Florentino anuncia la destitución de Ancelotti, lo que ha sido una "decisión muy difícil"

A partir de las 19 horas se desvelará una parte de los planes de Florentino Pérez de cara al futuro del Real Madrid. En una rueda de prensa en el Santiago Bernabéu, salvo sorpresa, el presidente de la entidad hará oficial la salida de Carlo Ancelotti echando el cierre a una etapa que ha durado dos años.

«»Bienvenidos al estadio Santiago Bernabéu. Mi comparecencia va a ser muy breve la Junta directiva ha tomado la decisión de destituir a Carlo AncelottiHa sido una decisión muy difícil, sobre todo para la junta directiva, pero no hemos venido a tomar decisiones fáciles, sino las que creemos que son las mejores para una institución que es la mejor del mundo», dice el presidente.

«Ancelotti forma parte de nuestra historia, porque es el entrenador que ha ganado la décima. Necesitamos un nuevo impulso que nos permita conseguir nuevos éxitos en esta nueva etapa. Vamos a volver a dar satisfacción a lo más importante de esta casa, nuestros socios. Ha sido una decisión tomada en la última semana. He estado con Ancelotti antes de venir aquí. Es un señor, es un caballero, pero una cosa es lo personal y otra lo profesional. Desde aquí quiero agradecer a Ancelotti todo nuestro cariño, porque esta ha sido su casa durante dos años», añadió el máximo mandatario blanco.

El máximo mandatario ha valorado en los últimos días la opinión del Santiago Bernabéu, favorable al técnico italiano, pero la decisión previa ha pesado más finalmente. No sólo el socio del Real Madrid se pronunció sobre la continuidad del entrenador, también el vestuario por medio de James, Nacho, Illarramendi, Cristiano Ronaldo, Modric… «»Los jugadores han manifestado el cariño que le tienen a él, que es mismo que le tengo yo y el resto de aficionados. Acabamos de tomar la decisión y no se la hemos comunicado«, respondió sobre si se lo había comunicado a la plantilla. 

De confirmarse su marcha, Ancelotti sería el noveno técnico en los doce años de Florentino Pérez al frente del club. El listón, Carletto, lo deja alto con cuatro títulos en dos años, la ‘reunificación’ de un vestuario que estaba dividido y el respaldo desde todos los flancos (salvo desde el sillón presidencial) que había concentrado el transalpino.

A lo largo de este lunes, Florentino Pérez ha tenido reunión con su junta directiva y también con el protagonista del banquillo merengue en los últimos dos años. El punto final a la historia la ha puesto ante la prensa. A partir de la próxima semana empezará, según dijo, a buscar un nuevo entrenador. «Sería muy bueno que hablara castellano», respondió sobre si el próximo técnico hablará castellano. 

Dos mazazos sobre tabique roto

La Liga está tan ajustada que cualquier huesecillo roto puede inclinar la suerte del campeonato. Pudo ser un incidente irrelevante, cualquier pugna, un balón que sobrevuela por la zona más caliente en el momento menos previsto de un partido bañado en sudor. Pudo ser un duelo de jugadores, un salto, un choque como tantos otros. Algo efímero. Pero el tabique nasal de Krychowiak se partió contra el cráneo de Ramos. Corría el minuto 30 del partido en el Sánchjez Pizjuán cuando se precipitó la hemorragia. El polaco fue retirado a la banda y allí los médicos del Sevilla dudaron. Le movieron la nariz. Lo sometieron a un interrogatorio. Le pusieron tapones para frenar el goteo de sangre mientras Emery se movía al límite del paroxismo. El técnico envió a calentar a Iborra. Pero no se decidió a cambiar al herido. Esperó. Pasaron los minutos. Contra uno menos, por primera y única vez en el partido, el Madrid se mostró superior. Avanzó 10, 20, 30 metros. Se plantó en campo rival. En el minuto 35 Cristiano se anticipó al centro de Isco desde la izquierda y marcó el 0-1 de cabeza. En el 36, después de otro centro, esta vez desde la derecha, metió el 0-2. Cuando Krychowiak regresó al campo, casi diez minutos después, la Liga había recobrado la vida.

