El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.
Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.
Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.
Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata
El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.
El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.
Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.
James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción
La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.
Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.
Echando un vistazo a los protagonistas de los cuartos de final de la Champions League europea, cabe preguntarse si es una Copa de fútbol o un premio al comportamiento disfuncional. Porque las estrellas de los equipos que se disputan este torneo son también las más gamberras, despectivas y maleducadas de la escena deportiva.
Por supuesto, encabeza la lista Cristiano Ronaldo, que tiene más medallas en antipatía que Michael Phelps en natación. En su momento, Cristiano acuñó aquellas palabras que han pasado a la historia como el himno nacional de la soberbia: “Puede ser porque soy rico, guapo y un gran jugador que las personas tienen envidia de mí”. Pero no le bastó iluminarnos con su sabiduría. Para que nadie dude de que predica con el ejemplo, lleva su filosofía a la práctica continuamente y en todos los escenarios. Solemos disfrutar de sus gestos obscenos contra el árbitro –o contra las 100.000 personas del público–, algún eructo en la cancha, desplantes a los periodistas e incluso gritos cavernícolas, como el que empleó para deleitar a los asistentes de la última ceremonia de entrega del Balón de Oro. Reconozcámoslo: es un héroe del desprecio por los demás, un líder nato de la prepotencia.
Pero los aspirantes al título máximo –y no me refiero precisamente a la Champions– no solo visten de blanco. El Barcelona FC puede presumir de Gerard Piqué, que hace unos meses se enfrentó a los policías de tráfico que habían multado a su hermano gritándoles perlas como “¡Esta multa la va a pagar tu padre!” o “Venís a tocar los huevos”. A saber qué hará cuando lo multen a él… O cuando no haya nadie grabando la escena.
Otro tanto se puede decir de Zlatan Ibrahimovic, del Paris Saint-Germain, que tras perder un partido de la Liga francesa en marzo abandonó el campo vociferando: “¡Este país de mierda no nos merece!”. Sus sofisticadas opiniones sobre la tierra de De Gaulle fueron grabadas y emitidas públicamente, produciendo el enfado incluso de políticos y miembros del Gobierno. Cuando tuvo que disculparse, Ibrahimovic afirmó en redes sociales que sus “comentarios” no iban dirigidos “contra Francia o los franceses”, lo cual fue aún más insultante, por asumir que ninguno de ellos sabía interpretar correctamente la frase “este país”.
Y sin embargo ahí están todos ellos, en cuartos de Champions, como han estado en el podio del Mundial y de múltiples Ligas. De hecho, todos militan en los equipos más poderosos. Y no es casualidad.
Si hacen un gol en el siguiente partido, millones de babeantes seguidores olvidarán de inmediato su barbarismo
Un político, incluso el más patán, sabe que no debe exteriorizar públicamente su mala entraña, y que de hacerlo, es obligatorio disculparse. Los actores de Hollywood son conscientes de que si pasan por encima de los demás deben pedir perdón, e incluso en casos privados –insultos, borracheras, infidelidades– se le escucha prometer que entrarán “en rehabilitación”, una manera un tanto ridícula, pero inequívoca, de manifestar arrepentimiento por faltar el respeto a los demás. En cambio, los futbolistas de élite saben que a nadie le importa. Si hacen un gol en el siguiente partido, millones de babeantes seguidores olvidarán de inmediato su barbarismo, o incluso lo encontrarán fascinante y digno de admiración. Estamos creando monstruos, y luego nos dedicamos a tratar de imitarlos.
Y sin embargo, conforme los futbolistas cobran menos dinero, aumenta su humanidad y tienden más a considerarse iguales a los demás. En el Atlético de Madrid no se han dado casos de brutalidad y desprecio como los anteriores, sobre todo porque su presupuesto está centenares de millones de euros por debajo de los de los grandes equipos. Si alguno de sus jugadores empieza a sentirse Dios, rápidamente se va a un equipo que pague más. Aquí lo que manda todavía es el corazón. Otra buena razón para ser colchonero, y para seguir deseando que ganen los pequeños.
“Tras las pruebas realizadas a Luka Modric (…) por los Servicios Médicos del Real Madrid, se le ha diagnosticado un esguince de ligamento colateral medial de la rodilla derecha. Pendiente de evolución”, señala el comunicado del Real Madrid que confirma la baja del centrocampista croata para el derbi ante el Atlético en la vuelta de los cuartos de final de la Champions.
En el minuto 24 de la segunda parte del partido de este sábado ante el Málaga, Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo. Aunque no hay plazos concretos para su recuperación se estima que estará de baja entre cuatro y seis semanas.
Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.
Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.
Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.
Luka Modric y Gareth Bale dejaron el Bernabéu el sábado con muletas. El croata casi dice adiós a la temporada (estará fuera entre 5 y 6 semanas por un esguince en el ligamento colateral de la rodilla derecha). El galés, con un pinchazo en el gemelo izquierdo, será sometido hoy a una resonancia para averiguar si hay o no rotura. Benzema es duda para la vuelta de cuartos de Champions contra el Atlético —tiene unas molestias en la rodilla— y Marcelo no estará disponible por sanción. Carlo Ancelotti se juega así la temporada sin tres piezas clave. Pocas veces se le vio tan preocupado como el sábado tras el partido contra el Málaga. Cuando se retiraron Bale (minuto 3) y Modric (minuto 59), él estaba al borde de la zona técnica dando instrucciones.
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En la zona técnica también estaba el sábado Pep Guardiola cuando se llevó las manos a la cabeza tras la dura entrada de Rudy a Bernat en el partido contra el Hoffenheim. El entrenador del Bayern sustituyó al defensa en el descanso para evitar males mayores. El martes tiene que remontarle un 3-1 al Oporto si quiere jugar las semifinales y su equipo está diezmado por las lesiones. No están Robben, Ribéry, Schweinsteiger, Javi Martínez ni Alaba. Götze se unió a la lista después del choque contra el Oporto. Además, Hans- Wilhelm Müller-Wohlfarht, jefe médico que llevaba 38 años en el club, dijo adiós por diferencias con Guardiola abriendo un cisma importante en la entidad.
La Juve, que ganó 1-0 al Mónaco en Turín sin Pogba ni Pirlo, podrá recuperar únicamente al italiano para la vuelta. Simeone tendrá que renunciar a Mario Suárez en el Bernabéu por sanción. A diferencia del Bayern y de la Juve, que tienen 11 y 16 puntos de ventaja sobre el segundo, respectivamente, en sus campeonatos, Barcelona, Madrid y en menor medida Atlético no pueden permitirse descansos en este tramo final de temporada.
Los suplentes de Luis Enrique suman más minutos que los utilizados por Ancelotti
Barça y Madrid mantienen un pulso para llevarse el título liguero. Ambos están sufriendo para cumplir, pero los azulgrana han rotado más a lo largo de la temporada: Luis Enrique ha ido dando más minutos a los suplentes. Los cinco suplentes que más han jugado en el Barça suman 6.815 minutos, por ejemplo, por los 4.097 que suman los del Madrid.
