Un enfermedad desconocida acaba con la mitad de los antílopes saiga del mundo

El antílope saiga es un animal raro en todos los sentidos. Por un lado su característica nariz le otorga un aspecto de lo más extraño. Por el otro, se encuentra en peligro crítico de extinción según la Lista Roja, por lo que es difícil de encontrar. Ahora, una misteriosa enfermedad está atacando las últimas poblaciones restantes de este mamífero: unos 120.000, la mitad de los que quedan, han muerto durante este mes por causas desconocidas.

En los años 90, medio millón de ejemplares vivía en Asia central. Hoy, menos de 200.000 sobreviven, principalmente en Kazajistán y Uzbekistán. Sin embargo, a principios de mayo comenzaron a morir por razones desconocidas. 27.000 fallecieron en pocos días, hasta el punto de que el Gobierno kazajo pidió auxilio a la ONU. Los antílopes mostraban dificultades para respirar y diarrea severa. La mortalidad, es del 100%.

A principios de mayo comenzaron a morir por razones desconocidas: 27.000 fallecieron en pocos días, hasta el punto de que el Gobierno kazajo pidió auxilio a la ONU

La organización internacional envió un equipo de veterinarios para encontrar la causa: «Es dramático y traumático, con una mortalidad del 100%», aseguró uno de ellos a New Scientist, «no conozco un ejemplo en la historia con estos niveles de fatalidad». El recuento oficial de víctimas en Kazajistán asciende hasta las 85.000 desde el pasado 10 de mayo, aunque fuentes no oficiales hablan de 120.000.

El equipo de profesionales de la ONU ha recogido muestras de tejidos para estrechar el círculo de sospechosos a tres. Un posible culpable sería la bacteria Pasteurella. Este microorganismo suele ser inofensivo, pero puede causar septicemia hemolítica en búfalos. Se trata de la opción más plausible, aunque el transmisor de la enfermedad no se conoce.

Un enfermedad desconocida acaba con la mitad de los antílopes saiga del mundo

El animal que cayó con la Unión Soviética

Otra posibilidad es el origen vírico de la enfermedad, transmitida en este caso por un mosquito. Por último, podría tratarse de una infección por bacterias clostridias, un género responsable de males tan graves como el botulismo, la gangrena y el tétanos.

La enfermedad se ha diseminado con rapidez, probablemente porque los saigas tienen a sus becerros todos a la vez durante la misma semana. Una condición ideal para que cualquier microorganismo se extienda entre las crías.

Los saigas estuvieron al borde de la extinción en los años 20, aunque se recuperaron hasta alcanzar los 2 millones de ejemplares en los 50. Tras el colapso de la Unión Soviética, la caza indiscriminada volvió, debido a las propiedades curativas atribuidas a sus cuernos por la medicina china. A pesar de su situación crítica, este animal estaba en camino de recuperarse. Una inofensiva bacteria podría dar el golpe de gracia a este extraño ser.

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