Floyd Mayweather puede estar de enhorabuena. El púgil norteamericano se convirtió en el ganador del Combate el Siglo ante Manny Pacquiao, en una decisión no exenta de polémica pero que le sirvió para hacerse con la victoria en una pelea en la que se unificaban el título del peso wélter versión Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial (AMB) y Organización Mundial (OMB). Pero más allá del merecimiento de la victoria de ‘Money’, el púgil norteamericano mantiene el invicto y ya tiene un nuevo objetivo en mente: igualar el récord del histórico Rocky Marciano.
Antes del ya legendario combate ante Manny Pacquiao, Mayweather confirmaba que su contrato con Showtime le aseguraba una pelea más después de luchar contra el filipino. Y, tras conseguir la victoria en Las Vegas, el norteamericano confirmaba sus planes: «Combatiré una vez más y, después, me retiraré«. Money anunciaba que se subirá una vez más al ring como profesional, lo que deja una lectura clara: con un récord de 48 victorias y ninguna derrota, está ‘obligado’ a ganar el último combate de su carrera para conseguir su gran objetivo de igualar a la Roca de Brockton.
Y es que firmar los mismos registros que una leyenda del boxeo como Rocky Marciano está sólo al alcance de un privilegiado. El boxeador italoamericano se convirtió en una de las primeras leyendas del boxeo, pasando a ser uno de los púgiles más importantes de todos los tiempos, aunque su vida poco o nada tenía que ver con la de Money. De origen muy humilde, era trabajador en una fábrica de zapatos y un gran amante del deporte. De hecho, su gran obsesión no era otra más que convertirse en jugador profesional de béisbol, pero la vida le llevó por otros derroteros.
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Aunque había peleado de manera amateur antes, no sería hasta la llegada de la II Guerra Mundial cuando se convirtió en su profesión. Mientras estaba en el ejército cumpliendo el servicio militar, Rocco Francis Marchegiano se confirmó como un excelente púgil, lo que le sirvió para iniciar una prometedora carrera: pese a empezar con 23 años –una edad ciertamente tardía–, Rocky Marciano firmaría una trayectoria impoluta, con 49 victorias y ninguna derrota en los pesos pesados. Su innata capacidad de lucha, ser un gran encajador y su inteligencia para descubrir el momento de atacar le hicieron imparable.
De hecho, se convirtió en la primera gran leyenda del boxeo, hasta que una década después llegara un tal Muhammad Ali. Sin duda, uno de sus grandes combates fue la victoria ante Joe Louis. El ‘Bombardero Negro’, convertido por entonces en el mejor boxeador, fue derribado al noveno asalto después de una gran combinación de Marciano: consciente del importante triunfo conseguido en una batalla épica, Rocky fue incapaz de reprimir las lágrimas en pleno ring, consciente de que acaba de provocar un cambio generacional en el boxeo. Joe Louis se retiraría tras aquel combate.
Ahora, casi setenta años después de la increíble gesta conseguida por el púgil italoamericano, Floyd Mayweather está ante la oportunidad de igualarlo. Sin embargo, sus personalidades poco o nada tienen que ver, no sólo por los orígenes, comportamientos y forma de actuar que han tenido ambos a lo largo de sus vidas, sino en especial por su propia forma de ser. ¿Alguien se imagina a Mayweather llorando tras derrotar a Pacquiao? Por supuesto que no, pues ‘The Best Ever’, como se hace apodar, entiende que no hay nadie en la historia capaz de estar a su altura.
Es cierto que los números de Mayweather asustan y es necesario ponerlos en valor, pues un récord de 48-0 no está al alcance de cualquiera. Pero las diferencias con Marciano son evidentes. Mientras uno lo consiguó en los pesos pesados, el otro lo podría hacer en los wélter… y el número de KO hablan por sí solos: Rocky consiguió 43 nocauts, es decir, ganó así el 88% de sus peleas, por los 26 de Money (54%). Pero, aun así, el norteamericano tiene en sus manos la posibilidad de igualar este récord: una última pelea (¿quizá en septiembre?) para igualar al histórico Rocky Marciano.