James Harden ganó el duelo a Stephen Curry en el cuarto partido de la serie contra los Golden State Warriors y evitó que los Houston Rockets fueran barridos en la final del Oeste. El escolta relizó un partido formidable y su equipo ganó 128-115. Los Rockets tienen que ganar también los siguientes tres partidos (dos de ellos fuera de casa) si quieren estar en la final.
El partido que hizo Harden fue formidable. Acabó con 45 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias, 2 recuperaciones y 2 tapones. Especialmente decisiva fue su actuación en el último cuarto, cuando los Warriors se acercaron en el marcador después de ir perdiendo con claridad durante todo el encuentro. En los últimos 12 minutos, Harden anotó 17 puntos, 7 de ellos en un parcial de 10-0 que sirvió a los Rockets para sentenciar el partido. Otro triple suyo a 1:42 del final selló la victoria (121-110).
Curry se dio un fuerte golpe en la cabeza (Efe)
El dominio de los Rockets en el inicio del partido fue abrumador. Al final del primer cuarto el marcador era 45-22. Esa ventaja disminuyó en el segundo cuarto, a pesar de que Stephen Curry, que está siendo el mejor en la eliminatoria, sufrió una caída y se dio un un golpe en la cabeza que obligó a que fuera atendido en el vestuario durante varios minutos para descartar una conmoción cerebral. A pesar de eso, el base de los Warriors acabó con 23 puntos. Klay Thompson, con 24, fue el máximo anotador de su equipo. Draymond Green terminó con 21 y 15 rebotes.
En los Rockets, además de Harden, destacaron Trevor Ariza (17 puntos) y Dwight Howard (14 tantos, 12 rebotes y 2 tapones), que recibió una falta flagrante de primer grado tras darle un codazo intencional al australiano Andrew Bogut. Terrence Jones aportó 14 puntos y 5 rebotes, y el base Jason Terry acabó con 10 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias.
Los Rockets aún mantienen la esperanza, pero las estadísticas no le favorecen: hasta ahora ningún equipo que ha tenido desventaja de 0-3 en una serie de la fase final ha conseguido ganarla.