El hambre afecta a 820 millones de seres humanos

En los últimos tres años, el número de personas que padecen hambre en el mundo se incrementa lentamente, en más de 820 millones. En la actualidad, uno de cada nueve ciudadanos en el mundo sufre este problema.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicado indica que la cifra supone un retroceso a los números de 2010.

Alrededor de 32 millones de personas están subalimentadas en América Latina, lo que representa el 6,1% de la población, aunque en el Caribe se dispara al 16,5%.

La amenaza del hambre y la inseguridad alimentariagrave tienen un notable aumento. En 2014 se situaba en 7,6%, pero en 2017 alcanzó 9,8%, una de las subidas más importantes a nivel mundial.

El documento explica que los nuevos datos confirman que el hambre va en aumento en muchos de los países cuya economía entró en una fase de desaceleración o de contracción.

La mayoría de las naciones (65 de 77) que experimentó un aumento de la subalimentación entre 2011 y 2017 padecieron de forma simultánea episodios de desaceleración o de debilitamiento de la economía, detalla la misiva.

Sorprendentemente, en la mayoría de los casos, no se trataba de países de ingresos bajos sino de naciones de ingresos medios.

La inseguridad alimentaria

Este año, el informe se refiere por primera vez a la prevalencia de la inseguridad alimentaria, es decir, las personas que carecen de acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.

Alrededor del 17,2% de la población mundial, unos 1.300 millones de personas experimentan niveles moderados de inseguridad alimentaria.

Esto significa que no tienen acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes. Incluso cuando no necesariamente padezcan hambre significa que se encuentran en mayor riesgo de padecer varias formas de malnutrición y mala salud.

“Si se combinan los niveles moderado y grave de inseguridad alimentaria, la estimación asciende al 26,4% de la población mundial o a un total de alrededor de 2.000 millones de personas”, señalan los expertos de la FAO.

En todos los continentes, la prevalencia de la inseguridad alimentaria es ligeramente más elevada entre las mujeres que en los hombres.

Las perturbaciones económicas también prolongan y empeoran los efectos de los conflictos y fenómenos climáticos en la inseguridad alimentariaaguda, por lo que requirieron asistencia humanitaria urgente en los países sujetos a crisis alimentarias.

El informe insta a los estados a adoptar medidas en dos frentes: el primero, salvaguardar la seguridad alimentaria y la nutrición por medio de políticas económicas y sociales que ayuden a contrarrestar los efectos de las desaceleraciones y debilitamientos de la economía.

Ejemplos de estas medidas son: garantizar los fondos para las redes de la seguridad social y el acceso universal a la salud y la educación.

El segundo, hacer frente a las desigualdades existentes en todos los niveles por medio de políticas multisectoriales que permitan formas sostenibles de escapar de la inseguridad alimentaria y la malnutrición.

En Latinoamérica

En abril, la FAO publicó un informe con un listado de países latinos en riesgo de alimentación.

La lista la encabezan Venezuela y Haití, calificados como países con alto riesgo de sufrir inseguridad alimentaria.

Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua son los otros cuatro países latinoamericanos mencionados en el informe de la FAO y que se hallan calificados “en observación”.(I)