria de Copa, y el técnico ha hecho todo lo posible por contentarle a la hora de completar el resto del once inicial. La relación del crack con su entrenador es de conveniencia y, dados los resultados, de momento campeones de Liga y finalistas de Copa y Champions, no les va nada mal. Sin embargo, desde el entorno más cercano del argentino, y en especial su propio padre, Jorge, siguen poniendo como condición para que Leo siga la próxima temporada en el Barça que Luis Enrique no lo haga.
La relación parece irreconciliable y sólo la intermediación de un reelegido y por tanto fortalecido Bartomeu quizás pudiera mantenerla, al menos otra temporada más. Otra cosa es que Lucho quiera seguir en esas condiciones, algo que por sus declaraciones parece indicar que no. El asturiano tiene en su contra nada menos que al tridente que Messi completa con sus inseparables Neymar y Luis Suárez. El Barça juega para ellos y ellos para un Barça en el que el papel del entrenador se ha convertido en secundario.
Pep Guardiola y Luis Enrique (Efe)
Esta es la tercera etapa de Luis Enrique en el FC Barcelona, después de formar parte como jugador durante ocho temporadas, desde la 1996-1997 hasta la 2003-2004, y otras tres como entrenador del filial, de 2008 a 2011. Como jugador defendió la camiseta del Barça en 300 partidos y marcó 109 goles. Como entrenador del Barça B, tomó las riendas del filial azulgrana y en su segunda temporada logró el ascenso a Segunda. Como técnico del primer equipo ya ha ganado la Liga y aún puede sumar dos títulos más, el 30 de mayo ante el Athletic en el Camp Nou y una semana después, el 6 de junio, ante la Juve en Berlín.
Cuentan quienes vivieron en primera semana la exitosa etapa de Pep Guardiola en el banquillo del Camp Nou que Messi también le echó numerosos pulsos al ahora técnico del Bayern. Incluso, algunos que es posible que Luis Enrique no hubiera aguantado lo que aguantó Pep. De hecho, este fue uno de los motivos por los que Guardiola decidió que su etapa en el Barça había terminado y veremos si no es precisamente lo mismo que pasa con el asturiano, aunque en su primera temporada. «Yo siempre decido mi futuro», afirmó Luis Enrique. ‘Pa chulo, yo’, pareció estar diciendo. Aunque él podrá decidir marcharse, veremos si alguien más chulo que él no acaba decidiendo que se marche o, al menos, poniéndolo como condición para no irse él.
De camino al avión que los llevaba el pasado fin de semana a Sevilla para luego jugar en Córdoba, el desfile de los jugadores azulgrana por el aeropuerto definía sus personalidades. Llegaba Neymar con una gorra calada y los auriculares, firmando a la carrera a algunos agraciados. Le seguía Luis Suárez con el mate en mano, excusa perfecta para no tener que rubricar su firma. Y continuaba Messi, envuelto de flashes, brazos y seguidores con cara de agobio.
Tres jugadores capitales para el Barcelona que en el campo se buscan y encuentran de maravilla porque ya suman 108 goles, más que ningún otro tridente azulgrana en su historia, ya por delante de los 101 tantos que consiguieron el propio Messi (73), Cesc (15) y Alexis (13) en la temporada 2011-12. “No sé si es la mejor delantera con la que jugué”, resolvió el 10; “tuve la suerte de jugar con futbolistas espectaculares. Disfruté mucho de ellos y de los que tengo hoy. No podría elegir”. Son, en cualquier caso, la amenaza del Bayern y de Neuer, el denominado mejor meta del mundo.
Estando como intuyo que está Leo, no hay defensa que lo pueda parar. Es imposible”
Pep Guardiola, téncico del Bayern
Cuando Luis Enrique llegó al Barça, no titubeó tras sugerirle el área deportiva la posibilidad de fichar a Luis Suárez, confiado en que los buenos futbolistas tienen sitio en cualquier parte del campo menos en el banquillo. Así, llegó el delantero uruguayo y completó una delantera que lo juega casi todo desde que el equipo cayera en enero en Anoeta —un 91% de los minutos totales— y que no hay partido que se le resista en marcar un gol. “Luis y Ney son de los mejores del mundo y eso facilita mucho las cosas”, convino Messi; “y el mister nos dio la libertad de movernos por donde queramos siempre que ocupemos la posición. Yo tengo la libertad de jugar abierto o de meterme al medio para ser uno más en la posesión de la pelota. Depende de cómo va el partido y lo que ocurra en esos momentos”.
Una pelota y un espejo
Thiago Alcántara: “Con Guardiola me siento muy libre”
Máxima flexibidad en el Bayern
Guardiola: “No vengo a un homenaje”
Lo resume Luis Enrique: “Tenemos mucha calidad individual con capacidad para definir los partidos”. Lo mismo entiende Xabi Alonso: “Son tres grandes jugadores en ataque, pero por detrás hay estabilidad y control. Así que no es sólo ataque”. Recoge el testigo Reina: “Los tres de arriba tienen calidad enorme. Y encima detrás está Xavi, Iniesta, Busi…”. Pero Leo sólo hay uno.
“A Messi es muy difícil detenerle, prácticamente imposible porque se mete por fuera y por dentro”, explica Bernat. “No es malo, no”, bromea Reina. “A Messi puedes imaginarte cómo pararlo, lo difícil es hacerlo”, abunda Xabi Alonso. “Estando como intuyo que está Leo, no hay defensa que lo pueda parar. Es imposible, no hay sistema defensivo; es demasiado bueno”, resuelve Guardiola. Interviene Reina: “Pero también están Neymar y Suárez —con quien compartió vestuario en el Liverpool—, un ganador nato en todo lo que hace. Define muy bien y en muy poco espacio”. Y completa Neuer: “Hablé con Messi unos minutos en la ceremonia pasada del Balón de Oro [se quedó tercero tras Ronaldo y Leo] y es uno de los jugadores más discretos y humildes. Le respeto mucho por lo que ha conseguido, pero en el terreno de juego lo importante es demostrarle quién manda”.
Ter Stegen los tiene bien puestos. Pero el número uno es Manu”
Pepe Reina, portero del Bayern
Algo que siempre ha conseguido el alemán, que se ha medido en tres ocasiones con La Pulga —en los cuartos del Mundial de 2010 y en la final del 2014, además de en la ida de la semifinal europea de 2013— y siempre ha salido airoso, imbatido por el 10. “Es el mejor portero del mundo”, le define Guardiola. “Creo que Ter Stegen, como De Gea y Courtois, son jovenes con una experiencia impropia para su edad, que los tienen bien puestos. Pero el número uno es Manu”, apunta Reina. “No hay nadie mejor que Neuer”, intercede Javi Martínez, consciente de que su portero sólo ha recibido 28 goles en los 45 duelos de esta temporada.
Pero queda ver cómo se define la eliminatoria. “No nos defenderemos, sino que queremos atacar, es importante que marquemos algún gol. Soy optimista en llegar a la final”, asume Neuer. Enfrente tendrá a un tridente de muchos quilates que ayer salió al campo de entrenamiento como suelen: Messi lo hizo junto a su amigo Piqué para después hablar de fútbol con Unzue; Luis Suárez lo hizo solo y en seguida buscó el balón; y Neymar apareció entre el estruendo y las bromas de los brasileños del equipo. Tres delanteros diferentes que se buscan y encuentran en el césped; seis botas contra dos guantes.
Barcelona y Bayern volverán hoy a enfrentarse en la máxima competición europea (20.45, Canal + Liga de Campeones). Desde aquel primer duelo de la UEFA de la temporada 95-96, en el último capítulo de la etapa cruyffista del equipo azulgrana, el choque ha evolucionado de un predominio del equipo bávaro, que se mantuvo invicto hasta 2009, a las goleadas abrumadoras a favor y en contra de las dos últimas eliminatorias.
Crónica: Al Barça le explota el corazón. Por Ramon Besa
El Barcelona se enfrentó por primera vez al Bayern en competición europea en una época de declive. Tras los años dorados del Dream Team el club había llevado a cabo una renovación profunda de la plantilla, a la que se acabó sumando Figo, pero la transición no terminaba de cuajar. El Barça se jugó el pase a la final en el Camp Nou ante los alemanes. Había cosechado un buen resultado en Múnich, 2-2, con goles de Witeczek y Scholl, para el cuadro germano y de Óscar García y Hagi para el conjunto azulgrana. Pero no fue suficiente. Babbel y Witeczek golpearon al Barça en su campo y lo apearon de la competición europea, a pesar de que De la Peña en el 88 hizo creer en el milagro de la prórroga por un instante.
Crónica: El Bayern apuntilla al Barcelona
Con Van Gaal en el banquillo, el Barcelona se volvía a encontrar al Bayern en Europa, ahora por primera vez en Champions. En los dos encuentros de la fase de grupos el equipo de Hitzfeld superó a los azulgrana, que otra vez se vieron batidos en su feudo. De nada valió una buena primera parte en la que el Barça jugó con pausa y
Crónica de la ida: El Barça ametralla al Bayern. Por Ramon Besa
Crónica de la vuelta: De paseo por el Allianz Arena. Por R. B.
Tuvo que llegar el que hoy se sentará en el banquillo visitante para que el Barcelona doblegara por primera vez al Bayern. Y fue algo más que un triunfo. El Barça se convirtió en un rodillo en el Camp Nou para poner fin a la imbatibilidad del Bayern en los duelos directos. Fue una de las mejores exposiciones del fútbol de Guardiola. Una obra que desembocó en un 4-0 con doblete de Messi y tantos de Eto’o y Henry. El Barça entonces dio por terminada la eliminatoria, y visitó el Allianz con los deberes hechos.
