Llega, saluda uno por uno a los diez periodistas que le esperan en la pequeña sala de prensa de la ciudad deportiva del Bayern y llena la estancia con olor a perfume caro. Su presencia es agradable. Mira a los ojos con arrogante sinceridad. Si en el campo es una avalancha, en el cuerpo a cuerpo casi intimida. Durante 20 minutos, rodeado de ocho periodistas, no rehúye pregunta alguna, incluso se muestra desafiante en las respuestas. Al acabar la charla bromea y, acto seguido, atiende en privado en un rincón del comedor social del club, donde Uli Hoeness, que se acerca a saludarle, recoge la comida en su bandeja. Habla de fútbol como una tormenta de septiembre cae sobre l’Empordà, la tierra de su novia, Júlia. Su padre, Mazinho, ganó un Mundial con Brasil (EE UU 94), su hermano Rafinha, juega en el Barça. A los 24 años se ha roto dos veces la rodilla.
Pregunta. ¿Su padre con quién va?
Respuesta. Con los dos, es la ventaja cuando tienes dos hijos, ganas siempre. Mazinho seguro que estará en Berlín. Va a disfrutar del lujo de tener a dos hijos compitiendo en una semifinal de la Champions, seguro.
P. ¿En qué medida su fútbol es instintivo y qué tiene de táctico?
R. La táctica es noción de los espacios y el aprendizaje. El instinto tiene más que ver con el momento en que te llega el balón.
P. ¿Qué tiene el sentido táctico de instintivo?
R. Hay que leer el partido, dónde está el balón y eso se aprende. Por ejemplo, cuando tienes dos medios y uno va a la presión, tú das un paso atrás y das cobertura porque lo has aprendido, pero al final, es instinto, lo has hecho de pequeño. Depende luego cuando cambia la zona donde juegas, cambias de movimientos. El instinto también se aprende.
P. ¿Con Guardiola se siente muy libre?
Tengo claro que contra el Barça lo vamos a intentar. No tenemos nada que perder”
R. La libertad te la das tú en función de si te sientes más o menos relajado, porque estás más acostumbrado a jugar en según qué sitio del campo, conoces mejor la posición y te atreves más. En ese sentido, con Pep me siento muy libre.
P. Usted debutó con él en el Camp Nou. ¿Qué significa volver al estadio del Barça?
R. Volver a casa, a un estadio maravilloso. Es imposible sentir más agradecimiento del que tengo al Barça, a esta afición, a ese estadio. Me han preguntado mucho qué espero y no espero nada. ¿Qué puedo pedir que no me hayan dado ya? Nada. Ojalá pudiera darles yo algo. Pero soy jugador del Bayern y sé que entenderán que me comporte como tal porque eso es lo que he aprendido, a competir.
P. Jugó la eliminatoria del 2013 con el Barcelona. ¿Qué recuerda?
R. Que la perdimos. No creo que resulte un referente, porque entonces la situación de los dos equipos era muy diferente. El Barça llegó con muchas bajas, como nosotros ahora. Llevamos así todo el año. No es excusa, al contrario, es para sentirnos orgullos de lo que hemos hecho. Tengo claro que contra el Barça lo vamos a intentar. No tenemos nada que perder.
Lo que sé es que quien domine la pelota, dominará la eliminatoria”
P. Se ha pasado muchos meses fuera. ¿Qué lesión de las tres que ha encadenado le dolió más?
P. La primera te puede pasar, es fútbol. Tres es tener muy mala suerte. Pero la segunda fue la peor. Me perdía la posibilidad del Mundial. Eso es un sueño de niño que se me escapó. Y además en Brasil. Llevo toda mi vida escuchando a mi padre decirme que él ganó uno y sabía que con aquella lesión no lo iba ni a jugar. La tercera fue quedarme sin fútbol otra vez, saber lo que me esperaba, muchas horas lejos del equipo. Anímicamente fue horrible, por mí, pero también por la gente que vive contigo.
