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El fútbol femenino ha vivido unos últimos días convulsos. Las jugadoras de la selección estallaron tras caer en la primera fase en el Mundial de Canadá y desde entonces no han cesado las voces que respaldan a las 23 internacionales. A través del hashtag #Nosois23somostodoelfutfem se han sumado numerosas muestras de apoyo y las jugadoras no dan abasto para atender a los medios de comunicación y conseguir que su situación se conozca todavía más. Mientras, la AFE delega en el sindicato de jugadoras y la Asociación de Deportistas no mueve ficha. El Confidencial se ha puesto en contacto con una exjugadora internacional, que ha preferido mantenerse en el anonimato por el miedo que todavía existe a las represalias, y ha confirmado la versión de las actuales componentes del equipo con respecto a Ignacio Quereda, el seleccionador y principal señalado en esta revolución. Su destitución es un requisito indispensable para el combinado que lidera la capitana Vero Boquete.
«Está muy anticuado en esto del fútbol, no tiene mucha idea de entrenar. Los entrenamientos que hace nunca los enfoca a los partidos, más o menos siempre son los mismos y con los mismos ejercicios. No intenta mejorar nada que haga falta». Así es Ignacio Quereda o, al menos, así lo describe una jugadora que ha vivido numerosos entrenamientos y campeonatos con el seleccionador nacional de fútbol femenino. Pero esta futbolista no sólo habla de lo profesional, también de lo personal: «Es muy machista y siempre ha sido muy distante, muy frío y poco cercano. Por mucho que lleve un equipo femenino, tenías que estar siempre debajo de él, él es la figura y siempre tiene que estar por encima de todo el mundo. A las suplentes, por ejemplo, no les hace ni caso y al resto mucho tampoco, sólo se lo hace a 3 o 4 que son sus niñas de la selección y pueden fallar cuatro ocasiones claras delante de la portería que la culpa siempre es de otras».
Después de 27 años en el cargo, las futbolistas se han plantado y piden a Quereda que dimita. Por fin ha llegado el momento que muchas estaban esperando: «Esto se debería haber hecho antes. Lo que cuentan es verdad y no hay nada que no hayamos vivido las que hemos estado ahí. Me sorprende que las 23 estén a favor. No sé si las ha unido lo mal que lo han pasado, pero cuando antes lo intentaba una o dos, esas no volvían a la selección, era muy difícil sacar toda esta porquería. Ahora, sí que es importante el cambio porque han visto que se ha podido ir más lejos en el Mundial y por culpa de no tener a alguien capacitado, no se ha podido».
Y esta futbolista tiene claro lo que tiene que tener Quereda para estar en la selección: «Lo que más falta, además de que esté capacitado para entrenar es, sobre todo, ilusión, ganas de mejorar y de intentar sacarle el máximo rendimiento al equipo que tú tienes. Hay muchas jugadoras a las que no le saca la mitad del rendimiento que les puede sacar, y hay futbolistas en España que podrían estar perfectamente en la selección y ha llevado a otras no se sabe ni por qué. Se necesita a alguien que mire por la selección y no por él mismo, que quiera que lo mejor de cada momento esté ahí y no que lleve siempre a las mismas independientemente de su estado de forma. Eso las jugadoras tienen que entenderlo, y con Quereda hay cosas que no son entendibles».
De momento, el seleccionador sigue en el cargo, probablemente «por la buena relación que mantiene con Villar«, explica esta futbolista, y también porque «él es el encargado de dirigir la sección y en cuanto ve que llega alguien que quiere cambiar las cosas, lo echa. Está claro que si estás en este puesto y no hay buenos resultados te tendrían que quitar, pero si no pides nada, no das problemas a la RFEF, no protestas… y luego el femenino tampoco es algo que importe mucho, pues te dejan ahí. Y cuando alguien sacaba algo a luz, ya se encargaba él de hacerte la cruz, por eso la gente teníamos miedo. Incluso, el personal de expedición que va, los utilleros, delegados… los trata muy mal y hasta tienen miedo de que Nacho diga algo y los ponga en ridículo delante de la gente. Ante todo, son personas».