Ancelotti ha tirado siempre de los mismos: salvo (caso de las lesiones de Modric, James, Sergio Ramos y Pepe) cuando ha tenido que buscar alternativas por obligación. “!No!”, contestó, rotundo, Ancelotti el viernes cuando le preguntaron si se había arrepentido de no haber rotado más a lo largo de la temporada. El sábado, contra el Málaga, sí prescindió de Coentrão —que sustituirá a Marcelo en Champions— para que trabajara en Valdebebas, pero no de los titulares de siempre.
Para la vuelta contra el Atlético (0-0 en la ida) maneja alternativas para suplir las ausencias de Modric (aunque este sea insustituible ya que no hay un jugador de ese corte en la plantilla, que dé pausa y rapidez al juego cuando este lo requiere) y Bale. Si mantiene el 4-3-3, James, Kroos e Isco podrían formar la medular (solución que ya empleó el Madrid siete veces esta temporada, una de ellas, precisamente, contra el Atlético en la vuelta del derbi de Copa). Arriba, junto a Benzema y Cristiano, puede optar entre un dinámico Chicharito o un Jesé que ha perdido velocidad y habilidad en el uno contra uno.
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Si, en cambio, Ancelotti opta por un 4-4-2, tiene tres alternativas para acompañar a James, Kroos e Isco. Khedira, del que tiró en la final de Lisboa del año pasado aunque viniera de seis meses de lesión; Illarramendi, en el que nunca ha confiado, y Lucas Silva. El brasileño, que dijo querer ser como Toni Kroos el día de su presentación, ha ido desapareciendo de los once de Ancelotti. Khedira se ha quedado fuera en seis de las últimas siete convocatorias e Illarra ha jugado con algo más de regularidad. Al menos, en minutos.
Nada puede despertar más pudor que poner letras minúsculas a quien las embelleció con mayúsculas. La temeridad se acepta porque frente al inevitable sonrojo pesa más disfrutar por enésima vez del mejor poeta futbolístico. Entre otras muchas cosas, eso era Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-13 de abril de 2015), autor de los goles orgásmicos más líricos, rapsoda de “esos carasucias que cometen el disparate de gambetear (…) por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad”. También fue exégeta del dios redondo, el fútbol, “la única religión que no tiene ateos”. Sus feligreses son “hinchas en el manicomio” cuya camiseta es “la segunda piel” y la única unanimidad es el árbitro, “al que todos odian”.
Como los pies de palo no le obedecían salvo en sueños, jugó al fútbol con la palabra. Con ella, como mendigo del buen fútbol, suplicaba “por una linda jugadita, por amor de Dios”, lo que podía llegar a neutralizar su pasión por Nacional y la Celeste. Incluso dejaron de importarle los colores de aquellos jugadores que le brindaban la alegría “del juego bien jugado” y cada vez que comenzaba un Mundial, él y su compañera Helena colgaban en la puerta de casa el siguiente cartel: “Cerrado por fútbol”. Era su estadio, “porque no hay nada menos vacío que un estadio vacío”, y él se sometía a la dictadura de la “telecracia”. Allí, como en las canchas en directo, disfrutaba del ídolo, fácil de identificar porque “la pelota lo busca, lo reconoce y lo necesita”. También se compadecía del jugador en el ocaso, “al que la fama, señora fugaz, no le dejaba ni una carita de consuelo” en su retiro.
No solo padecía por el jugador, el divo caído. Tenía sentimientos encontrados con la “orgullosa y vanidosa pelota”. La menina, caricia verbal de los brasileños, tenía motivos para la petulancia: “Bien sabe ella que a muchas almas da alegría cuando se eleva con gracia, y que son muchas las almas que se estrujan cuando ella cae de mala manera”.
Maradona llevaba la pelota atada al pie, Messi lleva la pelota dentro del pie”
En ese “triste viaje del placer al deber” por el que ha transitado el fútbol, el gol era una pesadumbre, signo de los tiempos modernos. “El gol es el orgasmo del fútbol y como el orgasmo es cada vez menos frecuente en la vida moderna”. Gran culpa tenían los arqueros, “aguafiestas del gol que bien podrían ser llamados mártires, paganinis, penitentes o payasos de las bofetadas”. Como Zamora, “pánico de los delanteros”, porque si le miraban “el arco se encogía y los postes se alejaban hasta perderse de vista”. Y Yashin, “brazos de araña y manos de tenaza”.
Para alivio orgásmico ahí estaban los grandes delanteros, los que hacían del gol un do de pecho. El brasileño Friedenreich, hijo de alemán y una lavandera negra, genio del Sudamericano de 1919 “que hizo más goles que Pelé” y cambió la geometría de todo un país: “Desde Friedenreich, el fútbol brasileño que es de veras brasileño no tiene ángulos rectos, como tampoco los tienen las montañas de Río ni los edificios de Niemeyer”. Sin olvidar a su compatriota Leónidas, “al que en el Mundial del 34 le contaron seis piernas y opinaron que era cosa de magia negra”.
A los primeros tótems brasileños les sucedió un rey, Pelé: “Cuando iba a la carrera pasaba a través de los rivales, como un cuchillo. Cuando se detenía, los rivales se perdían en los laberintos que sus piernas dibujaban. Cuando saltaba, subía en el aire como si el aire fuera una escalera. Cuando ejecutaba un tiro libre, los rivales que formaban la barrera querían ponerse al revés, de cara a la meta, para no perderse el golazo”. Con Pelé se alistaba en la selección alguien que regateaba como “un Chaplin a cámara lenta que murió de su muerte: pobre, borracho y solo”. Tenía el apodo de un feúcho e inútil pajarillo: Garrincha.
Al entronizado Pelé solo le discutía el trono Di Stéfano, al que “todo el campo de juego cabía en sus zapatos”. La Saeta jugó en el Madrid con Kopa, “un francés al que llamaban el Napoleón del fútbol porque era bajito y conquistador de territorios”. Y por la orilla izquierda del histórico Madrid volaba Gento, “un forajido que tenía la captura recomendada por todos los equipos rivales, al que a veces conseguían encerrarlo en cárceles de alta seguridad, pero él se zafaba siempre”. Al Madrid, primer colonizador de la Copa de Europa, le exigía, y mucho, el poderoso Benfica, que por esas paradojas del fútbol lideraba Ninguém (nadie, ninguno). Había nacido “destinado a lustrar zapatos, vender maníes o robar a los distraídos”. Fue Eusebio, “un africano de Mozambique el mejor jugador de la historia de Portugal”.
