Luis Enrique marca territorio y no esconde sus diferencias con Neymar

Luis Enrique no se casa con nadie. Y no le ha ido mal. Por lo pronto, ha conseguido ya el doblete, Liga y Copa, en su primera temporada en el FC Barcelona y está a las puertas del triplete. Puede que, acostumbrados a entrenadores con otros métodos y, sobre todo, otra manera de relacionarse con los jugadores, chocaran los del asturiano, pero a estas alturas ya no se puede discutir que ha tenido éxito. Áspero, seco, poco comunicativo por no decir nada y de ideas fijas. Así es Luis Enrique. ¿El último ejemplo de su poca mano izquierda? Neymar.

El técnico podía salirse por la tangente, dar una respuesta sin decir nada como suele hacer, conceder un espacio y defender sin fisuras a su jugador. Neymar, al fin y al cabo, no hizo nada fuera del reglamento. Corría el minuto 87 en la final de Copa con el marcador 1-3 y el brasileño intentó hacer una frivolidad, un arabesco, en el área. Los jugadores del Athletic casi se lo comen. Luis Enrique, en rueda de prensa, no escondió la diferencia de parecer, de sensibilidad, de cultura, de código, con una de sus estrellas. No le pareció bien lo que hizo ante el Athletic y lo dijo: “En España eso está muy mal visto. Si yo fuera jugador del Athletic habría respondido igual o peor. Lo siento, pero esa es la realidad. En Brasil eso es normal, hay que entender también el contexto, no lo hace para humillar al rival, pero es difícil de explicar. Intentaremos con el tiempo controlar esto”, fue su explicación.

No tendió la mano, no sólo no le amparó, sino que le señaló. Así es Luis Enrique. Claro, que tampoco Neymar ha tenido un comportamiento exquisito con el técnico durante la temporada. El míster le dio permiso cuando estaba sancionado para el partido del Rayo y se marchó a Brasil a celebrar el cumpleaños de su hermana, que publicó en las redes sociales. Al siguiente encuentro en Eibar le sustituyó y Neymar no ahorró gestos para mostrar su enfado. Volvió a repetir en el Sánchez Pizjuán cuando le cambió. Es decir, la relación personal entre Luis Enrique y el brasileño no es buena, pero el técnico ha sabido pasar por encima de su ego y reconocer que lo necesitaba. Eso sí, para un tipo recto y obstinado en los principios como el asturiano, disimular no entra dentro de sus mandamientos.

El Barça está asomándose al triplete con un entrenador que no sólo no es amigo de los jugadores, sino que no duda en criticar sus actuaciones cuando no se ajustan a sus códigos. No es que Luis Enrique le pase factura a Neymar, es que nunca se han entendido más allá de que el brasileño es muy bueno, lo necesita y lo alinea, pero no se casa con él. Con Messi, sin embargo, ha terminado encontrándose pese a la dura confrontación que tuvieron en el mes de enero, cuando el argentino le retó. En la celebración de la Copa se vio a un Luis Enrique más cercano a su plantilla, incluso se abrazó con Leo, el genio. El técnico ha terminado ganándose a los jugadores justo por no moverse de la casilla salvo cuando fue necesario. Es decir, con Messi. Neymar todavía no ha llegado al estatus.

Luis Enrique marca territorio y no esconde sus diferencias con Neymar

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