Cuando había clase de canto en el colegio, a Massimiliano Allegri la maestra le colocaba en la última fila para que no se le escuchara. «Era un desafinado», dice. No ha desafinado en la Juve. Y eso que la tarea de sustituir a Antonio Conte era complicada. Conte fue quien rescató al equipo de las tinieblas, el que lo hizo volver a ganar después de pasarse cinco años en blanco, los que siguieron al ascenso a Primera después de la sanción por calciopoli (la Juve fue castigada a la Serie B por la compra de árbitros). Conte había devuelto el ADN ganador y luchador al equipo bianconero. En el imaginario colectivo parecía que sin él, el equipo volvería a derrumbarse.
Pirlo: “Necesitaba volver a emocionarme”
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La Juve gana otro ‘scudetto’ sin oposición
Borrar su sombra, además de seguir ganando, era la misión de Allegri. Beppe Marotta, el administrador delegado, le llamó después de la final del Mundial. Llevaba seis meses en el paro, el Milan le había destituido en enero y él se había pasado el invierno y la primavera esquiando. Esperó paciente una llamada y cuando llegó hizo las maletas y se marchó a Turín. Tuttosport, el periódico deportivo de la ciudad, le recibió con una encuesta demoledora. De los 20.000 aficionados que votaron, el 91,5% contestó que la elección de Allegri no había sido la correcta. Por si eso no era suficiente, el técnico perdió el primer amistoso de verano contra los suplentes de un equipo de Cuarta División. Los hinchas congregados en las redes sociales dictaron sentencia: «No llegará a Navidad, por blando».
11 meses después, Allegri ha ganado el scudetto (con cuatro jornadas de antelación, récord histórico para el club), jugará la final de Copa y ha llevado al equipo a semifinales de Champions. Algo que Conte nunca consiguió (el primer año no pasó de la fase de grupo y el segundo cayó en cuartos). Es más, el ahora seleccionador italiano abandonó la Juve, peleado con la dirección deportiva, porque consideraba que no le habían armado un equipo competitivo para luchar en Europa. «Uno no se puede sentar con diez euros a una mesa de un restaurante de cien», fue su famosa frase. Con el mismo equipo (y la incorporación de Morata), Allegri ha superado su predecesor. Los pesos pesados del vestuario celebraron su llegada. Estaban exhaustos de los métodos de Conte: les había exprimido durante tres años. Sin pausa, sin posibilidad de respirar. Los dueños del club también se habían cansado del técnico crecido como jugador en la Juve.
«Su idea es que uno tiene que estar cómodo para jugar en ataque», dice Tévez
«Conte es un ganador. No puedes relajarte un segundo con él, ni en los entrenamientos ni en los partidos. Es ganar o ganar, para él no existe otra cosa. Allegri es más relajado, es de disfrutar un poco más, sobre todo cuando se gana. Conte llegaba después de una victoria y ya pensaba en mañana», confesó Tévez en una entrevista en El País. El delantero argentino, con la libertad táctica que la ha concedido Allegri, ha firmado su mejor temporada. «A Conte le gustaba mucho jugar con los dos puntas muy pegados, no quería que se separaran tanto. Allegri te pide que tengas una posición fija pero sólo cuando defiendes. Su idea es que cuando ataque, uno tiene que estar cómodo para jugar como más le gusta», explica el Apache.
«El míster heredó un buen grupo, con grandes valores morales y gran calidad, pero nos ha dado mucho. Cualquiera que hubiese venido a la Juve después de Conte habría encontrado un camino complicado… Para nosotros fue un estimulo, queríamos demostrar que los jugadores también tenemos nuestro valor», explica el capitán, Gigi Buffon. «Parecía que con la marcha de Conte iban a ser todas dificultades. Queríamos demostrar que somos un gran grupo», asegura Pirlo. «Nos daban por muertos con el cambio de técnico y hemos demostrado que este equipo vale y mucho», dice Chiellini.
Allegri, que vive en el centro de Turín y ha hecho migas con los pesos pesados del vestuario (incluido Pirlo, al que jubiló en el Milán en 2011 forzándole a marcharse) ha salido indemne del pos-Conte. Durante el temporal de verano -llegaron a lanzarle huevos-, con los hinchas revueltos, siempre encontró el paraguas del club, de los Agnelli y de la dirección deportiva. Marotta apostó por él -ya le había buscado cuando estaba en el Cagliari- no solo por su capacidad de adaptación sino también por su docilidad. Allegri es el clásico «entrenador de club». Después del huracán Conte, en la Juve buscaban un técnico que armase el equipo con las piezas que había en el vestuario sin aparecer a diario con nuevas peticiones, sin tensar la cuerda todo el rato. A Allegri, que firmó un contrato de 2 años, los más veteranos le comparan con Fabio Capello. Serio y duro en los entrenamientos pero sin estar encima de los jugadores una vez terminado el trabajo; con una gran capacidad para leer los partidos y hacer los cambios sobre la marcha.
