Toni Kroos abandonó el partido contra el Valencia en el minuto 25 y fue sustituido por Asier Illarramendi. El jugador se acercó al banquillo del Real Madrid para ser atendido por los servicios médicos del club después de pararse en el centro del campo cuando bajaba a defender un contragolpe valencianista.
El centrocampista alemán del Real Madrid se llevó la mano al glúteo izquierdo, pero Carlo Ancelotti comentó en la rueda de prensa posterior al partido que no parece que la lesión sea mucular. Los problemas de Kroos tiene que ver con un fuerte golpe en la cadera que se produjo en una mala caída tras una falta recibida unos minutos antes.
A cuatro días para el partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones que debe jugar el Real Madrid ante la Juventus, Ancelotti podría tener otro problema en el centro del campo. Kroos se someterá a pruebas médicas este domingo, pero desde el club ya han confirmado que la lesión no parece grave.
Justo después de la sustitución de Kroos, en la siguiente jugada, una falta sacada por Dani Parejo la cabeceó a la red de Iker Casillas el centrocampista Javi Fuego, que marcó el 0-2 en el estadio Santiago Bernabéu.
Mestalla asistió a la paradoja de ver golear a su equipo al Granada en una exhibición del central local Otamendi. El defensa argentino, un coloso, impidió que el conjunto andaluz rematara entre los tres palos de Diego Alves. A partir de ahí, el Valencia fue imponiendo su ataque de vértigo de una manera implacable: primero Javi Fuego al cabecear un córner, después Parejo de penalti y, ya en el tramo final, la pareja Rodrigo de Paul-Negredo, entrados de refresco, acabaron de descerrajar al Granada, que ya suma siete encuentros sin ganar. El equipo de Nuno, casi infalible en su estadio, mantiene la cuarta posición en la tabla.
Barragán ha experimentado una evolución exponencial de la mano de Nuno, que apostó por él sin ninguna duda desde principio de temporada. El lateral derecho, de 27 años, venía de un par de cursos irrelevantes en Mestalla, con más pena que gloria, ocupando un puesto casi de relleno, como si le viniera grande el equipo. La confianza, sin embargo,le ha permitido encontrar su lugar. Defiende con firmeza como la jornada anterior en el Camp Nou. Y ataca con determinación y clase, como en ese caño largo de este lunes a Mainz que acabó en penalti. Ha aprendido todos los automatismos con Feghouli y se siente ya un futbolista de verdad.
Parejo transformó esta vez en penalti. Fuerte y enroscado a la izquierda de la meta de Roberto, muy parecido al lanzamiento frustrado por Bravo en el Camp Nou, pero con algo más de potencia. El décimo gol del capitán valencianista, muy cómodo en la dirección del juego a partir del primer tanto, el de Javi Fuego, de cabeza a la salida de un córner. No es que Fuego sea un gran cabeceador. Es que el poder intimidatorio de los centrales valencianistas en los córners relaja el marcaje sobre los demás.
El Granada no había disparado a gol en toda la primera parte. Los centrales locales, Otamendi y Mustafi, son palabras mayores.
El Valencia se dejó ir en la segunda parte, pensando en las próximas citas (Rayo Vallecano, Eibar y Real Madrid) hasta que entraron dos meritorios de lujo (Rodrigo de Paul y Negredo) y agitaron el árbol. El volante argentino sirvió dos veces regalos a su amigo vallecano. Tras el primero Negredo, corriendo hacia atrás y de espaldas a la portería rival, dibujó un sublime pase a la llegada de Feghouli, que marcó de un zurdazo formidable. Y en el segundo, un centro con la diestra desde el pico izquierdo del área, entró Negredo con furia para cabecearlo, ganándole la espalda al lateral Gil Martins. Dos destellos de Negredo y la felicitación inmediata desde el banquillo de Alcácer, en esa rivalidad tan feroz y noble entre los dos delanteros.
