Con orgullo y corazón, limitado en el juego, el Levante alcanzó al final un empate balsámico, en el clásico arreón final del conjunto granota al calor de su afición. Víctor Casadesús, en la jugada más básica del fútbol cuando escasea el tiempo, un lanzamiento al aire desde la lejanía buscando un rematador en el área, logró marcar tras una dejada de Kalu Uche. Un gol, un punto que puede valer su peso en oro para el Levante, inferior al Espanyol en gran parte del partido, convencido el equipo de Sergio González de que la victoria que abastaba con orden y criterio, no se le escaparía. Perdonó el Espanyol y el Levante encontró alivio.
Con juego directo el Espanyol, con escasas y selectivas transiciones, obviando el centro del campo, al Levante le tocó llevar la iniciativa en el partido, poco dado a tales menesteres. El guión beneficiaba al conjunto de Sergio González, especialista en sacar rédito de la nada. El dominio ficticio del equipo granota no hacía cosquilla alguna al grupo perico. Un cuarto de hora tardó el Espanyol en cruzar el centro del campo. Y, en su primera acción ofensiva, cantó bingo. Un centro desde el costado izquierdo mal despejado por Simao, fue a parar a Víctor Sánchez cuyo tiro fue rechazado inocentemente por Mariño que dejó el esférico a los pies de Lucas Vázquez atento a la jugada.
El Espanyol sabe gestionar como pocos un resultado favorable. Pero en el fútbol suceden a menudo acciones episódicas que desmontan tácticas y equilibran el trabajo grupal. Si el conjunto catalán se adelantó en el marcador casi si proponérselo en una acción aislada, el Levante encontró rápida respuesta en la estrategia, tras un córner mal concedido por el juez de banda, lanzado este por El Zhar y rematado de cabeza por Simao de manera imponente, sin opción alguna para Kiko Casilla.
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Se encuentra cómodo el Espanyol en partidos de escaso ritmo y a ello se aplica. El orden le define. Lucas Vázquez pone la velocidad y verticalidad. Y Sergio García la distinción. Equilibrado el choque, del capitán perico nació la jugada del segundo gol españolista, culminado finalmente por Caicedo de un zurdazo a la escuadra de Mariño tras un pase filtrado de Víctor Álvarez. El delantero ecuatoriano, que no celebró el gol por su pasado levantinista, anotaba su noveno tanto del curso. Ya nadie discute en Cornellà-El Prat las prestaciones de Caicedo tildado de displicente en el inicio de temporada en la que le costó encontrar la forma y su espacio en el equipo. Aplaudió el Ciutat de València a Caicedo sustituido por Stuani al cuarto de hora del segundo tiempo.
Intensificó el ritmo y la presión el Levante en el segundo acto, descoordinado y discontinuo. Poca cosa para el Espanyol que creció con el avance del encuentro y que no supo concretar su dominio de la escena. Y al final, en una acción directa, el Levante encontró un empate de consuelo.