En Turín ha tenido paciencia. Nunca le ha gustado el esquema de Conte (3-5-2) pero sabía que no podía cambiarlo todo de golpe; menos sabiendo que había traído tantos buenos resultados. Ha esperado los momentos oportunos para dar su sello al equipo con un 4-3-1-2. Ha hecho crecer a Morata (con el que ha tenido muchos entrenamientos individuales) y ha dado más libertades tácticas a sus jugadores. Sin pasearse como una sombra por los hoteles de concentración controlando cual sargento que no comieran un dulce demás. No es un sargento pero tiene carácter. Así también lo ve el presidente Agnelli. «Allegri los tiene cuadrados. Es la segunda liga que gana en su primer año», le piropeó el sábado.
Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, confirmó que el galés Gareth Bale está en condiciones de reaparecer en la visita al Sevilla, pero admitió que no está para jugar todo el partido y que no tomará riesgos en su vuelta. «Bale se entrenó este jueves con el equipo y está bien, este viernes hace otro entrenamiento y creo que va a estar disponible para Sevilla«, aseguró en su primera respuesta de su comparecencia.
Posteriormente dejó entrever que la vuelta de Bale será en el banquillo en Sevilla antes de disputar las semifinales de Liga de Campeones en Turín ante la Juventus. «Riesgo no vamos a tomar porque no es el último partido de la temporada. Si el jugador está disponible lo está para jugar sin riesgo, es posible que no los noventa minutos. Pero si tiene un porcentaje de riesgo no vamos a arriesgar», añadió.
Destacó el técnico italiano un factor que aportará Bale en la recta final de la temporada, la frescura con la que vuelve tras perderse los tres últimos encuentros del Real Madrid por su percance muscular. «Vuelve Gareth y nos va a ayudar porque va a estar más fresco que otros y la frescura en estos momentos de la temporada va a ser muy importante», opinó.
También la aportará en breve el francés Karim Benzema, que se encuentra en la recta final de la recuperación del esguince que sufre en su rodilla derecha. «Karim sigue el programa marcado, trabaja individual y vamos a ver si domingo o lunes puede trabajar con el equipo«, sentenció Ancelotti que confía en poder incluir a su jugador en la convocatoria para la ida de semifinales de Liga de Campeones.
Además, no quiso desvelar en esta ocasión nada del equipo titular por el que apostará en el Pizjuán, incluso dijo Ancelotti que tiene cosas que decidir el día del partido como si repite la fórmula usada ante el Atlético de Madrid en Liga de Campeones con la presencia de Sergio Ramos en el centro del campo. «Es una opción», admitió. «Lo ha hecho muy bien pero tenemos otras opciones. Lo más natural es un medio centro o poner a Isco en esa posición donde lo ha hecho muy bien. Tengo varias opciones en esta posición y lo voy a decidir este sábado«.
«Con Ramos en el centro del campo no ganamos ni perdemos nada. Tenemos un jugador con experiencia que puede aportarla para ayudar al equipo como central o de medio», añadió. Después de escuchar a la afición del Santiago Bernabéu silbar a Cristiano Ronaldo en una jugada en la que pecó de individualismo ante el Almería, Ancelotti dijo que no entiende que se pueda pitar al portugués y defendió su carácter, cuando se marchó enfadado por no marcar pese al triunfo del Real Madrid.
«Si ha marcado tantos goles este año es porque tiene este carácter. Nunca está contento con lo que hace, siempre lucha por mejorar. Es la razón por la que marca tanto desde hace mucho tiempo», señaló. Lanzó un mensaje optimista Ancelotti antes del partido en Sevilla, sin querer pensar en una derrota con la que la Liga quedaría sentenciada. «Todo puede pasar en el fútbol pero en mi cabeza hay solo una idea, es mejor pensar que podemos ganar a que podemos perder«.
Este mexicano con apodo de guisante es algo más que un goleador espasmódico, que es lo que único que le han dejado ser hasta el pasado miércoles en el Real Madrid. Su optimismo, no solo ante el gol, ha resultado contagioso para los suyos. Con el vestuario en vilo por las lesiones y el Atlético y la Liga a la vista, Chicharito, desde el cuarto oscuro en el que ha vivido ocho meses en Chamartín, ha salido al rescate de todos, con rezos, sonrisas y lágrimas. Su conmovedora abnegación le ha mantenido a flote cuando se le daba por más que caducado. Llegadas las urgencias, cabía pensar que Chicharito solo era un recurso por descarte del resto, que aparecería un jugador deprimido, pasado de peso, sin las botas afiladas y con el colmillo justo para ser un parche de emergencia y regresar a Manchester para discutir con el agrio Van Gaal.
Chicharito, tiempos divinos y un Don Tancredo
“¡Viva Chicharito!”
Sueña Chicharito, sueña el Madrid
“Me casé con el fútbol y le soy fiel”
‘Playoffs’, un peinado y un Karembeu
¡Éxtasis! ¡Chicharazo!
Chicharito: “No me siento un héroe”
Para deleite madridista, antes de golear, transmitió un entusiasmo juvenil, como el de un chico con botas nuevas. Todo jovialidad, aliento, euforia. De repente, la bandera blanca de Chicharito no era la de la rendición, lo que nadie hubiera podido reprocharle. Era la enseña que colorea su escudo actual, el que lleva de paso al estar cedido por el United. Nadie remató y empujó más en el derbi madrileño de la Champions, hasta que tuvo su premio. Un gol de mucho valor, pero de ejecución nada extraordinaria. El tanto del oportunista. Esa era la etiqueta de este mexicano, aunque rebajada desde que se fue difuminando en Old Trafford. Hoy, el promedio goleador de su carrera es de 0,38, por debajo del 0,47 de Benzema, por ejemplo. Un día de gloria para el héroe inesperado, para el muchacho desconsolado en el banquillo, para el alumno al que por fin se agarraba Ancelotti, colgado de su cuello salvador. El madridismo buceó para encontrar referentes de iluminados por un día. Un Morales, aquel jugador de los 90 que ganó al Atlético y se le acabó la fiesta en el Real.
