La despedida perfecta de Xavi

No pudo evitarlo porque otra cosa hubiera extrañado. Ya cuando se retiraba del terreno de juego, se apreció que sus ojos aparecían vidriosos, con las lágrimas a punto de salir al exterior a borbotones. El Camp Nou en pie despedía a uno de sus símbolos, al que muchos consideran el mejor jugador de la historia del fútbol español. Un futbolista nacido en la rica cantera azulgrana y que tras 17 años -765 partidos disputados hasta ahora- decidió que era hora de marcharse a otra parte. En Qatar disfrutarán de su fútbol, incomparable y que será difícil de igualar por otro centrocampista. Con toda su familia en el palco de autoridades, Xavi fue despedido como Dios manda, poco que envidiar a la que el Liverpool tributó hace unos días a otro mito como Gerrard.

El empate obtenido ante el Deportivo fue una mera anécdota en una tarde/noche de fiesta en el Camp Nou. Xavi se despidió de su estadio en partido de Liga -le queda por disputar la final de Copa- de la mejor manera, todo un sueño que recordar para siempre. Con la Liga ganada una semana antes en el Vicente Calderón, el club culé accionó los mecanismos necesarios para que el equipo recogiera el trofeo en su estadio y en un día tan señalado. Y, lógicamente, Xavi fue el futbolista que posó con el trofeo entre sus manos. Pura felicidad para rematar un campeonato tan largo y exigente.

Todo empezó antes de que diera comienzo el partido, cuando Xavi se encontró ante sus ojos al ingresar en el terreno de juego con un enorme tifo con su imagen y la frase #6ràciesXavi, 17 temporadas (1998-2015), mensaje que también estaba grabado en las camisetas que utilizaron los jugadores del Barcelona. Tres sobrinos, en el mismo césped, vestidos con los colores azulgranas desearon suerte al enorme tío. El partido era lo de menos cuando en el minuto 85 abandonaba el campo. Lanzó besos al aire, innumerables, mientras la emoción quedaba reflejada en su rostro. El Camp Nou era puro sentimiento al despedir a un símbolo.

Pinche para ver el álbum.

El hombre más feliz del mundo

Finalizado el partido, Ángel María Villar le entregó el trofeo que acredita al Barcelona como campeón de la Liga 2014/2015. El título número 23 en el rico currículum del mediocampista, que aún puede ganar la Copa del Rey y la Champions antes de emprender una nueva aventura en Qatar. Algún catarí desplegó una pancarta dándole las gracias por lo hecho en la Ciudad Condal y al mismo tiempo la bienvenida a la que será su nueva casa. Tras el protocolario acto de recogida del trofeo y dedicatoria a la grada, llegaron los momentos que más emocionaron a Xavi.

Alucinado por todo lo que el club había organizado para que nunca olvide este día, Xavi no tuvo más remedio que coger un micrófono para dar las gracias a los miles de aficionados que estaban en las gradas. “Habéis hecho de mí el hombre más feliz del mundo hoy y durante las 17 temporadas que he estado en el primer equipo”, dijo con los ojos húmedos por la emoción. El mediocampista recordó a la hinchada que “digan lo que digan, somos el mejor club del mundo”, citando a la entusiasmada afición a “volver aquí en 15 días porque queremos ganar la Copa del Rey y la Champions”. Un “visca el Barça, viva Catalunya” cerró la alocución del mito.

Imagen de la emocionante despedida de Xavi (Reuters)

Un jugador irrepetible

“Cuando vi a mis padres, mi mujer, mis amigos… La verdad es que me he emocionado, igual que cuando la gente coreó mi nombre. En fin, fue una pasada”, subrayó posteriormente. Mientras Xavi hablaba, en los videomarcadores se emitían imágenes en las que quedaron resumidos los 17 años de éxito de Xavi como jugador del Barcelona. El futbolista, con sus compañeros como espectadores de excepción, dio una vuelta de honor en solitario para recibir el cariño de una afición entregada a su ídolo. Y, lógicamente, Xavi no pudo evitar el cariñoso y sentido manteo de sus compañeros. Todos le echarán de menos.

