El francés Vincent Lambert, de 42 años, murió este jueves 11 de julio de 2019, en un hospital nueve días después que los médicos apagaron los aparatos que lo mantenían con vida y suspendieron su hidratación, poniendo fin a 11 años de disputas legales sobre si mantenerlo con vida.

La suspensión del tratamiento se produjo cuatro días después de que el máximo tribunal de Francia anuló la decisión de un tribunal menor para reanudar la alimentación hasta que Naciones Unidas examinara el caso.

«La racionalidad se ha impuesto… Estábamos preparados para dejar que se fuera», dijo Francois Lambert, sobrino del fallecido enfermero de 42 años que quedó tetrapléjico en un accidente de tráfico en 2008.

El accidente de Vincent Lambert desató una batalla legal que provocó un ruptura familiar.

Sus padres, Viviane y Pierre, católicos devotos, luchaban por mantenerlo con vida, con la ayuda de sus abogados y asociaciones como el Comité «Apoyo a Vincent«.

Su esposa Rachel, su sobrino François y seis hermanos y hermanas denunciaban, por el contrario, un «ensañamiento terapeútico«. Según ellos, Vincent dijo que prefería morir a vivir en estado vegetativo. Nunca lo puso por escrito. (I)