Aunque siempre hay dos versiones en las cosas, está claro que cuando 23 jugadoras se han unido y cuentan con el apoyo de todo el fútbol femenino, es más que probable que no les falte razón. Al final, todas luchan por lo mismo: «Deberían cambiarlo porque si no se va a deshacer la selección. Lo que queremos ver es que el fútbol femenino avanza y que van las mejores. Hay ganas de ver algo decente y de ver a las jugadoras jugar a lo que ellas saben. Ahora juegan coaccionadas porque pierdes un balón y te echa una bronca tremenda, entonces juegas fácil y ya ni arriesgas, cuando hay jugadoras con muchísima calidad que podían arriesgar mucho más. Sólo queremos que nos dejen demostrar la calidad que tiene España», concluye.
Las primeras noticias han llegado rápido a Mónaco. Después de varios meses con rumores, el equipo Mercedes ha anunciado oficialmente este miércoles que Lewis Hamilton renueva con la escudería por tres años. El dos veces campeón del mundo estará hasta 2018, cuando cumplirá 20 años junto a los alemanes. «Mercedes es mi casa y no podría estar más feliz de estar aquí otros tres años», dijo. La posible elección de Ferrari queda descartada.
Desde su llegada a Mercedes en 2013, el piloto inglés estaba cobrando 28 millones de euros. Se estima que su sueldo aumentará y será más cercano a los 35 millones al año que cobra Fernando Alonso. Los dos son los mejores pilotos de la parrilla actualmente, y ya tienen su sitio asegurado para el futuro. Con las ‘flechas de plata’, Hamilton ha disputado 43 grandes premios, venciendo en 15 ocasiones, sumando 26 podios, consiguiendo 16 ‘poles’ y ganando un Campeonato del mundo. En McLaren-Mercedes debutó en 2007, y logró su primer título en 2008.
Lewis Hamilton celebrando su victoria en Bahréin (Reuters)
Ahora disfruta de su mejor etapa en la Fórmula 1: “El coche que estoy conduciendo en este momento es el mejor que he tenido en mi carrera. Es tan divertido estar ahí cada fin de semana, en el límite y luchando para ganar en cada pista”, dijo tras conocerse su renovación. Ahora mismo es el rival a batir esta temporada, y solo su compañero Nico Rosberg, a quien aventaja en 20 puntos, podría ‘meterle mano’ en la lucha por el título si Ferrari no da un gran paso adelante. Aunque el inglés es el gran favorito: “Incluso después del éxito del año pasado, el hambre es mayor que nunca”, explica.
«Nos hemos tomado la cantidad adecuada de tiempo con el proceso, no teníamos prisa”, dijo el jefe de Mercedes Toto Wolff que ya confirmó que era una “prioridad” para la escudería. “El resultado es un acuerdo sólido que mejorará la asociación de Lewis con la marca Mercedes-Benz, y que reconoce y respeta el valor de mercado de Lewis y de Mercedes en Fórmula 1. El historial deportivo de Lewis habla por sí mismo y es una gran personalidad de la empresa. Personalmente, estoy deseando seguir corriendo con la pareja más fuerte de pilotos en la Fórmula 1 y con más logros históricos juntos», asegura el austriaco.
La figura de James Rodríguez ha cobrado un valor que no tenía a ojos de sus compañeros, cuando comenzó la temporada. Con el paso de los meses, el mediapunta colombiano, de 23 años, se ha ido ganando el corazón y el aprecio profesional de los futbolistas y de los técnicos del Madrid. Este reconocimiento alcanza su pico en lo más álgido del año futbolístico. Esta noche en Delle Alpi, James cargará sobre sus espaldas el peso del deber de la creación. Sin Modric ni Benzema, su condición de futbolista experto en meter el último pase adquiere una nueva dimensión. Enfrente se alzará la fortaleza de la Juventus coronada por Pirlo.
