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¿Cómo poner subtítulos en Premier? Dentro de este tutorial, te enseñamos las mejores formas de hacerlo. Si tienes alguna inquietud
«Casi todos los partidos que juega la selección española vienen en mal momento», dijo Vicente del Bosque con la flema que caracteriza al salmantino, sabedor de que su convocatoria para el amistoso contra Costa Rica en León (11 de junio) y el de clasificación para la Eurocopa contra Bielorrusia en Borisov (14) son de lo más inoportunos. «Pero todas las selecciones juegan en estas fechas. Para unos el campeonato está acabado, pero no podemos quejarnos, ya quitaron la fecha de agosto y si lo hacen con la de junio vamos a menguar los partidos internacionales», explicó el seleccionador español.
En este contexto, la lista para estos dos partidos era un auténtico marrón, tanto para el propio Del Bosque como para los jugadores, muchos de ellos ya de vacaciones. Aún así, ir a la selección siempre se ve como un premio y, por ende, dejar de ir puede verse como un castigo. Entre las ausencias de la última convocatoria destacó el nombre de Diego Costa, exdelantero del Atlético de Madrid y actualmente del Chelsea. «Es un asunto singular, ha jugado dos partidos, pero no completos y viene de superar unas molestias musculares», dijo en seleccionador, aunque su argumentación resultó poco convincente toda vez que el hispano-brasileño jugó con total normalidad el último partido de la Premier, contra el Sunderland, e incluso marcó un gol.
Es cierto que Costa ha tenido esta temporada algunos problemas musculares y que Mourinho siempre pone bajo sospecha las convocatorias de sus jugadores españoles. De hecho, el hispano-brasileño ya se cayó de la penúltima lista de España. Pero el primer sorprendido por no ser llamado para los partidos contra Costa Rica y Bielorruisa ha sido el propio delantero, a quien esta ausencia puede llevarle a pensar que Del Bosque ha dejado de confiar en él, poco más de un año después de convencerle para que renunciara a Brasil y se enfundara la Roja.
«No le vemos de la mejor manera posible y no estamos para experimentar, afrontamos un partido clave el 14 contra Bielorrusia y contamos con los que están en mejores condiciones», dijo Del Bosque para justificarse. Pero el caso del delantero del Chelsea contrasta sobre todo con el de Sergio Ramos. El central del Real Madrid se lesionó en la segunda parte del partido de Champions contra la Juve y se perdió los dos últimos partidos de Liga, ante Espanyol y Getafe. Parecía que la temporada se había terminado por él, pero el seleccionador le metió en su lista. «Sergio, como Cesc, que debe operarse de la nariz, nos han asegurado que estarán a punto para el 1 de junio, así que hemos decidido incluirlos», se justificó el salmantino. ¿Llamó a Diego Costa pare preguntarle si podía contar con él? Es evidente que no, de ahí la sorpresa del hispano-brasileño al enterarse que se había quedado fuera pese a estar, esta vez sí, en condiciones de volver a jugar con España.
Diego Costa lanza un penalti al Sunderland, en el último partido de la temporada con el Chelsea el pasado fin de semana en la Premier (Efe)
«No debe generar ninguna duda, tenemos mucha estima a Diego Costa como hemos demostrado, pero ahora no lo traemos porque lo estimamos así, igual que hicimos en la última convocatoria con Alcácer, con quien había algunas dudas por su estado. Tomamos la decisión oportuna», manifestó Del Bosque en la rueda de prensa posterior a facilitar su lista. Sin embargo, lo que parece evidente es que el seleccionador español confía más en los jóvenes Morata y Alcácer, además de Pedro, Nolito y Vitolo, para el ataque.
«Estamos ante el futuro de la selección, pero creemos también en él para este momento», dijo Del Bosque tras la segunda llamada a Morata, el ´9′ de España tras consagrarse en la Juventus, con la que jugará la final de la Liga de Campeones contra el Barça. Diego Costa anotó el pasado domingo su vigésimo tanto con los ‘blues’ e igualó a Fernando Torres en la lista de goleadores del conjunto inglés en la Premier. En su primera temporada en Stamford Bridge, el exrojiblanco ha marcado 20 goles en 26 partidos disputados, 84 encuentros menos que Torres, que necesitó 110 para llegar a esa cifra goleadora. Todo dicho.