La ausencia del poderoso mediocentro sevillista provocó un vacío que sus compañeros no consiguieron llenar. Del desorden se aprovechó Cristiano, cada día más experto en la interpretación de los tiempos del área. El portugués remató a un toque las jugadas de los dos goles. Rápido, implacable, resuelto. Los celebró golpeándose el pecho de cara a la grada, reivindicándose, homenajeándose a sí mismo, y, por fin, reuniéndose en la banda con su amigo Coentrão para fundirse en un abrazo. Se acababa de colar por la vía abierta en el tabique roto de Krychowiak para volver a adelantarse a Messi en el frenético mano a mano goleador que los mantiene ocupados.

El hat-trick de Cristiano arrebató a Messi el liderato del Pichichi afianzándole con 42 goles

La calurosa tarde de Andalucía inflamó los cañones. Messi había sumado en Córdoba su gol 51 en la temporada (40 de ellos en Liga, seis de penalti), y Cristiano (50 en todas las competiciones, 39 en Liga, 11 de penalti) debía marcar si quería recuperar la cabeza de la clasificación del Pichichi.

El Madrid controló el partido con dificultad durante la primera media hora. Por más que Ramos se ocupaba de hacerle la cobertura, Kroos nunca llegaba a tiempo. A la espalda del mediocentro alemán se abría una pradera por la que circulaban a placer Reyes, Bacca y Vidal. El Madrid atravesaba por serias dificultades cuando Ramos y Krychowiak saltaron peleando por la conquista de un balón volador. El accidente tuvo mucho de circunstancial. Ramos no habría estado ahí de no ser porque Modric se ha lesionado y Ancelotti ha encontrado en el sevillano una solución inusual. El entrenador prefiere ubicar al central en un puesto antinatural para él antes que contar con Lucas Silva, el centrocampista cuyo fichaje costó unos 15 millones de euros en el último mercado invernal.

Emery prefirió esperar diez minutos con un jugador menos a meter a Iborra por el polaco

El detalle no dice nada bueno de Silva y habla mucho de lo azaroso que es el fútbol. Sin esa cadena de causalidades Ramos y Krychowiak no habrían percutido. Sin esa fricción el partido habría sido completamente distinto. Pero ya no volvió a ser el mismo partido. Ni la Liga volvió a ser la misma Liga.

Cristiano se ocupó de blandir el mazo. Dos veces, contra diez, en un par de acciones magistrales por su economía de gestos. Dos intervenciones quirúrgicas, rápidas, que arrojaron al Sevilla a los matorrales mientras Unai Emery esperaba que su mediocentro favorito dejara de sangrar. Las dos acciones recolocaron al portugués en la cabeza de los goleadores con 41 tantos —luego metió el 42 para asegurar la victoria—.

Las tribunas no dejaron de cantar, de animar, de encender a sus jugadores en desventaja. Resultó inútil. La fractura que originó el hueso roto de Krychowiak fue irreparable.

El fútbol según Shakespeare

En secreto, todos los futbolistas temen a las jugadas inofensivas. Son las más peligrosas. Cuando parece que no ocurre nada interesante, y los mediocentros marean el balón como si diesen vueltas a un guiso, de pronto se escucha un crack en una rodilla, reducida a migas de pan. Esa onomatopeya anuncia la bancarrota en forma de larga lesión, pues hay futuros que dependen de que no se despeine un músculo. Sergio Asenjo, el portero del Villarreal, va por su tercera rotura, algo que lo convierte en un caballero irreductible al que la tormenta hostiga todo el tiempo, pero nunca derrota.

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Un futbolista lesionado siempre sale a flote. En cierto sentido, te evoca a aquel vecino de Ourense al que hace 80 años subieron a una camioneta y condujeron al bosque. Allí le descerrajaron tres tiros. Nada grave, aunque lo dieron por muerto. El joven se arrastró hasta la carretera. Alguien lo recogió y lo llevó al hospital. Días después, tan pronto sus ejecutores se enteraron, partieron hacia la clínica y lo arrojaron por la ventana, desde un tercero. Mal podían imaginar, al huir por una puerta trasera, que el chico no se había roto un solo hueso. Esos son los futbolistas que me gustan. Ni siquiera hace falta que jueguen al fútbol.