Mientras Chicharito regaba portadas con clavos ardiendo, llegó la cita de Vigo. El efecto Chicharito quizá permitiera que el mexicano cazara algún rebote de gol, algún rechace o una pillería. Si ante el Atlético se vio al goleador puntual, en Balaídos irrumpió otro Chicharito, el Chicharito jugador. Si su medio natural era el área y fuera un patoso, resulta que tiró un par de paredes estupendas con James y acabó con un gol de jugada. Luego, asistió en carrera a Cristiano en una contra y puso el broche con una pinchada propia de Zidane. Su oportuno y picante desmarque lo entendió Ramos. La pelota le llegó al vuelo, con la carga de un defensa adversario. Una pérdida de tiempo ante un supuesto empujador de goles. Otro desmentido. El azteca calmó la pelota como el que acuna a un bebé, enfiló al portero Sergio y obró como el que lleva el gol en el tuétano. Dos Chicharitos: el goleador y el más desconocido, el jugador.
Lo de Vigo fue una demostración de que lo suyo puede no ser episódico si ahora que ya es innegociable y tendrá precio este verano para ser presentado con pompas, Ancelotti y el club le alistan no como un Morales, sino como un Larsson. Aquel sueco que hizo carrera en Barcelona con goles y dando buenos turnos a los titulares. Con ello, muy profesional, se ganó el apego de la hinchada, como ya sucede con Chicharito. A estos futbolistas no se les pide más de lo que dan. La gente también adora a esos titulares entre los suplentes siempre optimistas y con la puesta a punto.
El Real Madrid recibe mañana al Almería en un partido que se anuncia como la transición ligera hacia la semana más cargada de la temporada. El entrenador, Carlo Ancelotti, anticipó que la convocatoria contará con tres canteranos, Odegaard, Diego Llorente y Mayoral, para compensar las bajas por sanción de Carvajal y Ramos, y por lesión de Modric, Benzema y Bale.
Chicharito, el optimista del gol
Chicharito, tiempos divinos y un Don Tancredo
“¡Viva Chicharito!”
Ancelotti: “La Liga está más complicada que la Champions”
Esta jornada de refresco de futbolistas cansados será la primera participación con el primer equipo en partido oficial del noruego Martin Odegaard. Fichado en enero con vitola de futura estrella del fútbol mundial, el mediapunta de 16 años podría convertirse en el el jugador más joven en debutar con el Madrid. El técnico italiano confirmó la titularidad de Jesé y Keylor Navas.
El Madrid hará rotaciones procurando mantener el nivel para superar a un Almería que llega saturado por las amenazas del descenso y un castigo de la FIFA que podría restarle tres puntos por una falta administrativa. “Hemos llegado a un punto en la temporada en que todos los partidos son a vida o muerte”, observó Ancelotti. “Tenemos que valorar este partido con el pensamiento de que será importante, antes de un periodo de partidos muy complicado. Hasta el 13 de mayo atravesaremos el momento más determinante de la temporada. Jugamos contra Almería, Sevilla, Juventus, Valencia y Juventus. Son partidos muy difíciles. Pero tenemos la confianza de poder hacerlo bien. Parte de los lesionados se recuperarán muy pronto y el equipo podrá competir en todos los partidos con una buena intensidad porque físicamente está bien. No pensamos si el Barça va a pinchar sino en intentar ganar todos nuestros partidos. Por suerte podremos empatar dos y esto nos da un respiro”.
Ancelotti hizo una pausa y soltó una risita pícara. “¡Los dos de la Champions los podemos empatar!”, se explicó, para quien no captara la primera ironía, y sabedor como nadie de que los goles en campo contrario permiten superar eliminatorias de UEFA sin ganar. “El objetivo en la Liga es ganar los cinco partidos. Con la Juventus podría funcionar el viejo estilo italiano. Autobús delante de la portería y buscar el empate. Esto es broma… No nos olvidemos de que nos aproximamos a los cien goles en la Liga”.
El entrenador no quiso confirmar que el Madrid ejercerá su derecho de compra sobre Chicharito pagando los 20 millones de la cláusula al Manchester United. “Es un tema que valoraremos al final de temporada. Pero a lo largo de todo el año el jugador ha demostrado su profesionalidad. En los momentos difíciles se ha comportado muy bien. Tener este tipo de jugadores siempre listo para cuando le das la oportunidad es siempre muy bueno”.