El presidente Florentino Pérez se movía por los pasillos de Valdebebas con el paso firme de un mánager deportivo, el domingo, después del entrenamiento. Los jugadores lo veían ir del gimnasio al despacho de Ancelotti con la presencia suelta de los líderes cuando están en campaña. A todos les había asombrado el aparatoso vendaje que momentos antes había lucido la rodilla derecha de Benzema durante el entrenamiento a puerta cerrada. Los medios del club difundieron oportunamente las terribles cintas compresoras. Benzema llevaba meses con molestias físicas y a varios de sus compañeros les resultó extraño su repentino ingreso en la lista de bajas hace dos semanas. Aunque no tan raro como su ausencia en el avión que trasladó a la expedición a Turín, ayer por la mañana. Benzema no parecía estar tan mal, después de todo. Bale ocupará su lugar.
Ramos es el catalizador
El vestuario prefiere a James antes que a Isco
Pirlo: «Necesito volver a emocionarme»
Sin el delantero francés, el hombre más cualificado de la plantilla para generar espacios en ataques estáticos contra defensas cerradas, el Madrid pierde un recurso único. Un instrumento especialmente valioso si a la Juventus se le da por emboscarse atrás especulando con resolver la eliminatoria en el Bernabéu.
A falta de Modric y Benzema, el Madrid que ha configurado Ancelotti es una maquinaria de acusado perfil contragolpeador. Con Bale y Cristiano en punta, la tendencia se acentúa. Esta apuesta por la velocidad es eficaz contra equipos que se despliegan en ataque. Pero la Juventus no siempre toma la iniciativa. “Es uno de los pocos equipos en Europa que pueden pasar sin problemas de la defensa de tres a la defensa de cuatro”, dijo ayer Ancelotti, en referencia a la línea de centrales que saben formar Chiellini, Barzagli y Bonucci, flanqueados por dos laterales muy duros como Lichtsteiner y Evra. Esta faceta encastillada es la que más temen en el vestuario del Madrid. Sin espacios para correr, y sin un Benzema que los alimente, Bale y Cristiano tienden a ahogarse.
Ancelotti teme que la Juve se cierre con tres centrales para proteger al mediocentro
Ancelotti observa que el punto débil de la Juventus está en el eje de su estructura. Pirlo, a sus 35 años, no siempre se encuentra físicamente fresco para proteger a los centrales. Si tiene un mal día es como si el equipo jugara sin mediocentro. Para compensar esta situación, Conte primero y Allegri ahora, recurren a la defensa de tres centrales. Verdadero laberinto para el ataque del Madrid. “La dificultad para encontrar posiciones claras de remate no dependerá de un jugador”, advierte Ancelotti; “dependerá sobre todo del movimiento del equipo, del ritmo del juego con balón, y, sobre todo, de los movimientos sin balón”.
Ahí es donde James resulta especial porque ninguno de los titulares en Turín posee su inteligencia para moverse en espacios reducidos. Ancelotti ha descubierto que James da un nivel excelente como volante por derecha en el 4-4-2. El técnico considera que el colombiano es más diligente que Bale en las dos fases del juego. Defiende con más bravura y, puesto a atacar, no se limita a desmarcarse en busca del gol. James apoya, se ofrece, toca, colabora en la construcción de la jugada y sabe ser concluyente en los últimos metros. Incluso como extremo, sin ser veloz, se las ingenia para anticiparse a sus marcadores y desbordar. Sus compañeros destacan su humildad. Es la cualidad que lo distingue de otras estrellas en el equipo.
«Tendremos que movernos muy bien sin balón para encontrar espacios», dice el técnico
“Normalmente los jugadores de talento son potentes porque en su constitución predomina ese tipo de fibra muscular”, opina Ancelotti. “Pero James es talentoso y es físicamente resistente. Esta anomalía le ayuda a jugar en el centro del campo donde los esfuerzos son más prolongados”.