Cuando un muchacho se va al hospital en una jugada de trámite, se repone. Lentamente, se hace a la idea de que los huesos despedazados son pelusilla en los hombros, que se sacude sin más. No importa si caes hasta el fondo, ni si el dolor te estremece, ni si cojeas. Todos sabemos que cojo se juega mejor, del mismo modo que un equipo diezmado, según Helenio Herrera, se volvía imbatible. Tal vez la lesión sea una de las primeras adversidades a las que deba someterse un futbolista para ponerse a prueba y descartar que no prefiere ser radiólogo o detective privado.

Cuando nada importante está en juego, y el día te sonríe, adviene la bancarrota

La lesión es lo que pasa mientras no pasa nada. Luka Modric se rompió hace un mes por disputar el dominio de una piedra que confundió con un balón de reglamento. ¿Pudo evitarse? No. Al croata le gusta demasiado el fútbol como para menospreciar los lances estériles, que sólo te conducirán a la ruina. Además es tan buen jugador que no necesita el balón. Puede darte un pase de gol con una lata de Fanta. “Lukita, inventa”, le dice un amigo al comienzo de cada partido. El encuentro contra el Málaga iba a ser un picnic, y se derrumbaron Modric y Bale. Cuando nada importante está en juego, y el día te sonríe, adviene la bancarrota. Shakespeare, que reflexionó mucho sobre fútbol, aunque antes de que se inventase, ya nos alertó en El rey Lear, por boca de Edgar: “El cambio que nos desmantela nos llega siempre cuando estamos instalados en lo mejor”.

La salud se vuelve sospechosa. Carlos Castilho, exguardameta del Fluminense, sufrió su quinta rotura en el meñique izquierdo en el momento que el equipo acariciaba el título. El médico le explicó que con una operación sencilla, y dos meses de reposo, estaría a punto para el comienzo de la siguiente temporada. Castilho lo miró desencajado, y preguntó si no habría manera de acortar la convalecencia. “Por supuesto que sí”, dijo el doctor entre risas. ¿Cómo? “Amputando”. Dos semanas después, Castilho ya defendía la portería con nueve dedos, que se bastan y sobran. Los futbolistas que no cuentan hasta diez para hacer las cosas, viven para siempre en nuestra memoria.

Simeone: “El fútbol es muy bueno porque todos tenemos razón”

Entre los 200 partidos que cumple mañana en Villarreal, su 45 cumpleaños y los coletazos críticos del euroderbi compusieron una comparecencia tan distendida como reflexiva de Diego Pablo Simeone. Tranquilo, el entrenador del Atlético entrelazaba los pulgares mientras elaboraba pausadamente unas respuestas que pocas veces fueron tan largas. Y nunca tan expresivas con esa sensación de amenaza o de vértigo que pueden generar una avalancha de críticas incluso en un entrenador de fútbol tan valorado por una afición. “En estos 200 partidos han pasado cosas muy buenas. El esfuerzo, la entrega y la competencia que hemos tenido en todos los futbolistas que han pasado nos ha permitido encontrarnos en un lugar de exigencia tremendo y eso habla muy bien de todo lo que se ha hecho. Esperamos seguir de la misma manera, pensado que me pueden echar mañana y eso me hace estar alerta para cuidar el lugar que tengo porque me gusta, lo quiero y porque me siento identificado con el club”.

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Simeone fue preguntado, más allá del crédito que tiene entre la hinchada, por si no había percibido la sensación de desencanto generalizado por su planteamiento del Bernabéu. “¿Las sensaciones?”, se repreguntó, “Las sensaciones son muy amplias, en el fútbol podemos discutir un montón de cosas, si es mejor perder 4-2-, 5-3 y 1-0 sobre el final con uno menos, que eso no lo recuerdan mucho, o con Tiago que había pedido el cambio porque estaba fundido. Pero uno no busca excusas, sino que habla de una realidad que es incompatible con lo que opinan desde otro lugar. Es entendible porque las criticas son justas desde el lugar que uno tiene y tienen que existir, y se puede discutir. El fútbol es muy bueno porque todos tenemos razón”.

