Hay una relación inversamente proporcional últimamente entre los minutos que juega Torres en el Atlético y los puntos que saca este equipo. Cuanto menos juega el Niño, mejor le va al Atlético… y a él mismo. Extraño resulta, sin duda, pero es una realidad palpable. Es como ese jugador veterano de balonmano cuyo entrenador lo saca a la pista sólo para los lanzamientos de siete metros, porque es en quien más confía para los momentos decisivos. Ese jugador asume su rol secundario pero a la vez necesario dentro de una plantilla amplia, que tiene recursos superiores a los que él puede ofrecer durante un largo espacio de tiempo. Pero ese no es el caso de Fernando…

“Cuando el rival está cansado rinde mucho mejor y eso es lo que intentamos hacer. Ponemos a Mandzukic desde el inicio en un partido de desgaste y Fernando aprovecha después la potencia”. Lo que dijo Simeone en la sala de prensa del Ciudad de Valencia deja bastante claro el rol que le toca asumir a Fernando Torres en el Atlético de Madrid. No ha sido nunca la primera opción del Cholo y no lo va a ser en los dos partidos que le quedan al Atleti para sentenciar la tercera plaza. Y lo peor, es que Simeone no tiene ningún problema en decirlo públicamente.

Torres es secundario, un peón en el tablero que no parece importante, pero que al final de la partida, cuando van quedando menos piezas, tanto blancas como negras, es el que llega a la zona defensiva enemiga y consigue sacar a la reina para destrozar definitivamente al rival. Y esa es la función que parece querer Simeone para Torres, que ha sido bastantes más veces suplente que titular desde que está en el Atlético… incluso durante todas estas largas semanas en las que Mandzukic tiene más complicado marcar un gol que tener conversaciones telepáticas con un mapache.

La cosa es que la decisión de Diego Pablo Simeone, le guste o no le guste a Fernando, le está funcionando. Veamos como ejemplo los cuatro últimos partidos. En los dos de ellos que jugó el Atleti en casa, Torres fue titular, pero se marchó sin  marcar. En los dos disputados fuera, Torres salió poco después del minuto sesenta y fue letal. En Villarreal marcó el gol del triunfo, mientras que contra el Levante salvó un punto que puede ser definitivo de cara a la Champions League.

Es decir, que es verdad que le sienta bien jugar pocos minutos. Rinde cuando él está fresco. Sus otros cuatro goles, de hecho, se han producido en los primeros segundos de los partidos (o de la segunda parte). Marcó nada más empezar cada mitad al Real Madrid en la Copa del Rey y lo mismo le hizo al Barça. También anotó a los pocos segundos un gol al Getafe. Torres ha dependido siempre de su estado físico, de su potencia y sin ella, está muerto. Si pasa mucho tiempo en el campo (no es de los que se queda quieto arriba, sino que le gusta presionar la salida del contrario), empieza a cansarse y a perder potencia. Al Cholo no le gusta Mandzukic, puede que por ello lo sobreexplote, lo agote, para después utilizar por fin a Torres, el delantero que tanto quería en su equipo.

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