Feliciano acusa a la RFET de actuar de "manera dictatorial"

Tras su encuentro, Feliciano López acusó a los actuales dirigentes de la Real Federación Española de Tenis (RFET) de actuar de “manera dictatorial” y consideró que con sus últimas decisiones dan a entender a los jugadores “que lo que quieren es que nadie vaya a jugar la Copa Davis y nadie represente a España. Lo que está haciendo la federación es absolutamente asombroso. Parece increíble, no el hecho de que hayan puesto a Julián, sino la manera dictatorial de hacer las cosas que tiene esta gente”.

El jugador denunció en la rueda de prensa que la opinión de los jugadores no sea tenida en cuenta: “Nadie que forme parte del grupo de jugadores profesionales entiende nada. Parece que lo que quieren es que nadie vaya a jugar la Copa Davis y nadie represente a España. Yo me considero un producto federativo. Llegué con 14 años ahí y la federación era algo completamente distinto a lo que es ahora. Es tristísimo que esta gente esté gobernando el tenis español”. A través de sus redes sociales, Feliciano López ya había manifestado su sorpresa por la designación de Alonso como subcapitán. “Lo de la RFET es de traca”, escribió en un primer mensaje. “Nunca me he sentido tan poco representado”, sentenció.

Según Feliciano, las últimas decisiones de los dirigentes de la Real Federación Española de Tenis evidencian su deseo de “cargarse todo. Desde los catorce años no había visto nada parecido”. Preguntado por el nombramiento del extenista Julián Alonso como subcapitán del equipo de Copa Davis, Feliciano remarcó: “Nos da la risa. Al final piensas que no es posible lo que está pasando. No ya el nombramiento de una persona sino la manera de actuar de esta gente que está al cargo del tenis español”. El toledano consideró injusto “valorar a Julián” ya que en su opinión “lo que es absolutamente lamentable es la forma de hacer las cosas de la federación a todos los niveles. No sé adónde quieren llegar. El tenis español está ahí porque ha habido mucho talento y mucha gente se ha esforzado mucho”.

Antes, Feliciano López respondió a dos espectadores que le increparon de manera constante mientras jugaba su partido de primera ronda del Masters 1.000 de Roma contra Nick Kyrgios que finalmente ganó el español (6-4 y 7-6 (4)): “Había dos tíos desde el principio del partido insultándome. Al final no podía más y me he encarado con uno de ellos sobre todo. La gente va al tenis y se cree que esto es un circo”.

El toledano se giró a responder a los espectadores que le habían incordiado a lo largo de todo el encuentro, una reacción que fue aprobada por la gran mayoría del público que aplaudió al español: “Yo entiendo que cada cual anime a uno u otro, no me molesta eso, pero sí la mala educación. No consiento que una persona esté insultándome desde el primer minuto que entro en la pista de tenis”.

Aunque no quiso entrar en detalles, el español dijo que le estaban diciendo “de todo” y que no pudo soportar las continuas faltas de respeto: “Entiendo que un jugador tiene que estar por encima, pero en determinados momentos no es fácil”. Feliciano destacó que “si (los insultos) se dan en un momento puntual del partido es fácil contenerse, pero si es a lo largo de todo el partido, es difícil”. El español apuntó que, además, el incidente se produjo en un partido “igualado y con tensión en el que era difícil ignorarles”.

 

Feliciano acusa a la RFET de

Tras su encuentro, Feliciano López acusó a los actuales dirigentes de la Real Federación Española de Tenis (RFET) de actuar de “manera dictatorial” y consideró que con sus últimas decisiones dan a entender a los jugadores “que lo que quieren es que nadie vaya a jugar la Copa Davis y nadie represente a España. Lo que está haciendo la federación es absolutamente asombroso. Parece increíble, no el hecho de que hayan puesto a Julián, sino la manera dictatorial de hacer las cosas que tiene esta gente”.

El jugador denunció en la rueda de prensa que la opinión de los jugadores no sea tenida en cuenta: “Nadie que forme parte del grupo de jugadores profesionales entiende nada. Parece que lo que quieren es que nadie vaya a jugar la Copa Davis y nadie represente a España. Yo me considero un producto federativo. Llegué con 14 años ahí y la federación era algo completamente distinto a lo que es ahora. Es tristísimo que esta gente esté gobernando el tenis español”. A través de sus redes sociales, Feliciano López ya había manifestado su sorpresa por la designación de Alonso como subcapitán. “Lo de la RFET es de traca”, escribió en un primer mensaje. “Nunca me he sentido tan poco representado”, sentenció.

Según Feliciano, las últimas decisiones de los dirigentes de la Real Federación Española de Tenis evidencian su deseo de “cargarse todo. Desde los catorce años no había visto nada parecido”. Preguntado por el nombramiento del extenista Julián Alonso como subcapitán del equipo de Copa Davis, Feliciano remarcó: “Nos da la risa. Al final piensas que no es posible lo que está pasando. No ya el nombramiento de una persona sino la manera de actuar de esta gente que está al cargo del tenis español”. El toledano consideró injusto “valorar a Julián” ya que en su opinión “lo que es absolutamente lamentable es la forma de hacer las cosas de la federación a todos los niveles. No sé adónde quieren llegar. El tenis español está ahí porque ha habido mucho talento y mucha gente se ha esforzado mucho”.