Diego Costa, tras marcar su primer y único gol con España, ante Luxemburgo (Efe)
En marzo de 2013, Diego Costa fue convocado por primera vez con Brasil para disputar dos amistosos, contra Italia y Rusia. Debutó con la Canarinha ante los italianos, pero Scolari no le dio continuidad y en octubre Vicente del Bosque se reunió con él para ofrecerle y convencerle de que jugara con España. Un mes después, una lesión le impidió asistir a su primera llamada, de ahí que hasta marzo de 2014 no pudiera volver a ser convocado. Tal y como hiciera con Brasil, Diego Costa debutó con España frente a Italia. Lo hizo en el Calderón, jugó los 90 minutos, pero no pudo estrenarse con un gol.
De nuevo una lesión estuvo a punto de dejarle fuera de la lista para el Mundial, pero finalmente llegó a tiempo. Jugó los dos primeros partidos, ambos saldados con derrota, y España fue eliminada en primera fase. Siete partidos y 515 minutos después, Diego Costa por fin vio puerta con España y marcó uno de los cuatro goles a Luxemburgo en un partido clasificatorio para la Eurocopa 2016. Y ahí se ha quedado la marca del delantero del Chelsea con la Roja: siete partidos y un gol. La pregunta es: ¿le ha puesto la cruz Del Bosque? En sus próximas listas lo comprobaremos.
Sentado en el vestuario, llega el momento de ponerse la camiseta ‘devil’ por última vez en la que ha sido su única casa a lo largo de su dilatada carrera deportiva. Tras ponerse la equipación, salir por el túnel de vestuarios y acariciar el famoso ‘This is Anfield’, el estadio del Liverpool dedicará una cerrada ovación a Steven Gerrard, que después de 17 temporadas como jugador del primer equipo, este sábado disputará el último partido de su carrera deportiva en el estadio de su vida. Se marcha un genio del balón, que el mundo del fútbol pudo perderse… por culpa de un rastrillo.
La leyenda de Gerrard se forjó en uno de los barrios más humildes de Liverpool. Creado en un modesto adosado del área de Huyton, concretamente en Ironside Road, desde muy pequeño aprendió que para ser el mejor hacia falta no rendirse nunca. Eso le llevó a ingresar en la academia del Liverpool con sólo ocho años, pero, en su barrio, el joven Steve se las tenía que ingeniar para poder pasar horas y horas jugando sobre el asfalto o en el vertedero cercano a su casa. Dos porterías cuyos postes eran sudaderas y un balón, más o menos inflado, eran suficientes para seguir jugando tras los entrenamientos.
Por eso, aquella tarde de verano, no se lo pensó dos veces: en aquel vertedero que tantas veces había servido de terreno de juego -y que el propio Gerrard denomina en su autobiografía como «una mezcla de Anfield, Wembley y Goodison«- acababa de encontrar un tesoro, un balón prácticamente intacto. El joven decidió que iba a recoger su trofeo, oculto entre unas ortigas, pero sus manos no alcanzaban. Por ello, decidió utilizar su mejor arma, su pie derecho: zapato fuera, calcetín remangado y golpeo con todas sus fuerzas… sin saber lo que en ese momento le iba a pasar.
Un rastrillo oculto por la maleza iba prácticamente a cortar uno de los dedos del pie de Gerrard, que iba a recordar ese trágico momento el resto de su vida. Los médicos dieron su diagnóstico: la mejor opción era amputar el dedo del joven Gerrard. Sin embargo, entonces medió Steven Heighway, director de la escuela ‘red’, para perdirle a los médicos que no lo hicieran. Y, lo cierto, es que no se equivocó lo más mínimo: algo menos de una década después de aquel incidente que le pudo dejar sin poder ser jugador profesional, el Liverpool veía debutar a uno de los mejores jugadores de su historia.
«En mi familia, el Liverpool es una religión», ha confesado el jugador más de una vez. Pero aquel traumático episodio no es el único que le marcó: habitual de The Kop desde crío, su máximo apoyo era John-Paul Gilhooley, su primo, que con un año más se había convertido en su inseparable amigo. No sólo iban a ver al Liverpool, sino que también jugaban juntos… hasta que la tragedia de Hillsborough se cruzó en camino. Aquella avalencha que acabó con la vida de 96 personas se iba a llevar al joven de 10 años: «Nunca lo había dicho antes, pero yo juego al fútbol por John-Paul«, asegura.