P. Decía Javi Martínez que soñaba con tocar la pelota. ¿Usted también?
P. No, yo vivía la pesadilla despierto, cada día. Sabía que no podía jugar y eso me hacía daño.
P. ¿Recuerda la primera vez que volvió a tocar la pelota?
R. Recuerdo el momento. Después de la segunda lesión pasé por momentos distintos, un día bien, otro mal. Por eso en la tercera, con la experiencia, tuve más calma. Recuerdo que un día le pegué mal, y entonces supe que estaba curado. Fue al disputar una pelota en un entreno. Sentí el placer de golpear el balón contra un compañero, no pegarle fácil, ¿sabes? Pegarle mal, contra alguien y que no pasara nada. Eso es fútbol, el contacto. Y me sentí de vuelta.
P. Le ha dado públicamente las gracias al doctor Ramon Cugat. ¿Por qué?
R. Porque ha hecho de cirujano, de médico de cabecera, de psicólogo. Junto a Loren (Lorenzo Buenaventura, el preparador físico del Bayern) me han ayudado a volver. Son dos personas maravillosas.
P. ¿Qué parte de culpa tiene en la dimisión del médico del Bayern?
R. ¿Yo? Ninguna. Yo no tengo nada que ver con eso. Es una decisión personal que respeto.
Messi es el mejor, y con él te puedes imaginar cómo pararle, pero conseguirlo… uff”
P. Dicen que es usted de los que más rato pasa en el despacho de Pep. ¿Y eso?
R. Tampoco es que viva allí. Me gusta, aprendo mucho. Es un privilegio trabajar con Pep. Entro y le pregunto: ¿cómo lo ves? Y me explica.
P. ¿Ya le ha contado como parar a Messi?
R. No, de eso no hemos hablado todavía. Messi es el mejor, y con él te puedes imaginar cómo hacerlo, pero conseguirlo… uff. Yo he tenido la suerte de entrenar a su lado y jugar con él, y es increíble. Sinceramente creo en el Bayern. Ganaremos o no, pero sé que vamos a competir.
P. ¿Es verdad que en el campo de entrenamiento Guardiola le exige más que a nadie?
R. Eso queda de puertas adentro, ¿no
P. Pero dicen que le da mucha caña.
R. Como debe ser.
P. Puestos a elegir, ¿prefiere que su hermano no juegue?
R. ¿Por? ¡No! ¡Es bueno y quiero que jueguen los mejores! Somos futbolistas para jugar este tipo de partidos. Esto es un partidazo y ojalá estemos los dos en el campo.
P. ¿Qué tipo de jugador quiere ser? ¿Quiénes son sus referentes?
P. Creo que soy un jugador con personalidad. Mira, hay centrocampistas como Alonso o como Xavi o Iniesta que cuando están en el campo el rival da un paso atrás. Lo bueno de trabajar con jugadores tan grandes es aprender de cómo juegan ellos. Por ejemplo Xabi sabe oxigenar al equipo con cada pase, eso es un lujo. Yo trato de hacerlo a mi manera, pero busco eso, ser útil para que el equipo juegue bien y domine al rival.
P. ¿Se puede dominar al Barcelona?
R. Lo que sé es que el que domine la pelota dominará la eliminatoria.
“Al Barça le irá bien con Luis Enrique”.
Así respondía Pep Guardiola cuando en Navidad se le preguntaba por la suerte del entrenador del Barça. Había por entonces serias dudas con el técnico asturiano y su capacidad para dirigir al Barcelona. Guardiola, sin embargo, confesaba su admiración por el carácter de Luis Enrique y por la determinación de Messi, Luis Suárez y Neymar. “¿Quién no confiaría y jugaría para una delantera como la del Barça?”, replicaba el hoy entrenador del Bayern Múnich, que no quería ver ni en pintura a los azulgrana en la Champions, “y mucho me temo” —adivinaba— “que tarde o temprano nos cruzaremos en el camino: nos tocará el Barça”. Será en semifinales (6 de mayo en el Camp Nou; 12 de mayo en Allianz Arena).