Entre los 200 partidos que cumple mañana en Villarreal, su 45 cumpleaños y los coletazos críticos del euroderbi compusieron una comparecencia tan distendida como reflexiva de Diego Pablo Simeone. Tranquilo, el entrenador del Atlético entrelazaba los pulgares mientras elaboraba pausadamente unas respuestas que pocas veces fueron tan largas. Y nunca tan expresivas con esa sensación de amenaza o de vértigo que pueden generar una avalancha de críticas incluso en un entrenador de fútbol tan valorado por una afición. “En estos 200 partidos han pasado cosas muy buenas. El esfuerzo, la entrega y la competencia que hemos tenido en todos los futbolistas que han pasado nos ha permitido encontrarnos en un lugar de exigencia tremendo y eso habla muy bien de todo lo que se ha hecho. Esperamos seguir de la misma manera, pensado que me pueden echar mañana y eso me hace estar alerta para cuidar el lugar que tengo porque me gusta, lo quiero y porque me siento identificado con el club”.
La peor noche de Simeone
Las tres razones por las que Simeone se estrelló en el Bernabéu
Saques de banda y el error con Mandzukic
Solo el Madrid hizo méritos
Simeone fue preguntado, más allá del crédito que tiene entre la hinchada, por si no había percibido la sensación de desencanto generalizado por su planteamiento del Bernabéu. “¿Las sensaciones?”, se repreguntó, “Las sensaciones son muy amplias, en el fútbol podemos discutir un montón de cosas, si es mejor perder 4-2-, 5-3 y 1-0 sobre el final con uno menos, que eso no lo recuerdan mucho, o con Tiago que había pedido el cambio porque estaba fundido. Pero uno no busca excusas, sino que habla de una realidad que es incompatible con lo que opinan desde otro lugar. Es entendible porque las criticas son justas desde el lugar que uno tiene y tienen que existir, y se puede discutir. El fútbol es muy bueno porque todos tenemos razón”.
Estoy en alerta para cuidar el lugar que tengo porque me gusta, lo quiero y me siento identificado con el club”
Tiene Simeone un convencimiento total en que es el la pura eliminación y no el cómo fue lo que ha disparado la cascada de críticas hacia su planteamiento del miércoles pasado. “No hay que enojarse con la críticas, no fastidiarse, todo lo contrario, hay que tomar algún comentario y obviamente dejar de lado los que no tienen argumento. Me acuerdo cuando empezamos, los primeros partidos con el Madrid o el Barça decían: ‘Hay que apretarlos arriba’. Y te metían cinco, seis; ‘Hay que apretarlos fuerte atrás’. Y te metían cinco, seis goles… “El futbol”, advierte Simeone, “da la oportunidad de que hablemos todos y que tengamos nuestras razones porque todos somos entrenadores. Los que estamos ahí tenemos que tomar decisiones y estamos más expuestos al resultado y cuando este es negativo, las criticas tienen más valor”. “Pero cuando jugamos en el Bernabéu”, señala el técnico refiriéndose a la final de Copa conquistada en 2013, «y ganamos después de 14 años nos reventaron los palos todo el partido, pero vencimos 2-1. Esto es el fútbol”, zanjó de forma lacónica.
Cuando ganamos la Copa en el Bernabéu nos reventaron los palos todo el partido, pero ganamos 2-1- Esto es el fútbol»
Desde el miércoles se ha entremezclado de mala manera el liderazgo que Simeone tiene entre la hinchada y sus méritos, con las críticas por un solo partido. No se ha cuestionado una trayectoria, pero sí 90 minutos en los que el Atlético apenas dio sensación de poder imponerse a ese Madrid en el que no estaban ni Modric, ni Marcelo, ni Benzema, ni Bale. “La gente no consume solamente lo que escucha o lo que lee, sino lo que ve, y lo que ve es una realidad que dice que desde hace tres años y medio competimos, que hemos estado a la altura de todas las competencias. Más allá de lo que puedan leer o escuchar están acompañando al equipo porque ha mostrado rebeldía, insistir, no bajar los brazos… las señas de identidad del club. La gente se encuentra totalmente identificada con los jugadores y que griten que están orgullosos de ellos no es fácil. La gente quiere a este equipo y vamos a seguir compitiendo con nuestras armas”.
De estos 200 partidos me quedó con el que ganamos la Liga en el Camp Nou, ningún hincha del Atlético lo olvidará»
En estos tres años y medio y 200 partidos, Simeone apunta a su mayor logro como el momento más inolvidable. “El partido en el Camp Nou… Con el Barça jugando de local y 90.000 espectadores, perdiendo 1-0 y sin Arda y sin Diego Costa que se lesionaron en el primer tiempo… Que el equipo logre ganar la Liga, la verdad que nunca se nos va a olvidar a ningún hincha del Atlético que pueda vivir ese momento”, concluyó.
El Real Madrid se medirá a la Juventus en las semifinales de la Liga de Campeones, en una eliminatoria que comenzará en eel Juventus Stadium de Turín el día 6 de mayo y que se decidirá seis días después, el 12, en el Santiago Bernabéu.
Los blancos, que doblegaron al Atlético en los cuartos de final gracias a un solitario gol de Chicharito Hernández, llegan al encuentro condicionados por las recuperaciones de algunos de sus jugadores fundamentales. De las bajas con las que cuenta Ancelotti actualmente, Marcelo, Modric, Bale y Benzema, sólo el croata tiene imposible llegar al encuentro en Turín, tras producirse un esguince de rodilla en el encuentro de Liga ante el Málaga que le obligará a estar de baja mínimo cinco semanas. De recuperase acorde a los plazos previstos sólo estaría disponible para la final del 6 de junio en Berlín. Es por ello que Ancelotti aguarda el regreso de Bale y Benzema para alinear junto a Cristiano de nuevo a la BBC, si se cumplen los plazos de recuperación del francés y del galés.