Crónica de la ida: Más cerca de Atenas que de Wembley. Por Ramon Besa
Crónica de la vuelta: Esperpento del Barça. Por R. B.
El último duelo fue una pesadilla para el Barça. Un recuerdo que todavía planea en las ruedas de prensa. «Me dolió por cómo terminó, por cómo caímos. Pero al igual que para nosotros no fue una excusa los lesionados que teníamos, tampoco lo es para ellos ahora porque somos dos equipos demasiado grandes con plantel de sobra”, dijo Messi el martes sobre ese capítulo. Lo que pasó fue que el Bayern eliminó al equipo azulgrana con un resultado de 7-0 en el global. En la ida le hizo cuatro, los mismos que el Milan en la final de 1994. Un festival para los alemanes con doblete de Müller y tantos de Mario Gómez y Robben. El vendaval se alargó hasta el Camp Nou, donde Robben, Piqué en propia puerta y Müller certificaron una de las derrotas más duras para el Barcelona.
La vuelta el próximo martes en el Allianz Arena. Hasta entonces. Un placer haber compartido el directo con vosotros.
06/10/2015 22:45
Con el 3-0 el Barcelona un pie en la final de Berlín.
06/10/2015 22:44
Dos goles y una asistencia del argentino suficiente para romper el juego de los espejos entre el Barcelona y el Bayern.
06/10/2015 22:43
Messi enseña el camino a sus compañeros. Todo era muy parejo en el campo hasta que el 10 dijo basta.
06/10/2015 22:42
95″05″» – FIN DEL PARTIDO (3-0)
06/10/2015 22:38
94″48″» – Falta de Neymar, zancadillea a .
06/10/2015 22:38
93″08″» – Gol de Neymar (3-0) A pase de Messi. Desde dentro del área.
06/10/2015 22:37
90″53″» – Dani Alves comete falta, ha sido sobre .
06/10/2015 22:34
90″19″» – Busquets comete falta, zancadillea a Götze.
06/10/2015 22:34
90″09″» – Centro al área de Xavi saca una falta. Atrapa el balón Neuer.
06/10/2015 22:34
89″30″» – Falta de Rafinha, ha sido sobre Luis Suárez.
06/10/2015 22:33
88″19″» – Bartra entra por Mascherano.
06/10/2015 22:31
85″36″» – Remate de Schweinsteiger con la derecha. Ha rematado después de un rechace. El balón ha ido fuera.
06/10/2015 22:30
86″30″» – Rafinha entra por Iniesta.
06/10/2015 22:29
83″11″» – Ocasión de Luis Suárez con la derecha. Ha recibido el balón de Neymar. El balón ha ido fuera.
06/10/2015 22:26
81″53″» – Xavi entra por Rakitic.
06/10/2015 22:25
Messi comienza a sellar el camino a Berlín.
06/10/2015 22:25
79″54″» – Gol de Messi (2-0) A pase de Rakitic. Estaba dentro del área grande.
06/10/2015 22:24
El 10 dejó sentado a Boetang y la pica frente a la salida de Neuer.
06/10/2015 22:23
Una obra de arte de Leo Messi.
06/10/2015 22:23
Goool del Barça
06/10/2015 22:22
Así le pegó Leo Messi.
06/10/2015 22:22
78″03″» – Götze ocupa el puesto de Müller.
06/10/2015 22:21
Gran remate desde fuera del área del argentino. Recupera Dani Alves (gran partido del brasileño) y mejor remate del 10. El balón le pica antes a Neuer y no lo puede parar.
06/10/2015 22:21
76″30″» – Gol de Messi (1-0) con la izquierda. Ha recibido el balón de Dani Alves. Ha sido un tiro lejano.
06/10/2015 22:20
Gooool de Messi
06/10/2015 22:19
Goooooool del Barça
06/10/2015 22:19
74″15″» – Lahm de jugada personal. El balón sale despejado.
06/10/2015 22:17
72″15″» – Luis Suárez realiza jugada personal. Se pierde el balón.
06/10/2015 22:16
70″57″» – Oportunidad de Thiago con la derecha. Ha recibido el pase de Juan Bernat. Fuera.
06/10/2015 22:14
Todo muy parejo. 51% de posesión para el Bayern.
06/10/2015 22:14
67″26″» – Ocasión de Schweinsteiger de cabeza. A la salida de un córner lanzado por Thiago. Fuera. Desde dentro del área pequeña.
06/10/2015 22:13
70″06″» – Falta de Benatia, ha sido sobre Luis Suárez.
06/10/2015 22:13
68″59″» – Centro al área de Xabi Alonso de saque de falta. El balón es despejado.
06/10/2015 22:12
68″08″» – Amonestación a Neymar.
06/10/2015 22:12
68″03″» – Falta de Neymar, zancadillea a .
06/10/2015 22:12
67″21″» – Centro al área de Thiago lanza un corner.
06/10/2015 22:11
66″56″» – Xabi Alonso saca una falta.
06/10/2015 22:10
65″57″» – Amonestación a Piqué.
06/10/2015 22:10
65″52″» – Piqué comete falta, zancadillea a Lewandowski.
06/10/2015 22:10
64″43″» – Neymar comete falta, zancadillea a Rafinha.
06/10/2015 22:08
64″03″» – Rakitic comete falta, zancadillea a Thiago.
06/10/2015 22:07
63″28″» – Remate de Neymar con la derecha. Ha recibido el balón de Rakitic. Fuera.
06/10/2015 22:07
62″51″» – Falta de Müller, zancadillea a Jordi Alba.
06/10/2015 22:07
Se acerca el Barcelona. Neymar dispara alto.
06/10/2015 22:06
62″13″» – Boateng comete falta, zancadillea a Messi.
06/10/2015 22:05
Calienta Xavi. Quiere más control Luis Enrique.
06/10/2015 22:05
Los azulgrana comienzan a rescostar el juego sobre la banda izquierda. ¿Por qué? Neymar. El brasileño empieza a pedir el cuero y generar desiquilibrio con sus regates.
06/10/2015 22:05
Empieza a descansar con el balón el Barça.
06/10/2015 22:02
58″15″» – Falta de Thiago, zancadillea a Messi.
06/10/2015 22:02
56″59″» – Remate de Messi con el pie izquierdo. Ha recibido el pase de Neymar. Se hace con la pelota Neuer. Desde la frontal.
06/10/2015 22:01
56″31″» – Falta de Rakitic, zancadillea a Thiago.
06/10/2015 22:00
55″50″» – Amarilla a Juan Bernat.
06/10/2015 22:00
55″49″» – Falta de Juan Bernat, zancadillea a Messi.
06/10/2015 22:00
55″33″» – Centro al área de Thiago realiza un lanzamiento de esquina.
06/09/2015 21:58
55″07″» – Lewandowski realiza jugada personal. El balón es despejado.
06/09/2015 21:58
54″31″» – pasa a Müller en fuera de juego.
06/09/2015 21:57
El partido no tiene el ritmo de la primera mitad. La posesión es compartida (50%) aunque se juega en el campo del Barcelona (63%).
06/09/2015 21:57
51″38″» – Amonestación a Benatia.
06/09/2015 21:55
51″35″» – Benatia comete falta, zancadillea a Iniesta.
06/09/2015 21:55
49″17″» – Falta de Luis Suárez, zancadillea a Xabi Alonso.
06/09/2015 21:53
Comenzó mejor el Bayern la segunda mitad. El partido se juega en el campo del Barcelona. Busca el Baça salir a la contra, por ahora, sin éxito.
06/09/2015 21:52
47″40″» – Centro al área de Thiago realiza un lanzamiento de esquina. Despeja el balón Ter Stegen.
06/09/2015 21:52
46″48″» – Ocasión de Xabi Alonso con la derecha. Ha tirado un libre directo. El balón acaba rechazado. Desde la frontal del área.
06/09/2015 21:50
45″36″» – Tarjeta amarilla a Dani Alves.
06/09/2015 21:49
45″29″» – Dani Alves comete falta, ha sido sobre Lewandowski.
06/09/2015 21:49
Sin cambios en los dos equipos.
06/09/2015 21:48
45″00″» – COMIENZA LA SEGUNDA PARTE
06/09/2015 21:48
3. Messi juega y hace jugar. Luis Suárez se mueve (tuvo una muy clara el charrúa), todavía falta que aperezca Neymar.
06/09/2015 21:34
2. Cuando el Bayern cambió el sistema, el Barcelona dominó el juego en la mitad del campo.
06/09/2015 21:34
1. Rectificó Pep Guardiola, que plantó un equipo con tres centrales y rápido corrigió el técnico de Santpedor.
06/09/2015 21:33
44″29″» – Oportunidad de Luis Suárez con el pie derecho. A pase de Neymar. Un rechace acaba con el peligro. Desde la frontal.
06/09/2015 21:32
Algunas consideraciones.
06/09/2015 21:32
Un primer tiempo muy bueno en el Camp Nou. Con ritmo, con situaciones en las dos porterias y buen juego.
06/09/2015 21:32
45″07″» – FIN DE LA PRIMERA PARTE (0-0)
06/09/2015 21:31
44″38″» – Centro al área de Dani Alves de jugada personal.
06/09/2015 21:31
41″14″» – Centro al área de Müller de jugada personal. Se pierde el balón.
06/09/2015 21:28
40″31″» – Fuera de juego de Thiago. El pase fue de .