Alrededor de la figura de Guardiola ha habido, y todavía dura, mucha inquina cuando se recuerda su vínculo con el club azulgrana, como si todavía se cuestionara su legado de 14 títulos, seguramente el mejor en la historia del Barça. La maquinaria de destrucción no ha parado: la maledicencia sobre su salud en tiempos de Núñez; el regocijo por su destierro al Brescia a causa del despecho de la Juve; el positivo por nandrolona contra el que luchó hasta ser absuelto; la ironía de su paso por Qatar y México; la derrota electoral en la candidatura contra Laporta; o el distanciamiento con Vilanova y, por extensión, con la junta de Rosell y Bartomeu.
Han pasado muchas cosas entre Guardiola y el Barça, alguna discutible, y más cuando el interlocutor era el director deportivo Andoni Zubizarreta. No es fácil entenderse con el técnico, ni en los fichajes, ni en asuntos menores como el de cambiar el césped o incluso en los mayores, si como tales se entiende la estructura médica, quizá porque aspira a un control absoluto del equipo, ya sea el Barça o el Bayern. Nadie puede discutir, sin embargo, su compromiso con el Barcelona y con el fútbol, hoy simbolizado por Thiago Alcántara. El hijo de Mazinho expresa de alguna manera lo que pudo ser el Barça y ahora es el Bayern. Guardiola defiende un juego de autor extrapolable incluso a un club tan soberbio como el de Baviera. El reto es que la marca Guardiola tenga impacto en la Bundesliga. Messi, en cambio, quiere demostrar que puede conquistar Europa desde el Camp Nou sin necesidad de tener a un entrenador como Guardiola. Ahí está el reto del 10, el mismo futbolista que el técnico catalán encumbró como número 1 y que ahora, después de un tiempo de abandono y lesiones con Vilanova y Martino, quiere recuperar el poder con la complicidad de Luis Enrique y demostrar que es el gran hilo conductor del mejor Barça.
Luis Enrique: “Pep es el mejor por su infinidad de títulos y porque es mi amigo”
Al asturiano no le importa lo que se diga sobre su relación con Messi, ni tampoco vivir en conflicto o en precariedad, a diferencia de Guardiola. La eliminatoria juega a favor de Luis Enrique si se atiende al conflicto emocional porque es mucho menos pasional que Guardiola. No es un factor cualquiera en una ronda que puede resolverse por pequeños detalles de la misma manera que se debe tener en cuenta que a los azulgrana les viene mejor enfrentarse a equipos a los que gusta más atacar, como se vio con el PSG y el Manchester City, que defender, un concepto representado por la vecchia signora, la Juve.
Guardiola: “Va a ser especial. Yo estoy aquí por lo que ganamos en el Barça; es mi casa”
“Hemos ganado nueve partidos y perdido uno [en París: 3-2]”, advierte Luis Enrique cuando se le preguntó por la dificultad del rival y por jugar la ida en el Camp Nou. “No pienso en si es mejor jugar a uno o dos partidos ni si es preferible empezar en casa, sino en la poca suerte que ha tenido el rival que debe enfrentarse al Barcelona. Va a ser una cita maravillosa para los culés”. La confianza del técnico en su equipo no le impide mostrar su admiración por Guardiola: “Es el mejor entrenador por su idea de jugar al ataque, porque ha conquistado infinidad de títulos y porque es mi amigo”.
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Y responde Guardiola: “Va a ser una eliminatoria especial. Estoy en Múnich por lo que ganamos en el Barcelona. Tuve éxitos por los jugadores del Camp Nou. El Barça es mi casa, mi vida, y si antes afirmé que le prefería a un partido es porque entonces estaríamos los dos en la final. El Barça sigue siendo el mejor y continúa teniendo su estilo Barça”.
—¿Y Luis Enrique?, se le dijo.
“Es un gran entrenador”, respondió. Guardiola repitió ayer lo que ya decía cuando se dudaba de Luis Enrique y del Barça. “La eliminatoria es un regalo”, respondió Bartomeu. “Habrá que ir al 110%”, añadió Messi. A la junta le resultará más fácil quedar bien con el técnico que al técnico jugar contra su Barça y contra el 10.