Con sólo 18 años, Gerrard iba a conseguir el sueño que tenía en común con su primo: convertirse en futbolista profesional y debutar en la Premier con el Liverpool. Aquel jugador imberbe y algo delgaducho que debutaba un 29 de noviembre de1998 ante el Blackburn Rovers se iba a convertir en una leyenda del conjunto de Anfield. Con más de 700 partidos a sus espaldas, cerca de 200 goles, tres Capital One, dos FA Cup, dos Supercopas de Europa, una Community Shield, una UEFA y una Champions, se convirtió en el buque insignia de un club al que devolvió a la gloria perdida.
Pese a las muchas ofertas de grandes clubes de Europa, Gerrard siempre lo tuvo claro y decidió quedarse en el Liverpool por encima de todo. Uno de los últimos ‘One-Club Men’ que existen sólo tiene una ‘espinita’ en su carrera: no haber ganado nunca la Premier, pese a que la pasada temporada lo tuvo realmente cerca y donde un inesperado resbalón del centrocampista ante el Chelsea le condenaba a no levantar el título. Con la selección inglesa, tampoco tuvo mucho éxito, con la que jugó tres Mundiales y tres Eurocopas, pero nunca consiguió pasar de cuartos de final.
Este sábado, a las 18:30 horas, Gerrard pisará por última vez el césped de Anfield. Después de una carrera plagada de éxitos y de convertirse en el referente de toda una afición, el gran capitán del Liverpool juega su último partido en casa. «No quiero llorar. Quiero mantener a raya, pero estoy temiendo el momento en que llegue el pitido final», confiesa horas antes del partido. Aquel niño que estuvo a punto de tener que dejar el fútbol por culpa de un rastrillo, hoy es un ídolo de masas que será despedido por su afición como un héroe: Gerrard dice adiós a Anfield, el estadio en el que soñó jugar en un vertedero.
Carla Suárez y Garbiñe Muguruza accedieron a la final del Mutua Madrid Open tras derrotar por 6-1, 3-6, 10-6 a la pareja formada por la francesa Kristina Mladenovic y la checa Karolina Pliskova en 51 minutos de juego celebrados en el Estadio Arantxa Sánchez-Vicario de la Caja Mágica.
«Creo que jugamos bastante bien durante el primer set. Durante el segundo quizá estuvimos con algo más de dudas, siempre sabiendo que delante teníamos a dos grandes jugadoras como Pliskova y Mladenovic», indicó Suárez sobre la pareja rival. «Juegan a gran nivel, restan con mucha agresividad y golpean bastante duro. Ha sido un partido exigente. Al final en el supertiebreak hemos sido capaces de reconducir el partido, jugamos punto a punto».
Las dos españolas, por tanto, volverán a luchar por el título en el Premier Mandatory de tierra batida por segunda temporada consecutiva, después de que en 2014 fueran superadas en la final por las italianas Roberta Vinci y Sara Errani.
Las españolas, terceras cabezas de serie sobre la arcilla madrileña, disputarán su quinta final como pareja, y buscarán el segundo título de sus trayectorias sumando fuerzas, después del ganado sobre la pista dura de Stanford el pasado mes de agosto. El Mutua Madrid Open, de categoría Premier Mandatory, la más importante de todos los eventos organizados por WTA, sería el título de mayor altura de sus carreras deportivas.
En la final, a celebrar en la jornada nocturna de este sábado 9 de mayo, se enfrentarán a la kazaja Yaroshlava Shvedova y a la australiana Casey Dellacqua, que batieron en la otra semifinal a la checa Lucie Safarova y la estadounidense Bethanie Mattek-Sands por 7-5, 3-6, 10-7.
«Necesitamos imponer nuestro tenis. Queremos jugar a buen nivel porque tenemos la espina de la final perdida el año pasado. Necesitamos estar concentradas. Sabemos que Dellacqua en la red es una muy buena jugadora y que Shvedova tiene mucha experiencia en la modalidad. Veremos qué sucede», confesó Suárez.
Xavi dio marcha atrás este verano y decidió quedarse en el Barça, por lo que desde la dirección deportiva respiraron aliviados al no tener que buscar un sustituto que garantizara el orden en el juego, alguien que llevara las manijas del fútbol azulgrana. Prefirieron, además, aguardar a la evolución de Samper, jugador del filial con un cerebro en los pies, y le antepusieron a Kroos, futbolista que finalmente recaló en el Madrid.