James Rodríguez fue decisivo en la maniobra que precedió el 1-0 de Chicharito al Atlético. Fue una de las pocas ocasiones verdaderamente claras que dispuso el Madrid en los cuartos de final. La clase de ocasión que necesitará generar esta noche en el laberinto de Pirlo.
La intención de Guardiola, por más que tildara la misión de imposible, era minimizar la incidencia de Messi durante el partido. Por eso dispuso al principio un sistema (3-5-2) donde Xabi Alonso y Schweinsteiger taparan las diagonales de La Pulga y Bernat ayudara a Boateng en el costado por si salía por la derecha. Y aunque consiguió frenar en un inicio al 10, el desaguisado fue completo para el Bayern; los carrileros no llegaban a tiempo ante el juego directo practicado por el Barça: pases de Busquets, Piqué y hasta Ter Stegen y los puntas haciendo fortuna en el uno contra uno. Cambió Guardiola de relato y de sistema al cuarto de hora, con una línea de cuatro atrás, por lo que el Barça recobró en buena medida el fútbol de posesión. Pero ante tres o contra cuatro zagueros, por arriba o por abajo, en profundidad o al pie, el receptor en el balcón del área rival casi siempre fue Luis Suárez. Al menos hasta que le duró el oxígeno, cuando cogió el relevo un agitador y agitado Neymar —que bien pudo ver la tarjeta roja por encararse con el árbitro— y cuando, sobre todo, sentenció Messi.
Sin el balón en los pies el uruguayo fue un futbolista incómodo y difícil de aplacar
Desde bien pronto se preparó Suárez para el esfuerzo. Esprín tras dar la mano a los rivales; esprín tras la foto oficial del equipo; y esprín tras el saque inicial del Bayern. Vivir para correr. Y corrió como si no hubiera mañana el 9, sabedor de que Luis Enrique exige el acoso alto en campo ajeno —su generosidad validó un buen puñado de balones recuperados por la zaga tras pelotazo de la defensa rival— y también consciente de que si juega en el Barça es porque nunca dejó una pelota por pelear. Incluso se mostró de lo más predispuesto a ocupar la zona de Messi cuando éste se hacía el remolón en la transición ataque-defensa. Sin el balón en los pies fue un futbolista incómodo y difícil de aplacar; con el balón en juego para los intereses del Barça fue un tormento difícil de detener.
Sumaba 19 goles en los últimos 20 encuentros el delantero centro, pero ante el Bayern falló lo que hacía tiempo no hacía. Resulta que Ter Stegen sacó en largo, peinó Messi y Suárez, validado por un fuera de juego bien tirado por Boateng pero mal seguido por Benatia, se plantó ante Neuer. Esperó a chutar el charrúa, pero le aguantó el meta alemán para hacer una atajada que recordó a la de Casillas sobre Robben en la final del Mundial de 2010. Después, habilidoso, se ganó la línea de fondo y centró a Neymar, que falló lo improbable. Pero no se resistió a su infortunio el uruguayo, que también se ganó una parcela en el área para rematar alto y torcido un saque de esquina de Neymar. Incluso tuvo una última que, precipitado, chutó desde lejos y a las nubes.
Sin embargo, poco importaba por aquel entonces porque Messi ya había resuelto el encuentro. El 10 pareció reservarse para el final con dos goles sensacionales, sobre todo el segundo tras un recorte que sentó a Boateng y una cuchara que desequilibró a Neuer. Todos los del Barça corrieron a abrazar a Leo, tumbado en el suelo de felicidad. Como a Neymar en el tercer tanto. Aunque tras la primera diana azulgrana, hubo uno que corrió a por la pelota, ya en la red. Fue Suárez, que la cogió con rabia, le gritó con fuerza y la chutó a los aires. Le debía una. Pero pronto dejaría de importar.