06/09/2015 21:27
39″46″» – Oportunidad de Rakitic con el pie derecho. Ha recibido el balón de Neymar. El balón ha ido fuera.
06/09/2015 21:27
38″49″» – Ocasión de Dani Alves con la derecha. Ha recibido el balón de Iniesta. Parada de Neuer. Desde dentro del área.
06/09/2015 21:27
Neuer es el jugador del partido. Sus paradas claves para dejar al Bayern en cero. Esta vez le contuvo el remate a Dani Alves.
06/09/2015 21:25
38″27″» – Centro al área de Messi realiza jugada personal. El balón sale despejado.
06/09/2015 21:25
38″11″» – Centro al área de Messi sacando una falta. El balón es despejado.
06/09/2015 21:25
37″30″» – Juan Bernat comete falta, zancadillea a .
06/09/2015 21:24
37″07″» – Centro al área de Lewandowski de jugada personal. Ter Stegen despeja el balón.
06/09/2015 21:24
36″07″» – Falta de Rakitic, zancadillea a Xabi Alonso.
06/09/2015 21:22
35″36″» – Remate de Messi con la zurda. Ha lanzado una falta directa. Se hace con la pelota Neuer.
06/09/2015 21:22
Conversan Dani Alves, Piqué y Ter Stegen en el centro del campo, los defensas le explican al portero como superar la línea de presión del Bayern.
06/09/2015 21:22
34″24″» – Amonestación a Xabi Alonso.
06/09/2015 21:21
34″21″» – Falta de Lahm, zancadillea a Messi.
06/09/2015 21:21
32″47″» – Falta de Müller, zancadillea a Iniesta.
06/09/2015 21:20
31″17″» – Centro al área de Lewandowski de jugada personal. El balón sale despejado.
06/09/2015 21:19
30″36″» – Centro al área de Jordi Alba realiza jugada personal. El balón es despejado.
06/09/2015 21:17
30″02″» – Falta de Benatia, ha sido sobre Luis Suárez.
06/09/2015 21:16
29″30″» – Ocasión de Thiago con la derecha. Ha recibido el pase de Schweinsteiger. La pelota se ha ido fuera. Desde la frontal del área.
06/09/2015 21:16
28″02″» – Jordi Alba comete falta, ha sido sobre .
06/09/2015 21:15
Messi está, Luis Suárez se mueve y se mueve, falta Neymar.
06/09/2015 21:13
26″08″» – Ocasión de Luis Suárez con la cabeza. Tras un córner lanzado por Rakitic. El balón ha ido fuera. Desde dentro del área.
06/09/2015 21:13
26″06″» – Centro al área de Rakitic realiza un lanzamiento de esquina. A porteria sin problemas para el portero.
06/09/2015 21:13
Encuentra espacios el Barcelona a la contra. No retrocede bien el Bayern. 25 minutos de puro fútbol.
06/09/2015 21:12
La intención de Guardiola, por más que tildara la misión de imposible, era minimizar la incidencia de Messi durante el partido. Por eso dispuso al principio un sistema (3-5-2) donde Xabi Alonso y Schweinsteiger taparan las diagonales de La Pulga y Bernat ayudara a Boateng en el costado por si salía por la derecha. Y aunque consiguió frenar en un inicio al 10, el desaguisado fue completo para el Bayern; los carrileros no llegaban a tiempo ante el juego directo practicado por el Barça: pases de Busquets, Piqué y hasta Ter Stegen y los puntas haciendo fortuna en el uno contra uno. Cambió Guardiola de relato y de sistema al cuarto de hora, con una línea de cuatro atrás, por lo que el Barça recobró en buena medida el fútbol de posesión. Pero ante tres o contra cuatro zagueros, por arriba o por abajo, en profundidad o al pie, el receptor en el balcón del área rival casi siempre fue Luis Suárez. Al menos hasta que le duró el oxígeno, cuando cogió el relevo un agitador y agitado Neymar —que bien pudo ver la tarjeta roja por encararse con el árbitro— y cuando, sobre todo, sentenció Messi.
Sin el balón en los pies el uruguayo fue un futbolista incómodo y difícil de aplacar
Desde bien pronto se preparó Suárez para el esfuerzo. Esprín tras dar la mano a los rivales; esprín tras la foto oficial del equipo; y esprín tras el saque inicial del Bayern. Vivir para correr. Y corrió como si no hubiera mañana el 9, sabedor de que Luis Enrique exige el acoso alto en campo ajeno —su generosidad validó un buen puñado de balones recuperados por la zaga tras pelotazo de la defensa rival— y también consciente de que si juega en el Barça es porque nunca dejó una pelota por pelear. Incluso se mostró de lo más predispuesto a ocupar la zona de Messi cuando éste se hacía el remolón en la transición ataque-defensa. Sin el balón en los pies fue un futbolista incómodo y difícil de aplacar; con el balón en juego para los intereses del Barça fue un tormento difícil de detener.
Sumaba 19 goles en los últimos 20 encuentros el delantero centro, pero ante el Bayern falló lo que hacía tiempo no hacía. Resulta que Ter Stegen sacó en largo, peinó Messi y Suárez, validado por un fuera de juego bien tirado por Boateng pero mal seguido por Benatia, se plantó ante Neuer. Esperó a chutar el charrúa, pero le aguantó el meta alemán para hacer una atajada que recordó a la de Casillas sobre Robben en la final del Mundial de 2010. Después, habilidoso, se ganó la línea de fondo y centró a Neymar, que falló lo improbable. Pero no se resistió a su infortunio el uruguayo, que también se ganó una parcela en el área para rematar alto y torcido un saque de esquina de Neymar. Incluso tuvo una última que, precipitado, chutó desde lejos y a las nubes.
Sin embargo, poco importaba por aquel entonces porque Messi ya había resuelto el encuentro. El 10 pareció reservarse para el final con dos goles sensacionales, sobre todo el segundo tras un recorte que sentó a Boateng y una cuchara que desequilibró a Neuer. Todos los del Barça corrieron a abrazar a Leo, tumbado en el suelo de felicidad. Como a Neymar en el tercer tanto. Aunque tras la primera diana azulgrana, hubo uno que corrió a por la pelota, ya en la red. Fue Suárez, que la cogió con rabia, le gritó con fuerza y la chutó a los aires. Le debía una. Pero pronto dejaría de importar.
“Es demasiado bueno”, se escuchó en la puerta del autocar del Bayern, en perfecto castellano. Hablaban de Messi, claro, dos jugadores del Bayern, resignados a la evidencia, camino de la protocolaria cena con aficionados y patrocinadores del equipo con la que terminan todos los partidos de la Champions League, que ayer se celebró en un hotel de Barcelona, muy cerca del Camp Nou. “Messi es muy bueno, demasiado bueno”, insistió Bernat. “No hay que darle más vueltas al partido”, resumió el lateral valenciano, consciente de que sólo hay una manera de darle la vuelta a la eliminatoria: “Tenemos que jugar el partido perfecto y esperar a que no la coja Leo. Hoy lo habíamos hecho todo bien y mira, ni así”, razonó. Y cuando se le planteó la posibilidad de secuestrar al delantero argentino para que no pudiera estar en Munich, tampoco pareció convencido de que esa fuera la solución. “Da igual, se escaparía”.
Messi destroza una gran obra de Guardiola
La noche que un mito culé quiso ganarle al Barça
Resignación absoluta. “Pep nos ha dicho que queda un partido, que levantemos la cabeza y que lo vamos a intentar”, explicó el internacional español, sincero al asegurar que el primer gol era asumible y que el segundo “fue un golpe, porque llegó muy seguido”. “El tercero nos ha matado. Ha sido demasiado castigo para tan buen partido”, resumió. Müller aseguró que le dio “mucha rabia”, pero se negó a lamentarse: “Nos hemos de levantar, volveremos a darlo todo otra vez, sabemos que sería una verdadera sensación futbolística remontar”. “Durante 70 minutos lo hemos hecho muy bien, luego cometimos un error tonto y eso se paga. Da rabia que se rompa todo así y regalar el partido de esta manera. Nunca debimos perder 3-0. El objetivo debe ser ganar en Múnich”, aseguró Boateng. El capitán, Lahm, concluyó: “Nos dejamos contraatacar tres veces, se lo pusimos demasiado fácil”.
En esas, Matthias Sammer, director deportivo del conjunto bávaro, siempre duro en sus comentarios, no se cortó: “Para ganar no se puede perder tanto. Perdimos en Oporto, perdimos contra el Dortmund y ha vuelto a pasar esta noche en el Camp Nou. Así es demasiado difícil llegar a ser un equipo campeón”, dijo. Antes que crítico, sonó sincero, como de costumbre. “Hemos llegado a nuestro límite, pero no se le puede reprochar nada al equipo, han luchado y lo han dado todo. Sé perfectamente por todo lo que han pasado durante el año”, admitió disculpando a los jugadores de su equipo tras la derrota.
