El Middlesbrough, que dirige Aitor Karanka, se quedó a las puertas del ascenso a la Premier League tras caer por 0-2 ante el Norwich City en la final de ascenso disputada en el estadio de Wembley ante más de 85.600 personas, en un encuentro que supondría la envidia de cualquier segunda división del planeta. El conjunto de Karanka, que se había impuesto en las dos ocasiones que se había enfrentado esta temporada al Norwich (4-0 y 0-1), no pudo lograr un tercer triunfo sobre los canaries, que dejaron prácticamente sentenciado el triunfo en el primer cuarto de hora de juego.
Los goles de Cameron Jerome, que abrió el marcador para el Norwich (0-1) a los doce minutos, y de Nathan Redmond, que estableció el 0-2 tres minutos más tarde, condenaron al Middlesbrough, que arrancó el duelo con un remate a la madera del belga Jelle Vossen. Un marcador adverso que el Middlesbrough trató de remontar en la segunda mitad con la entrada al campo de los españoles Emilio Nsue y Kike García, que en su primera intervención puso a prueba, sin fortuna, al meta del Norwich John Ruddy.
No se rindió el conjunto de Aitor Karanka, que dispuso a los 81 minutos de una buena ocasión en un cabezazo del defensa Daniel Ayala que despejó bajo palos un defensa del Norwich. Último susto para un Norwich, que un año después de su descenso, volverá a militar el próximo curso en la máxima categoría del fútbol inglés.
Precisamente este no ascenso del Boro tiene unas consecuencias mucho más serias de lo que puede parecer para un equipo español. Sí, han leído bien. El Real Murcia también se jugaba mucho indirectamente en Wembley. El traspaso precisamente de Kike García de los pimentoneros al Middlesbrough incluía una cláusula por la que los ingleses habrían tenido que abonar un millón de euros al Murcia en caso de subir a la Premier. Es decir, ha perdido el Boro… y también el Murcia, que tendrá que esperar a que los de Karanka consigan subir en los dos próximos años, tiempo que tendrá vigencia la mencionada cláusula.