Durante muchos años a Bilbao y Southampton le unieron tres cosas: una, el ferry que enlazaba por mar ambas ciudades; dos, la camiseta rojiblanca de su equipo de fútbol que el directivo del Athletic Jon Elorduy trajo de aquella ciudad a principios del siglo XX tras no haber podido adquirir (o haberlo olvidado) las inicialmente previstas del Blackburn Rovers. La tercera, un futbolista: Matt Le Tissier. Se dice que los del Bilbao nacen donde les da la gana y Le Tissier, de 46 años, hizo un poco lo mismo: nació en Guernsey, una pequeña localidad en el canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra, que le permitió optar por las selecciones de ambos países y eligió el segundo. Le Tissier llevó a la práctica el deseo del Athletic: que más allá de su particular filosofía de reclutamiento, sus futbolistas sean hombres de un solo club. El centrocampista-delantero inglés jugó toda su vida en el Southampton (15 temporadas) rechazando múltiples ofertas de otros clubes ingleses y del resto de Europa. Por ello, Matt Le God (Matt el Dios), como le apodaban los suyos, recibió este martes el One Club Man Award,con el que el club bilbaíno estrena un galardón para premiar la fidelidad de los futbolistas a unos colores. El marco no fue casual: el descanso del partido entre el Athletic y la Real Sociedad en San Mamés.
El centrocampista-delantero inglés jugó toda su vida en el Southampton: 15 temporadas
Pocos futbolistas cuentan con un letrero a la entrada de su ciudad (Southampton lo fue, porque nació donde quiso) en la que avisan al viajero: “Está usted entrando en el país de Le God”. El apodo lo agradeció Matt, que, sin embargó, apuntó: “También podrían haberme llamado Matt el Gordo. Nunca pude creerme Dios, además no me imagino a Dios siguiendo mi dieta de cerveza y hamburguesas”.
Le Tissier era el prototipo de futbolista inglés de los ochenta: alto, fuerte, con tendencia al sobrepeso y poderoso rematador con ambas piernas, aunque muy sutil en el toque. Con el Southampton jugó más de 500 partidos y marcó más de 200 goles en todas las competiciones. Alguien tan singular tenía que tener sus hitos particulares: marcó un gol desde medio campo (al Blackburn, en The Dell, el estadio de los Saints) y solo falló un penalti de los 50 que lanzó. El honor le correspondió al portero del Nottingham Forest, Mark Crossley. “Espero que esto te sirva”, le dijo Le Tissier, “para llegar a ser portero de la selección”. Y su deseo se cumplió. Una selección que le fue esquiva a Le God, solo requerido en ocho ocasiones. Y no disputó ni Mundiales ni Eurocopas. Los seleccionadores nunca confiaron en él: unos lo consideraban lento, otros gordo. En otras ocasiones se le adelantaban figuras relevantes como Paul Gacoigne.
Nunca pude creerme Dios, además no me imagino a Dios siguiendo mi dieta de cerveza y hamburguesas”
A Le Tissier nunca le importó demasiado. Él decía que en su vida se había dedicado “a las dos cosas que sé hacer: jugar al fútbol y beber cerveza”. Eso lo pudo hacer en el Southampton y fue más que suficiente. Allí encontró el sentido del fútbol que lo plasmó, como los buenos futbolistas ingleses, en una sola frase para la historia: “Jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay un reto mucho más difícil: jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso”, dijo en una entrevista con la BBC.
El caso de Le Tissier no pertenece a la prehistoria del fútbol, sino a una época en la que ya ese deporte se movía entre cifras multimillonarias lo que explica aún mejor el sentido de la decisión tomada por Le God de rechazar a clubes como el Arsenal, el Chelsea, el Tottenham (con el que rompió un contrato ya firmado), el Mónaco o el Milan. Prefirió la felicidad de su ciudad a la del dinero. “Porque no estamos aquí por mucho tiempo, pero sí para pasar un buen rato”. Un rato que duró 15 años de fútbol, vestido de rojo y blanco. Hoy en Bilbao pasea su palmito por San Mamés.