Será una eliminatoria muy equilibrada […] Ojalá podamos recuperar a nuestros lesionados para afrontarla de la mejor manera posible»
Emilio Butragueño
Es es ese punto donde el Madrid deberá plantear de nuevo soluciones ante una Juve, que a pesar de ser un equipo con menos recursos que los blancos, propondrá presumiblemente un encuentro táctico comprometiendo el juego ofensivo de los de Ancelotti. El técnico italiano, que ya estuvo al frente del banquillo bianconero durante dos temporadas (1999-2001), contará a su favor con la experiencia de haberse enfrentado al cuadro de Allegri en multitud de ocasiones dirigiendo al Milán, en el que estuvo de 2001-2009.
La fórmula de jugar con Sergio Ramos como compañero de Kroos en el centro del campo que tan buen rendimiento le dio en el último partido ante el Atlético, podría ser de nuevo la solución a la ausencia de Modric, ya que con el sevillano por delante de la defensa, el equipo crece en poderío físico a la hora de defender el juego previsiblemente vertical del conjunto italiano. Además de Ramos, el hombre clave del pase a la semifinal fue Chicharito Hernández, que de nuevo podría ocupar un puesto en el ataque blanco, si Benzema no se recupera a tiempo de su esguince de rodilla. El buen rendimiento que ofreció el jugador mexicano ante los rojiblancos le habría hecho ganarse la confianza del técnico italiano, que podría alinearle de inicio en caso de necesidad.
Barcelona – Bayern Múnich y Juventus-Real Madrid
El mejor momento del día
Juventus, pedigrí y un equipo rocoso
En el apartado de enfrentamientos directos entre ambos equipos en competición europea, el Madrid domina las estadísticas con un balance de 8 victorias, 1 empate y 7 derrotas, con un total de 16 goles a favor y 18 en contra. En el recuerdo de la afición madridista perdurará el tanto de Mijatovic en la final de la Liga de Campeones que ambos equipos disputaron en Amsterdam en 1998 y que suposo la séptima Copa de Europa del conjunto blanco.
«Será una eliminatoria muy equilibrada. Es un equipo muy competitivo, ya nos enfrentamos con ellos la temporada pasada y ojalá que podamos recuperar a nuestros lesionados para afrontar la eliminatoria de la mejor manera posible», valoró el emparejamiento Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid.
La última vez que se enfrentaron ambos equipos fue en las semifinales de 2003, en una eliminatoria que se decantó del lado de la Juventus tras vencer en el partido de vuelta por 3-1, dando la vuelta al 2-1 de la ida.
Carlo Ancelotti se presentó en la sala de conferencias de Valdebebas para hacer dos anuncios agridulces. Primero, que Luka Modric se perderá las semifinales de la Champions ante la Juventus pero estará completamente recuperado de su lesión coincidiendo con la última jornada de la Liga, el 24 de mayo, lo que le permitiría disputar en plenitud la final europea de Berlín, prevista para el 6 de junio, si es que el equipo alcanza esa instancia. El segundo mensaje del técnico fue que para el Madrid será más difícil ganar la Liga que la Champions.
“Pienso que es más complicado ganar la Liga”, dijo. “Porque tenemos una desventaja. Es poco. Dos puntos solamente. Pero está claro que el Barcelona va con ventaja. En la Champions está todo igualado. Tenemos que jugar dos partidos que son complicados para todos [Madrid, Juventus, Barcelona y Bayern]. Pero partimos de una igualdad para todos”.
Respecto al parte de bajas, un asunto que últimamente los clubes tratan con una calculada oscuridad, el entrenador fue preciso. “Modric estará disponible a final de temporada”, dijo. “Hemos establecido la fecha de su regreso en el partido contra el Getafe, en la última semana de mayo. Benzema estará listo para la ida contra la Juve; y creo que Bale podrá jugar el fin de semana que viene contra el Sevilla”.
Ancelotti nunca se muestra tan comedido y discreto como cuando las circunstancias le invitan a sacar pecho. El entrenador del Madrid ofreció su conferencia de prensa este mediodía, antes del traslado a Balaídos donde el equipo disputará uno de los partidos más complicados que le quedan en el campeonato. Las fanfarrias de los medios le exaltan, por fin. La directiva le aprueba. La victoria en los cuartos de la Champions le anuncia como al inminente muñidor de la Undécima. Pero el hombre se quitó importancia. Todo lo que sucede es bueno para el club. Para “nosotros”.
«Benzema regresará contra la Juve; y Bale jugará contra el Sevilla»
“Ganar para llegar a las semifinales era muy importante para nosotros”, dijo, cuando le preguntaron si la victoria contra el Atlético suponía una suerte de revancha personal. “Ahora tenemos que demostrar la misma energía para jugar con las mismas ganas todos los partidos de Liga”.