Tampoco hay duda de quién fue el mejor jugador en Holanda. Cruyff fue “un director de orquesta y músico de fila, calentón, trabajador y talentoso”. Al genio naranja se le cruzó en el camino el Torpedo Müller, un depredador “disfrazado de abuelita” para el que “la red era el encaje de novia de una niña irresistible”. En los ochenta apareció Platini, que hacía “goles de ilusionista de esos que no pueden ser verdad”. Lo mismo sucedía con el brasileño, Zico, “que metía goles que los ciegos querían que les contaran”.
El fútbol fue para el escritor uruguayo, “la única religión que no tiene ateos”
De dibujos animados era Romario, “que ensayaba en su favela infantil los muchos autógrafos que iba a firmar en el futuro”. Un futbolista “que trepó a la fama sin pagar los impuestos de la mentira obligatoria: se dio el lujo de hacer siempre lo que quería”. Un enigma este Romario, de piernas con arco y culo bajo. A este juego nunca le faltaron arcanos. Como el de Baggio. “Su fútbol tiene misterio: las piernas piensan por su cuenta, el pie dispara solo, los ojos ven los goles antes de que ocurran”.
Y para gigantes futbolísticos de cuerpos recortados, Maradona y Messi. El Pelusa, “en el frígido fútbol de fin de siglo XX, que exige ganar y prohíbe gozar, es de los pocos que demuestra que la fantasía puede ser eficaz”. Ocurre que el Diego “jugó, venció, meó y perdió”. Lo de Messi en los dedos de Galeano tuvo que esperar. Hubiera merecido una edición única de Su Majestad el Fútbol (1968), pero el escritor uruguayo cerró su segundo gran partido literario en 1995. Y lo hizo así: “Escribiendo iba a hacer con las manos lo que nunca iba a ser capaz de hacer con los pies, yo no tenía más remedio que pedir a las palabras lo que la pelota, tan deseada, me había negado. De ese desafío, y de esa necesidad de expiación, ha nacido este libro (…) No sé si es lo que ha querido ser, pero ha llegado a su última página. Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”. Se llamó El Fútbol a Sol y Sombra. Un incunable, goles en verso.
Muere el escritor uruguayo Eduardo Galeano a los 74 años
Las frases de Eduardo Galeano
FOTOGALERÍA Eduardo Galeano, en imágenes
Galeano, político hasta el final
Quedaba uno suelto. El de Messi, el último gran asombro para el mayor trovador del fútbol. Galeano, en una entrevista con el diario La Nación, defendió su tesis de la messiología: “Inventé una teoría, que se la hice llegar a él a través del director técnico de la selección: así como Maradona llevaba la pelota atada al pie, Messi lleva la pelota dentro del pie. Lo cual es un fenómeno físico. Inverosímil. La frase le llegó. Y se ve que le gustó, porque me mandó una camiseta de regalo. Científicamente es imposible, ¡pero es verdad!”.
Palabra de quien aprendió de Juan Carlos Onetti que las “únicas palabras que merecen existir son las que mejoran el silencio”. Lástima que el fútbol no haya guardado el suyo, un minuto silencioso por su mejor juglar, un coplista único del balón impreso.
Y perdone, maestro, que le haya tomado las palabras.
Asegura la leyenda que un día, todavía en tiempos de Pep Guardiola, entonces entrenador del Barcelona, le preguntaron a Leo Messi, “¿Cómo véis al equipo?”. Y el jugador, abrumado por la precaria situación del equipo, respondió: “Pídanselo al técnico, que tiene la solución, o así se lo oí decir. Al parecer se levanta muy pronto por la mañana y acude a un cuarto oscuro y allí encuentra la respuesta a cualquier problema”.
Messi nunca habló mal de Guardiola y el técnico siempre dispuso al equipo para que triunfara el 10 del Barça, como quedó constatado en la vigilia del clásico del 2-6 cuando el entrenador convenció al futbolista para que jugara de falso 9. La relación de ambos quedó tocada en 2012 después de la derrota en la Liga con el Madrid y la eliminación en la Champions con el Chelsea.
El delantero ya no solo ejerce de goleador, sino que funciona como futbolista total
No encontró respuesta Guardiola, que se impuso un año sabático, y Messi se entregó a Tito Vilanova. La muerte del técnico y una seria lesión provocaron la dimisión del futbolista, especialmente manifiesta con Tata Martino, hasta que despertó su alma competitiva en la entrega del tercer Balón de Oro para Cristiano Ronaldo. El portugués afirmó su propósito de igualar a cuatro con Messi. Aquel día el argentino se juró que competiría por ganar el quinto, circunstancia que pasaba porque el Barcelona montara un equipo capaz de recuperar el trono de la Liga y competir por recuperar el título de la Champions.
Y el Barça dejó de ser un equipo de autor, entregado a Guardiola, y se convirtió en el equipo de Messi sin desmerecer la figura del entrenador, Luis Enrique. El técnico asturiano, una figura intervencionista, topó con la figura del equipo, que cree merecer un trato aparte, cosa que pasa por disputar todos los partidos, no ser sustituido y mucho menos cambiado, incluso en periodos vacacionales como el de Navidad.
Luis Enrique no alineó a Messi en Anoeta y se armó la marimorena en el Camp Nou. El futbolista declaró la guerra y el entrenador tuvo que tragar quina, sobre todo cuando trascendió que en un entrenamiento ambos se tiraron los trastos a la cabeza. Al parecer el mister ejercía de árbitro, cosa nunca vista en un entrenador, que acostumbra a delegar en su segundo en los partidillos de los jugadores, siempre proclives a reyertas, y la figura del equipo le desafió por una falta no cobrada, conflicto que provocó el enfrentamiento abierto entre Luis Enrique y Messi. La mediación de Xavi evitó que la cosa fuera a mayores y el técnico desistió de expedientar al 10 por su desafío posterior a la visita a Anoeta.
El protagonismo del 10 ha aumentado con la permisividad y complicidad del técnico
El conflicto no pasó a mayores sino que cada uno asumió su responsabilidad, coincidentes en la necesidad de que el equipo recupere la ambición de ganar cuantos títulos estuvieran en litigio. No se discute hoy la importancia del entrenador ni de Messi. La prueba más evidente de la implicación del argentino es su actuación contra el Valencia. Messi ejerció de futbolista total por su implicación en el juego y en el resultado: 2-0. Marcó el segundo gol, el número 400 de su cuenta, remató previamente a la cruceta en un libre directo, asistió a Luis Suárez en el 1-0, y se convirtió en el futbolista referencial del Barcelona. El rosarino ejerció de cacique de acuerdo a la liturgia argentina, la misma que señala a los futbolistas que marcan las pautas del encuentro, normalmente desde el puesto de 5. Messi auxilió a la defensa para sacar la pelota ante la presión del Valencia, ayudó a combinar a los medios en situaciones de inferioridad numérica y fue determinante como delantero, asociado a Suárez y Messi o como punto final, aspecto que quedó claro en el 2-0.
