Según reza un código no escrito en la actual junta directiva del Real Madrid, el contrato de un jugador de la plantilla no se revisa hasta que resten dos años para que expire. Recientemente, Ozil y Di María intentaron cambiar esta costumbre pero ambos acabaron fuera. Y el último jugador que intentó renovar su acuerdo, Khedira, también ha terminado lejos de la Castellana tras un tira y afloja entre club y representante. Este mes Sergio Ramos ha entrado en ese periodo de tiempo en el que el Madrid se debería dirigir a él… en el caso de que interese.
“Ramos se nos ha ofrecido desde hace tiempo como una baza electoral. No sé si se ha ofrecido a alguien más, pero no vamos a entrar en este juego. No vamos a ser el motivo que demos a Sergio Ramos y a su hermano para subir su caché en el Real Madrid. En nuestro caso, descartado totalmente. No hemos tenido contacto con René, sino con un intermediario que nos ha hecho esta propuesta. Por lo que sabemos, pensamos que es un tema de posible mutuo interés entre un precandidato y ellos”. El candidato a la presidencia del FC Barcelona Jordi Majó desveló una supuesta treta que René, el hermano y representante del madridista, ha negado categóricamente.
Los precedentes anteriormente comentados de Ozil, Di María y Khedira respondieron a acciones que no tenían como origen principal su actuación sobre el césped, sino la manera en la que llevaron a cabo sus agentes el acercamiento con el Madrid para tratar de lograr su objetivo: aumento de sueldo. Ozil y Di María lograron limar la paciencia de la Directiva a través de mensajes en la Prensa y viendo las ofertas que llegaron por ambos -titulares indiscutibles antes de su salida- decidieron darles salida. Ozil salió por 45 millones y Di María por 75, habiendo sido fichados por 15 y 25, respectivamente. El caso de Khedira fue algo diferente ya que al germano le ofrecieron renovar el año pasado pero fue su agente quien dio negativa en dos ocasiones. En invierno, cuando hubo un acercamiento del futbolista al equipo… demasiado tarde.
Hace unos días, René Ramos aseguró con tranquilidad que se encontraba a la espera de recibir una llamada del club -«si llaman ahí estaré»- que preside Florentino Pérez, alguien con el que Sergio Ramos no mantiene la mejor de las relaciones en estos momentos. Este episodio personal, por lo visto en los anteriores casos, no beneficia a la negociación sabiendo que los tres ejemplos anteriores eran utilizados en el césped asiduamente y fue un factor que no importó a la hora de venderles o no renovarle.
Sergio Ramos es un caso especial por lo que significa para el Real Madrid. Hoy por hoy no se entiende una defensa blanca sin el segundo capitán, un baluarte con el que se identifica el madridismo. Con una ficha de 5,5 millones, hace dos años el sevillano rechazó una subida de medio millón más y buscó en ese momento una salida en el extranjero. Este viernes, las palabras de Majó han recordado que cualquier movimiento que pueda ser considerado como una ofensa para la zona noble del Santiago Bernabéu tiene sus consecuencias (salvo el “estoy triste” de Cristiano Ronaldo).
Luka Modric y Gareth Bale dejaron el Bernabéu el sábado con muletas. El croata casi dice adiós a la temporada (estará fuera entre 5 y 6 semanas por un esguince en el ligamento colateral de la rodilla derecha). El galés, con un pinchazo en el gemelo izquierdo, será sometido hoy a una resonancia para averiguar si hay o no rotura. Benzema es duda para la vuelta de cuartos de Champions contra el Atlético —tiene unas molestias en la rodilla— y Marcelo no estará disponible por sanción. Carlo Ancelotti se juega así la temporada sin tres piezas clave. Pocas veces se le vio tan preocupado como el sábado tras el partido contra el Málaga. Cuando se retiraron Bale (minuto 3) y Modric (minuto 59), él estaba al borde de la zona técnica dando instrucciones.
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En la zona técnica también estaba el sábado Pep Guardiola cuando se llevó las manos a la cabeza tras la dura entrada de Rudy a Bernat en el partido contra el Hoffenheim. El entrenador del Bayern sustituyó al defensa en el descanso para evitar males mayores. El martes tiene que remontarle un 3-1 al Oporto si quiere jugar las semifinales y su equipo está diezmado por las lesiones. No están Robben, Ribéry, Schweinsteiger, Javi Martínez ni Alaba. Götze se unió a la lista después del choque contra el Oporto. Además, Hans- Wilhelm Müller-Wohlfarht, jefe médico que llevaba 38 años en el club, dijo adiós por diferencias con Guardiola abriendo un cisma importante en la entidad.
La Juve, que ganó 1-0 al Mónaco en Turín sin Pogba ni Pirlo, podrá recuperar únicamente al italiano para la vuelta. Simeone tendrá que renunciar a Mario Suárez en el Bernabéu por sanción. A diferencia del Bayern y de la Juve, que tienen 11 y 16 puntos de ventaja sobre el segundo, respectivamente, en sus campeonatos, Barcelona, Madrid y en menor medida Atlético no pueden permitirse descansos en este tramo final de temporada.
Los suplentes de Luis Enrique suman más minutos que los utilizados por Ancelotti
Barça y Madrid mantienen un pulso para llevarse el título liguero. Ambos están sufriendo para cumplir, pero los azulgrana han rotado más a lo largo de la temporada: Luis Enrique ha ido dando más minutos a los suplentes. Los cinco suplentes que más han jugado en el Barça suman 6.815 minutos, por ejemplo, por los 4.097 que suman los del Madrid.
Ancelotti ha tirado siempre de los mismos: salvo (caso de las lesiones de Modric, James, Sergio Ramos y Pepe) cuando ha tenido que buscar alternativas por obligación. “!No!”, contestó, rotundo, Ancelotti el viernes cuando le preguntaron si se había arrepentido de no haber rotado más a lo largo de la temporada. El sábado, contra el Málaga, sí prescindió de Coentrão —que sustituirá a Marcelo en Champions— para que trabajara en Valdebebas, pero no de los titulares de siempre.
Para la vuelta contra el Atlético (0-0 en la ida) maneja alternativas para suplir las ausencias de Modric (aunque este sea insustituible ya que no hay un jugador de ese corte en la plantilla, que dé pausa y rapidez al juego cuando este lo requiere) y Bale. Si mantiene el 4-3-3, James, Kroos e Isco podrían formar la medular (solución que ya empleó el Madrid siete veces esta temporada, una de ellas, precisamente, contra el Atlético en la vuelta del derbi de Copa). Arriba, junto a Benzema y Cristiano, puede optar entre un dinámico Chicharito o un Jesé que ha perdido velocidad y habilidad en el uno contra uno.
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Si, en cambio, Ancelotti opta por un 4-4-2, tiene tres alternativas para acompañar a James, Kroos e Isco. Khedira, del que tiró en la final de Lisboa del año pasado aunque viniera de seis meses de lesión; Illarramendi, en el que nunca ha confiado, y Lucas Silva. El brasileño, que dijo querer ser como Toni Kroos el día de su presentación, ha ido desapareciendo de los once de Ancelotti. Khedira se ha quedado fuera en seis de las últimas siete convocatorias e Illarra ha jugado con algo más de regularidad. Al menos, en minutos.