“Es demasiado bueno”, se escuchó en la puerta del autocar del Bayern, en perfecto castellano. Hablaban de Messi, claro, dos jugadores del Bayern, resignados a la evidencia, camino de la protocolaria cena con aficionados y patrocinadores del equipo con la que terminan todos los partidos de la Champions League, que ayer se celebró en un hotel de Barcelona, muy cerca del Camp Nou. “Messi es muy bueno, demasiado bueno”, insistió Bernat. “No hay que darle más vueltas al partido”, resumió el lateral valenciano, consciente de que sólo hay una manera de darle la vuelta a la eliminatoria: “Tenemos que jugar el partido perfecto y esperar a que no la coja Leo. Hoy lo habíamos hecho todo bien y mira, ni así”, razonó. Y cuando se le planteó la posibilidad de secuestrar al delantero argentino para que no pudiera estar en Munich, tampoco pareció convencido de que esa fuera la solución. “Da igual, se escaparía”.
Messi destroza una gran obra de Guardiola
La noche que un mito culé quiso ganarle al Barça
Resignación absoluta. “Pep nos ha dicho que queda un partido, que levantemos la cabeza y que lo vamos a intentar”, explicó el internacional español, sincero al asegurar que el primer gol era asumible y que el segundo “fue un golpe, porque llegó muy seguido”. “El tercero nos ha matado. Ha sido demasiado castigo para tan buen partido”, resumió. Müller aseguró que le dio “mucha rabia”, pero se negó a lamentarse: “Nos hemos de levantar, volveremos a darlo todo otra vez, sabemos que sería una verdadera sensación futbolística remontar”. “Durante 70 minutos lo hemos hecho muy bien, luego cometimos un error tonto y eso se paga. Da rabia que se rompa todo así y regalar el partido de esta manera. Nunca debimos perder 3-0. El objetivo debe ser ganar en Múnich”, aseguró Boateng. El capitán, Lahm, concluyó: “Nos dejamos contraatacar tres veces, se lo pusimos demasiado fácil”.
En esas, Matthias Sammer, director deportivo del conjunto bávaro, siempre duro en sus comentarios, no se cortó: “Para ganar no se puede perder tanto. Perdimos en Oporto, perdimos contra el Dortmund y ha vuelto a pasar esta noche en el Camp Nou. Así es demasiado difícil llegar a ser un equipo campeón”, dijo. Antes que crítico, sonó sincero, como de costumbre. “Hemos llegado a nuestro límite, pero no se le puede reprochar nada al equipo, han luchado y lo han dado todo. Sé perfectamente por todo lo que han pasado durante el año”, admitió disculpando a los jugadores de su equipo tras la derrota.
Por más que se intente, encontrarle el lado positivo a una derrota resulta extremadamente complicado. La condición inamovible del resultado solapa cualquier lectura amable de lo que supone acabar un par de dígitos por debajo del rival en el marcador.
Por eso, cuando Pep Guardiola valoró así la derrota del Bayern de Múnich ante el Oporto el martes (3-1): “No estoy completamente descontento con mi equipo, lo hemos intentado todo”, la reacción de Karl Heinz Rummenigge, director general del conjunto alemán, fue recriminarle su “falta de autocrítica” durante la cena posterior al encuentro, según recogió el diario alemán Bild. “Tenemos que espabilar un poco”, se sumó después Matthias Sammer, el director deportivo, haciendo visible el malestar existente en el conjunto muniqués por el comportamiento del equipo en Europa.
Sabemos que la hemos pifiado, pero a pesar de todo pasaremos»
Manuel Neuer
Si hay una asignatura pendiente en la cuenta de resultados de Guardiola desde su llegada al Bayern en 2013 es la Liga de Campeones. La abultada derrota en semifinales ante el Real Madrid en su primera temporada (1-0 y 0-4) dejó marcado al técnico catalán para cierto sector de la dirección, de ahí que el mal resultado ante el Oporto haya rebrotado esa intranquilidad.
A pesar de que en la Bundesliga el Bayern camina con diez puntos de ventaja sobre el Wolfsburgo cuando faltan seis jornadas para el final, y rumbo a su tercer título consecutivo, el nivel de la liga alemana no ha servido para poner sobre la mesa la verdadera categoría del equipo de Guardiola. Ante el Oporto demostró una notable debilidad defensiva personificada en los errores individuales de Xabi Alonso, Dante y Boateng, que tuvieron como resultado los tres tantos del equipo de Lopetegui. “No encontramos nuestro propio juego, aunque las opciones de pasar de ronda están ahí”, aseguró Müller; “no sería la primera vez que ganamos un partido en casa”, añadió el delantero germano.
Desde que Guardiola dirige al equipo será la tercera eliminatoria en la que el Bayern se juegue el pase a la siguiente ronda en el Allianz Arena de Múnich. En la edición anterior tuvo que hacerlo tras empatar ante el Manchester United en la ida (1-1) en los cuartos de final, mientras que en la actual hizo lo propio en los octavos tras empatar a cero con el Shakhtar Donetsk en Ucrania. En las dos temporadas con Heynckes solo en una ocasión quedó la eliminatoria abierta durante. Fue en los octavos de final de la 2011-2012 ante el Basilea, con el que cayó derrotado en el primer encuentro por 1-0.
“Sabemos que la hemos pifiado, pero a pesar de todo pasaremos”, resumió con atronadora sinceridad Manuel Neuer. “Somos muy optimistas, necesitamos un partidazo pero somos capaces de ello”, añadió Sammer. Hasta la fecha el Bayern ha marcado en los cuatro partidos que ha disputado como local con un balance de 13 goles a favor y ninguno en contra. “No nos rendimos tan fácilmente”, concluyó su análisis Guardiola. De esa reacción depende en gran medida sel futuro de su proyecto.