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Frase Motivadora de Paulo Coelho Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré. Hoy, estoy
Está muy dolido y decepcionado. Y sobre todo muy triste por la situación que vive la Asociación de Deportistas (AD). Presidente hasta hace unos días, Cayetano Martínez de Irujo valora en charla con El Confidencial lo sucedido en las últimas horas, con la imputación del nuevo mandatario, Antonio García-Plata, por falsificación de firmas y por cometer un delito societario. “¿Presidente de la Federación Española de Hípica? Se le quitan a uno las ganas después de lo que me ha pasado en la Asociación de Deportistas”, afirma Cayetano.
Cuando le toca hablar del proceso que ha sufrido la AD, dice que “es muy sencillo. Los representantes individuales que estábamos, Vivi Ruano, Manel Berdonce, María José Rienda, Marc Gené y yo ya no estamos, nos sacaron. Se han hecho con la asociación los representantes del fútbol y del baloncesto. Es muy triste, aunque ya me lo advirtió Emilio Sánchez Vicario, que los representantes del fútbol utilizarían la fuerza y los votos de los futbolistas para quitar a los deportes individuales y quedarse con la asociación. Precisamente se había hecho para los deportes individuales y para ayudarlos. Ha pasado esto sin motivo ninguno, habrá que ver ahora a cambio de qué y por qué motivo”.
“Ya no quiero valorar nada, quiero que lo hagan los medios y los deportistas en si”, dice cuando se le pregunta por el futuro. Y subraya que “cuando entreno en el CAR me vienen deportistas de lucha, gimnastas y gente de todos los deportes que no entienden lo que ha pasado. Nadie entiende cómo es posible que en su día esta asociación se hiciera con la ayuda del fútbol y de los futbolistas, que son nuestros hermanos mayores, nuestros mentores y ayudantes. Se creó esta asociación con ese objetivo inicial de ayudar a todos los demás y el anterior presidente de la AFE puso dinero para que eso fuera así y a partir de que hubo un relevo en la representación de los futbolistas todo ha ido degenerando en esto”.
Recuerda Cayetano que “Emilio Sánchez Vicario, que fue el presidente anterior a mí, ya tuvo un choque fuerte y le pasó lo mismo que a mí; yo he vuelto a confiar en ellos y esto es lo que me ha pasado. Veremos el desenlace, qué pasa con la asociación, con los empleados de la asociación y ya podréis juzgar los medios mejor de lo que muchos lo han hecho hasta ahora. Ha habido algunos medios que nos han puesto al nivel de esta tropelía a los damnificados y al nivel de los que nos han usurpado y nos han quitado de ahí de la manera que ha sucedido”.
Y para acabar, no tiene dudas de quiénes han sido los grandes perjudicados. “Por supuesto que han sido los deportistas. Se han paralizado las becas y, visto lo visto y lo que ha pasado ahora, es lógico que los patrocinadores y todo lo que había ahí, y que habíamos conseguido con mucho esfuerzo, se haya paralizado”, significa para acabar.
La Juve apostó por jugar en el desfiladero ante el Mónaco, y le salió bien. El empate sin goles dio el pasaporte a los italianos tras 12 años en el limbo europeo. Es el retorno de un histórico que hace bastante poco se quemó en el infierno de segunda por asuntos bastante turbios. Dominadora absoluta en el campeonato italiano, a esta Juventus le faltaba dar un salto y mirarse a la cara con los grandes del continente. Y vaya si lo hará. Ahora esperan Barcelona, Bayern y Madrid, los tres gigantes del fútbol.
Un gol, un penalti. Eso fue todo lo que la vechia signora necesitó para despachar al Mónaco, el invitado inesperado en el baile de cuartos de final, pero que vendió muy caro su pellejo. Nadie como los italianos para rentabilizar un tanto, que para más inri llegó tras un error arbitral hace una semana en Turín. Pero esa diana fue una losa para los monegascos, que salieron obligados a atacar.
El balón era de los locales y solo se jugaba en campo visitante, aunque la Juve no parecía muy incómoda. Muy ordenada, con los tres centrales atrás barriendo cualquier internada de Eduardo Silva o Ferreira-Carrasco, solo concedía disparos lejanos a Kondogbia o centros laterales bastante improductivos. Las continuas faltas de los italianos para cortar el ritmo espesaron el partido y aturdieron a los jugadores del Mónaco. Los juventinos solo se estiraban para meter algo de miedo con algunas contras conducidas por Tévez o Morata.
Para el Mónaco era todo o nada. Había que marcar y tras el descanso los de Jardim salieron con una intensidad no vista en la eliminatoria. Presión muy arriba para arrinconar al rival e inquietar un par de veces a Buffon. Fue el peor rato para la Juventus, los únicos 15 minutos que pensó que la eliminatoria se le podía ir, pese a las apreturas del resultado. Pero Pirlo mandó parar. El eterno mediocentro cogió la bola, no mucho, lo justo para que su equipo respirase, contase hasta 10 y se serenase. Ahí se acabó todo. El campeón italiano volvió a la comodidad en defensa y fue un muro insalvable para el Mónaco. Incluso Pirlo mandó al balón para que besase la escuadra en un magistral libre directo.