Estoy en alerta para cuidar el lugar que tengo porque me gusta, lo quiero y me siento identificado con el club”

Tiene Simeone un convencimiento total en que es el la pura eliminación y no el cómo fue lo que ha disparado la cascada de críticas hacia su planteamiento del miércoles pasado. “No hay que enojarse con la críticas, no fastidiarse, todo lo contrario, hay que tomar algún comentario y obviamente dejar de lado los que no tienen argumento. Me acuerdo cuando empezamos, los primeros partidos con el Madrid o el Barça decían: ‘Hay que apretarlos arriba’. Y te metían cinco, seis; ‘Hay que apretarlos fuerte atrás’. Y te metían cinco, seis goles… “El futbol”, advierte Simeone, “da la oportunidad de que hablemos todos y que tengamos nuestras razones porque todos somos entrenadores. Los que estamos ahí tenemos que tomar decisiones y estamos más expuestos al resultado y cuando este es negativo, las criticas tienen más valor”. “Pero cuando jugamos en el Bernabéu”, señala el técnico refiriéndose a la final de Copa conquistada en 2013, «y ganamos después de 14 años nos reventaron los palos todo el partido, pero vencimos 2-1. Esto es el fútbol”, zanjó de forma lacónica.

Cuando ganamos la Copa en el Bernabéu nos reventaron los palos todo el partido, pero ganamos 2-1- Esto es el fútbol»

Desde el miércoles se ha entremezclado de mala manera el liderazgo que Simeone tiene entre la hinchada y sus méritos, con las críticas por un solo partido. No se ha cuestionado una trayectoria, pero sí 90 minutos en los que el Atlético apenas dio sensación de poder imponerse a ese Madrid en el que no estaban ni Modric, ni Marcelo, ni Benzema, ni Bale. “La gente no consume solamente lo que escucha o lo que lee, sino lo que ve, y lo que ve es una realidad que dice que desde hace tres años y medio competimos, que hemos estado a la altura de todas las competencias. Más allá de lo que puedan leer o escuchar están acompañando al equipo porque ha mostrado rebeldía, insistir, no bajar los brazos… las señas de identidad del club. La gente se encuentra totalmente identificada con los jugadores y que griten que están orgullosos de ellos no es fácil. La gente quiere a este equipo y vamos a seguir compitiendo con nuestras armas”.

De estos 200 partidos me quedó con el que ganamos la Liga en el Camp Nou, ningún hincha del Atlético lo olvidará»

En estos tres años y medio y 200 partidos, Simeone apunta a su mayor logro como el momento más inolvidable. “El partido en el Camp Nou… Con el Barça jugando de local y 90.000 espectadores, perdiendo 1-0 y sin Arda y sin Diego Costa que se lesionaron en el primer tiempo… Que el equipo logre ganar la Liga, la verdad que nunca se nos va a olvidar a ningún hincha del Atlético que pueda vivir ese momento”, concluyó.

El 'centrocampista' Sergio Ramos retrató a Illarramendi en una jugada

“Jugarán los mejores”. Fue escueto y lo dijo entre líneas, casi como siendo una obviedad. Carlo Ancelotti, antes del encuentro ante el Atlético de Madrid en la vuelta de Champions, ‘señaló’ de esta manera que en su equipo alinearía a Varane, Pepe y Sergio Ramos. Este pasado domingo, regresó a la normalidad para no situar a ningún defensa en el centro del campo, dando el testigo natural a Illarramendi. Y el partido, en esa línea medular, estuvo dominado mayormente por el Celta, que tomó el mando del partido de manera descarada en la segunda mitad con un 65% de posesión.

Al margen de un posible fallo de Illarra en el primer gol del partido, los números no dejan en buen lugar al mediocampista vasco ya que la batalla en su línea –también la de Kroos– fue ganada por el conjunto vigués. Además, la “verticalidad” que tanto le gusta a su entrenador se produjo en su mayoría por las bandas –sólo un 25% de los ataques merengues arrancaron desde el centro- y, precisamente, una de esas jugadas que se hilvanaron por el medio acabó en gol. Aunque vino de las botas de Sergio Ramos, quien condujo la pelota hasta la línea medular para adelantar un balón de gol a Chicharito, acción que Illarra no ha logrado todavía fabricar.