Joan Pere Barret es el cirujano que, al frente de un equipo de 45 profesionales, ha practicado en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona el trasplante de cara —desde los pómulos hasta las clavículas— “técnicamente más complejo” del mundo, como él mismo destaca, desde que se inició la técnica en 2005. En la misma operación, que se anunció esta semana, se intervino al paciente de una enfermedad que amenazaba con acabar con su vida.
Pregunta. ¿Qué problema tenía el paciente?
Respuesta. Sufría una grave malformación vascular, una conexión aberrante entre venas y arterias. El origen estaba en la base de la lengua, pero se había extendido hacia la garganta, el cuello y los tejidos de la cara. En cualquier momento podía sufrir una hemorragia masiva. Vivía con la incertidumbre de no saber si se iba a despertar el día siguiente. Era una bomba de relojería en el cuerpo.
P. Y el mejor tratamiento era el trasplante.
R. Se habían intentado varias alternativas: terapias con láser, extirpaciones parciales, antiangiogénicos para detener la creación de vasos… Pero consideramos que la mejor opción era la extirpación del tumor arterial, y ello implicaba el trasplante.
P. Hasta ahora, los trasplantes de cara practicados [una treintena en el mundo desde 2010, este es el cuarto en España] nunca habían tratado de curar al paciente de una enfermedad mortal, sino de mejorar su calidad de vida.
R. Esta intervención supone un paso adelante. Hasta el momento, se trataba de corregir graves deformidades anatómicas, cosméticas, estéticas que impedían llevar una vida social normal y resolver problemas funcionales de calidad de vida (poder comer, hablar bien). Nosotros hemos hecho todo esto pero, además, hemos curado al paciente. Esta novedad ayudará a plantearse otras indicaciones aún más importantes para el trasplante de cara. Por ejemplo, ante enfermedades autoinmunes o patologías congénitas de todo tipo que cursan con enfermedades degenerativas de la cara. O, por qué no, para tumores de cara. Aunque la inmunosupresión nos va a dar algún problema, si estamos trasplantando hígados en hepatocarcinomas, quizás en un futuro nos podemos plantear dar el paso del trasplante para controlar la enfermedad u ofrecer esta intervención ante tumores no operables para alargar la expectativa de vida del paciente.
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P. ¿Qué riesgo había en la intervención?
R. El riesgo de muerte en la operación era altísimo [por hemorragia]. Estimamos una probabilidad de entre un 15% y un 20%, aunque como nunca se había hecho una intervención de este tipo, quizás fuera mayor.
P. ¿Cómo reaccionó el paciente al decírselo?
R. Nos dio la respuesta que esperábamos para considerar que había una buena indicación para el trasplante. Dijo que lo que tenía no era vida y era peor que estar muerto. Y que necesitaba hacer algo para afrontar la vida que quería con su familia, por ello aceptó.
P. Luego pasó dos años en lista de espera hasta que se le opera. ¿No es mucho tiempo?
R. Es verdad que en los otros tres casos de trasplante de cara en España pasaron meses, Pero no es normal tener tanta facilidad para dar con el donante. Primero por la longevidad, necesitas a una persona de edad similar, en la misma década, (tiene 45 años), y los donantes son cada vez más añosos. Además, se han de cumplir otros requisitos de compatibilidad de grupo sanguíneo, de tejidos (histocompatibilidad), ausencia de enfermedades infecciosas… También de peso, estatura, que tuviera una forma de la cara similar, de perímetro craneal, del tono de la piel. Y una vez se encuentra el potencial donante, la familia tiene que acceder a la donación.
P. Supongo que no es lo mismo acceder a donar un órgano interno que una cara. ¿Hubo rechazos previos antes de dar con el donante definitivo?