Los dos relevos naturales de Xavi ya emigraron del Barcelona. El primero fue Thiago, que prefirió el Bayern porque suponía que tendría más continuidad y porque Guardiola le hizo ver lo importante que sería en su equipo. Ahora, después de una lesión de rodilla que le apartó un año de los campos, ha regresado con el toque y la clarividencia de siempre, futbolista que descuenta líneas de presión con un pase y que alborota el fútbol en las zonas concluyentes. Acaba de celebrar la Bundesliga y pide turno para medirse con el Barça en Europa. También se marchó Cesc, molesto por unas cuantas pitadas del Camp Nou y con el sentimiento de la incomprensión porque no hubo quién diera más asistencias de gol (22) y quien ofreciera más posibilidades en su fútbol, bien de mediocentro, de mediapunta o de falso delantero. También acaba de festejar la victoria de la Premier con el Chelsea tras 23 asistencias.
Thiago y Cesc se marcharon, por lo que no queda un relevo natural de Xavi más allá de Samper
Ahora, la opción de Samper parece haber perdido un poco de fuelle porque no ha podido brillar en el filial, equipo destartalado que pelea sin demasiado éxito por no descender a Segunda B. La falta de un relevo para Xavi, en cualquier caso, es un mal endémico en este Barcelona, toda vez que varios jugadores ya han deslizado su intención de marcharse o, al menos, sus serias dudas de continuidad. Es el caso del mismo Xavi, de Pedro, de Adriano y de Alves. Luis Enrique tiene contrato hasta 2016, pero no habla sobre su futuro. “No concibo el Barça del año que viene sin este entrenador”, expuso Bartomeu. Pero tampoco se sabe quién será el nuevo presidente, con las anunciadas elecciones a la vuelta de la esquina, por más que la fecha de los comicios esté por determinar.
El Barça funciona de rechupete ahora, con técnico, plantilla compensada y Xavi como baluarte para guardar el balón en caso de necesidad; pero no se sabe en qué acabará el año que viene, sancionado por la FIFA a no fichar hasta enero de 2016 por la contratación irregular de menores.
El pasado martes las 24 ligas de fútbol más poderosas se reunieron por primera vez para establecer un punto de partida desde el que caminar juntos para hacer frente a sus dificultades del día a día. A dicha cita -tuvo lugar en Londres- acudió el presidente de la LFP, Javier Tebas, quien, a su vez, tiene entre sus principales objetivos que sus propios clubes peleen de la mano a partir del Real Decreto que, tras la aprobación de jueves, regulará la comercialización unificada de los derechos televisivos. Pero entonar el You’ll Never Walk Alone es difícil en España, principalmente por el carácter independentista de Real Madrid y FC Barcelona. Las pretensiones de la Liga pasan porque fuera del terreno de juego no haya distinción de trato entre ricos y pobres -o consentidos dentro del grupo- para avanzar en pro de un interés común. Una mentalidad que evitaría la toma de decisiones individuales y que afectan a la imagen de nuestro fútbol (y sus sponsors), como el silencio de Cristiano Ronaldo.
Javier Tebas, presidente de la LFP.
Son los dos clubes más poderosos de España y de los que más peso tienen en todo el mundo. Partiendo de esta base parecen lógicos los recelos que nacen de sus despachos para proteger sus propios intereses económicos sobre los de sus compatriotas. La mentalidad de Madrid y Barcelona, pese a que hayan dado el visto bueno del Decreto televisivo está lejos de pensar en colectivo y para ejemplo está el obstáculo que encontró en España Electronic Arts para digitalizar la liga española en su famoso videojuego FIFA.
Mientras que en la Premier League EA Sports pudo escanear los rostros de los jugadores con una negociación colectiva a partir del organismo que rige la competición inglesa, en España se topó con las piedras de Madrid y Barça, quienes pedían un presupuesto a parte. La marca digital había apostado por las caras del FC Barcelona el año anterior, además de otras puntuales de diferentes equipos. El resultado es que el FIFA 15, un videojuego utilizado en 2014 por unas 6 millones de personas, es más real -atractivo- disputando la Premier que la Liga. Por mucho que en la tienda de España haya vestidos buenos, si el escaparate de Inglaterra luce mejor, los clientes se verán seducidos para entrar en la de éstos.
“Hay muy buena relación con la Premier, y que se nos brinde la oportunidad de ir a cada club y escanear a cada jugador, estadio y club, como ‘gamer’, me parece genial. Vas a tener al argentino, al español, al alemán y al italiano pidiendo lo mismo para su liga. No tiene precedente lo que está haciendo FIFA con más de 200 caras reales, y 12 nuevos estadios. Ojalá que se pueda seguir añadiendo nuevas ligas así en el futuro”, señalaron desde EA cuando presentaron el videojuego.
