“Mónaco es uno de esos sitios donde todo piloto quiere ganar. Lo he hecho una vez, y quiero repetir la victoria a toda costa este fin de semana”. Antes del Gran Premio de Mónaco, Lewis Hamilton mostraba su ansia, en el mejor momento de forma de su carrera y con la renovación por tres años con Mercedes recién firmada. “A pesar de lo que sienta con mis habilidades, nunca he logrado un fin de semana perfecto en Mónaco”, explicaba en su columna personal antes de la carrera. “¿Tendré aquí uno de esos fines de semana perfecto?” se preguntaba, “no lo sé, pero voy a darlo todo lo que tengo estos próximos cuatro días”.

La realidad no pudo ser más cruel con el actual campeón del mundo. Una vez más un factor ajeno al británico le dejó sin su merecido premio. En esta ocasión lo tuvo más cerca que nunca, pero “las matemáticas” fallaron dentro de su equipo. Unos cálculos innecesarios, bastaba con no hacerlos para que Hamilton repitiera triunfo en el Principado. Anteriormente fue un coche insuficiente, un accidente, o una bandera amarilla en la clasificación. He aquí su mayor problema, el piloto de 30 años no había conseguido nunca la ‘pole’ hasta este pasado domingo. Posición fundamental para ganar en las calles monegascas.

Lewis Hamilton y Felipe Massa esta temporada (Reuters)

Mejor respuesta que: «Tal vez es porque soy negro»

Su único triunfo en Mónaco llegó en 2008 y lo hizo saliendo desde la tercera plaza. Un año antes podía haber logrado ya descorchar el champán en el podio, pero una táctica de equipo le obligó a ceder el primer puesto a su compañero de equipo, Fernando Alonso. En 2009 se estrelló en la curva de Mirabeau durante la calificación, después cambió su caja de cambios y salió último. Logró cruzar la línea de meta en decimosegunda posición. En 2010, fue quinto, su coche no estaba a la altura.

Un año después, las cosas no le iban bien ni en carrera ni en el campeonato. Durante el Gran Premio recibió dos sanciones, por un toque con Pastor Maldonado y otro con Felipe Massa, con quien tuvo sus más y sus menos a lo largo de la temporada. Esta cita será recordada por el: “Tal vez es porque soy negro”, que Hamilton soltó por las sanciones recibidas. Una actitud inmadura que no ha tenido este fin de semana. “Nos sentaremos después y veremos que ha pasado realmente. A mi mente ahora sólo viene volver y ganar el próximo GP de Mónaco”, respondió esta vez en el podio.

En 2012, sus neumáticos no le permitieron luchar por el triunfo. Y el año pasado una polémica bandera amarilla de Nico Rosberg en la Q3 le dejaba sin opciones para conseguir la ‘pole’. Las opciones de victoria se rebajan en gran cantidad y para colmo, en la carrera una doble parada en boxes le relegó al cuarto puesto.

Lewis Hamilton liderando la carrera (Reuters)

«Hemos tenido un problema con las matemáticas»

Hamilton ha tenido factores de todo tipo que le han impedido ganar en Montecarlo. Este año parecía ser el suyo y podía conseguir el fin de semana perfecto que deseaba. Todo lo hizo como debía el británico, nada pudo hacer para que le birlaran el triunfo. Su malestar en el podio era totalmente lógico. El error de Mercedes fue mayúsculo: “Hemos hecho perder el Gran Premio a Lewis con nuestra decisión. Todo lo que podemos hacer es pedir perdón. Sólo pedimos perdón, perdón y perdón. Hemos metido la pata», reconocía Toto Wolff.

Pero, ¿por qué obligaron a Hamilton a parar?: “La respuesta es simple: Hemos tenido un problema con las matemáticas. Calculamos mal”, dijo Wolff. Aunque Vettel hubiera pasado por boxes a cambiar neumáticos, le hubiera sido casi imposible adelantar al británico como se vio en carrera en la situación inversa. Por lo tanto, no era necesario pensar en protegerse de una parada del alemán.

“¿En qué circuito se creían que estaban?”

Ex pilotos y expertos de Sky Sports F1 también se sorprendieron por lo ocurrido. Damon Hill describió el episodio como «terriblemente vergonzoso» para los vigentes campeones. “Acaban de firmar un contrato de tres años con Lewis, y es una manera muy, muy extraña de para pagar a su empleado”. Y en su lugar, dice el campeón del mundo de 1996, “recibió la cuchara de madera cuando debería estar celebrando una victoria”.

Martin Brundle, ex piloto de F1 y ganador de las 24 horas de Le Mans se compadecía con el británico: “Lewis es una máquina de ganar y verlo en el podio… es como rasgar su corazón”, dijo. Ted Kravitz, experto en Fórmula 1 de Sky, estaba desconcertado por la decisión de Mercedes de arriesgar la posición de Hamilton contemplando la posibilidad de que Vettel adelantara al piloto de Mercedes: “¿En qué circuito se creían que estaban?”, preguntó. La mejor respuesta es la de Damon Hill: “Tanto se invierte en ordenadores, y tanta fe se pone en simulaciones, que a veces se olvidan de que lo que está sucediendo justo en frente no necesita un ordenador”.

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