“Debemos pensar que el de mañana será un partido de intensidad y dinamismo muy altos”, prosiguió. “Contra Atlético y el Barcelona fue así. El Celta en Balaídos juega con otro ritmo. Juega muy bien al fútbol. Es un equipo muy peligroso, con jugadores de mucha calidad como Nolito y Santi Mina. Tenemos que estar físicamente muy bien e intentar poner en el campo nuestra idea de juego”.
Le preguntaron por la frustración que dijo sentir Isco tras descubrir que regresaba a la suplencia hace dos semanas. “Nadie está contento cuando no juega”, respondió Ancelotti. “Ni Isco, ni Nacho, ni Chicharito. Esto es normal en el fútbol. Lo que no es normal es que este enfado repercuta mal en el campo. Si este enfado repercute en el rendimiento no es bueno. Si el enfado provoca una bajada en los entrenamientos es un problema. Esto no ha pasado con Isco, ni con Chicharito, ni con Jesé, ni con Nacho, ni con ninguno… Chicharito es un ejemplo muy importante para un entrenador y para muchos jugadores porque gracias a su profesionalidad estuvo listo en el momento importante”.
«Jesé tiene que estar listo porque su momento puede llegar como llegó el de Chichariro»
Esta noche todo hace presumir que Isco formará el centro del campo con Kroos y James. El cuarto elemento es la incógnita. Podría ser Illarramendi, a quien el entrenador no mencionó entre aquellos que se muestran inaccesibles al desaliento. También podría ser Jesé, cuyo estatus de cuarto atacante ha sido ocupado por Chicharito.
“Yo hablo con Jesé y con todos”, advirtió el entrenador. “Entiendo su momento. Quiere jugar más. Pero tiene que estar listo porque su momento puede llegar como llegó el momento de Chicharito. Su futuro está muy claro: se queda aquí porque es un futbolista muy importante para el Madrid, para hoy y para el porvenir”.
Es uno de los jugadores predilectos del Santiago Bernabéu. Isco Alarcón sabe cómo levantar a los espectadores de sus asientos dando un ‘pase de pecho’ como pocos en el mundo. Pero su estética a la hora de torear ha de acompañarla con una efectividad entrando a matar a la altura de sus compañeros, aquello de la “verticalidad” que tanto le gusta a Carlo Ancelotti y que tan bien la ejecuta James Rodríguez, su principal competencia. En Vallecas, en la primera ocasión que el entrenador del Real Madrid tuvo para elegir entre el colombiano o el malagueño, se decantó por un recién recuperado James. A Isco no le gustó y tanto Ancelotti como Sergio Ramos mantuvieron una charla con él para evitar que las aguas se salieran de su cauce. Esta noche, al contrario que hace una semana en el Vicente Calderón, Isco será titular ante el Atlético en la vuelta de los cuartos de Champions (20:45h – C+ Liga de Campeones), y no por aquel enfado.
Siempre que James y Bale han estado en condiciones, Isco ha debido aguardar en el banquillo su oportunidad (salvo que Benzema o Cristiano hayan sido baja). Con ello, Bale ha disputado 42 partidos en lo que va de año, James 34 e Isco otros 34, con la diferencia de que el internacional español ha jugado diez encuentros más partiendo desde el banquillo, por dos del colombiano y uno del galés. Teniendo similares números –algo más de 3.000 minutos sobre el verde–, la diferencia es que James y Bale han dependido de ellos mismos pero Isco, en buena parte, ha debido ser por ausencias de terceros. La última, este sábado gracias a la baja de Benzema.
“Vamos a ver qué hago porque doce no puedo poner”, respondió Ancelotti hace dos semanas cuando regresó James de su lesión y se le cuestionó sobre quién ocuparía la titularidad frente al Rayo, si este o Isco. Ninguno dio motivos para ir al banquillo, pero fue James el elegido. “(Contra el Granada) ha jugado con calidad e intensidad, nos ha ayudado. Es un jugador que verticaliza mucho el juego y siempre con ideas”. La verticalidad…
Quizás sin entender mucho por qué y asumiendo el ego propio de cualquier deportista, Isco se molestó con la nueva situación. Ancelotti, curtido en mil batallas con casos similares, le mandó un mensaje tranquilizador. Por si acaso y como uno de los capitanes, Sergio Ramos hizo lo propio. Isco cumplió este martes 23 años y este miércoles será titular en el Real Madrid para disputar los cuartos de final de Champions frente al Atlético de Madrid, en su plaza y ante su público. Al final se ha salido con la suya aunque ha sido su fútbol –y no su pataleta– el que lo ha situado en esta privilegiada situación.
Alineaciones probables
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Coentrao; Kroos, Illarramendi, Isco; James, Cristiano Ronaldo y ‘Chicharito’.
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Arda, Gabi, Tiago, Koke; Griezmann y Mandzukic.
Árbitro: Félix Brych (Alemania).
Estadio: Santiago Bernabéu.
Hora: 20:45 (18.45 GMT).
El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.
Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.
Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.
Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata
El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.
El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.
Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.
James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción
La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.
Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.