Hay futbolistas que escriben su historia en un libro aparte. Conquistado el juego, rendida la afición, parecen saltar al césped dispuestos a atrapar registros. El 18 de agosto de 1998, Xavi Hernández (Terrassa, 1980) se estrenó en un partido oficial con la camiseta del Barcelona. Nadie en el fútbol actual ha abierto tanto sus vitrinas (25 copas, tres con la selección española). Nadie ha disputado más encuentros con el Barça (755). Y, desde el miércoles, nadie se ha visitado tantos campos en Europa. Leyenda entre leyendas, frente al PSG el capitán del Barça sumó su partido 169 en competiciones europeas. En el retrovisor quedaron Maldini (168), Seedorf (161), Zanetti (160) y Raúl (158). Récords al margen, los partidos no oxidan su fútbol.
En el verano Xavi se tapó los oídos frente a las suculentas ofertas del fútbol catarí y de la MLS de Estados Unidos. Sabía, en cualquier caso, que la recompensa no pagaría con minutos en el Camp Nou. “Si te quedas, para mí perfecto; pero si no te pongo, no me toques las pelotas”, le advirtió Luis Enrique. Así sucedió. La temporada pasada Xavi participó en el 85% de los minutos disputados por el Barça. En este curso, con el asturiano en el banquillo, el 6 vio cómo su participación se adelgazaba hasta un 40%. No le importó. No se recuerda ninguna cara larga del campeón del mundo ni al entrenador ni a los compañeros. A sus 35 años tiene claro su rol.
“Xavi siempre nos aporta grandes cosas. No es una novedad. Es lo de siempre”, elogió Luis Enrique al interior de Terrassa, tras la victoria azulgrana en el Parque de los Príncipes. Al centrocampista no se le gastó su tiza en el último pase: suma ocho asistencias esta temporada. Una cada cuatro partidos, cifras, incluso, superiores a las de la temporada pasada (cuando promedio 0,12 pases de gol), pero estadísticas calcadas al último curso de Guardiola en el banquillo del Barcelona.
Desde que Luis Enrique cogió las riendas del Barcelona, el juego azulgrana cambia de piel. A veces, punzantes en ataque; otras, pacientes con el balón. Y aunque Xavi se contamina con el vértigo de sus compañeros (da un 30% menos de pases que, por ejemplo, cuando Tito Vilanova era el técnico del Barça), no pierde su acierto: 93% de eficacia. Ocurre, en cualquier caso, que cuando el técnico asturiano quiere guardar el cuero, encuentra siempre el mismo nombre para la misma pregunta: Xavi. Revulsivo con pausa, el capitán saltó desde el banquillo en 17 de los 32 partidos que ha disputado en esta temporada.
Cuando los encuentros se le alocan al Barcelona, la cabeza de Xavi devuelve la sensatez al fútbol. Pasó en Vigo (0-1), pero la fórmula no funcionó en Nervión (2-2). Sin embargo, la receta volvió a tener éxito en el Parque de los Príncipes. Cuando Blanc mandó al campo a Lucas Moura en lugar de Rabiot, el partido dio lugar a una vorágine que no ayudaba a los intereses del Barça. Pero, toda vez que el campeón del mundo con España cogió el timón, el cuadro de Luis Enrique cocinó el partido que se le extravió en el Sánchez Pizjuán.
Aunque pasó de jugar el 85% de minutosal 40%, su presencia resulta determinante
Xavi tiene un imán con la pelota y su presencia funciona de analgésico a la asidua (en esta temporada) desesperación del Barcelona. Tranquilidad para Luis Enrique y también para Leo Messi. El argentino descansa en el catalán. El 6 es un manto de seguridad que arropa al juego del 10. En los 37 minutos en el campo de Xavi frente al PSG, Messi le cedió el cuero en 12 ocasiones, sólo superado por Busquets (jugó todo el partido) al que le pasó la pelota 16 veces.
Ya no esconde Luis Enrique su equipo de gala; sin embargo, con Iniesta en la enfermería — sufre una fuerte contusión en la articulación sacroilíaca—, Xavi está disponible para entrar en el once frente al Valencia. El sábado el Barça defiende su liderato en su casa y el presente del interior no olvida su pasado. Un poco de Xavi es mucho, y tiene ventaja sobre Rafinha y Sergi Roberto para relevar a Iniesta. Quizá son las últimas pinceladas del fútbol de Xavi con la camiseta azulgrana. Nostalgia anticipada en el Camp Nou, que se empieza a despedir de su hombre récord.