El de Camas, con ese pase, ya lleva una asistencia más que Illarramendi en toda la temporada, que en este aspecto mantiene el casillero intacto. Kroos (encargado de botar los saques de esquina y las faltas) suma trece y Modric cuatro. Son cifras que respaldan la decisión de Ancelotti de haber colocado antes a Ramos que a Illarra en el centro del campo frente al Atlético. Y dicha circunstancia de colocar a un ‘forastero’ en la medular se podría repetir en otro encuentro. De momento, en Balaídos, el de Motrico no dio motivos para quitar esa duda al italiano. Por cierto, el encuentro lo terminaron disputando los tres centrales… aunque en su posición.

Con Modric descartado hasta el último metro de la recta final de temporada, este miércoles frente al Almería, Asier presumiblemente contará con la única rivalidad de Lucas Silva en busca de minutos. El brasileño llegó en invierno por 15 millones de euros y sólo ha disputado 331 minutos en tres titularidades y cuatro choques partiendo desde el banquillo. Tiene difícil que asuma un papel protagonista en ‘finales’ tan importantes como las de la Juventus o la del Sánchez Pizjuán de este sábado.

“La Liga está más complicada que la Champions”

Carlo Ancelotti se presentó en la sala de conferencias de Valdebebas para hacer dos anuncios agridulces. Primero, que Luka Modric se perderá las semifinales de la Champions ante la Juventus pero estará completamente recuperado de su lesión coincidiendo con la última jornada de la Liga, el 24 de mayo, lo que le permitiría disputar en plenitud la final europea de Berlín, prevista para el 6 de junio, si es que el equipo alcanza esa instancia. El segundo mensaje del técnico fue que para el Madrid será más difícil ganar la Liga que la Champions.

“Pienso que es más complicado ganar la Liga”, dijo. “Porque tenemos una desventaja. Es poco. Dos puntos solamente. Pero está claro que el Barcelona va con ventaja. En la Champions está todo igualado. Tenemos que jugar dos partidos que son complicados para todos [Madrid, Juventus, Barcelona y Bayern]. Pero partimos de una igualdad para todos”.

Respecto al parte de bajas, un asunto que últimamente los clubes tratan con una calculada oscuridad, el entrenador fue preciso. “Modric estará disponible a final de temporada”, dijo. “Hemos establecido la fecha de su regreso en el partido contra el Getafe, en la última semana de mayo. Benzema estará listo para la ida contra la Juve; y creo que Bale podrá jugar el fin de semana que viene contra el Sevilla”.

Ancelotti nunca se muestra tan comedido y discreto como cuando las circunstancias le invitan a sacar pecho. El entrenador del Madrid ofreció su conferencia de prensa este mediodía, antes del traslado a Balaídos donde el equipo disputará uno de los partidos más complicados que le quedan en el campeonato. Las fanfarrias de los medios le exaltan, por fin. La directiva le aprueba. La victoria en los cuartos de la Champions le anuncia como al inminente muñidor de la Undécima. Pero el hombre se quitó importancia. Todo lo que sucede es bueno para el club. Para “nosotros”.

«Benzema regresará contra la Juve; y Bale jugará contra el Sevilla»

“Ganar para llegar a las semifinales era muy importante para nosotros”, dijo, cuando le preguntaron si la victoria contra el Atlético suponía una suerte de revancha personal. “Ahora tenemos que demostrar la misma energía para jugar con las mismas ganas todos los partidos de Liga”.

“Debemos pensar que el de mañana será un partido de intensidad y dinamismo muy altos”, prosiguió. “Contra Atlético y el Barcelona fue así. El Celta en Balaídos juega con otro ritmo. Juega muy bien al fútbol. Es un equipo muy peligroso, con jugadores de mucha calidad como Nolito y Santi Mina. Tenemos que estar físicamente muy bien e intentar poner en el campo nuestra idea de juego”.