Luka Modric y Gareth Bale dejaron el Bernabéu el sábado con muletas. El croata casi dice adiós a la temporada (estará fuera entre 5 y 6 semanas por un esguince en el ligamento colateral de la rodilla derecha). El galés, con un pinchazo en el gemelo izquierdo, será sometido hoy a una resonancia para averiguar si hay o no rotura. Benzema es duda para la vuelta de cuartos de Champions contra el Atlético —tiene unas molestias en la rodilla— y Marcelo no estará disponible por sanción. Carlo Ancelotti se juega así la temporada sin tres piezas clave. Pocas veces se le vio tan preocupado como el sábado tras el partido contra el Málaga. Cuando se retiraron Bale (minuto 3) y Modric (minuto 59), él estaba al borde de la zona técnica dando instrucciones.
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En la zona técnica también estaba el sábado Pep Guardiola cuando se llevó las manos a la cabeza tras la dura entrada de Rudy a Bernat en el partido contra el Hoffenheim. El entrenador del Bayern sustituyó al defensa en el descanso para evitar males mayores. El martes tiene que remontarle un 3-1 al Oporto si quiere jugar las semifinales y su equipo está diezmado por las lesiones. No están Robben, Ribéry, Schweinsteiger, Javi Martínez ni Alaba. Götze se unió a la lista después del choque contra el Oporto. Además, Hans- Wilhelm Müller-Wohlfarht, jefe médico que llevaba 38 años en el club, dijo adiós por diferencias con Guardiola abriendo un cisma importante en la entidad.
La Juve, que ganó 1-0 al Mónaco en Turín sin Pogba ni Pirlo, podrá recuperar únicamente al italiano para la vuelta. Simeone tendrá que renunciar a Mario Suárez en el Bernabéu por sanción. A diferencia del Bayern y de la Juve, que tienen 11 y 16 puntos de ventaja sobre el segundo, respectivamente, en sus campeonatos, Barcelona, Madrid y en menor medida Atlético no pueden permitirse descansos en este tramo final de temporada.
Los suplentes de Luis Enrique suman más minutos que los utilizados por Ancelotti
Barça y Madrid mantienen un pulso para llevarse el título liguero. Ambos están sufriendo para cumplir, pero los azulgrana han rotado más a lo largo de la temporada: Luis Enrique ha ido dando más minutos a los suplentes. Los cinco suplentes que más han jugado en el Barça suman 6.815 minutos, por ejemplo, por los 4.097 que suman los del Madrid.
Ancelotti ha tirado siempre de los mismos: salvo (caso de las lesiones de Modric, James, Sergio Ramos y Pepe) cuando ha tenido que buscar alternativas por obligación. “!No!”, contestó, rotundo, Ancelotti el viernes cuando le preguntaron si se había arrepentido de no haber rotado más a lo largo de la temporada. El sábado, contra el Málaga, sí prescindió de Coentrão —que sustituirá a Marcelo en Champions— para que trabajara en Valdebebas, pero no de los titulares de siempre.
Para la vuelta contra el Atlético (0-0 en la ida) maneja alternativas para suplir las ausencias de Modric (aunque este sea insustituible ya que no hay un jugador de ese corte en la plantilla, que dé pausa y rapidez al juego cuando este lo requiere) y Bale. Si mantiene el 4-3-3, James, Kroos e Isco podrían formar la medular (solución que ya empleó el Madrid siete veces esta temporada, una de ellas, precisamente, contra el Atlético en la vuelta del derbi de Copa). Arriba, junto a Benzema y Cristiano, puede optar entre un dinámico Chicharito o un Jesé que ha perdido velocidad y habilidad en el uno contra uno.
GERARD JULIEN (AFP)’);»> ampliar foto
Si, en cambio, Ancelotti opta por un 4-4-2, tiene tres alternativas para acompañar a James, Kroos e Isco. Khedira, del que tiró en la final de Lisboa del año pasado aunque viniera de seis meses de lesión; Illarramendi, en el que nunca ha confiado, y Lucas Silva. El brasileño, que dijo querer ser como Toni Kroos el día de su presentación, ha ido desapareciendo de los once de Ancelotti. Khedira se ha quedado fuera en seis de las últimas siete convocatorias e Illarra ha jugado con algo más de regularidad. Al menos, en minutos.
La Liga obliga a Carlo Ancelotti a aparcar, momentáneamente, las preocupaciones de la Champions. Pero, aunque el técnico del Madrid insista en recordar que son dos los títulos que se juega el equipo, la sensación es que la temporada dependa de cómo acabará el derbi de cuartos del próximo miércoles. De ahí que todo lo que ocurra en Valdebebas estos días: la lesión de Benzema ayer y la ausencia de Coentrão en la convocatoria, sea analizado con vistas al miércoles.
Mientras que para ganar la Liga el conjunto blanco depende de tropiezos ajenos, para disputar las semifinales de Champions depende de sus aciertos. Se divide así el Madrid entre la persecución al Barcelona —a dos puntos con 21 en juego— y la angustia de jugársela ante el Atlético. En mitad de los dilemas llega un Málaga con objetivos europeos.
Ni después de haber jugado su mejor partido en meses consiguió el Madrid golpear al Atlético. Remataron 18 veces los blancos y no festejaron ni un gol. Ancelotti aseguró el martes que eso no tendrá repercusiones en la cabeza de sus jugadores y ayer dijo que ese 0-0 no resultó amargo. “Lo que me da más felicidad es que el equipo juegue bien porque para eso entrenamos. Después está la valoración del resultado y yo tengo buen sabor de boca porque el partido fue bueno”, aseguró.