Mientras escuchamos una y otra vez por radios y televisiones a un tipo contando billetes metido en un coche y nos aseguran que no es el audio de una película de Berlanga, sino la realidad misma, y que el sujeto en cuestión es nada más y nada menos que el Presidente de la Diputación de Valencia, la vida sigue. Faltan todavía años hasta que sepamos quién ocupará el trono de hierro de los siete reinos, pero cada temporada en la NBA eligen a su propio rey. Ahí también, sin necesidad de bodas de sangre ni carnicerías, se suceden los cambios y desde hoy el trono estará ocupado por Stephen Curry. El nombramiento estaba cantado, y lo que me parece más destacable es que el éxito de Curry democratiza el baloncesto. Me explico. Tú ves jugar a Lebron o Kevin Durant, los últimos MVP, y un océano te separa de ellos. Ambos, de forma diferente, son físicos superlativos, inalcanzables. Pero Curry es otra cosa, un tipo cualquiera mientras no tenga un balón en las manos. El sueño de ser Lebron o Durant queda fuera del alcance de todos, el de ser Curry resulta mucho más accesible. Supera ligeramente el 1,90, sus músculos ni mucho menos llamarían la atención en un gimnasio y cada vez que choca con uno de los armarios de tres cuerpos que abundan por la liga temes que le vayan a desmontar como si fuese el señor Potato. En un campo lleno de agresivos leones dispuestos a soltarle un zarpazo a la menor oportunidad, Curry es una gacela que, a base de quiebros, es capaz de sobrevivir y no dejarse atrapar. Por eso hay algo de contracultural en el éxito de Curry, pues triunfa en una época donde el físico tiene un peso cada vez mayor. Pero él es otra cosa, un jugón en la mejor de sus acepciones, con una muñeca que es un mecanismo de precisión a la altura del mejor reloj suizo, unos ojos con visión de 360 grados y una coordinación de espacios y tiempos que le hace capaz de dar asistencias imposibles en posiciones y con mecánicas inverosímiles. Todo esto podría quedar en juegos de artificio, como ha ocurrido con otros jugadores anteriormente, pero Curry combina la estética con la eficacia y de su mano no sólo salen jugadas para el Top 10 de cada semana, sino que provocan victorias. Tantas como las 67 en 82 partidos que consiguió su equipo en la temporada regular. No hay duda que el trono está muy bien ocupado
Andres Kudacki (AP)’);»> ampliar foto
El Madrid ha perdido en Turín porque no ha merecido ganar. Dos jugadores se han ganado las portadas. Por un lado, Sergio Ramos, que ha jugado probablemente el peor partido de su carrera. Por el otro, Morata, que además de marcarse un partidazo (he de reconocer que me está sorprendiendo, no me parecía jugador de equipo grande) no ha celebrado el gol que ha metido, lo que se ha interpretado como siempre, un gran gesto de respeto. Nunca he entendido esto de no celebrar los goles. ¿Se falta al respeto alegrándote por meter un gol tan importante y celebrándolo como merece la ocasión? Porque, de la misma manera, podríamos pensar que al no celebrarlos se falta al respeto al equipo que te paga y la afición que te apoya. Por no hablar de los naturales y entendibles aires de revancha que suelen tener los deportistas cuando se enfrentan a exequipos que no confiaron en ellos, lo que es algo incompatible con la supuesta pena que les provoca el demostrarles lo que vales. No sé, yo siempre pienso lo mismo en estas situaciones, cuando veo que después de un gol ponen pucheritos. Joder, si te da tanta penita, pues no haberlo metido. Digo yo.
Fallece Jesús Hermida, un clásico. Se suceden los homenajes y palabras bonitas de aquellos que le conocieron. Me ha llamado la atención lo que ha dicho el rey saliente. “Hermida era un gran amigo, una gran persona, un magnífico periodista y, sobre todo, un gran español”. ¿Sobre todo? Ser amigo, buena persona, excelente periodista, está bien, pero sobre todo, lo importante es que era un gran español. Pues vale. Yo a Hermida siempre le recordaré presentando capítulos de Cheers en un tiempo donde nuestro conocimiento de las series norteamericanas resultaba entre escaso y nulo. De esta forma, en mi cabeza se quedó instalado el link entre él y Sam Malone, uno de mis héroes televisivos favoritos. Una pareja muy peculiar, sin duda.
Los Gasoles atacan. Después del triunfo de Memphis en la mismísima casa del rey Curry, ya tenemos a los dos hermanos con sus equipos habiendo recuperado la ventaja de campo. La cosa parece que va a ir para largo, lo que ya de por sí es una buena noticia pues los pronósticos iniciales no daban mucho carrete ni a Bulls ni a Grizzlies. Pero ahí están ambos, desafiando a los entendidos. En el caso de Pau, sin perder de vista otros asuntos, como el de la selección. Sus palabras de apoyo a la opción de la vuelta de Scariolo (me parece el hombre idóneo, frase textual) hacen pensar dos cosas. Una, que va a ser Scariolo, pues otra opción dejaría mal a Pau. Dos, que Pau estará en el Europeo, porque una renuncia haría poco entendible que se haya mojado tanto en este tema. Puedo acertar las dos como fallarlas, pero el razonamiento tiene su lógica ¿no?
Kai Pfaffenbach (reuters)’);»> ampliar foto
La noche es de Leo Messi, que destroza al Bayern en un abrir y cerrar de ojos. Su estado de forma es escandaloso, crea, combina, regatea, remata, golea y siempre encuentra la forma de terminar desesperando a los rivales. Ya lo había dicho Guardiola el día anterior, eso de que el talento no se puede frenar. Visto lo que ha ocurrido, ha pasado a ser una frase de referencia que en el futuro servirá para explicar muchos partidos. Con su 3-0 los azulgranas tienen pie y tres cuartos en la final de Berlín, y un clásico en la cumbre europea parece más cerca que nunca. Salvo que Morata tenga que pedir perdón por meter más goles el próximo miércoles.
Termino en positivo. Dice Rajoy que en España hay muchos tristes que se niegan a ver un futuro optimista (siempre que le sigan votando, claro). Una nueva noticia viene a confirmar que el que no quiera ver brotes verdes muy verdes es porque no quiere. El gorro, jersey y patucos que lució la hija de los duques de Cambridge cuando fue presentada el pasado sábado en Londres fue elaborado a mano en una tienda de San Sebastián. Un país capaz de semejante gesta, no tiene nada que temer.
Última hora. Ya es oficial. Scariolo es el nuevo seleccionador de baloncesto. ¡Sorpresaaaaaaa!
Hace cinco meses, el vestuario del Barcelona estalló por los aires. Messi se quedó de inicio en el frío y húmedo banquillo de Anoeta, el equipo azulgrana cayó derrotado y una guerra interna que estaba germinando desde hacía tiempo vio la luz: Luis Enrique vs Messi. En aquellos complicados momentos, la figura del entrenador asturiano quedó muy dañada, con el argentino como ganador de la batalla a ojos de la opinión pública y del club. La institución azulgrana le dejó claro al técnico lo que había, que Leo era intocable. Poco a poco, y a golpe de resultados, el entrenador azulgrana fue cogiendo aire hasta llegar a este punto, con un Barcelona cada vez más cerca de soñar con el triplete. La silenciosa venganza de Luis Enrique firmó ante el Bayern, hasta el momento, su mejor capítulo.
La afición del Camp Nou, con Pep Guardiola en el banquillo rival, elevó la voz como hasta ahora no lo había hecho para ensalzar la figura de su entrenador. El nombre de Luis Enrique fue coreado con fuerza desde la grada del estadio barcelonista, para dejar claro que ahora mismo es su líder, el que está guiando al equipo hacia lo puede ser una temporada redonda cuando nadie lo esperaba en el mes de enero. El técnico ha tragado mucho a lo largo de este ejercicio que se torció en un momento y que se enderezó cuando la convivencia con Messi se normalizó. Sin ser amigos, entendieron que el bien común mandaba.
Con una complicada relación con los medios de comunicación, muchas ruedas de prensa han estado cargadas de tensión. Se le ha preguntado una y mil veces por su futuro, sobre si continuará entrenando al equipo la temporada que viene, y él siempre viene a decir lo mismo: “Lo que me interesa es el futuro más inmediato del equipo”. Así ha sido siempre. Con elecciones a la presidencia a la vista, nadie puede asegurar que el asturiano siga en su puesto el próximo ejercicio. Luis Enrique respira hondo y no se mete en esta materia porque su único objetivo, dice, “es sumar títulos”. Y está cerca de cruzar hasta tres líneas de meta…
“Hoy mi relación es buena, no tengo ningún problema con el míster”, dijo el pasado martes Messi, un día antes de que Barcelona y Bayern se vieran las caras en el Camp Nou. Técnico y futbolista han sabido encontrar un punto de encuentro en el que el gran beneficiado está siendo un Barcelona embalado. “Mi relación es normal, buena, como la del resto de compañeros”, añadió el genial atacante con tranquilidad. Con la mirada relajada, Leo quiso despejar las dudas que pudiera haber ahora que el equipo está en la recta final de la temporada. Por ahora reman juntos y con fuerza. En el futuro ya se verá si sus caminos se separan…
Luis Enrique da instrucciones durante el Barcelona-Bayern (EFE)
Sus relaciones con la dirigencia no ayudaron a que la temporada se desarrollara como esperaba cuando aterrizó en Barcelona. Cuando su duelo con Messi quedó a la vista de todo el mundo, Josep María Bartomeu le dejó claro que en este Barcelona jugaban Leo y diez más, como ya informó en su momento este periódico. Desde entonces, así ha sido, como también que el argentino ha cumplido unos meses fantásticos, coronados -a falta de partidos más importantes- ante el Bayern de Múnich con un genial doblete. “No contemplamos la temporada que viene sin Luis Enrique”, dijo hace poco el presidente, que más de una vez ha recibido un puyazo por parte del técnico.
