El Real Madrid se quita la presión de encima con su mejor baloncesto y estará en la final

¿Quién dijo presión? El Real Madrid estará por tercer año seguido en la final de la Euroliga tras ganar con contundencia al Fenerbahçe en la segunda semifinal de la Final Four por 96-87. Fue un partido fantástico de los madridistas, brillantes desde la línea de tres puntos (14/30) y con momentos de gran juego, sobre todo en el segundo cuarto, cuando rompieron el partido con un parcial de 35-14 que dejó a los turcos sin respuesta.

Si había presión por jugar en casa, no se notó. Si la figura de Zeljko Obradovic imponía demasiado, tampoco. El duelo lo ganaron Pablo Laso y sus jugadores, mucho más centrados durante los 40 minutos, menos pendientes de los árbitros y más del juego. El Madrid fue bastante mejor que su rival y volverá a vérselas en la final con el Olympiacos de Spanoulis, el mismo equipo que le apartó hace dos años en Londres del sueño de la Novena.

Que la cosa iba en serio se pudo comprobar en lo temprano que entró Sergio Rodríguez, que no suele pisar la pista hasta el final del primer cuarto como pronto. Contra el Fenerbahçe entró a 4:47 sustituyendo a Jaycee Carroll. Y nada más entrar enchufó un triple sobre la bocina. Sin descontrolarse, en ese momento el partido subió de velocidad, con un intercambio de canastas que dejó el marcador en 18-15 para el Madrid. En ese momento entró Nemanja Bjelica y el Fenerbahçe comenzó a jugar con él y Vesely por dentro. Enfrente, Nocioni y Slaughter. Los dos entrenadores movían sus piezas para jugar con un quinteto ‘bajo’.

Pablo Laso probó con varias parejas interiores hasta que dio con la adecuada: Ayón-Felipe, Ayón-Slaughter, Slaughter-Nocioni y Ayón-Nocioni, que fue la definitiva y la que ayudó a romper el partido. Los dos eran los suficientemente rápidos para defender a dos aleros reconvertidos como Vesely y Bjelica y para hacerles pagar atrás lo que podían ganar delante. El Madrid aprovechó muy bien ese doble emparejamiento y sacó petróleo. Nocioni atacó a Bjelica en dos ocasiones y anotó cinco puntos; y Ayón empujaba a Vasely hacia la canasta, donde apenas podía contenerlo. El argentino se fue al descanso con 8 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia y el mexicano, con 16 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 3 robos.

El segundo cuarto del Madrid fue magistral. Anotó 35 puntos, metió los 6 triples que intentó, 7 de sus 8 lanzamientos de dos puntos, los tres tiros libres de los que dispuso y no perdió ni una sola vez el balón. Desarmó por completo al Fenerbahçe, que no las veía venir en defensa y apenas inquietaba en ataque. Sergio Llull y Sergio Rodríguez se hartaron a dar asistencias (13 entre ambos en la primera mitad, 16 en total) y KC Rivers, a meter triples: anotó los 4 que lanzó en el segundo período. El Madrid tenía el partido en el bolsillo (55-35) y ni Rudy ni Felipe habían aparecido. Ni falta que hacía.

El partido fue más desigual sobre el parqué que en la grada, donde la anunciada mayoría madridista (según datos de la Euroliga, el Madrid tenía 4.500 entradas y el Fenerbahçe 1.500) no fue tal. Había tantos aficionados turcos como españoles, incluso algunos más, y además eran más ruidosos. Pero eso no ayudó a su equipo.

Parecía que el frenesí iba a continuar en el tercer cuarto. Las dos primeras canastas del Madrid fueron dos triples que elevaron la diferencia (61-35), pero entonces el partido se embarró y el Madrid lo acusó. Primero, en una acción de Rudy Fernández; luego, en otra de Slaughter con Vesely. El Fenerbahçe lo aprovechó y se acercó en el marcador, lo que despertó a la mayor parte de sus aficionados, que se había callado hacía un rato. La diferencia se estrechó (67-51) y Laso pidió tiempo muerto. Pero la tendencia se mantuvo, con Vesely haciendo mucho daño en la pintura. No fue hasta el siguiente triple, de Sergio Rodríguez, cuando el Madrid despertó. A esa acción le siguió una canasta de Ayón, también a pase del canario (76-57). El cuarto lo cerró Nocioni con un tapón a Goudelock. Si había alguna esperanza de remontada del Fenerbahçe, murió con ese tapón.

A pesar de eso, el Fenerbahçe siguió peleando, eso sí que no se le puede negar a los jugadores de Obradovic. El que más lo intentó fue Goudelock, que metió 16 puntos en el último cuarto, pero quizá llegó tarde al partido. En medio de varias técnicas y un sinfín de protestas, el Fenerbahçe se acercó (84-12), pero entonces apareció Llull para anotar cinco puntos seguidos y evitar problemas en los minutos finales. El Madrid demostró por qué era favorito y estará en la final de su Final Four. Allí, contra el Olympiacos, será otra historia.