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Respecto a ese partido, el técnico recupera a Pepe —no estaba al cien por cien— y podría dar descanso a Modric y Carvajal (apercibidos igual que Ramos y Coentrão). Pierde, sin embargo, a Karim Benzema. El delantero francés apareció ayer por el césped de Valdebebas con un vendaje en la rodilla derecha y abandonó la sesión de trabajo al resentirse de unas molestias en esa zona.
“No estará disponible ante el Málaga, pero lo vamos a recuperar para el miércoles. La baja de Karim no va a cambiar el dibujo. Pondré el mejor once posible para intentar ganar este partido. El Málaga es un rival peligroso”, analizó Ancelotti, que no se fía un pelo de un equipo que ya ganó al Barça en el Camp Nou. “Juegan con intensidad y dinamismo. Nos preocupa que hayan ganado en Barcelona. Tenemos que poner toda la energía que tenemos”.
Rotaciones, por lo tanto, las justas. Nada nuevo en la hoja de ruta de Ancelotti. “El de mañana [por hoy] es un partido y el del miércoles otro. El del Málaga no es un partido para dar minutos a Coentrão sino para ganar y seguir con la racha”, contestó el técnico cuando le preguntaron si hoy alinearía al lateral portugués para que coja ritmo de cara al partido de Champions. Con la ausencia de Marcelo por sanción, Coentrão es, a priori, la opción más natural que tiene Ancelotti para la vuelta de cuartos ante el Atlético. Pero el caso es que el lateral portugués se ha quedado fuera de la convocatoria y Marcelo será titular esta noche. ¿El miércoles? Ya se verá.
Coentrão, relevo natural de Marcelo para el miércoles, se queda fuera de la convocatoria
Tres son las opciones [cuatro con Bale, pero esa queda prácticamente descartada] que tiene para el carril izquierdo. Arbeloa y Nacho, los comodines de la defensa, y Coentrão. Nacho siempre que ha jugado ha cumplido: suma 924 minutos. No tiene, sin embargo, la experiencia de Arbeloa (1.669 minutos) para partidos decisivos. Por su parte, Coentrão apenas ha jugado 774 minutos esta temporada y no es titular desde el partido ante el Schalke (10 de marzo).
En una entrevista en Es Radio Ancelotti dijo que, si está bien, jugará el miércoles ya que hizo “una semifinal fantástica con el Bayern el año pasado”. El estado de forma del portugués es una incógnita. Lo ha sido toda la temporada. Los distintos problemas que ha ido sufriendo le han impedido jugar con el Madrid pero no con su selección. “Es muy intenso en los partidos, pero debe mantener esa intensidad en los entrenamientos, no siempre lo hace y eso repercute en su estado físico. Debe hacerlo para no tener riesgo de lesiones”, le criticó el técnico en Es Radio. En el Allianz Arena en las semifinales de Champions ante el Bayern sustituyó a Marcelo (entonces lesionado) con siete partidos de rodaje en las piernas. Venía, además, de jugar todas las eliminatorias desde la vuelta de octavos. Ahora no juega desde el 10 de marzo.
No había acabado el partido todavía y Carlo Ancelotti ya tenía a dos jugadores tratándose en las camillas del vestuario. Gareth Bale aguantó tres minutos ayer contra el Málaga. Modric una hora. El galés se retiró con un pinchazo en el gemelo. El croata, a falta de que lo confirmen las pruebas a las que será sometido hoy, con un esguince del ligamento lateral externo de la rodilla. Es el diagnóstico de la primera exploración que le hicieron en el vestuario. El de anoche podría haber sido uno de sus últimos partidos de la temporada, ya que si las pruebas confirman la lesión, estará da baja entre cinco y seis semanas. Ninguno de los dos estará el miércoles contra el Atlético en el duelo clave de los cuartos de Champions.
“Mi optimismo es que tenemos una gran oportunidad al jugar en casa, vamos a intentar hacer lo que podamos parea llegar a las semifinales de Champions, con o sin Bale”, contestó Ancelotti cuando le preguntaron si la afición madridista podía ser optimista sobre la presencia de los dos jugadores el próximo miércoles. Al técnico italiano se le vio preocupado anoche en la sala de prensa del Bernabéu. El Madrid cumplió el trámite contra el Málaga (3-1, sufriendo más de la cuenta), se mantiene a dos puntos del Barcelona , pero el italiano se juega la temporada el miércoles sin tres piezas claves: además de Modric y Bale no tendrá tampoco a Marcelo, sancionado.
Karim Benzema, con unas molestias en la rodilla, no se entrenó ayer y no entró en la convocatoria. “Benzema va a estar. Está mejorando y tenemos cuatro días más para recuperarlo bien”, aseguró Ancelotti. Tenía la cara de un náufrago en mar abierto y sin brújula el italiano. “El partido ha sido positivo salvo estos dos problemas, hemos ganado con mil dificultades, primero las lesiones, luego el fallo en el penalti. Hemos luchado y nos hemos sacrificado, es lo que me ha gustado del equipo y era lo que necesitábamos hoy”, analizó.
Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo.
Si las pruebas confirman la lesión, Modric estará da baja entre cinco y seis semanas
Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.
Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.
Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.
El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.
Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.
Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.
Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata
El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.
El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.
Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.
James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción
La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.
Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.