“Messi es único e irrepetible”, exclamaba Iniesta, mientras Bartomeu decía convencido que “es el mejor de todos los tiempos”. Y Luis Enrique, su gran enemigo en su momento, afirmaba que “Messi te sorprende cada día, pero me quedo con todo el equipo”, para poner cierta distancia con el aluvión de adjetivos que llenaron redes y medios para calificar a la estrella de Rosario. Pero obviamente, tuvo que añadir alguna frase más porque la ocasión lo merecía, añadiendo que “la vida es más fácil con Messi. Es un placer verlo cada día, es un futbolista de otra dimensión”.
Y es que un día más el apellido Messi se convirtió en cuestión de minutos en trendic topic. Con sus dos goles marcados al Bayern, Leo pasa a convertirse en el máximo goleador histórico de la Champions League con un total de 77, superando en un gol a Cristiano Ronaldo y en seis a Raúl. En la presente edición, el atacante barcelonista es el máximo goleador del torneo con 10 goles, quedando por detrás con 9 Cristiano Ronaldo y Luiz Adriano. En la presente temporada, Messi suma un total de 53 goles entre todas las competiciones, añadiendo a su hoja de servicios 25 asistencias de gol.
La Liga está tan ajustada que cualquier huesecillo roto puede inclinar la suerte del campeonato. Pudo ser un incidente irrelevante, cualquier pugna, un balón que sobrevuela por la zona más caliente en el momento menos previsto de un partido bañado en sudor. Pudo ser un duelo de jugadores, un salto, un choque como tantos otros. Algo efímero. Pero el tabique nasal de Krychowiak se partió contra el cráneo de Ramos. Corría el minuto 30 del partido en el Sánchjez Pizjuán cuando se precipitó la hemorragia. El polaco fue retirado a la banda y allí los médicos del Sevilla dudaron. Le movieron la nariz. Lo sometieron a un interrogatorio. Le pusieron tapones para frenar el goteo de sangre mientras Emery se movía al límite del paroxismo. El técnico envió a calentar a Iborra. Pero no se decidió a cambiar al herido. Esperó. Pasaron los minutos. Contra uno menos, por primera y única vez en el partido, el Madrid se mostró superior. Avanzó 10, 20, 30 metros. Se plantó en campo rival. En el minuto 35 Cristiano se anticipó al centro de Isco desde la izquierda y marcó el 0-1 de cabeza. En el 36, después de otro centro, esta vez desde la derecha, metió el 0-2. Cuando Krychowiak regresó al campo, casi diez minutos después, la Liga había recobrado la vida.
La ausencia del poderoso mediocentro sevillista provocó un vacío que sus compañeros no consiguieron llenar. Del desorden se aprovechó Cristiano, cada día más experto en la interpretación de los tiempos del área. El portugués remató a un toque las jugadas de los dos goles. Rápido, implacable, resuelto. Los celebró golpeándose el pecho de cara a la grada, reivindicándose, homenajeándose a sí mismo, y, por fin, reuniéndose en la banda con su amigo Coentrão para fundirse en un abrazo. Se acababa de colar por la vía abierta en el tabique roto de Krychowiak para volver a adelantarse a Messi en el frenético mano a mano goleador que los mantiene ocupados.
El hat-trick de Cristiano arrebató a Messi el liderato del Pichichi afianzándole con 42 goles
La calurosa tarde de Andalucía inflamó los cañones. Messi había sumado en Córdoba su gol 51 en la temporada (40 de ellos en Liga, seis de penalti), y Cristiano (50 en todas las competiciones, 39 en Liga, 11 de penalti) debía marcar si quería recuperar la cabeza de la clasificación del Pichichi.
El Madrid controló el partido con dificultad durante la primera media hora. Por más que Ramos se ocupaba de hacerle la cobertura, Kroos nunca llegaba a tiempo. A la espalda del mediocentro alemán se abría una pradera por la que circulaban a placer Reyes, Bacca y Vidal. El Madrid atravesaba por serias dificultades cuando Ramos y Krychowiak saltaron peleando por la conquista de un balón volador. El accidente tuvo mucho de circunstancial. Ramos no habría estado ahí de no ser porque Modric se ha lesionado y Ancelotti ha encontrado en el sevillano una solución inusual. El entrenador prefiere ubicar al central en un puesto antinatural para él antes que contar con Lucas Silva, el centrocampista cuyo fichaje costó unos 15 millones de euros en el último mercado invernal.
Emery prefirió esperar diez minutos con un jugador menos a meter a Iborra por el polaco
El detalle no dice nada bueno de Silva y habla mucho de lo azaroso que es el fútbol. Sin esa cadena de causalidades Ramos y Krychowiak no habrían percutido. Sin esa fricción el partido habría sido completamente distinto. Pero ya no volvió a ser el mismo partido. Ni la Liga volvió a ser la misma Liga.
Cristiano se ocupó de blandir el mazo. Dos veces, contra diez, en un par de acciones magistrales por su economía de gestos. Dos intervenciones quirúrgicas, rápidas, que arrojaron al Sevilla a los matorrales mientras Unai Emery esperaba que su mediocentro favorito dejara de sangrar. Las dos acciones recolocaron al portugués en la cabeza de los goleadores con 41 tantos —luego metió el 42 para asegurar la victoria—.
Las tribunas no dejaron de cantar, de animar, de encender a sus jugadores en desventaja. Resultó inútil. La fractura que originó el hueso roto de Krychowiak fue irreparable.
El protocolo del Barcelona dice que durante los viajes del equipo Messi –también Neymar y esporádicamente Luis Suárez y Alves- debe tener a su lado un guardaespaldas, al menos en los pocos tramos que los jugadores se exponen al aficionado, en el paseo dentro del aeropuerto hasta alcanzar el mostrador del vuelo; en los escasos metros desde que abandonan el autobús hasta llegar al hotel. Es por seguridad y también es por liberar un poco el paso del argentino, solicitado por todos para un selfie, para que les firme una camiseta o simplemente para pasarle el brazo por encima. Y Messi, paciente, se deja hacer una foto, estampa alguna firma y reparte sonrisas como hizo al llegar al hotel de Córdoba. Luego, se escabulle y desaparece. Es una habilidad que también logra en el césped, casi siempre atado por uno o por dos y casi siempre airoso de los retos que le plantean. Como demostró, una vez más, frente al Córdoba.
Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro”
Mascherano
Al iniciar la temporada, Luis Enrique fue de lo más explícito cuando le requirieron por la movilidad de Leo, si seguiría en el frente del ataque o actuaría más de enganche. “Tiene la libertad para moverse por donde quiera, él decide”, resolvió el entrenador azulgrana; “lo único que ha de vigilar es que no se desequilibre el equipo”. Ocurre que a Messi poco le importa eso, sobre todo porque el equipo juega para él tanto con el balón como sin él. Es decir, que en el ataque es la referencia y en defensa tiene otro tipo de guardaespaldas porque rara vez no corre Luis Suárez o el volante más próximo a ocupar su hueco. Todo un ecosistema Messi que funciona de rechupete y que se traduce en un Barça de lo más incisivo en la fase ofensiva y solidario en la defensiva. “Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro. Y teniendo jugadores delante hace que se libere su juego y tenga más chances de uno contra uno. Así se le ve más”, explica Mascherano, que mueve las manos en zigzag como si fuera el 10.
La expresividad de Messi en el campo, sin embargo, se ha acentuado en este curso. “Es que en la banda no lo fijan los centrales y no hay otros dos mediocentros que le encimen. Allí sólo tiene a uno y entonces es imparable”, cuenta Piqué. Pero que recalara en el costado fue una decisión del propio futbolista, que entendió que Luis Suárez era más bien torpón lejos de su hábitat, lejos del área. Así, le transmitió a Luis Enrique su decisión y así se hizo porque era un movimiento por el bien común. “Estamos hablando de alguien que entiende este deporte como ninguno. Dentro del campo ve cosas que los normales no vemos y por eso es el mejor del mundo”, se deshace Mascherano.
Inteligente y maduro, le dejó tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo
Inteligente y maduro, que por algo ante el Córdoba le dejó tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo, Messi se acoge a la libertad absoluta sobre el tapete para reivindicarse cada día como un futbolista nuevo: en ocasiones hace de ariete; en otras, ayuda en la composición del juego; pocas veces se limita al carril derecho; y las más actúa de enganche con diagonales imparables y pases definitivos (lleva 18 asistencias en la Liga, cuatro en Copa y otras tantas en la Champions). Ante el Atlético en Copa, por ejemplo, martirizó al lateral Gámez, lo mismo que a Clichy frente al Manchester City en el Etihad Stadium; y, sin ir más lejos, él solo se ha bastado para descomponer al Espanyol y al Córdoba como mediapunta, con pases filtrados por dentro a las carreras de Alba, Neymar o Suárez.
Messi tiene la palabra y la decisión –“es un escoge”, como diría el técnico Louis Van Gaal en su época azulgrana- y el equipo encaja el resto de las piezas. Y Leo es feliz y se preocupa de que no se resquebraje su libertad ni su ecosistema, como demostró al final del encuentro cuando cogió la pelota y se preocupó de dársela a Luis Suárez, que firmó su primer triplete con el Barcelona.
Josep Guardiola acostumbra a madrugar, por hábito y por vocación; porque entendió de niño que a quien madruga, Dios le ayuda; porque, como ya dijo, quien se pone en danza bien pronto, bien pronto tiene el cielo ganado. Pero básicamente de lo que se trata en casa de los Guardiola, en Múnich, a la seis y media de la mañana, es de vivir en familia y en su caso de ejercer de padre antes que de entrenador del Bayern, su pasión y profesión. El jueves pasado, como acostumbra, a las siete y media, Guardiola saludó a Ludwig, el conserje de la finca en la que vive frente al río Isar, a diez minutos paseando de la céntrica Marienplatz, y con sus tres hijos caminó hasta la parada del bus escolar. Ya de vuelta a casa desayunó con Cristina, con la que se casó hace un año en Marruecos.