El 10 fue un jugador universal en un partido difícil para el Barça. Asumió la responsabilidad que le tocaba desde su litigio con Luis Enrique. Jugó como nunca, compitió como no se le había visto, se desplegó por los sectores del campo, ejerció como el líder con la complicidad del técnico. Los dos se necesitan sin ser cómplices, sabedores de que el fin justifica los medios: hay que ganar y después ya discutirán sobre el botín.
No había acabado el partido todavía y Carlo Ancelotti ya tenía a dos jugadores tratándose en las camillas del vestuario. Gareth Bale aguantó tres minutos ayer contra el Málaga. Modric una hora. El galés se retiró con un pinchazo en el gemelo. El croata, a falta de que lo confirmen las pruebas a las que será sometido hoy, con un esguince del ligamento lateral externo de la rodilla. Es el diagnóstico de la primera exploración que le hicieron en el vestuario. El de anoche podría haber sido uno de sus últimos partidos de la temporada, ya que si las pruebas confirman la lesión, estará da baja entre cinco y seis semanas. Ninguno de los dos estará el miércoles contra el Atlético en el duelo clave de los cuartos de Champions.
“Mi optimismo es que tenemos una gran oportunidad al jugar en casa, vamos a intentar hacer lo que podamos parea llegar a las semifinales de Champions, con o sin Bale”, contestó Ancelotti cuando le preguntaron si la afición madridista podía ser optimista sobre la presencia de los dos jugadores el próximo miércoles. Al técnico italiano se le vio preocupado anoche en la sala de prensa del Bernabéu. El Madrid cumplió el trámite contra el Málaga (3-1, sufriendo más de la cuenta), se mantiene a dos puntos del Barcelona , pero el italiano se juega la temporada el miércoles sin tres piezas claves: además de Modric y Bale no tendrá tampoco a Marcelo, sancionado.
Karim Benzema, con unas molestias en la rodilla, no se entrenó ayer y no entró en la convocatoria. “Benzema va a estar. Está mejorando y tenemos cuatro días más para recuperarlo bien”, aseguró Ancelotti. Tenía la cara de un náufrago en mar abierto y sin brújula el italiano. “El partido ha sido positivo salvo estos dos problemas, hemos ganado con mil dificultades, primero las lesiones, luego el fallo en el penalti. Hemos luchado y nos hemos sacrificado, es lo que me ha gustado del equipo y era lo que necesitábamos hoy”, analizó.
Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo.
Si las pruebas confirman la lesión, Modric estará da baja entre cinco y seis semanas
Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.
Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.
Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.
En el verano de 2006, Grigori Perelman se convirtió en el científico más famoso del mundo. Tenía que viajar a Madrid para recibir la medalla Fields durante el Congreso Mundial de Matemáticas que se iba a celebrar en agosto, pero nadie lograba encontrarlo. Cuando la periodista Sylvia Nasar (Rosenheim, Alemania, 1947) escuchó la historia dejó todo para dedicarse a encontrar al genio ruso que había resuelto la conjetura de Poincaré. Sospechaba que su desaparición solo podía significar una cosa: iba a rechazar el mayor reconocimiento que puede recibir un matemático. Nasar contó su proyecto al editor del New Yorker que acabó de engancharse al relato cuando supo que un matemático chino, ahora profesor en la Universidad de Harvard (EE UU), reclamaba parte del mérito de Perelman. Después de viajar a China y acechar al matemático en San Petersburgo durante días, “cuando ya había gastado 20.000 dólares del New Yorker y pensaba abandonar”, logró encontrar el refugio de aquel genio supuestamente loco que se negaba a contar su historia.
En 2006, había gastado más de 20.000 dólares en encontrar a un matemático cuando decidió abandonar la búsqueda
“Creo que finalmente decidió hablar conmigo, además de porque teníamos una traductora preciosa y encantadora, porque estaba interesado en John Nash”, contaba ayer Nasar en la Residencia de Estudiantes, donde unas horas después habló sobre los nerds como estrellas del rock en un acto organizado por el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT). Unos años antes ella había escrito Una mente maravillosa, la biografía de John Nash, un matemático esquizofrénico que se ajusta incluso mejor que Perelman a la pauta de extrema brillantez y falta de equilibrio mental. “No he leído el libro, pero vi la película”, reconoció el ruso en un gesto de normalidad que refuerza la impresión de Nasar la primera vez que le vio: “Tenía las uñas y el pelo largos, pero llevaba un traje y mocasines italianos, no era un eremita que se ocultaba en el bosque, pese a lo que se había escrito”.
La dimensión del logro de la periodista se puede valorar aún mejor si se tiene en cuenta el fundamentalismo con que el matemático rechazaba todo tipo de reconocimiento público. En 2010, el Instituto Clay de Matemáticas anunció que su resolución de la conjetura de Poincaré cumplía los requisitos para recibir el millón de dólares que esta institución se comprometió a otorgar a quienes resuelvan alguno de los problemas del milenio. Perelman lo rechazó.
Pregunta. ¿Por qué interesa tanto un tipo como Grigori Perelman?
Respuesta. No venir es lo que le hizo famoso. Tanto como resolver la conjetura de Poincaré. Tiempo después, el presidente de la Fundación Clay me llamó cuando le iban a dar el premio para que hablase con él. Yo sabía que lo iba a rechazar, porque había rechazado la medalla Fields, pero le dije que lo aceptase, por hacerle un favor a su madre. Pero le dio igual. Es lo que le hace fascinante para la gente. Hay una tradición de artistas, de gente que rechaza la sociedad, que son más puros que el resto de nosotros. Añade misterio. Además, admiramos a gente que puede rechazar cosas a las que nosotros no podemos ni imaginar aspirar.
P. Pero, ¿todos los genios tienen algo de locos?
En matemáticas puedes hacer cosas maravillosas cuando aún eres adolescente y eso les da romanticismo
R. Hay muchos genios creativos que son como el banquero de al lado. John von Neumann era un poco así. Hablaba y tenía el aspecto de un banquero. Hay muchos ganadores de la medalla Fields o del Nobel y pocos son conocidos. Muy pocos despiertan ese interés fuera de su campo. Estamos interesados en gente que gana carreras, en los grandes deportistas, pero los que se convierten en megaestrellas suelen tener otra historia particular que los eleva sobre otros que tienen logros similares. Terence Tao ganó también la Fields el año de Perelman, pero pocos le conocen. Es un chico muy simpático, pero no se adapta a esa imagen del genio. Es muy normal.
P. El fenómeno de convertir a los nerds, a los empollones, en estrellas, ¿es moderno?
R. Hay un elemento atemporal. Siempre nos ha interesado la gente inusual, aunque hay elementos modernos. Vivimos en una sociedad de la información, así que las matemáticas y las ciencias relacionadas están directamente conectadas con otro tipo de éxitos como el éxito financiero y tienen un vínculo con nuestra vida diaria. Si piensas por ejemplo en Jim Simons, es un matemático que aunque no ha ganado la medalla Fields ha hecho aportaciones relevantes en geometría y tiene un fondo de inversión que está entre los más exitosos del mundo y está entre los 100 millonarios de la lista Forbes. Estas artes esotéricas como las matemáticas están asociadas a la riqueza.