Le preguntaron por la frustración que dijo sentir Isco tras descubrir que regresaba a la suplencia hace dos semanas. “Nadie está contento cuando no juega”, respondió Ancelotti. “Ni Isco, ni Nacho, ni Chicharito. Esto es normal en el fútbol. Lo que no es normal es que este enfado repercuta mal en el campo. Si este enfado repercute en el rendimiento no es bueno. Si el enfado provoca una bajada en los entrenamientos es un problema. Esto no ha pasado con Isco, ni con Chicharito, ni con Jesé, ni con Nacho, ni con ninguno… Chicharito es un ejemplo muy importante para un entrenador y para muchos jugadores porque gracias a su profesionalidad estuvo listo en el momento importante”.

«Jesé tiene que estar listo porque su momento puede llegar como llegó el de Chichariro»

Esta noche todo hace presumir que Isco formará el centro del campo con Kroos y James. El cuarto elemento es la incógnita. Podría ser Illarramendi, a quien el entrenador no mencionó entre aquellos que se muestran inaccesibles al desaliento. También podría ser Jesé, cuyo estatus de cuarto atacante ha sido ocupado por Chicharito.

“Yo hablo con Jesé y con todos”, advirtió el entrenador. “Entiendo su momento. Quiere jugar más. Pero tiene que estar listo porque su momento puede llegar como llegó el momento de Chicharito. Su futuro está muy claro: se queda aquí porque es un futbolista muy importante para el Madrid, para hoy y para el porvenir”.

“Chicharito se lo merecía, nunca ha bajado los brazos”

“Me ha tocado a mí pero este gol es de todo el equipo”, dijo Chicharito nada más terminar el partido. Cojeaba todavía. Del dolor y de la tensión. La que acumuló no sólo anoche sino durante toda la temporada. Quería hacer más y no tenía oportunidades ni hueco para hacerlo. Le llegó anoche y no defraudó. Tuvo que pedir el cambio, exhausto, nada más marcar el gol de la victoria, la que le abre las puertas de las semifinales al conjunto blanco. Se le subió el gemelo y se marchó cojeando y llevándose la mano al muslo. El estadio entero coreaba su nombre mientras él mandaba besos por aquí y por allá. Una vez en el banquillo, pierna estirada y bolsa de hielo, dejó paso a las lágrimas. Se santiguó, se abrazó a Keylor Navas y no lo soltó hasta el pitido final.

“Chicharito ha jugado bien, con ganas, tenía muchas. Ha sufrido mucho esta temporada, ha jugado poco y se merece este gol, un gol importante para nosotros, porque nunca ha bajado los brazos incluso en los momentos difíciles. Siempre se ha entrenado bien y hoy se ha llevado el premio”, dijo Carlo Ancelotti ya en la sala de prensa del Bernabéu. Fue una rueda de prensa extraña la del técnico italiano. Nunca suele enviar mensajes. Anoche lo hizo. A “un periodista que no es periodista” que, dijo, “pidió compasión para mí. Y yo no necesito compasión [se refería a un columnista de El Mundo que es crítico musical].

Chicharito ha sufrido mucho esta temporada, ha jugado poco y se merece este gol porque nunca ha bajado los brazos incluso en los momentos difíciles»

CARLO ANCELOTTI

“Para nosotros cada partido es un examen, no sólo el de hoy. Esta noche lo hemos superado, después llegarán otros, es el fútbol, siempre es así y yo no tengo ninguna reivindicación personal. Tengo el cariño del club, de los jugadores y de mucha gente”, comentó el italiano. Algo sí reivindicó. La fe que tiene el grupo, su grupo, que esta temporada todavía no había conseguido derrotar al Atlético. Lo hizo anoche, quizás la noche más complicada con las bajas de Modric, Bale, Benzema y Marcelo.

“Era un partido clave por toda la presión que teníamos y por el rival que ha vuelto a demostrar que es muy fuerte. El Atlético ha luchado cada balón. Preparamos bien el partido, lo planteamos bien, sin prisa. Nos dio confianza lo que hicimos en la ida. Queríamos esperar el momento bueno para marcar”, analizó. ¿Pensaba que el partido se iba a desarrollar así?, le preguntaron. “Yo lo quería así, quería tener un buen control del juego, buscar soluciones ofensivas sin prisas. Quería evitar problemas a la contra, y faltan inútiles y estar concentrados a balón parado. El equipo ha estado bien, controlando el partido todo el rato”, contestó.