Antes de las ocho y media salió de casa. “Hasta mañana, Ludwig”, le dijo al conserje. Al volante de un Audi gris, en media hora, llegó al número 51 de la Säbener Straße, donde está la ciudad deportiva del Bayern Múnich. Tan pronto que a Manel Estiarte incluso le extrañó. Su asesor suele ser el primero en llegar y cuando lo hizo vio la puerta del despacho del entrenador abierta. Allí le encontró, escribiendo compulsivamente en la pared, pintada especialmente para tal menester: “Lo tengo claro; igual nos meten siete, pero lo tengo muy claro”, le dijo. Nadie sabe la fórmula, pero al parecer sabe desde el jueves la mejor manera de que Messi “no nos haga mucho daño”. “Está on fire” se comenta desde el jueves en el Bayern. “Así lleva todo el año. Inventando ante cada contratiempo”. “Hombre, a Messi pararle no le vamos a parar, igual le molestamos”, se le ha escuchado decir a Pep, entre risas, desde el sorteo.
Ha reinventado defensivamente al equipo”, dicen los jugadores
“Lo de este año es un milagro” cuentan. “Se ha pasado el curso reinventado defensivamente el equipo”. A cada lesión —hasta 14, con nueve operados—, una solución. “Ha sido impresionante”. “Si le dice a Rafinha [lateral derecho brasileño] que se case con él, se casa”, se ríen. “Le ha hecho jugar de todo. Si le pide que salga de portero, de portero juega”. “Pep ha elevado el juego del Bayern a la categoría científica”, se le reconoce incluso en los bares. O eso cuenta el hincha Florian Merk en la barra del Schall & Rauch, un bar del barrio universitario, el jueves por la noche: “Ir al Allianz es como ir a ver un espectáculo de teatro”, asegura mientras Teresa, su pareja, va mas allá. “Pep es guapo y viste muy bien”, dice mientras presume de que los hijos del catalán se calcen en la zapatería de su madre. “Pep ha hecho suyo al equipo. Creen en él como no creían el año pasado”, cuentan en el club, donde están locos por renovarle el contrato que acaba en junio de la próxima temporada.
“Conociéndole, ya habrá visto diez partidos del Barça”, dijo el miércoles medio en broma Javi Martínez. Ese día, tras caer eliminado contra el Borussia Dortmund en la semifinal de la Copa, Pep vio cinco, y el jueves seis más. “Son muchos detalles, pero entiendes por qué es un entrenador distinto”, reconoce Xabi Alonso, que destaca “la capacidad que tiene para tomarse en serio cualquiera partido de la Liga como si fuera una final de la Champions. El análisis y el trabajo, las herramientas, son idénticas y así construye las bases del juego durante el curso”. El exmadridista añade: “Sabe aunar y ganarse al vestuario. Estoy aprendiendo mucho de él”.
“Es mejor entrenador desde que ha llegado a Múnich”, le reconocen los que compartieron con él los años en el Barça. “Por una razón principal: la manera como ha trabajado defensivamente al equipo”, admite Carles Planchart, analista de partidos. “Con el Barça nos atacaban con un delantero o ninguno. Aquí van a por ti y eso te obliga mucho”. “Bueno, la experiencia tal vez te hace mejor, pero no tengo esa sensación, no sabría decir”, se escapa Guardiola.
El técnico busca la fórmula para que Messi “no nos haga mucho daño”
Martínez da la razón a quien señala que el Bayern ha experimentado un crecimiento defensivo brutal, “y en una situación complicada. La defensa la hemos trabajado muchísimo. Pep no te dice ‘juegas de central’ y ya está. Te explica el porqué, el cómo. Yo soy muy curioso y le pregunto mucho. Incluso lesionado le he preguntado por sus elecciones, por qué esta manera de jugar…”, explica el navarro. Nadie, en cualquier caso, más interesado en esos temas que Thiago. “Tienen conversaciones de entrenador”, reconocen testigos de las visitas del centrocampista al despacho del técnico. “Me interesa mucho. Suelo preguntar: ‘¿Y el Nuremberg, qué?’ Y él me cuenta: ‘Nos atacarán por banda derecha, tienen un punta muy grande’. Y me encanta”, explica el futbolista.
“Pep es pasión y en consecuencia, mucha intensidad en los entrenamientos”, dice Reina, que amplía las claves que han llevado al Bayern a ser el equipo menos goleado de Europa: 15 goles encajados y 207 remates recibidos, menos que nadie en el continente; el año del triplete, con Heynckes, el Bayern encajó 18. ¿La clave? “Defender con el balón, recuperarlo lo antes posible, ser intensos en la presión, tener al rival lo más lejos posible de nuestra portería”, explica Reina, que reconoce estar aprendiendo mucho “por cómo prepara los partidos y analiza al rival. Ayuda a que cada jugador sea mejor y al final la sensación que tengo es que sé más de fútbol por haber trabajado con él”.
Guardiola miró con un ojo al Leverkusen —hizo debutar a Strieder, capitán del filial, y a Görtler, con lo que son 11 los que se han estrenado con el catalán en la Bundesliga— y con el otro miraba al Barça de Luis Enrique, al tiempo que atendía a los mensajes de su esposa, que se pasó el día acompañando niños a la consulta del dentista. El jueves comió un poco de sushi y por supuesto no le hizo ni caso a Mona Nemmer, la dietista del equipo, que lleva todo el curso pidiéndole que por el bien de su espalda, si debe pasarse 300 horas delante del ordenador, lo haga sentado en una bola de goma de las que se utilizan para ejercicios de pilates, una bola que está arrinconada en una esquina del despacho. Tampoco pisó el gimnasio, al que parece tenerle alergia. Pasadas las nueve de la noche, Guardiola volvió a casa. Los niños habían cenado; Ludwig ya no estaba en la puerta.
Joan Laporta entró en la habitación del hospital donde Valentina, recién nacida, dormía en los brazos de Cristina y le propuso al padre, Pep Guardiola, hacerse cargo del primer equipo del Barça. De eso hace casi seis años y el técnico empezó a pensar aquella tarde en armar un equipo. Y pensó en fichar a Xabi Alonso; jugaba en el Liverpool. Nunca se vistió de azulgrana. “Había otras prioridades”, cuentan quienes entonces tenían poder de decisión en el Barça. Así que el de Tolosa terminó vistiéndose de blanco, también porque apareció Busquets en la cabeza del entrenador. Y los caminos de Pep y Xabi no se juntaron hasta Múnich, hace unos meses, cuando se borraron las cuitas que defendió el jugador en nombre del mourinhismo más radical. A Pep solo le importó hacer grande al Bayern. Y a Xabi, trabajar con Pep. “Por eso fiché, para afrontar nuevos retos y trabajar con él”, cuenta ahora. Y se encontraron.
“Xabi no aceptó irse del Madrid hasta que ganó la Champions”, dicen los que conocen las negociaciones. “No fichó por el Bayern, fichó por Pep”, avisan. “Buscaba un reto, algo nuevo”, asegura Xabi, de vuelta al Camp Nou, donde sabe que está mal visto. No le importa. “Es fútbol”, admite. Juega en el Bayern y lo hace orgulloso, sobrado de razón.
“Siempre he sido muy fiel y comprometido con mis entrenadores”, dice el tolosarra
“Vino a echar una mano y nos ha aguantado la temporada. Sin él, no salimos de esta”, le reconocen en el cuerpo técnico alemán tras un año en el que le pidieron la mano y ha dado el brazo entero. Le buscó Guardiola para que jugara un partido a la semana y resulta que jugó todo y más. Suma 24 partidos en la Bundesliga, acumula 100 recuperaciones, tres asistencias, 208 pases largos, 2.278 cortos, 40 a su espalda, 800 a zona de ataque, ocho remates, dos goles y un tiro al poste, ha cometido 37 faltas y ha recibido 33, y todo, en la zona donde se cocina el juego. “No es estresante, es mi juego, participo mucho y me gusta”, dice. “He sido una esponja, era yo quien debía adaptarme. A eso vine, a aprender”. Y lo ha hecho.
Alonso es consciente de que haber trabajado con Mourinho y hacerlo con Guardiola da que hablar. “Hay matices, no me gusta comparar. Son diferentes, claro. Pero siempre he sido muy fiel y comprometido con mis entrenadores. De Guardiola he aprendido mucho. He absorbido, aprendiendo de una nueva manera de trabajo, de una nueva cultura. He disfrutado, ha sido muy enriquecedor. El reto era saber si sería capaz de adaptarme y ganarme a la gente, al entrenador y a los compañeros”, dice, contento el tolosarra. “El rendimiento de Xabi ha sido espectacular. Ha sido enorme lo que nos ha dado”, resume Pep, encantado de su rendimiento. “Ha sido muy enriquecedor conocerle”, dice el vasco.
Lahm: “Ha sido espectacular lo que Xabi le ha aportado este año al equipo”
En Múnich se le pone nota máxima a su estreno. Se puede valorar de muchas maneras, pero se mire por donde se mire, y aún por terminar, su primer año ya ha dejado huella. Da igual si le preguntas a Guardiola, a Lahm, el capitán, a Thiago o a Javi Martínez, dos de sus compañeros españoles. O a su amigo Reina. Nadie duda. “Xabi es un tío que ha encajado en el vestuario y en el campo. Es difícil hacerlo con tanta naturalidad. No es el chaval que conocí en el Liverpool, es un veterano que conoce los tiempos de los partidos, los porqués del juego y el funcionamiento del vestuario”, asegura Reina, que convivió con él en Liverpool y en la selección.