Ahora las matemáticas y los matemáticos están asociados al éxito financiero
P. Admiramos a los nerds, pero ¿queremos ser como ellos? ¿Esta imagen del genio poco adaptado socialmente, como Perelman o Nash, es positiva para los jóvenes a la hora de hacer atractivas las matemáticas?
R. Lo que me sorprende de la película Una mente maravillosa es que fueron muchos chavales jóvenes a verla. Y no fueron porque tuviesen interés en la enfermedad mental o ni siquiera en las matemáticas. Fueron atraídos por la imagen de Rusell Crowe en camiseta, y por sus amigos, estos jóvenes que se divertían y ligaban y no obedecían a convenciones. Creo que muchas de las historias exageradas o incluso falsas que se cuentan sobre matemáticos han hecho más por atraer a los chicos a las matemáticas que la geometría de Euclides. Interesa la acción, ser un ganador y ser joven. En el arte, cuando reconocen tu trabajo, ya estás en la mediana edad. En matemáticas y otras ciencias teóricas puedes hacer cosas impresionantes cuando aún eres un adolescente. Creo que es parte del romanticismo de estas historias.
P. ¿Cree que en realidad, pese a que renieguen de la fama, estos genios disfrutan de que se cuente su historia?
R. Hay un deseo universal de contar la historia propia, y ellos también lo tienen. Pero creo que son reticentes a hacerlo por una negación del yo, como los santos. Rechazar premios y reconocimiento es otro superpoder que produce admiración. Si lees cualquier relato de los encuentros de occidentales como H. G. Wells o Bernard Shaw con Stalin en Rusia, después de las purgas y las hambrunas, todos destacan su modestia, la austeridad de su vestido, de su comida, que no tiene riqueza personal. La idea de la persona santa que rechaza los placeres del mundo. Creo que la gente aspira a eso. Es un punto de honor para ellos. Nash una vez me escribió una nota, cuando ya había logrado un contrato para escribir el libro, en la que me dijo que iba contra sus principios buscar notoriedad personal y nunca cooperó con Una mente maravillosa, ni con el libro ni después con la película. Solo nos hicimos amigos cuando el libro se había publicado. Creo que lo que les importa de verdad y casi exclusivamente, tanto a Perelman como a Nash, es el respeto de los pocos que consideran sus iguales, los grandes matemáticos.
Rechazar premios y reconocimiento es otro superpoder que produce admiración
P. ¿A Nash le gustó la película?
R. Sí. Ron Howard [el director] hizo un pase especial que vio Nash, y cuando le pregunté qué le había parecido dijo tres cosas. Que no era aburrida, porque a él casi únicamente le gustan las películas de acción con montajes muy rápidos. En segundo lugar, le gustaba que tenía sentido del humor; él tiene un gran sentido del humor. Y en tercer lugar, dijo que le gustó porque Russell Crowe se parecía a él. Me sorprendió, pero otro día Howard hizo un pase para estudiantes de cine de la Universidad de Nueva York y allí había también un grupo de matemáticos, que después de ver la película se acercaron a Howard para decirle que John Nash se parecía mucho a Russell Crowe cuando era joven.
P. Usted también escribió otro libro sobre economistas, La gran búsqueda, en el que da una visión bastante positiva sobre el efecto que ha tenido esta disciplina en el bienestar de la humanidad. Después de todo lo que se ha vivido en España, hay mucha gente que ve la economía como una ciencia defectuosa que además se equivoca siempre a favor de los poderosos. ¿Qué le parece este punto de vista?
R. Creo que eso se contradice con los hechos. La mayor parte de los economistas ahora son muy críticos con Angela Merkel y el BCE por sus políticas hacia España. La mayor parte de los economistas, tanto conservadores como de izquierdas, están del lado de tomar medidas más expansivas y antirrecesivas y a favor de la condonación de deuda. Los dos grandes economistas del siglo pasado, John Maynard Keines e Irving Fisher, propusieron la condonación de la deuda y las políticas de estímulo en los años 20 y 30. La gente que trata de decir que la economía es simplemente otra ideología como el marxismo, no entiende la historia o lo que la gente está diciendo hoy. Además, toda la gente que ha llamado la atención sobre la importancia de la igualdad es economista: Paul Krugman, Thomas Piketty…
Creo que en general el conocimiento económico mejora la vida de la gente.
La gente que critica la economía y dice que no es una verdadera ciencia porque se desconocen muchas cosas, no conoce lo que es la ciencia, porque hay muchas lagunas en otras disciplinas y cada una es diferente del resto. La meteorología, por ejemplo. Nadie va por ahí diciendo que es una pseudociencia porque la gente subestimó el huracán Sandy. Es una ciencia joven, pero lo que hace economía una ciencia es que es acumulativa. Sabemos más ahora que en 1870 y la economía tiene muchas más aplicaciones prácticas. Además, una ciencia es una herramienta en cualquier ámbito para diseccionar grandes problemas inabarcables, como la desigualdad o el crecimiento, en muchos problemas más pequeños que se pueden afrontar y resolver.
Creo que en general el conocimiento económico mejora la vida de la gente. Es como conocer que los gérmenes causan enfermedades y que lavándote las manos puedes evitar la gripe. Una comprensión básica de la economía ayuda a evitar muchos errores. Me gustaría que Angela Merkel supiese más. Sé que su problema es político, pero creo que eso es en parte porque por la ignorancia general de la economía aparecen otros problemas. Pasé el año pasado en Alemania y para ellos la ayuda fiscal y la relajación monetaria para beneficiar a España parece una invitación a que se siga gastando demasiado. Lo que no entienden, y es lo que Keynes y Fisher nos descubrieron, es que todos estamos en el mismo barco. Así que aplicando la disciplina más dura también se van a herir a ellos. En EE UU, donde está el origen de esta crisis, se ha superado mejor que Europa porque se siguieron políticas clásicas de expansión keinesianas. Europa ignoró las lecciones de los años 30 y lleva estancada muchos años, no solo los países del sur, también Francia o Alemania.