Luis Enrique no se cortó y la respuesta pareció salirle del alma cuando en la sala de prensa se le presentó la duda sobre el secreto en la portería, instándole a encontrar razones que justifiquen que con la misma facilidad brille Ter Stegen en París, en Champions, y tres días después, en el Camp Nou, Claudio Bravo resulte decisivo frente al Valencia. “Es fácil”, dijo; “tienes un director deportivo como Zubizarreta y te ficha dos porterazos”. A Zubi lo despidió Bartomeu en enero; Bravo, de parada en parada, reforzó contra el cuadro valencianista el liderato del Barcelona. Y eso hizo el chileno, que acumula 2.880 minutos en los 32 partidos de Liga disputados. En 18 de ellos ha dejado su portería a cero y ha encajado 19 goles. El meta azulgrana ha recibido 80 remates a portería en la Liga y acumula 61 paradas.
Con este resultado no salimos reforzados, salimos reforzadísimos”, afirmó Luis Enrique
“Dedico la parada a mis compañeros, porque sin su esfuerzo no hubiéramos ganado este partido. Gracias a ellos, defendemos como defendemos”, aseguró Bravo tras el partido, antes de explicar que no se había preparado de manera especial para el lanzamiento de Parejo. “No, no lo tenía estudiado. Simplemente he tratado de hacerle dudar, porque entiendo que no debe ser fácil tirar un penalti en un campo como el Camp Nou, con tanta presión”. Le salió bien. “Son momentos puntuales en los que los porteros deben intervenir y salvar la situación. Te vienen muchas cosas a la cabeza y, básicamente, había que pararlo como fuese”, completó. El portero recordó que el equipo venía de realizar “un esfuerzo muy grande en París” y que cuando el juego no es fluido “hay que tirar de todo”. “Apelamos al espíritu de nuestro campo y nos vamos felices”, subrayó. Y negó que necesitara una parada como esta tras su fallo en el primer gol del Sevilla, hace una semana, en el Sánchez Pizjuán. “Era el primer gol que me marcaban desde fuera del área en el campeonato y pude hacer algo más. Pero no necesitaba nada, sé que el éxito está en el trabajo de cada día”, concluyó el cancerbero del Barça, que reconoció que el trabajo con Ter Stegen y con Massip le hace crecer como portero.
Luis Enrique se marchó satisfecho, más por el trabajo de Bravo — “ha estado muy bien”, dijo— y por el resultado que, seguramente, por el juego. Pero, el técnico no tenía dudas de que habían merecido el triunfo. “El resultado es justo”, aseguró. Y remató: “No salimos reforzados, salimos reforzadísimos”.
Hemos merecido más. En la primera fueron demasiadas ocasiones para finalizar 1-0”, aseguró Nuno
Admitió Luis Enrique que el porcentaje de errores de la primera parte “no es normal”, como tampoco lo fue el de faltas cometidas (18). Frente al Valencia fue el partido que más infracciones le han pitado al Barça en todo el curso. “Esa es una de las cosas que hemos tratado de corregir en el descanso. Está muy bien tener intensidad y actitud, pero si haces tantas faltas frente a un equipo como el Valencia se convierte en un problema. No es la mejor manera de defender, pretendemos evitar acciones a balón parado, que sean las menos posibles”. La media de faltas señaladas al Barcelona en esta Liga es de 9,7 por encuentro, en 32 jornadas le han pitado 319 faltas. Tampoco fue ese el único problema del equipo, según Luis Enrique. “Hemos perdido demasiados pases y eso nos ha impedido transiciones largas”, reconoció el preparador blaugrana.
Nuno Espíritu Santo, con cierto aire de resignación, convino que la derrota le dejó, a él y su equipo, “tristes, dolidos y con sentimiento de rabia”. “Hemos merecido más. En la primera fueron demasiadas ocasiones para finalizar 1-0. Y eso te deja jodido. Estoy orgulloso de mis jugadores, pero no satisfecho, porque no vale de nada un trabajo tan bueno si sales con una derrota”, aseguró. Y sentenció: “En el fútbol no es importante jugar bien, es importante ganar”. O parar un penalti decisivo, como hizo Bravo.