“Xabi es un referente. Por su carrera, que es espectacular, y por su capacidad para escoger siempre bien el pase, por cómo lee las necesidades del juego en cada momento del partido”, admite Thiago. “De Xabi he aprendido un huevo”, dice Javi Martínez, que se explaya: “Además de ser súper majo, es un jugador con un sentido táctico extraordinario, que ordena mucho al equipo”. Y tercia Lahm: “Su aportación ha sido brillante esta temporada. No es fácil llegar y dar un rendimiento como el suyo, excelente en todo, tanto en el vestuario como en el equipo, aportando experiencia y recursos técnicos. Ha sido muy importante toda la temporada para el Bayern”, dice el alemán.
“Le hemos estrujado”, admiten en el cuerpo técnico. Lo sabe el jugador, que vino a regalar dosis de calidad y ha regalado toneladas de juego y minutos. “Pasaba una semana y pensaba: bueno, el lunes que viene recuperaremos a uno o a dos. Y resultó que el sábado se nos lesionaba otro, así todo el año”, recuerda el jugador, resignado pero contento porque dejar Madrid no fue fácil. “Allí fui feliz”, asegura camino de otro reto: parar al Barça con lo puesto: “Son favoritos, pero hay que jugar. Pensar en parar a Messi es fácil, lo difícil es hacerlo. Pero se puede competir y a eso vamos, pensando que son dos partidos y que somos capaces de hacerlo”, dice antes de reconocer que para él hubiera sido distinto “volver a Madrid”. Xabi Alonso vuelve a Barcelona. En el fondo, eso también sabe a clásico.
Después de la tormenta siempre viene la calma, y en el caso de Leo Messi, la frase se le ajusta como un guante. Tras tenérselas tiesas con Luis Enrique en un entrenamiento en enero, no acudir a un entrenamiento y quedarse en el banquillo ante la Real Sociedad, hace ya una vuelta, pocos apostaban por una solución plácida al enfrentamiento abierto entre el jugador y el entrenador. Y, sin embargo, ya se ha llegado al mes de mayo y el FC Barcelona opta al triplete con un Messi total. No solo marca, sino que asiste, piensa, se mueve, organiza y hace lo que le da la gana. Porque si hay un jugador que entiende el juego, ese es él. Si hay un futbolista al que el resto del vestuario se plega, es a él.
El argentino ha conseguido ya nada menos que 40 goles en la Liga, 51 en todas las competiciones en 50 partidos y 19 asistencias. Las cifras son estratosféricas. Los que conocen a Pep Guardiola aseguran que no han visto al técnico nervioso en esta última semana, pero sí preocupado. No es difícil imaginar que lo que más le obsesiona es cómo parar a un jugador como Messi cuando se mueve con libertad total y bien escoltado por Neymar y Luis Suárez. Pep, que fue el primero en entender que para que el equipo funcionara Messi debía sentirse feliz y sin compromisos dentro del terreno de juego, se enfrenta ahora a su obra.
Josep Maria Bartomeu habla con Luis Enrique
Luis Enrique también comprendió pronto que en la pelea con Leo, el que tenía las de perder era él. Así que el pasado mes de enero se tragó el sapo, toleró la salida de tono del jugador -“Messi perdió los papeles con Luis Enrique”, como señaló Mathieu-, decidió hacer de tripas corazón y ceder. Desde entonces el argentino no ha vuelto a oler el banquillo. Ha sido titular en todos y cada uno de los encuentros jugando los noventa minutos y su relación con el entrenador se limita a una cuestión profesional, aunque siguen sin hablarse. La elección de Luis Enrique, más allá de que ahora caigan o no los títulos, fue acertada ateniendo al rendimiento del jugador y a la estupenda conexión que tiene con Luis Suárez y Neymar. Eso sí, el uruguayo y el brasileño también escogieron trinchera. Y están en la Messi, no en la de su entrenador.
El líder es Leo y Neymar y Suárez se esfuerzan en complacerle. Su autoridad no se discute; la del técnico, sí. Ahí han estado los gestos malhumorados de ambos cuando Luis Enrique ha decidido sustituirles. Desde el jaleo del Pizjuán, eso sí, Neymar no ha vuelto a ser el elegido, mientras que el charrúa ha tenido que encaminarse hacia el banquillo con la cabeza gacha y sin hacer más ruidos, que bastante la lió el brasileño. Así, no es tan difícil entender el gesto de Messi el sábado en Córdoba, cuando le dejó a Neymar tirar el penalti. El voraz Messi valora tener aliados en el vestuario y el terreno de juego por encima de su feroz lucha con Cristiano Ronaldo.
Después del evidente malhumor del portugués el pasado miércoles cuando Arbeloa le ‘quitó’ un gol ante el Getafe, las comparaciones con el argentino y su gesto de generosidad estaban cantadas. No es que a Messi no le importe el Pichichi ni Cristiano, sino que sus objetivos van más allá de ser el máximo goleador de la Liga. Dentro del vestuario siempre se ha destacado, además de sus indudables cualidades técnicas, que es un tipo listo. Y con la madurez ha comprendido que serán los títulos del equipo los que, de paso, le encumbren a él. La temporada pasada el Barça no ganó ninguno y tuvo que escuchar cómo Cristiano le retaba en Suiza con el Balón de Oro en sus manos. Para alguien como Leo, fue una afrenta que no ha olvidado. Y la manera de cobrársela es hacer justo lo que hace: Marcar goles, sí, pero sobre todo jugar para el equipo. Y lo demás, con un poco de fortuna, caerá como fruta madura.
Sentenciadas casi todas las grandes ligas en Europa, la española mantiene el afilado pulso entre el Barcelona y el Real Madrid a falta de cinco jornadas para el final. Solo dos puntos les separan. El bipartidismo, quebrado el curso pasado por la irrupción del Atlético, se percibe ahora como un mal menor comparado con el absolutismo que, en otros torneos, ejercen los más poderosos. La lesión de Benzema ha permitido a Ancelotti encontrar un filón en Chicharito, sacrificado y listo tanto para jugar de espaldas a la meta rival como para abrirse caminos verticales hacia la portería anoche del Celta en Balaídos, donde marcó dos de los cuatro goles madridistas (2-4). Mientras, el Barça sigue cabalgando a lomos de su trío de atacantes, con un Messi cada día más dominante en todas facetas del juego, como el sábado en un derbi azulgrana en Cornellà ante el Espanyol de principio a fin.
En Italia, la Juventus no ha admitido réplicas más allá de algunos tramos de la Roma, descolgada ya a 15 puntos, uno menos que la Lazio. La Vecchia Signora, rival del Real Madrid en las semifinales de la Champions, ha tardado en volver a la élite europea y, por sus recursos, está todavía lejos de medirse al conjunto blanco de tú a tú, por mucho que el fútbol reserve sorpresas en cada esquina.
En la Bundesliga, el Bayern se proclamó ayer campeón tras pasearse una temporada más de la mano de Pep Guardiola, sin ni siquiera el incordio de un Borussia Dortmund desfondado, apenas animado por la remota presencia del Wolfsburgo. El panorama, además, invita a pensar en una competición sin rivales para el Bayern en los próximos cursos. Su cruce de semifinales ante el Barça despierta curiosidad y expectación en todos los rincones, ávidos del choque entre los dos cuadros más goleadores de la Champions.
En Inglaterra, el Chelsea ha aprovechado la confusión del Manchester City para consolidar el éxito de su apuesta mucho más defensiva (ayer empató sin goles ante el Arsenal en el Emirates y solo suma 65 tantos en 32 partidos por los 77 del Bayern en dos encuentros menos) y liderar la Premier con 10 puntos de ventaja sobre el conjunto de Pellegrini.
Solo Francia mantiene una distancia similar a la española entre el adinerado PSG, vapuleado por el Barça en los cuartos de final de la Champions, y la sorpresa del Olympique de Lyon, que ha vuelto a la élite después de una larga ausencia y queda a tres puntos. El Marsella, pese a un arranque ilusionante impulsado por la mística de Marcelo Bielsa, se ha desplomado en la segunda parte del campeonato y ya está a 11 puntos.
Otro signo de la vitalidad de la Liga es la tabla de goleadores. Hay vida detrás de los dos monstruos. La estela que dejan Cristiano Ronaldo (39 tantos) y de Messi (36) la pisa Griezmann (22 en 32 encuentros). El delantero francés del Atlético sería, con esa cifra, el máximo anotador de las tres principales Ligas europeas: por delante de los 21 tantos de Agüero en 29 partidos con el City; los 19 de Meier en 26 con el Eintracht de Fráncfort; y los 18 de Tévez en 28 citas con la Juventus. La excepción otra vez llega de Francia: Lacazette, el atacante del Lyon, ha alcanzado las 25 dianas en 29 duelos. El cuarto de la Liga, Neymar con 19, también se codearía entre los mejores en algunos torneos europeos.
Tal y como ha llegado el Barça al tramo final, nadie parece capaz de pararlo si no es el Atlético en la penúltima jornada en el Calderón. Los otros cuatro rivales son de la parte media de la tabla hacia abajo: Getafe, Córdoba, Real Sociedad y Deportivo. El Madrid, en cambio, se enfrentará a los dos principales escollos seguidos, el Sevilla en el Pizjuán y el Valencia en el Bernabéu, justo en medio de la eliminatoria frente a la Juve.