“Encended los teléfonos móviles”. Cuando esta sea la primera frase que el profesor diga a sus alumnos al entrar en la clase, en lugar de que los apaguen, el cambio será real. En el mundo actual plenamente digitalizado, la entrada de esta en la educación ya no tiene vuelta atrás. Muchos recordarán que lo mismo pasó hace décadas con las calculadoras. De estar prohibidas en clase, pasaron a utilizarse para aprender. Una vez que el niño ya sabe sumar, su utilidad para resolver problemas más complejos es evidente. Pues lo mismo pasa con la tecnología que existe hoy en día. Todos los soportes (móviles, tabletas, portátiles…) son útiles para aprender. Y no solo en el aula. El aprendizaje se ha vuelto ubicuo y la clase ha perdido su protagonismo. Esta es una de las tesis de expertos internacionales que estará sobre la mesa durante la XXIX Semana Monográfica de la Educación de la Fundación Santillana, que arranca mañana en Madrid con el título Mejorar la educación: ¿qué puede aportar la tecnología? Para calentar motores, exponemos las principales razones que están llevando en todo el mundo a usar todo tipo de soportes en clase:
El futuro de la enseñanza es el ‘joystick’
Tecnología y pedagogía, el círculo virtuoso de la educación
Tribuna | La tecnología y la transformación de la escuela, por Francesc Pedró
— El alumno lleva toda la información encima. La mueve, la intercambia, la comparte en red, fuera y dentro de clase. De esta forma, aprende de forma intuitiva, incluso sin ser consciente de ello. El móvil es clave para los estudiantes. “Llegará un día en el que el profesor diga a los alumnos al inicio de la clase: ‘Encended los móviles’, en lugar de decirles que los apaguen”, expone de una forma muy gráfica el director de Educación de la Fundación Santillana, Mariano Jabonero. Hace tiempo ya se decía que el ratón del ordenador se había convertido en la prolongación del brazo de las nuevas generaciones de niños y jóvenes. Pero ahora lo es aún más su móvil.
El uso de apps educativas como complemento de los temarios empieza a ser una realidad. El sector calcula que existen más de 80.000
— La clase ya no es el único lugar donde se aprende. El uso de apps educativas como complemento de los temarios empieza a ser una realidad. Y las iniciativas de emprendedores para crearlas son cada vez más numerosas. El sector calcula que en la actualidad existen más de 80.000 apps educativas. Son gratuitas y ayudan a que aumente la motivación del alumno. Muchos docentes y expertos insisten en su utilidad en el aula. Los contenidos vienen de fuera del aula y entran por la tecnología a través de los móviles o de otros soportes.
— El profesor sabe usar la tecnología como el alumno. «El tópico de que los alumnos usan más la tecnología y están más familiarizados con ella que los profesores se ha roto”, recuerda Jabonero. Esta premisa que se repetía hasta la saciedad hace años ya no es cierta. Todo el mundo usa la tecnología en su vida cotidiana y profesional, sea para mandar correos, navegar, jugar, oír música o, sí, algunos incluso para enseñar. Y ya sin mencionar que muchos de los profesores que ejercen ahora en la educación no universitaria pertenecen ya a generaciones que nacieron en la era tecnológica.
El tópico de que “los alumnos usan más la tecnología y están más familiarizados con ella que los profesores” se ha roto
— La transformación de la educación con la tecnología tiene tres patas: los recursos digitales con los que se dota al aula y a los alumnos (desde las pizarras digitales a los ordenadores), el seguimiento del profesorado y un currículo digitalizado. Y los recursos ya no son la asignatura pendiente, resaltan los expertos. De hecho, el 85% de los centros de secundaria de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya en 2012 estaba dotado de ordenadores de mesa; el 41%, de portátiles, y el 11%, de tabletas, según datos de esta organización. Los siguientes pasos a dar son extender el currículo digitalizado, así como el seguimiento y apoyo del profesorado en la enseñanza con esos materiales.
— Los profesores ya no van a cursillos para que les enseñen a usar la tecnología. No son la solución. Está más que comprobado. Hoy en día el seguimiento del docente ya se hace por expertos en tecnología en los propios centros, explica Jabonero. Se les da apoyo sobre el terreno en el uso de todas las herramientas que integran el currículo digitalizado (que tiene múltiples recursos, como ilustraciones animadas, vídeos, visitas virtuales, foros…). Muchos expertos ponen como ejemplo de la importancia de este apoyo el caso de Uruguay. Informatizó todos los centros, pero no dotó a los docentes de herramientas para usar estos nuevos recursos. La conclusión fue que bajaron los resultados de los alumnos, según se vio en los resultados que obtuvieron en la evaluación internacional del programa Pisa, de la OCDE.
El 85% de los centros de secundaria de los países de la OCDE ya en 2012 estaban dotadas de ordenadores de mesa; el 41%; de portátiles y el 11% de tabletas
— El gasto público en tecnología crece en los países más avanzados, a pesar de que baja el gasto en educación. Países como Estados Unidos o Inglaterra han seguido esta línea en plena crisis. Pero no siempre la inversión en tecnología para la educación se ha traducido en una mejora de los resultados de los estudiantes. De hecho, algunos de los países que menos invierten en ella (como Finlandia, Japón o Corea del Sur) salen en los primeros puestos de las pruebas Pisa de la OCDE, al igual que otros que, por el contrario, invierten mucho en ella (como Singapur, los Países Bajos o Estonia).
— En los últimos años, se ha creado la figura del “Coordinador Tec” en los centros. Precisamente por la razón anterior. Para facilitar su buena utilización con el fin de que se traduzca en un mejor y más eficaz sistema de aprendizaje para los alumnos. Numerosos centros españoles ya cuentan con ellos. El “Coordinador Tec” es el responsable y supervisor de uso de la tecnología en las aulas. Hace un seguimiento del profesorado y de la adaptación del currículo del centro a ella.
Al despertar, todas las paredes de la habitación forradas de un nuevo material emiten imágenes de las cataratas de Iguazú con música de Mozart. Al coger la taza del café mañanero, esta, dotada de la misma tecnología, avisa cambiando de color de que aún está demasiado caliente. El periódico es una lámina en la que las noticias reproducen vídeos de última hora. Y ya en el coche, de camino al trabajo, un mapa sobreimpresionado en el parabrisas informa de la ruta con menos atascos. Todos tienen en común un material revolucionario conocido como OLED (las siglas en inglés de Diodo Orgánico Emisor de Luz).
Es el mundo futuro del Internet de las cosas, un porvenir de objetos inteligentes y para el que es esencial la electrónica flexible, un campo que en 2015 está dando los primeros avisos de la revolución. Apple patenta un móvil que puede doblarse por la mitad. LG apuesta por una línea de televisores de calidad visual sin precedentes. Y una empresa gestada en la Universidad de Cambridge, Plastic Logic (rebautizada como FlexEnable), anuncia que está preparada para comercializar a finales de este año objetos inteligentes basados en esta tecnología. El pasado miércoles, la compañía anunciaba a uno de sus primeros socios, el gigante farmacéutico alemán Merck.