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Motivación, dijo, había de sobra, por lo que no hizo que hacer hincapié en eso en la última charla antes de saltar al campo. “Hemos hablado únicamente de la estrategia, de cómo defender y atacar. La motivación era alta, el equipo estaba convencido, no he visto tensión en los ojos de los jugadores. Por eso la charla ha sido meramente táctica”, prosiguió.

¿Y ahora? “Con estas ganas el Madrid puede competir con cualquiera. Tenemos tiempo para recuperar a los lesionados y las cosas van a mejorar”, concluyó el técnico. El bombo decidirá el rival: Bayern, Juve o Barcelona.

James Rodríguez carga con un Madrid golpeado

El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.

Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.

Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.

Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata

El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.

El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.

Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.

James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción

La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.

Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.

Modric y Bale, bajas para el partido ante el Atlético en la Champions

“Tras las pruebas realizadas a Luka Modric (…) por los Servicios Médicos del Real Madrid, se le ha diagnosticado un esguince de ligamento colateral medial de la rodilla derecha. Pendiente de evolución”, señala el comunicado del Real Madrid que confirma la baja del centrocampista croata para el derbi ante el Atlético en la vuelta de los cuartos de final de la Champions.

En el minuto 24 de la segunda parte del partido de este sábado ante el Málaga, Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo. Aunque no hay plazos concretos para su recuperación se estima que estará de baja entre cuatro y seis semanas.

Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.

Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.

Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.

Madrid y Bayern llegan justos al tramo final

Luka Modric y Gareth Bale dejaron el Bernabéu el sábado con muletas. El croata casi dice adiós a la temporada (estará fuera entre 5 y 6 semanas por un esguince en el ligamento colateral de la rodilla derecha). El galés, con un pinchazo en el gemelo izquierdo, será sometido hoy a una resonancia para averiguar si hay o no rotura. Benzema es duda para la vuelta de cuartos de Champions contra el Atlético —tiene unas molestias en la rodilla— y Marcelo no estará disponible por sanción. Carlo Ancelotti se juega así la temporada sin tres piezas clave. Pocas veces se le vio tan preocupado como el sábado tras el partido contra el Málaga. Cuando se retiraron Bale (minuto 3) y Modric (minuto 59), él estaba al borde de la zona técnica dando instrucciones.

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Cisma en la enfermería del Bayern
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En la zona técnica también estaba el sábado Pep Guardiola cuando se llevó las manos a la cabeza tras la dura entrada de Rudy a Bernat en el partido contra el Hoffenheim. El entrenador del Bayern sustituyó al defensa en el descanso para evitar males mayores. El martes tiene que remontarle un 3-1 al Oporto si quiere jugar las semifinales y su equipo está diezmado por las lesiones. No están Robben, Ribéry, Schweinsteiger, Javi Martínez ni Alaba. Götze se unió a la lista después del choque contra el Oporto. Además, Hans- Wilhelm Müller-Wohlfarht, jefe médico que llevaba 38 años en el club, dijo adiós por diferencias con Guardiola abriendo un cisma importante en la entidad.

La Juve, que ganó 1-0 al Mónaco en Turín sin Pogba ni Pirlo, podrá recuperar únicamente al italiano para la vuelta. Simeone tendrá que renunciar a Mario Suárez en el Bernabéu por sanción. A diferencia del Bayern y de la Juve, que tienen 11 y 16 puntos de ventaja sobre el segundo, respectivamente, en sus campeonatos, Barcelona, Madrid y en menor medida Atlético no pueden permitirse descansos en este tramo final de temporada.

Los suplentes de Luis Enrique suman más minutos que los utilizados por Ancelotti

Barça y Madrid mantienen un pulso para llevarse el título liguero. Ambos están sufriendo para cumplir, pero los azulgrana han rotado más a lo largo de la temporada: Luis Enrique ha ido dando más minutos a los suplentes. Los cinco suplentes que más han jugado en el Barça suman 6.815 minutos, por ejemplo, por los 4.097 que suman los del Madrid.