Cada partido de fútbol es una venganza por una cicatriz truculenta que un rival te legó en un viejo partido, cuyo recuerdo aún te acosa cuando apagas la luz. Nunca ves el minuto de cobrarla, por eso juegas a todas horas, y te vas con el balón a la cama, y le das toques a un cajetilla de cigarros vacía. Sin ánimo de revancha el fútbol no sería mas importante que la liga de bridge. No se puede jugar a vida o muerte, como corresponde, sin enemigos acérrimos y viles a los que devolver las infamias. Ellos son, en el fondo, los verdaderos amigos, los que le sacuden a uno el aburrimiento. Por suerte, el jugador se despierta por las mañanas con sed de venganza. Mi idea de un día perfecto es pisar una caca de perro nada más salir a la calle. A partir de ese instante tengo un buen motivo para vivir, y ya sólo sueño con el segundo en que encuentro al dueño del animal.
A un futbolista no le importa si hay que esperar años para saciar un desagravio, igual que Edmond Dàntes o Emma Sunz. Mientras discurre un plan infalible, sin fisuras, el tiempo pasa volando. Y entonces llega el día. Pocas veces la venganza se presentará tan bella y oscura como en el Barça-Bayern de Múnich. Llevaban dos años buscándose con indiferencia, de ese modo diplomático con el que dos personas se evitan. Quizá por eso cayeron el año pasado uno ante el Atlético y otro frente al Madrid. Simplemente, no era la hora. Para todo hay un minuto excelso, precedido de una larga espera. Pero ahora sí.
Pocas veces la venganza se presentará tan bella y oscura como en el Barça-Bayern de Múnich
El Barcelona se presenta a la cita bajo ese aspecto temible que tienen los pistoleros con bigote, proclives a desenfundar por menos de nada. Todo lo que hace últimamente el equipo de Messi, así sea retirarse al vestuario en el descanso, acarrea un gran peligro para el rival. La delantera lleva semanas llamando a todas las puertas, preguntando si vive ahí Pep Guardiola, como si fuesen policías de paisano en busca de un fugitivo que porta un secreto valiosísimo. A su modo, el Barça desea cumplir con el consejo de Faulkner a sus discípulos: “Mata a tus ídolos”. Éstos, después de alumbrarte el camino, se vuelven piedras en los bolsillos. Me temo que las revoluciones de tus maestros, reproducidas por tu generación, son papeleo de oficina. Necesitas tu propia revuelta.
Entretanto, en el Bayern han estado haciendo dedos con sus últimos rivales. En el tercer gol que le infligieron al Oporto, precedido de 25 pases, los tres últimos sin dejar que el balón tocase el suelo, para no ensuciarlo, aprovecharon para ensayar El Mesías de Händel. No en vano, gracias a Guardiola descubrimos que se podía jugar al fútbol en esmoquin, encima de un piano de cola, sin que se rayase. Será trepidante ver si se apropia del balón en el Camp Nou, y cómo minimiza a Messi, que nos enseñó que se puede hacer sonar un piano aunque no tenga teclas.
La venganza es impostergable. Comparecen tantas deudas del pasado, que será casi una semifinal escrita por Borges, en la que uno de los dos equipos, en un instante imperceptible, al fin saca un revólver familiar de un cajón y aprieta tres veces el gatillo. Después el conjunto rival se desploma como si los estampidos y el humo lo hubiesen roto, mientras aún tiene tiempo a escuchar cómo su enemigo dice. “He vengado las viejas putadas”.
Al día siguiente de perder contra la Real Sociedad en Anoeta, Luis Enrique reunió a la plantilla en un campo de entrenamiento de la ciudad deportiva del Barcelona y explicó los errores que habían cometido a nivel grupal, sin una salida del balón limpia ni ingenio en campo ajeno, tampoco finos en la presión. Desde el vestuario, sin embargo, le hicieron ver que la alineación había marcado el resultado, con Messi, Neymar [ambos disfrutaron de más días de vacaciones en las navidades], Piqué y Alves en la banqueta de inicio. Es posible que fuera la forma del técnico de resolver el alboroto y el enfrentamiento que le creó el 10 unos días antes del partido, tal y como desveló Mathieu para la televisión francesa. Pero desde entonces, inexistente la comunicación entre la estrella y el entrenador, no ha habido más capítulos polémicos del mismo modo que Messi lo ha jugado todo. Casi como Neymar y Luis Suárez, que también son titulares por defecto y que han llevado al ostracismo a Pedro, que se repiensa su futuro lejos el Camp Nou. Los números de los tres delanteros, en cualquier caso, son de lo más expresivos y contundentes, y se presupone que hoy también partirán de inicio en el derbi frente al Espanyol, quizá el último esfuerzo antes de dar un poco de oxígeno a sus piernas, al menos las de Neymar y Luis Suárez. “Tengo cuatro grandes delanteros, pero que estos tres jueguen tanto tiene que ver con rendimiento y las posibilidades que me ofrecen, y no sólo se refiere al nivel ofensivo”, expuso Luis Enrique.
Fue Messi el que entendió cómo debían organizarse ahí arriba, un tanto torpe Luis Suárez en el costado pero bien útil como ariete para fijar a los centrales y cazar goles de instinto y pundonor. Por lo que se orilló con el beneplácito de Luis Enrique y ya nadie los movió. “Se trata de que el balón les llegue a ellos porque van a crear ocasiones y marcar goles. Son tan buenos que hacen que juguemos en algún aspecto de forma distinta”, cuenta Piqué. “Se complementan, son unas bestias, y nos hacen muy peligrosos”, abunda Xavi. Y al tiempo que les llueven los elogios, los tres fomentan una amistad dentro y fuera del campo. “Es complicado gestionar los egos y más cuando eres una auténtica estrella, pero estos tres no se envidian en nada, sino que se alegran de los éxitos del otro”, reseña un jugador azulgrana. Algo que evidencian a cada gol y que manifestaron de nuevo en el duelo de vuelta de los cuartos de final ante el PSG, abrazados con los dos goles de Neymar. “Son unos verdaderos fenómenos. Suárez se amoldó de maravilla, Messi es capaz de regular en los cuartos de final de la Champions y Neymar es un futbolista que en ocasiones parece que está jugando mal pero que el peligro viaja en sus botas”, explica el exentrenador Ángel Cappa.
Desde el resbalón en Anoeta, el Barça ha disputado 15 encuentros de la Liga y otros cuatro de la Champions, donde se ve su capitalidad porque sólo no han jugado 25 minutos -10 de Neymar contra el City y otros 15 de Suárez frente al PSG-, todos recogidos por Pedro. “Es muy difícil hacer rotar y no poner de inicio a estos tres grandes jugadores porque te dan mucho”, resuelve Mascherano; “aunque los que esperan, como Pedro, Munir o Sandro, están frescos”.
“Juegan tanto por su rendimiento como por las posibilidades que ofrecen”, dice el técnico
De los 1.710 minutos jugados tras la Real Sociedad, Messi no se ha perdido ninguno y contabiliza 20 goles (sale a una diana cada 85 minutos), además de 10 asistencias (cada 171). Ocurre, sin embargo, que no ha hecho tanto alguno en los últimos compromisos europeos, pero sí Suárez y Neymar, ambos con cuatro festejos. “Parar a los tres a la vez es realmente difícil. Son muy buenos, de los mejores del mundo. Y cuando no aparece uno, lo hace el otro”, convino desde el Camp Nou el lateral del PSG, Van der Wiel, perdedor en su duelo ante Neymar. “Es que el uno contra uno de Ney es impresionante. Si el equipo consigue pasársela y él se mide con un rival sin ayudas, seguro que saca ventaja”, apunta Mascherano. Y disfruta también del carrete del entrenador, dado que suma 1.434 minutos (el 83,8% del total), sólo ausente ante el Rayo por sanción y contra el Almería, en casa, tras el parón de las selecciones. Con 11 goles (uno cada 130 minutos) y cinco asistencias (cada 287), se ha atornillado con éxito al flanco izquierdo tras una primera temporada irregular. Mejores números registra Luis Suárez en su primer curso como azulgrana y así se aclara tras las Real; ha sido titular en todos los encuentros menos ante el Levante en el Camp Nou y salió de suplente cuando se midieron al Elche. Lo que da un total de 1.476 minutos (86,3%) aderezados con 14 dianas (cada 105 minutos) y seis asistencias (cada 246).
Arrinconado queda Pedro, el único que absorbe los minutos que no disputa la Delantera S. L. porque ni Munir ni Sandro han vuelto a jugar con el primer equipo. Así, contabiliza 526 minutos (30,7%) repartidos en cuatro titularidades y 12 suplencias [además de tres fueras de convocatoria] que en ningún caso superaron los 25 minutos sobre el terreno de juego. Sólo suma dos tantos (uno cada 263 minutos), pero con tres asistencias atrapa a Messi en eficacia en esa suerte (cada 175 minutos). Hoy, ante el Espanyol, parece que jugarán los de siempre porque Luis Enrique no cambia y porque los delanteros responden, hasta el punto de que ya cuentan un total de 96 goles [Messi, 47; Neymar, 30; y Suárez, 19], la cuarta mejor marca en la historia azulgrana sólo por detrás de la temporada 2011-12, cuando Messi (74), Cesc (15) y Alexis (13) sumaron 101 tantos; de los 100 que lograron en 2008-09 Messi (38), Eto’o (36) y Henry (26); y de los 98 de 2012-11 de Messi (53), Villa (23) y Pedro (22).