El anterior es sólo una muestra (una traba más) del complejo camino que tiene la LFP para conducir hacia donde quiere la imagen de su propia competición. El aspecto de la comunicación es otro que le gustaría cuidar más para evitar, por ejemplo, que Cristiano Ronaldo decida por sí mismo que no va a hablar hasta fin de curso. Un acto que no sólo le afecta a él, también a su club, competición y patrocinadores. Y un hecho impensable en otros deportes profesionalizados como NBA o Fórmula 1. Para ello, la relación con la Prensa quiere que también se recoja en unos futuros estamentos que esperan firmen todos los clubes para evitar que cada día sea más complejo acceder a los protagonistas.
Con ello se mejoraría no sólo la presencia en medios internacionales de la Liga, también la calidad de las acciones de los sponsors y se podría evitar situaciones como la que sufren algunos jugadores a la salida de sus respectivos entrenamientos. En el caso del Real Madrid, hoy en día es más rentable patrocinar la rotonda de Valdebebas que la propia sala de Prensa.
Durante el pasado curso, la LFP lanzó unos cursos de gestión destinado a aquellos propietarios de clubes de fútbol que pudieran tener dudas sobre cómo administrar de la manera más eficiente su equipo para, adaptándose a los tiempos, manejar siempre cuentas saneadas. Dichas charlas planean ampliarse a otras recomendaciones, como la de establecer métodos para hacer más atractivas las gradas y evitar la mala imagen de asientos vacíos.
La LFP está concienciada de que no compite en Europa contra el Manchester, Chelsea, PSG, Milan, Juventus o Bayern, sino en todo el mundo contra la Premier, Ligue 1, Calcio y Bundesliga… y la NBA, Fórmula 1, Motociclismo… Ese es el camino por el que quiere andar, con permiso de Real Madrid y FC Barcelona.
PD: Hablando de unir, BBVA y LFP disponen de estrategias paralelas de comunicación en lugar de un único canal oficial.
La llama del derbi entre el Arsenal y el Chelsea se mantuvo viva el tiempo que tardó en darse cuenta el equipo de José Mourinho, plano y reservón, de que un empate (0-0) en el Emirates era un resultado de oro. Levantaron el pie del acelerador los blues y se destensó el cuadro de Arsène Wenger, al que ni siquiera el acicate de batir por primera vez a su colega portugués –siete derrotas y seis empates a favor del luso en el cara a cara– le sirvió de estímulo. A falta de cinco jornadas para la conclusión de la Premier y con un partido menos, el Chelsea ya acaricia la corona inglesa: cuenta ahora con 10 puntos de renta sobre el City y los gunners. Alirón a la vista, por tanto.
Si una dosis del morbo se concentraba en los banquillos, por el desencuentro eterno entre los técnicos, otra buena porción correspondía al número 4 de los blues. Antiguo buque insignia de los gunners, Cesc eligió la opción de Stamford Bridge después de que Wenger descartase su regreso al Emirates el pasado verano.
“Porque quería ganar títulos”, se encargó de enfatizar Mourinho en la previa del encuentro. Así que recibió los calurosos bufidos de los seguidores del Arsenal cada vez que tocó el esférico. Cada intervención del medio, ahora de azul e infiltrado en las filas enemigas, vino acompañada del ruidoso ¡buuuh! de la grada. Solo una pequeña tregua al final, cuando fue relevado por Zouma y recibió unos pocos aplausos como reconocimiento por los servicios prestados.
Enmascarado a raíz de la fractura nasal que sufrió a principios de mes, al medio pareció importarle más bien poco el revuelo. En su línea esta temporada, tejió el juego del Chelsea y mandó. Y de un delicioso pase suyo, en forma de parábola, nació la primera gran oportunidad de los visitantes. Oscar ganó la espalda a la defensa, Cesc filtró el cuero y el brasileño logró rematar el balón ante la salida de Ospina, que arrolló al atacante y le dejó grogui; el árbitro, muy desacertado, obvió la pena máxima, más que evidente. Camino del gol, el balón fue desviado finalmente por Bellerín, velocísimo en la carrera.