Antes, Feliciano López respondió a dos espectadores que le increparon de manera constante mientras jugaba su partido de primera ronda del Masters 1.000 de Roma contra Nick Kyrgios que finalmente ganó el español (6-4 y 7-6 (4)): “Había dos tíos desde el principio del partido insultándome. Al final no podía más y me he encarado con uno de ellos sobre todo. La gente va al tenis y se cree que esto es un circo”.

El toledano se giró a responder a los espectadores que le habían incordiado a lo largo de todo el encuentro, una reacción que fue aprobada por la gran mayoría del público que aplaudió al español: “Yo entiendo que cada cual anime a uno u otro, no me molesta eso, pero sí la mala educación. No consiento que una persona esté insultándome desde el primer minuto que entro en la pista de tenis”.

Aunque no quiso entrar en detalles, el español dijo que le estaban diciendo “de todo” y que no pudo soportar las continuas faltas de respeto: “Entiendo que un jugador tiene que estar por encima, pero en determinados momentos no es fácil”. Feliciano destacó que “si (los insultos) se dan en un momento puntual del partido es fácil contenerse, pero si es a lo largo de todo el partido, es difícil”. El español apuntó que, además, el incidente se produjo en un partido “igualado y con tensión en el que era difícil ignorarles”.

 

Locos por un 'selfie': una hora en la universidad con Rafa Nadal

«¿Lo has conseguido? ¿Lo has conseguido?«, le pregunta una chica a otra, ansiosa porque la respuesta sea un sí.

Son las 14:40 horas y una marea de gente colapsa los pasillos del pabellón deportivo de la Universidad Europea de Madrid (UEM). Esperan a que aparezca Rafa Nadal, que acaba de ser investido Doctor Honoris Causa por esa universidad. El tenista apenas puede andar para llegar al coche. Todo el mundo quiere hacerse una foto con él o conseguir un autógrafo. Los que no pueden acercarse, lo hacen a distancia. Alguno tiene más suerte.

«Fírmame la riñonera, donde pilles», le dice un chico al tenista, y se la pasa. Nadal la coge, la firma y se la devuelve sin dejar de sonreír. El chico se da la vuelta, satisfecho, con gesto de haber conseguido el objetivo. «¿No me has grabado mientras me firmaba?«, le dice a su acompañante. No tiene vídeo, pero al menos sí ha conseguido el autógrafo.

La fiebre por conseguir un ‘selfie’ contagió incluso al alcalde Villaviciosa de Odón, que no quiso perder la oportunidad. Aunque él fue más listo: esperó a que Nadal llegara al coche y allí lo consiguió. 

Lo sucedido en la UEM es un ejemplo más de lo que le pasa a Rafa Nadal cada vez que tiene un acto en España. Le pasa en Barcelona cuando juega el Godó y en Madrid cuando viene a jugar el Masters 1000. El tenista balear no tiene ni un minuto de respiro. Y a cada paso que da tiene a un montón de gente vitoreándolo, animándolo e intentando conseguir una foto con su ídolo.

La agenda de Rafa Nadal es muy apretada. Y no por sus compromisos deportivos. El tenista balear apenas pasa por Madrid durante la temporada (el Masters 1000 en mayo y poco más), por lo que todos los actos, publicitarios y no publicitarios, en los que le requieren suelen concentrarse en estos días. Tras ser eliminado el 23 de abril en Conde de Godó por Fognini, Nadal se fue a Manacor a preparar el resto de la temporada de tierra batida. El 29 viajó a la capital, y ese mismo día tuvo un acto con Teléfonica y Eurosport. Al día siguiente, otro con KIA. El día 1 de mayo recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Y este lunes, día 4, fue investido Doctor Honoris Causa. Lo deportivo, lo verdaderamente importante, no llegará hasta el miércoles con su debut en la Caja Mágica.

El acto estaba previsto que comenzara a las 13 horas, pero no lo hizo hasta las 13:50. Antes, cada vez que alguien se levantaba y se dirigía hacia la puerta, todos en el pabellón giraban la cabeza inmediatamente pensando que ya había llegado la estrella del evento. Pero nada. Tocaba seguir esperando. Al final llegó, tras casi una hora de retraso y con algunos pitidos para el pobre encargado de dar la cara para explicar que aquello no iba a empezar a la hora prevista. Alguno no se conformó con verlo desde su asiento y corrió para verlo más de cerca cuando entró. «Mira, todo el mundo corriendo. Tanto dinero invertido para que sólo quieran hacerse un ‘selfie’. Qué pensarán nuestros padres«, comentaba una estudiante. “Que se supone que tenemos que quedar bien, que somos de pago«, añadía.

‘¡Vamos Rafa!’