R. Hubo alguno, pero no sabría decir cuántos. Hay gente que accede a donar los órganos, pero llegado al punto de la cara te dice: no puedo. Es comprensible, la imagen que tenemos de la persona y en lo que pensamos cuando la recordamos es su cara, es un gran paso de solidaridad acceder también a la cara y entiendo que es difícil. En todo caso, hay que reconocer la gratitud de quien dona aunque sea solo una córnea. Recuerdo que cuando iniciamos el programa de trasplante de cara hablé con nuestra coordinadora y le plantee esta cuestión, si habría donantes. Me contestó que no habría problema y que tendríamos porque hay familias que lo donan todo. que tienen un gran sentido de la solidaridad.
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P. ¿Cómo se convence a una persona para que done la cara de un familiar?
R. Nunca se convence a la gente, nunca. Ni para la cara ni para donar cualquier otro órgano. Se informa. Llegado el momento se pone sobre la mesa la posibilidad de donación y se explica que no hay respuestas erróneas o correctas, que la respuesta buena es la que den, sea sí o sea no.
P. La operación duró unas 30 horas, 27 en quirófano. ¿Por qué fue tan larga?
R. Hay que tener en cuenta que no fue una intervención, sino tres. Primero la extracción de la cara del donante, luego la del receptor y la intervención por la malformación vascular, que en sí misma es otra operación, y, finalmente, el injerto.
P. ¿Estuvo las 27 horas con el bisturí en la mano?
R. Con el bisturí, con las tijeras, dirigiendo… Con paradas para tomar café, comer algo e ir al baño. La cirugía no para en ningún momento. Los anestesistas nos iban marcando el ritmo de la operación. Ellos se encargan de transfundir al paciente a medida que pierde sangre. Si, debido a la cirugía, especialmente al retirar malformación vascular, la hemorragia era muy elevada cabía la posibilidad de que no pudieran reponer sangre al mismo ritmo, y entrara en parada cardiorrespiratoria. Por ello estábamos en comunicación continua con los anestesistas, que nos daban la pauta para bajar el ritmo, acelerar o parar en función de la pérdida de sangre.
P. ¿Cuál fue el momento más delicado?
R. La extirpación del tumor vascular. Después de muchas horas, tras extraer la cara del donante y la del receptor, tanto la parte exterior como la faringe, lengua, boca y las zonas profundas del cuello, llega el Alpe d’Huez. Y hay que subirlo después de varios picos de primera categoría.
P. ¿Cómo estaba el ovillo vascular?
R. La situación era mala, la esperada. Era un absoluto infierno, donde tocabas sangraba.
P. Y, tras retirar la malformación, se afronta el trasplante en sí.
R. La operación empezó hacia las 18.30 [fue a mediados de febrero, la fecha no se ha difundido para preservar el anonimato del donante]. A mediodía del día siguiente ya teníamos todo extirpado y comenzó el implante de la cara. A pesar de ser complejo, era un territorio ya conocido, ya lo habíamos hecho en nuestro primer trasplante en 2010: recomponer la faringe, colocar la lengua, empalmar nervios, vasos, unir músculos y el resto de tejidos… Sabes que te quedan muchas horas por delante pero vas más relajado, ya no hay riesgo de encontrar sangrados. Acabamos pasadas las 21.30.
P. ¿Cómo está el paciente?
R. Muy bien. En casa. Con el agobio normal, nuestro y suyo, porque no es igual tenerlo aquí, en el hospital 24 horas al día que estar en el domicilio. Estamos todos adaptándonos a esta fase.
La expectativa es una recuperación muy buena, aunque depende del crecimiento de los nervios
P. ¿Qué movilidad facial recuperará?
R. La expectativa es una recuperación muy buena, aunque depende del crecimiento de los nervios. Sabemos que los fármacos inmunosupresores ayudan a la regeneración nerviosa, por lo que va más rápido que lo que es habitual en otros pacientes, pero hasta 2016 no podremos valorar bien el nivel de función que vamos a conseguir.
