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Casi le dio apuro haberse encontrado en el segundo palo con la pelota desviada por Iker Casillas tras un gran disparo de Tévez. Álvaro Morata sólo la tuvo que empujar. En el minuto 7, la Juve ya iba ganando en el Juventus Stadium. Había marcado el chico crecido en La Fábrica que hace un año levantaba la Décima en Lisboa. No lo celebró. Se mordió el labio, recibió el abrazo de sus compañeros, la sonrisa y los mimos de Pirlo y, una vez liberado del cariño, miró a la grada y se llevó el dedo a la oreja. Haciendo como que quería escuchar más a la hinchada. Una hinchada que le ovacionó cuando Massimiliano Allegri le sustituyó en el minuto 77.
Gerard Julien (GETTY)’);»> ampliar foto
“Ha hecho un partido extraordinario, aunque parezca fácil hacer lo que está haciendo, no lo es. Protege muy bien el balón y descarga mucho el juego de la Juve”, comentaba anoche Fernando Morientes en la Cope. El exdelantero del Madrid juraba y perjuraba que el mejor de la Juve estaba siendo Morata y no Carlos Tévez. Igual que hizo anoche Morata, el Moro también castigó al conjunto blanco en su día. Fue en los cuartos de final de 2004. En verano de 2003 se había marchado cedido al Mónaco y con el club francés llegó a disputar la final de la Champions, torneo del que fue pichichi.
Dos tantos le marcó Morientes al Madrid en esa eliminatoria (4-2 en la ida; 3-1 en la vuelta). En el Bernabéu anotó el 4-2 en el minuto 83, dos minutos después de que Ronaldo –cuya llegada a Chamartín llevó al Moro a tener que buscarse equipo- firmara el 4-1. En el partido de vuelta anotó el gol del 2-1. Y sí lo celebró. Con rabia además, gritando: “vamooos, vamooos”.
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“Cuando firmé con la Juve lo hice con el objetivo mínimo de llegar a las semifinales. Ya estamos en semis, no tenemos que parar, sino seguir trabajando para llegar aún más lejos”, dijo anoche Álvaro Morata que en la Juve ha tenido un crecimiento espectacular. Ha ganado carácter, rapidez y desparpajo. “Llegó aquí como todos los españoles, sin estar acostumbrado al trabajo físico. Los primeros seis meses fueron de adaptación, después empezó a jugar, marcar y mostrar su talento”, comentaba Pirlo el domingo en la charla que tuvo con los medios de comunicación en Turín.
“Estará emocionado al principio, por cruzarse con sus compañeros, pero una vez que pise el campo, será otra cosa”, respondía Pirlo cuando le preguntaron si creía que el delantero español sentiría la presión. De hecho, durante el calentamiento, a Morata se le veía algo incómodo. No tuvo demasiado tiempo sin embargo, una vez empezado el partido, para emocionarse. Cuando se quiso dar cuenta, ya había batido a Casillas.