El argentino Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, dijo este viernes que está «tranquilo», reafirmó que volvería a repetir su táctica en el derbi de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabéu y entendió «las críticas con argumentos, que te sirven hasta para mejorar».
Dos días después de la derrota frente al Real Madrid y la eliminación en el máximo torneo europeo, con un 1-0 en contra a dos minutos de la conclusión del choque, el técnico repasó que no ha ido «preguntándole a la gente que pensó del planteamiento» que propuso en el duelo del miércoles, en el que el Atlético apenas atacó. «La gente está desilusionada, porque perdimos. Estoy tranquilo en consecuencia de que si lo tuviera que volver a repetir lo volvería a repetir, porque buscamos un partido que no pudo ser y ganó justamente el rival», valoró este viernes en rueda de prensa antes del entrenamiento vespertino en el estadio Vicente Calderón.
«Es normal que, a partir del lugar que hemos conseguido en estos últimos tres años y medio, sobre todo, que la crítica exista. Tenemos mucha autocrítica y estamos abiertos a todas las críticas justificadas con argumentos, que te sirven hasta para mejorar. Las críticas que no tienen argumentos y que son porqué sí ni siquiera las tomas en cuenta y no tiene ni sentido mirarlas», explicó.
También respondió a Karl Heinz Rumenigge, presidente del Bayern Múnich y que se alegró el jueves de la eliminación del Atlético porque, según sus palabras, el fútbol es «otra cosa». «Me sorprende enormemente de un grandísimo futbolista que en su etapa de jugador, por las características suyas, hubiese encajado perfecto en el Atlético de Madrid. Me sorprende que con sus características, muchas similares a los futbolistas que tenemos nosotros, opine de esa manera», contestó este viernes Simeone.
Mañana, el Atlético retoma la Liga y el objetivo del tercer puesto. ¿Es más importante la tercera posición que alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones? «Lo más importante es el tercer lugar. Nadie me lo preguntó el martes cuando jugamos la ‘Champions’, porque hubiese dicho pasar a semifinales, porque estábamos en el partido próximo, y ahora volvemos a lo mismo», dijo.
Saques de banda y el error con Mandzukic
Las tres razones por las que se estrelló Simeone en el Bernabéu
La peor noche de Simeone
La previe de la 33ª joranda de Liga BBVA: El último ‘sprint’, por J. L. CUDEIRO
«El objetivo del club es ser tercero. Estamos compitiendo extraordinariamente bien en Europa. El resultado negativo duele, pero también enseña a los rivales que no se van a poder relajar porque van a tener que llegar al minuto 178 para ganarnos. Y eso habla muy bien de nosotros», recalcó.
«Estoy muy orgulloso del esfuerzo del equipo y considero que todo sirve en este crecimiento diario que tenemos. Hemos cambiado diez futbolistas esta temporada y el equipo sigue compitiendo de la mejor manera», continuó el técnico, que afirmó que su conjunto ya está «enfocado» en el partido de este sábado frente al Elche. «Nos da la posibilidad de volver a jugar rápidamente. Eso es muy bueno para el futbolista y para nuestro objetivo, que es seguir peleando en el lugar donde estamos. Estamos contentos mañana de recibir a un montón de niños en el campo. Es un partido importante, porque en la Liga todavía quedan seis partidos determinantes para centrar el objetivo del club. Estamos ilusionados de que las cosas van a salir bien para seguir creciendo como lo estamos haciendo».
Simeone, por otro lado, también fue preguntado por el belga Toby Alderweireld, cedido en el Southampton, y sus opciones de que vuelva al Atlético para el próximo curso. «Toby, primero, es una gran persona y un futbolista que nos hizo muy bien en el periodo que estuvo aquí», recordó el entrenador.
«Lo estamos siguiendo, está rindiendo a muy buen nivel, está siendo titular, es jugador nuestro y el club esas cosas las tiene que manejar de qué manera puede llegar o no con nosotros. Nosotros le esperamos para empezar la pretemporada y después, como siempre, club, jugador y nosotros decidiremos lo que es mejor para todos», valoró