La figura de James Rodríguez ha cobrado un valor que no tenía a ojos de sus compañeros, cuando comenzó la temporada. Con el paso de los meses, el mediapunta colombiano, de 23 años, se ha ido ganando el corazón y el aprecio profesional de los futbolistas y de los técnicos del Madrid. Este reconocimiento alcanza su pico en lo más álgido del año futbolístico. Esta noche en Delle Alpi, James cargará sobre sus espaldas el peso del deber de la creación. Sin Modric ni Benzema, su condición de futbolista experto en meter el último pase adquiere una nueva dimensión. Enfrente se alzará la fortaleza de la Juventus coronada por Pirlo.
El presidente Florentino Pérez se movía por los pasillos de Valdebebas con el paso firme de un mánager deportivo, el domingo, después del entrenamiento. Los jugadores lo veían ir del gimnasio al despacho de Ancelotti con la presencia suelta de los líderes cuando están en campaña. A todos les había asombrado el aparatoso vendaje que momentos antes había lucido la rodilla derecha de Benzema durante el entrenamiento a puerta cerrada. Los medios del club difundieron oportunamente las terribles cintas compresoras. Benzema llevaba meses con molestias físicas y a varios de sus compañeros les resultó extraño su repentino ingreso en la lista de bajas hace dos semanas. Aunque no tan raro como su ausencia en el avión que trasladó a la expedición a Turín, ayer por la mañana. Benzema no parecía estar tan mal, después de todo. Bale ocupará su lugar.
Ramos es el catalizador
El vestuario prefiere a James antes que a Isco
Pirlo: «Necesito volver a emocionarme»
Sin el delantero francés, el hombre más cualificado de la plantilla para generar espacios en ataques estáticos contra defensas cerradas, el Madrid pierde un recurso único. Un instrumento especialmente valioso si a la Juventus se le da por emboscarse atrás especulando con resolver la eliminatoria en el Bernabéu.
A falta de Modric y Benzema, el Madrid que ha configurado Ancelotti es una maquinaria de acusado perfil contragolpeador. Con Bale y Cristiano en punta, la tendencia se acentúa. Esta apuesta por la velocidad es eficaz contra equipos que se despliegan en ataque. Pero la Juventus no siempre toma la iniciativa. “Es uno de los pocos equipos en Europa que pueden pasar sin problemas de la defensa de tres a la defensa de cuatro”, dijo ayer Ancelotti, en referencia a la línea de centrales que saben formar Chiellini, Barzagli y Bonucci, flanqueados por dos laterales muy duros como Lichtsteiner y Evra. Esta faceta encastillada es la que más temen en el vestuario del Madrid. Sin espacios para correr, y sin un Benzema que los alimente, Bale y Cristiano tienden a ahogarse.
Ancelotti teme que la Juve se cierre con tres centrales para proteger al mediocentro
Ancelotti observa que el punto débil de la Juventus está en el eje de su estructura. Pirlo, a sus 35 años, no siempre se encuentra físicamente fresco para proteger a los centrales. Si tiene un mal día es como si el equipo jugara sin mediocentro. Para compensar esta situación, Conte primero y Allegri ahora, recurren a la defensa de tres centrales. Verdadero laberinto para el ataque del Madrid. “La dificultad para encontrar posiciones claras de remate no dependerá de un jugador”, advierte Ancelotti; “dependerá sobre todo del movimiento del equipo, del ritmo del juego con balón, y, sobre todo, de los movimientos sin balón”.
Ahí es donde James resulta especial porque ninguno de los titulares en Turín posee su inteligencia para moverse en espacios reducidos. Ancelotti ha descubierto que James da un nivel excelente como volante por derecha en el 4-4-2. El técnico considera que el colombiano es más diligente que Bale en las dos fases del juego. Defiende con más bravura y, puesto a atacar, no se limita a desmarcarse en busca del gol. James apoya, se ofrece, toca, colabora en la construcción de la jugada y sabe ser concluyente en los últimos metros. Incluso como extremo, sin ser veloz, se las ingenia para anticiparse a sus marcadores y desbordar. Sus compañeros destacan su humildad. Es la cualidad que lo distingue de otras estrellas en el equipo.
«Tendremos que movernos muy bien sin balón para encontrar espacios», dice el técnico
“Normalmente los jugadores de talento son potentes porque en su constitución predomina ese tipo de fibra muscular”, opina Ancelotti. “Pero James es talentoso y es físicamente resistente. Esta anomalía le ayuda a jugar en el centro del campo donde los esfuerzos son más prolongados”.
James Rodríguez fue decisivo en la maniobra que precedió el 1-0 de Chicharito al Atlético. Fue una de las pocas ocasiones verdaderamente claras que dispuso el Madrid en los cuartos de final. La clase de ocasión que necesitará generar esta noche en el laberinto de Pirlo.