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Queda poco más de un día y da la impresión de que conforme se acerca velozmente la final de la Copa de Europa, el favoritismo del Barcelona crece de manera directamente proporcional al conformismo de la Juventus. Es, en teoría, tan superior el Barça que haga lo que haga la Juve ya se considerará un enorme éxito. Y de hecho, al hablar con expertos que siguen todos los días del año a la squadra bianconera, las sensaciones parecen confirmarse. El Confidencial ha charlado con Filippo Bonsignore, del Corriere dello Sport, y con Mirko Graziano, de La Gazzetta dello Sport, los dos diarios deportivos más influyentes, y ambos coinciden en que si Messi quiere, la Juve no tendría casi ni que presentarse en el Olympiastadion.
“Es que también es favorito porque no sólo tiene a Messi, sino también un equipo por detrás con Neymar y Suárez, lo que junta tres jugadores de 120 goles, lo cual es una locura”, reconoce Bonsignore que no duda en reconocer el pánico que inspira el argentino: “Sólo decir el nombre ‘Messi’ da miedo. Es sin duda el mejor del mundo, capaz de desmontar por sí solo todos los equilibrios de un partido, de un equipo. Su último gol contra el Athletic es otra muestra más de su clase, de su inmensa calidad”. Precisamente en ese encuentro, Ernesto Valverde decidió intentar frenarlo haciendo a Balenziaga seguirle allá donde fuera, pero no funcionó.
“Es increíble –continúa Bonsignore– que nadie haya conseguido pararlo después de todo lo que ha hecho. A Messi no se le puede marcar al hombre, hacen falta movimientos sincronizados y conceptos claros en todo el equipo para intentar limitar no sólo a él sino también los balones que le puedan llegar. Es una labor de equipo que debe empezar con el trabajo de Tévez y Morata sobre Piqué y Mascherano y los del medio con Iniesta… bueno, es que son muchos para frenar. El Barcelona no es sólo Messi”. “Es como con Maradona –dice Mirko Graziano–, no se le podía marcar, sólo esperar que no tuviera su día. La idea mejor es el trabajo colectivo de todo el equipo. Eso sí, si Messi encuentra su jugada, no hay nada que hacer”.
En esa comparación eterna y que jamás podrá ser resuelta de manera objetiva, Bonsignore dice que se quedaría con “Messi, aunque le falte todavía ganar un Mundial. Maradona fue un genio salvaje del fútbol, que en el campo ha hecho cosas extraordinarias, pero quizás Messi ha hecho más. Diría que Messi porque tiene esa inusitada capacidad de resolver un partido, una final con una jugada de locura. Pero es complicadísimo elegir entre los dos, no soy capaz de restarle méritos a Maradona”.
Este jueves se confirmó que el segundo capitán de la Juventus, Giorgio Chiellini, es baja para la final. Háganse a la idea de que esa ausencia sería como si al Real Madrid le quitasen a Ramos o al Barça a Piqué. Para Bonsignore “sería un gran logro frenar a Messi y más sin la presencia de Chiellini, lo cual quita una parte muy importante a la defensa de la Juve. Da mucha fuerza y energía a la línea de atrás. Seguramente lo sustituya Barzagli, que no está al 100%, pero forzará para jugar una final, porque en partidos así uno saca energías de donde no hay”. Aun así, Barzagli tiene opciones de quedarse en el banquillo y existe el “riesgo de que juege Ogbonna”, como dice Graziano, que asegura que “la moral de la Juve sin Chiellini sigue muy alta, porque saben de haber hecho ya lo máximo. Es una temporada extraordinaria pase lo que pase”.
Con la enorme y contrastada calidad del Barça y la inesperada presencia de la Juve en esta final, para nuestros dos contertulios “no sería un fracaso absolutamente” perder la final. “Si pierde, recibirá igualmente el aplauso de sus aficionados: ha ganado cuatro Scudetti seguidos, lo que no pasaba desde hace 80 años; ganó la Coppa, que no ganaba desde hace 20 años; y está en la final de la Champions, lo que no pasaba desde hace 12 años: eso lo dice todo”, dice Filippo Bonsignore. “Pero no hay que olvidar –recuerda Graziano– que la Juventus es una bestia competitiva, muy compacta, muy italiana y muy inteligente tácticamente” y como dice el periodista del Corriere dello Sport, “puede aprovechar el factor psicológico de ser una sorpresa. De hecho, ha sido una sorpresa desde que empezaron las eliminaciones directas, en todas menos con el Monaco”.
En realidad, si nos ponemos exquisitos, el Barça es en parte otra sorpresa en la final. ¿Quién habría dicho en enero que llegaría a Berlín? Muy poca gente. Pero al redactor de la Gazzetta, no le ha “sorprendido la reacción del Barcelona”, porque considera que “era sólo una cuestión de tiempo encontrar el equilibrio. En el momento en que eso se consigue, el Barça se convierte automáticamente en el mejor equipo del mundo. Delante tiene al mejor del mundo, al heredero de Pelé y a uno de los cuatro mejores puntas del planeta, y además del centro del campo hacia atrás tiene a los hombres justos para no perder los equilibrios tácticos”.
Tampoco se muestra demasiado sorprendido por el hecho de que sea Luis Enrique el que esté comandando desde el banquillo este éxito azulgrana, que ya ha acumulado un doblete y, como la Juventus, busca un histórico triplete. “Roma e Italia en general –dice Graziano– generan un ambiente muy extraño y muy difícil sobre todo para los entrenadores extranjeros. En la Roma no funcionó, pero eso no borraba su valor, se veía que era un entrenador válido. Digamos que en aquel momento, él era incompatible con el ambiente que se respiraba en la Roma”.