Ancelotti ha tirado siempre de los mismos: salvo (caso de las lesiones de Modric, James, Sergio Ramos y Pepe) cuando ha tenido que buscar alternativas por obligación. “!No!”, contestó, rotundo, Ancelotti el viernes cuando le preguntaron si se había arrepentido de no haber rotado más a lo largo de la temporada. El sábado, contra el Málaga, sí prescindió de Coentrão —que sustituirá a Marcelo en Champions— para que trabajara en Valdebebas, pero no de los titulares de siempre.

Para la vuelta contra el Atlético (0-0 en la ida) maneja alternativas para suplir las ausencias de Modric (aunque este sea insustituible ya que no hay un jugador de ese corte en la plantilla, que dé pausa y rapidez al juego cuando este lo requiere) y Bale. Si mantiene el 4-3-3, James, Kroos e Isco podrían formar la medular (solución que ya empleó el Madrid siete veces esta temporada, una de ellas, precisamente, contra el Atlético en la vuelta del derbi de Copa). Arriba, junto a Benzema y Cristiano, puede optar entre un dinámico Chicharito o un Jesé que ha perdido velocidad y habilidad en el uno contra uno.

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Cristiano se interesa por el estado de Bale, lesionado. / GERARD JULIEN (AFP)

Si, en cambio, Ancelotti opta por un 4-4-2, tiene tres alternativas para acompañar a James, Kroos e Isco. Khedira, del que tiró en la final de Lisboa del año pasado aunque viniera de seis meses de lesión; Illarramendi, en el que nunca ha confiado, y Lucas Silva. El brasileño, que dijo querer ser como Toni Kroos el día de su presentación, ha ido desapareciendo de los once de Ancelotti. Khedira se ha quedado fuera en seis de las últimas siete convocatorias e Illarra ha jugado con algo más de regularidad. Al menos, en minutos.

Modric y Bale, adiós al derbi

No había acabado el partido todavía y Carlo Ancelotti ya tenía a dos jugadores tratándose en las camillas del vestuario. Gareth Bale aguantó tres minutos ayer contra el Málaga. Modric una hora. El galés se retiró con un pinchazo en el gemelo. El croata, a falta de que lo confirmen las pruebas a las que será sometido hoy, con un esguince del ligamento lateral externo de la rodilla. Es el diagnóstico de la primera exploración que le hicieron en el vestuario. El de anoche podría haber sido uno de sus últimos partidos de la temporada, ya que si las pruebas confirman la lesión, estará da baja entre cinco y seis semanas. Ninguno de los dos estará el miércoles contra el Atlético en el duelo clave de los cuartos de Champions.

“Mi optimismo es que tenemos una gran oportunidad al jugar en casa, vamos a intentar hacer lo que podamos parea llegar a las semifinales de Champions, con o sin Bale”, contestó Ancelotti cuando le preguntaron si la afición madridista podía ser optimista sobre la presencia de los dos jugadores el próximo miércoles. Al técnico italiano se le vio preocupado anoche en la sala de prensa del Bernabéu. El Madrid cumplió el trámite contra el Málaga (3-1, sufriendo más de la cuenta), se mantiene a dos puntos del Barcelona , pero el italiano se juega la temporada el miércoles sin tres piezas claves: además de Modric y Bale no tendrá tampoco a Marcelo, sancionado.

Karim Benzema, con unas molestias en la rodilla, no se entrenó ayer y no entró en la convocatoria. “Benzema va a estar. Está mejorando y tenemos cuatro días más para recuperarlo bien”, aseguró Ancelotti. Tenía la cara de un náufrago en mar abierto y sin brújula el italiano. “El partido ha sido positivo salvo estos dos problemas, hemos ganado con mil dificultades, primero las lesiones, luego el fallo en el penalti. Hemos luchado y nos hemos sacrificado, es lo que me ha gustado del equipo y era lo que necesitábamos hoy”, analizó.

Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo.

Si las pruebas confirman la lesión, Modric estará da baja entre cinco y seis semanas

Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.

Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.

Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.

El Madrid gana, pero pierde a Bale y Modric

El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.

Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.

Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.

Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata

El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.

El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.

Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.

James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción

La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.

Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.