P. ¿Cómo ha asumido su nueva cara?
R. De todo lo que supone la operación, yo diría que el impacto de la nueva cara es lo de menos para el paciente. Incluso para la familia. Se acepta en seguida. No ven la cara, sino a la persona querida, que se encuentra bien después de haber pasado por una situación de máximo riesgo. La aceptación es rapidísima.
P. Un neurocirujano italiano dijo hace un mes que en 2017 sería viable un trasplante de cabeza. ¿Coincide con él?
R. La última frontera del trasplante está en el sistema nervioso central, lo que nos limita es la conexión de la médula espinal. No hay evidencia científica que esto se pueda hacer y 2017 me parece muy pronto. Pero no puedo negar que llegue un momento en el que técnicamente sea posible. La frontera es el trasplante de médula, y no creo que sea infranqueable. Lo malo es no poder estar aquí los próximos 100 años para ver todas las maravillas que, sin duda, van a suceder.
El caracol no es precisamente el símbolo de la velocidad. Pero la casa que lleva a cuestas, su concha en espiral, esconde un ingrediente encargado de controlar su crecimiento que puede ayudar nada menos que al movimiento de los electrones en las baterías para móviles. Tal ingrediente es un péptido, una molécula inorgánica formada por los mismos ladrillos que constituyen las proteínas, los aminoácidos. Científicos de la Universidad de Maryland (EE UU) la han usado como cemento a escala nanométrica para mejorar las propiedades eléctricas de un cátodo (el polo positivo de una pila). Hoy presentarán sus resultados durante la 59ª reunión anual de la Sociedad Biofísica que se celebra en Baltimore (Maryland).
«Es verdad que el título de nuestra investigación habla de los caracoles. Pero no son solo ellos. También las cáscaras de los moluscos tienen este péptido. Incluso también nuestros huesos o dientes contienen una cierta cantidad de péptidos similares», matiza Evgenia Barannikova, estudiante e investigadora del laboratorio de la Universidad de Maryland que ha realizado este estudio. Lo conseguido por el momento por Barannikova y sus compañeros no supone la construcción de una batería completa, sino solo de su cátodo (el polo positivo que recibe los electrones). Los resultados, según Barannikova, reflejan que un cátodo con el péptido integrado mejora sus propiedades eléctricas frente a uno convencional.
Este éxito se basa en una ordenación interna de los compuestos químicos de una batería de litio. Barannikova ha trabajado a escala nanométrica para encontrar una manera de ordenar dos componentes que de por sí van por su lado: los nanotubos de carbono y el óxido de níckel, manganeso y litio. Al añadir el péptido, el panorama cambia completamente por la capacidad de esta molécula de producir enlaces tanto con elementos orgánicos (los nanotubos) como los inorgánicos (el óxido de litio). «Creamos un nanopuente compuesto por este péptido de unión con afinidad dual para ambos materiales», explica Barannikova.
Creo que deberíamos fijarnos más en la naturaleza para resolver problemas tecnológicos
Encontrar al péptido adecuado no es una tarea automática. La investigación empleó un método conocido como Phage display, un kit de mil millones de péptidos desarrollado por New England Biolabs que permite encontrar el elemento adecuado mediante prueba y error. El material del que se quiere conseguir la afinidad (en este caso el óxido de litio, níquel y manganeso) se somete al contacto con estos innumerables candidatos durante una hora a temperatura ambiente. Al terminar, se eliminan las uniones más débiles y se repite el proceso tres o cuatro veces más, hasta que solo los enlaces más fuertes sobreviven.
Para Barannikova, esta investigación demuestra la importancia de usar la naturaleza como modelo: «Siempre nos muestra el camino más corto para solventar un problema. Creo que deberíamos fijarnos más en ella para encontrar las soluciones a los problemas tecnológicos que debemos resolver». De momento, ella seguirá trabajando en este péptido como argamasa de la batería del futuro. Su objetivo a medio plazo, presentar una batería funcional como punto final a su tesis que pretende ser más ligera, potente y duradera que las actuales.