Eddie Keogh (REUTERS)’);»> ampliar foto
Acto seguido, Fàbregas fue de nuevo protagonista, pero en la otra área. Le tiró una finta a Cazorla y cayó, pero el árbitro no interpretó el leve toque del asturiano como penalti y le amonestó. En la banda, risas burlonas de Mourinho, quien poco después aparcó los aspavientos ante una mano clarísima de Cahill en su intento por atajar un disparo a media distancia de Cazorla. El centrocampista asturiano volvió a actuar como mediocentro, en compañía del bregador Coquelin, y fue de nuevo el mejor soporte de su equipo. Nada que ver con el taciturno Özil, desfondado y sin desborde, una caricatura de aquel estilista que sedujo al Bernabéu.
La batalla en su terreno, la zona media, fue hermosa. Por ahí fluyó la mayor parte del tiempo el balón, tratado con mimo durante el primer acto por parte de ambos equipos, pero inyectado de una anestesia innecesaria en la segunda mitad. Y eso que Mourinho abandonó la fórmula del falso ariete con Oscar –forzada por las ausencias de Diego Costa y Remy– y desenjauló al viejo Drogba, invitado non grato en el Emirates debido a los ocho goles que le ha endosado al Arsenal en las 12 veces que le ha encarado. Esta vez no tuvo la opción el delantero marfileño, 37 años ya en su DNI.
Cesc fue abucheado en su retorno, pero al ser sustituido recibió aplausos por los servicios prestados
Para intentar destrabar el asunto, Wenger también tiró de dinamita en el tramo final del duelo. Miró a la banqueta y retiró a Coquelin y Giroud para dar entrada a Welbeck y Walcott, dos picas poco afiladas. No cambió el panorama. Enredos e imprecisiones, contención y escasas opciones reales de hallar el gol. Uno, el Arsenal, que quería pero no podía; y otro, el Chelsea, al que con el paso de los minutos le gustó más y más el empate. De ahí los brincos finales de los blues tras el pitido definitivo, después de un derbi con balas de fogueo que les deja a un paso del título. Será, salvo hecatombe, el primero de Mourinho en su retorno al Bridge.
Yaya Touré ha dicho ‘basta’. El centrocampista africano se ha cansado de los malos resultados que está cosechando el Manchester City en la presente temporada y ha anunciado que el próximo curso no seguirá en el conjunto del Etihad. El africano, que llegó al club ‘sky blue’ en juliio de 2010 a cambio de 24 millones de libras, ha anunciado que ha llegado el momento de cambiar de aires, allá donde pueda volver a ganar.
Desde luego, la presente temporada del Manchester City está siendo decepcionante. Un equipo hecho a base de talonario para pelear por todo, va a cerrar la temporada en blanco: cuarto en la Premier a doce puntos del líder, el Chelsea (y con un partido más), eliminado de la FA Cup por el Middlesbrough (Segunda División), de la Capital One por el Newcastle, aplastado por el Arsenal en la Community Shield y apartado en la Champions por el Barça…
Los malos resultados de un equipo confeccionado para ganar -en especial en Liga de Campeones, la gran obsesión de la directiva-, se cobrará víctimas a final de temporada, donde todo hace indicar que Manuel Pellegrini no seguirá. Pero la salida del chileno no es la única que tendrá lugar y todo apunta a que buena parte de las estrellas del equipo podrían hacer las maletas… entre los que se encuentra el propio Yayá Touré.
El centrocampista africano, en una entrevista concedida a la revista Foot Mercato, ha confesado que cree que ya no es parte del City: «Ninguna cantidad de dinero hará que me quede en un club al que siento que ya no pertenezco. Sería injusto de mi parte. No se dónde podría jugar en el fututo, pero siempre iré donde me ofrezcan nuevos retos. Eso está en mi naturaleza», confiesa el mediocentro.
Touré se puede convertir en una de las grandes perlas del mercado, pues a sus 32 años aún es un jugador capaz de ofrecer mucho a un equipo de primer nivel que pueda optar por ganar títulos. Y es que entre líneas es a lo que se refiere el malí, pues sabe que el City es un conjunto diseñado para pelear por grandes retos, pero que en los últimos años ha demostrado muchas dificultades para levanter títulos.
Y, en esta situación, un equipo empieza a sonar en el horizonte: el Paris Saint-Germain. ¿Será el equipo galo su próximo destino? «El PSG es un gran club que no ha terminado de crecer y donde cualquier gran jugador puede encontrar un lugar para mejorar», señala. Por si fuera poco, sería uno de los pocos conjuntos que podrían pagar los 300.000 euros semanales que cobra el africano. Pero lo que está claro es que Touré no quiere seguir en el City.