Que este mercado esté ahora en ebullición es algo que no sorprende a Vladimir Bulovic, líder del One Lab del MIT dedicado a la nanoelectrónica orgánica: “Una de las reglas básicas para la tecnología es que se necesita al menos una década desde la etapa de investigación a la aplicación comercial. La primera demostración de esta tecnología fue en 1999, hace 16 años. Simplemente, lleva su tiempo. Y me alegra ver que no ha pasado en balde y que empezamos a tener productos que redefinirán qué es y qué puede ser la electrónica”.
Comprender un OLED se parece a fusionar mentalmente un sándwich con una pila. Los polos positivos y negativos (el grafeno juega aquí un papel como un ánodo, el menos de la pila, excelente) actuarían como el pan de dicho sándwich, provocando la circulación de los electrones. En el centro, el quid de la cuestión, el material orgánico sobre el que se imprimen los circuitos y que es capaz de emitir luz. Protegiendo este conjunto estaría la servilleta del encapsulado, materiales que deben escudar al OLED de su mayor talón de Aquiles: “Como es orgánico, se degrada al operar al aire en presencia de humedad u oxígeno. Por eso el encapsulado es la clave para su conservación”, explica Ángel Luis Álvarez Castillo, cofundador e investigador del Grupo de Optoelectrónica Orgánica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Los OLED destacan por el contraste, color y velocidad de sus imágenes. Su capacidad de emitir luz, según académicos como Castillo, hace que su aplicación en televisores suponga un abismo respecto a la tecnología actual: «La pantalla de cristal líquido es un dispositivo muy complejo, de cinco o seis capas. Hace falta una iluminación trasera y cada capa es un filtro de color. Así que como mínimo te hacen falta tres filtros más toda la electrónica. Pierdes luz y pierdes color y contraste. El OLED, al emitir él la luz, no tiene ninguno de estos problemas. Consigue blancos y negros perfectos y colores mucho más reales». LG estima que la gama cromática de estos televisores, que usan cuatro colores por píxel —los rojo, verde y azul convencionales más el blanco—, es un 120% superior a la tecnología convencional led.
Este poder de imagen no solo promete disfrute desde el sofá. Tiene también la potencialidad de cambiar la iluminación en arquitectura. «Hablamos de iluminación 2D. Forrar una superficie con un material capaz de emitir una luz cálida y óptima con el mismo ahorro energético que un led convencional”, explica Castillo. Su compañera de investigación, Coya, apostilla: “Y se trata de una luz mucho más agradable que la de los led convencionales. El blanco que es capaz de dar el OLED es el de la luz del Sol”. De momento, compañías como Osram, LG o Phillips han explorado esta luz bidimensional en pequeños paneles.
La electrónica flexible permite explorar aplicaciones como integrar circuitos en una tela o en tu piel»
Carmen Coya, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos
Las aplicaciones de esta tecnología no apuntan a una sustitución del silicio, porque, comparativamente con él en velocidad de transmisión de información, está a años luz… por detrás. “Cuando damos las charlas en la escuela para los alumnos, tenemos una diapositiva que explica esto muy claramente: en una vemos a unos velocistas corriendo de pista de atletismo y al lado el camino de cabras de una maratón. La primera es el silicio y la segunda es la electrónica orgánica”, comenta, con humor, Castillo. Por ello su compañera y líder del grupo de investigación de la Universidad Rey Juan Carlos, Carmen Coya Párraga, opina que hay que pensar en ella de una manera diferente: «No se trata de competir con la electrónica tradicional. El estudio de estos materiales revela que se pueden hacer muchas cosas que no se pueden lograr con la electrónica flexible: integrarlo en una tela, un dispositivo que lleves en tu piel, células solares en toda la ventana… Abarcas aplicaciones que serían impensables desde el punto de vista de la electrónica tradicional».
“Tocamos tantos objetos en nuestra vida… Así que ¿por qué no hacer que esos objetos que tocamos sientan nuestro roce y respondan de una manera significativa?”. Para Vladimir Bulović, investigador del MIT, el Internet de las cosas es una de las grandes revoluciones que ofrecerá la electrónica flexible. Las cuatro palabras de moda en el mundo techie encuentran en los OLED su mejor aliado. “Permite explorar aplicaciones como integrar circuitos en una tela o en tu piel, forrar una ventana con células solares o lograr unas paredes luminosas”, explica Carmen Coya, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos.
2015 promete ser el primer año en el que estos productos lleguen al mercado. Plastic Logic, una spin-off de la Universidad de Cambridge rebautizada como FlexEnable, ha prometido que están preparados para lanzar al mercado productos OLED a finales de este año. 10 años y 88 millones de euros después, esta empresa nacida en el Laboratorio Cavendish anuncia tarjetas de crédito flexibles capaces de reconocer la huella dactilar de su dueño, prendas de ropa smart con mapas integrados en su muñeca, dispositivos portátiles para realizar una radiografía de rayos X y el primer reloj completamente OLED, es decir, que es todo él una pantalla. «Y no hay solo que pensar en ropa o productos de consumo. Esta tecnología nos permite también hacer dispositivos que se puedan pegar directamente al cuerpo, porque son muy, muy flexibles. Por ejemplo, para monitorizar cómo vas de salud continuamente», explica Paul Cain, director estratégico de FlexEnable.
Cain cree también que el papel que jugará la electrónica flexible en el Internet de las cosas es esencial: «Su importancia será enorme. El Internet de las cosas va de que los objetos manden información a la nube de forma autónoma. Y eso significa que el motor de todo serán los sensores que recojan la información. De todo tipo: temperatura, datos biométricos, lo que sea… Para eso necesitas integrarlo en cualquier superficie, por ejemplo, el volante de tu coche. Y eso implica que la electrónica tiene que ser flexible», asegura Cain.
Desde el MIT, el profesor Bulović concuerda con el papel esencial de los circuitos capaces de doblarse en esta revolución tecnológica. Pero plantea un interrogante: ¿de dónde viene la energía? “Ya gastamos mucha energía en computación en la nube. Unos números rápidos. Hace cinco años, se estimaba que dedicábamos un 1,3% del consumo eléctrico mundial a la computación en la nube. Para 2020 se estima que necesitaremos 1.000 veces esa cantidad. Eso es 13 veces el consumo eléctrico mundial. Así que, tenemos un problema [ríe]».
La solución que él y su equipo de investigadores propone es apostar por delgadas células solares ultraligeras y transparentes que se puedan adherir a cualquier superficie: «Imagina que lo pegas a un periódico o a tu ventana. Y no tendrías que hacerla más opaca porque en vez de radiación visible absorbe radiación infrarroja. Podrías tener un ebook o cualquier otro objeto que se cargue con el Sol». En 2011 su laboratorio ya logró integrar una célula solar sobre una hoja de papel. Y se atreve a dar fechas de para cuándo podemos esperar estos objetos. La compañía Ubiquitous energy, de la que es co-fundador, ya está construyendo sus instalaciones para empezar a producir estos objetos que son en sí mismos células solares. «En cinco o 10 años podrás comprar uno».