Comenzó hablando la rectora de la UEM, Águeda Benito, que intentó, sin mucho éxito, equiparar tenis y estudios y poner a Nadal como ejemplo de esfuerzo y superación para sus estudiantes, como si en vez de la rectora fuera la madre de todos: a ver si les pegaba algo. «¿Si él fuera un estudiante creen que se rendiría ante una asignatura difícil?«, dijo. Buena pregunta. Pero a alguno le faltó tiempo para gritar el famoso ‘¡Vamos, Rafa!’.

Ese fue el grito con el que cerró su discurso la periodista María Escario (con ella fue más fácil sacarse una foto) que fue la encargada de pronunciar la laudatio. «Esa es la de las Olimpiadas», le susurraba un estudiante a otro. «Me encanta», decía otra. Nadal no cambió su rostro serio mientras Escario glosaba sus éxitos. De hecho, se le vio algo agobiado. Sólo cuando le pusieron el birrete laureado, lo que levantó las risas de los asistentes, o cuando le pidieron que mordiera la medalla que le habían dado sonrió. Su discurso fue corto.»“Los deportistas, más allá de ganar o perder, debemos ser ejemplares en nuestro comportamiento«, dijo, entre otras cosas, Nadal, que lamentó no haber podido disfrutar de los años de universidad.

El acto terminó con el Gaudeamus Igitur, himno que se canta en todas los actos académicos pero del que ningún estudiante conoce la letra más allá de los dos primeros versos, no se sabe si porque les da pereza el latín o la propia universidad. Nadal sólo estuvo un poco más de una hora en la universidad, pero le dio tiempo a comprobar que la gente lo quiere mucho. Casi tanto como hacerse un ‘selfie’ con él.

El fin del milagro del doctor Müller-Wohlfahrt

Al principio fue el milagro.

Hace 16 años, cuando se hablaba de la sanación de José María Olazábal, que había sido capaz de pasar de una parálisis que creía progresiva e inevitable a ganar su segundo Masters, Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, el taumaturgo, se paseaba por el campo de Augusta, alto, esbelto, su melena morena bailando con la brisa habitual. A su alrededor, los periodistas susurraban y, temerosos, se acercaban a preguntarle cómo había sido capaz de curar al golfista vasco de una enfermedad que se creía crónica y progresiva. Él, jovial y accesible, agradecía primero a Olazábal porque le había invitado al exclusivo torneo y después hablaba de duchas frías, de la dura voluntad del jugador de Hondarribia y de un pinzamiento vertebral que había logrado aligerar con inyecciones de aleta de tiburón y la fe del paciente en su curación. Allí nació para muchos un mito que, sin embargo, en círculos más secretos, ya tenía bien ganado el prestigio de médico milagroso.

A Olazábal, al médico alemán se lo habían recomendado como última esperanza, porque en Alemania el prestigio de Müller-Wohlfahrt estaba bien asentado. Llegó de Berlín al Bayern Múnich en 1977, un médico de 35 años que empezó a tratar a jugadores que tenían casi su edad, como Beckenbauer, Müller, Hoennes, y que más tarde llegarían a ser los dirigentes máximos del club. No solo curaba lesiones aparentemente incurables con métodos que otros colegas no dudaban en tildar de heterodoxos, como decenas de microinyecciones de ácido hialurónico o de Actovegin, un extracto de plasma de ternera, directamente en los músculos dañados, sino que también era un magnífico psicólogo, un gran conversador, un sanador de mentes y generador de optimismo. Müller-Wohlfahrt tiene 72 años, pero mantiene la misma melena, y el mismo color oscuro que hace 30 o 40 años, y el mismo cutis juvenil, por lo que quienes le tratan de lejos no saben si llamarle Dorian Gray o si preguntarle por la fórmula de la poción de la eterna juventud: ambas posibilidades aumentan, de todas maneras, el misterio sobre su persona, lo que aumenta la confianza de sus clientes, el negocio y, sobre todo, su poder.

más información

REPORTAJE (2006): El doctor Manos Sanadoras
REPORTAJE (2009): Pócimas deportivas
Un año después, Usain Bolt

Como no hay nadie más dispuesto a experimentar o a creer en milagros que un deportista que no encuentra cura para su dolor, la lista de clientes conocidos del doctor que recibe en una consulta ubicada en un edificio gótico del siglo XII en Múnich es larga e importante. En su libro autobiográfico, Usain Bolt agradece varias veces a Müller-Wohlfahrt por haberle permitido ser el hombre más rápido de la historia pese a una escoliosis de columna que sin las manos del alemán le habrían limitado siempre; por su consulta también han pasado el segundo hombre más rápido, Tyson Gay, y la plusmarquista mundial de maratón, Paula Radcliffe. Y hay artículos que hablan del futbolista brasileño Ronaldo, del esquiador Bode Miller, del sprinter Maurice Greene

Es tan grande el personaje, tan importantes sus conexiones, que nadie duda de que su dimisión tras la noche de Oporto oculte seguramente una maniobra cuyo alcance se descubrirá en unos días.