Nadie las esperaba. De sorpresa, cuando se pensaba que la electrónica flexible había tocado techo en término de eficiencia energética aplicada a células solares, las perovskitas han dinamitado este campo. En cinco años han pasado de un 5% de efectividad a un 20,5%, prácticamente a la par de la efectividad de las células solares convencionales de silicio (sobre el 21%); y muy por encima de la efectividad que se había logrado anteriormente con otros materiales en dispositivos orgánicos (entre un 9% y un 12% en laboratorio.
“Es un material híbrido, a medio camino entre lo orgánico y lo inorgánico. Y esta combinación consigue unas propiedades espectaculares para las células solares. No solo por la eficiencia sino porque su fabricación se hace a temperatura ambiente, lo que abarata muchísimo los costes”, afirma Juan Bisquert, profesor de la Universidad Jaume I de Castellón y líder del Grupo de Dispositivos Fotovoltaicos y Optoelectrónicos que investiga estos materiales y es una de las principales voces a nivel mundial en la materia. Además, Bisquert considera que se puede esperar mucho más de la eficiencia futura de las perovskitas: «Tiene aún un enorme potencial de mejora. No sabemos lo que puede haber ahí. La comunidad científica no se explica estas propiedades y ahora estamos teniendo unas enormes discusiones sobre el material. Conque llegara al 25% ya sobraría». Sobre cuán estables son estas células solares, Bisquert afirma que ya se ha comprobado a nivel industrial su estabilidad con 1.000 horas de funcionamiento.
Si consigo una célula solar que pueda llevarse a lomos de un burro estoy llevando luz donde no la hay
Vladimir Bulovic, investigador del MIT
Vladimir Bulovic, líder del One Lab del MIT, coincide en que las perovskitas son «extremadamente prometedoras». Pero matiza que es una «tecnología aún muy joven de la que tenemos que aprender mucho». Y va más allá al criticar el enfoque general que se está teniendo al investigar cómo mejorar las células solares: «La eficiencia es muy importante. Pero en muchos casos la propiedad esencial es la ligereza». Cree además que esta visión de centrarse en la eficiencia es un efecto secundario de que Occidente se mira al ombligo y se olvida de un hecho fundamental: «Hay más de 2.000 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad. La única fuente a la que pueden aspirar es la energía solar. Y las células solares son más caras de instalar que de producir. Así que si consigo una célula que puedo llevar a lomos de un burro o de la espalda de una persona, haciéndola 30 veces más ligera, e instalándola en los techos de un poblado, estoy consiguiendo llevar la luz a donde no la hay».
Telefónica España ha decidido recortar, de forma cautelar, un 35% el despliegue de su nueva red de fibra óptica en este año y reducir en dos millones el número de hogares a los que llegará esta infraestructura de banda ancha ultrarrápida en 2015. La operadora ha tomado esta decisión en respuesta a la normativa que está impulsando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que le obliga a compartir su infraestructura de red con otras operadoras en todo el territorio nacional salvo en nueve municipios.
Así consta en un documento interno de la compañía al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que se señala que, como medida cautelar, y hasta que no se aclare la legislación, Telefónica reducirá el ritmo de despliegue en aproximadamente un 35% de lo previsto. En la práctica, Telefónica ya ha dado instrucciones para frenar su ritmo de despliegue. Así, en vez de lograr cubrir con fibra otros 5,5 millones de hogares en 2015, como estaba previsto antes de la decisión de la CNMC, el objetivo ahora es llegar a unos 3,6 millones, a un ritmo de unos 300.000 hogares mensuales.
La compañía que preside Luis Miguel Gilpérez desplegó en 2014 fibra óptica en cinco millones de unidades inmobiliarias, duplicando la cobertura que había en diciembre de 2013 hasta los diez millones de hogares, la mayor red con diferencia que hay en España. Pero la propuesta de la CNMC, pone en peligro la rentabilidad de sus inversiones, al permitir el acceso a sus rivales a su red sin necesidad de invertir en una propia, como ocurre con el ADSL, por lo que Telefónica no podrá alcanzar su objetivo de llegar a 15 millones de hogares, si no se modifica sustancialmente la norma tras la fase de alegaciones.
Por eso, el informe interno plantea una ralentización del despliegue en algunas capitales de provincia y municipios donde Telefónica ya había comenzado a desplegar fibra y que no se podrán completar este año (ver viñeta). Se trata, entre otras, de capitales de provincia como Madrid, Barcelona, Granada, Guadalajara, San Sebastián, Málaga, Pamplona, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Soria, Tarragona, Toledo, Valladolid, Zaragoza, Ceuta, Albacete y Almería. También afectará a otros grandes municipios, en particular, del cinturón metropolitano de Madrid y Barcelona.
Más de un centenar de municipios se verán afectados por el parón
Aunque el impacto más fuerte se producirá en otras localidades de menor tamaño, en donde ni siquiera se podrá comenzar el despliegue, en muchos casos aunque ya estuviera previsto. El documento que maneja la compañía enumera hasta cien localidades que se quedarán sin fibra óptica en 2015, pese a que el despliegue estaba previsto (ver viñeta).
La propuesta que la CNMC hizo público el pasado mes de diciembre obliga a Telefónica a dar acceso a su red de fibra a todos los competidores que lo soliciten a un precio mayorista regulado y solo liberaliza completamente el mercado en nueve municipios (Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla, Valencia, Alcalá de Henares, Badalona, Coslada y Móstoles), que, en conjunto, suponen el 16% de la población española.
En la operadora no se entiende este marco regulatorio cuando la evolución del mercado desde la última vez que la CNMC hizo análisis ha sido claramente hacia una competencia efectiva, con nuevos despliegues de fibra y, por tanto, una competencia real en infraestructuras, con una estructura de mercado muy repartida entre los grandes grupos consolidados, y ningún cuello de botella que pudiera estar afectando al correcto desarrollo del mercado.
La operadora entiende que si sale adelante la propuesta de la CNMC, ahora en fase de alegaciones, se situaría a España en el nivel más alto de intervencionismo regulatorio entre los países europeos que cuentan con este tipo de redes. En su apoyo, varios analistas entienden que no deben considerarse igual normativamente aquellos países que han apoyado sus despliegues de fibra en la ya existente red de cobre, heredada antes de la competencia (FTTC), que a aquellos que han partido de cero en la construcción de una red nueva y, por tanto, replicable por cualquiera (FTTH), como España.
Pero Telefónica no es la única preocupada. La asociación andaluza de empresas instaladoras (Faitel Andalucía) calcula que se pueden ver afectados hasta 17.000 empleos si se frena el despliegue de fibra. Por su parte, UGT ha remitido una serie de propuestas a la CNMC, para promover una nueva regulación desde Bruselas “que supervise y condicione este tipo de desarrollos reglamentarios nacionales, que hacen peligrar todo un sector en su equivocada apuesta por una falsa competencia”.