Aunque no ha contado en exceso con él esta temporada, como ya se podía prever, Luis Enrique tuvo palabras de elogio para el futbolista. “Verlo tan emocionado y presenciar el recibimiento tan maravilloso que hemos tenido… Creo que puede ser uno de los grandes recuerdos que me quedará de esta Liga”, reconoció el entrenador asturiano. Por otra parte, dejó claro “Xavi es un jugador que no tiene recambio porque no hay dos jugadores iguales”. Por ello, y mirando hacia el futuro, dejó claro que “el Barcelona tendrá que adaptarse a jugar sin él”.

“El secreto del Rayo es Paco”

Gaël Kakuta (Lille, 23 años) se toma las cosas con tranquilidad. “Este siempre es de los últimos…Sigue en la camilla, dice que en un rato sale”, advierten los utilleros del Rayo que aguardan su salida para cerrar el vestuario e irse a casa. El rato se convierte en horas de espera. La cita era a las 14 horas, después del entrenamiento, y el extremo francés aparece a las 15.45. “Perdón por el retraso”, se disculpa en inglés. No habla nada de castellano pero asegura entender a Paco Jémez y su lenguaje futbolero. Titular indiscutible esta temporada (es el jugador más utilizado por el técnico) ha marcado 5 goles y dado 6 asistencias en 31 partidos. En Vallecas ha tenido la continuidad que le había faltado en los últimos seis años en los que ha cambiado seis equipos. A final de temporada volverá al Chelsea por el que fichó con 16 años en 2007. Ese traspaso le costó a él y al club una sanción de la FIFA.

Pregunta. ¿Qué es lo primero que hace cuando llega a una ciudad nueva?

Respuesta. Buscar buenos restaurantes para llevar a mis amigos a comer.

P. ¿Cuáles son sus restaurantes favoritos de Madrid?

R. Kabuki y Ten Con Ten.

P. ¿Dónde vive?

R. En Vallecas, cerca de la Ciudad Deportiva.

P. ¿Es cierto que venía a entrenarse en bicicleta?

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R. Sí, estoy a 5 minutos en bici de aquí y al principio siempre me movía con ella.

P. ¿Y después?

R. Los entrenamientos se hacían cada vez más duros y tuve que dejar la bici en casa porque acababa muerto. Ahora voy y vengo en taxi; a veces me llevan mis amigos.

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. Crecí en Lille. Jugaba al fútbol todo el rato, antes de ir al colegio, después del colegio e incluso en el colegio en el descanso.

P. ¿Recuerda su primera pelota?

R. Era de plástico y duró muy poco. Acabó en el jardín de los vecinos y nos la pincharon.

P. ¿Qué fotos tenía en su habitación?

R. Zidane, Ronaldinho y, aunque suene extraño, Steven Gerrard. Zidane es el futbolista más elegante que se ha visto en un campo: conduciendo la pelota y pasándola. Todo lo hacía bien. ¡Y esas ruletas! Ronaldinho era magia. De Gerrard me encanta su garra y disparo.

Al principio venía a los entrenamientos en bici. Acababa muerto… ahora vengo en taxi»

P. ¿Qué le gusta del fútbol?

R. Marcar goles y tener el control del balón.

P. ¿Ha llorado alguna vez por el fútbol?

R. Llorar no, cabrearme sí, mucho, porque no me gusta perder.

P. ¿Qué sabía del Rayo antes de llegar?

R. Todo lo que me contó Mohamed Diamé de cuando estuvo aquí: que más que un club era una familia. Y es verdad, a mí me encanta además esta forma que tienen de ver y vivir la vida. La gente es cercana, solemos juntarnos todos a comer a menudo. Para mí esto es muy importante, te sientes parte de algo.

P. Paco Jémez es un personaje peculiar, más debe serlo para alguien que no habla castellano. ¿Cómo lo entiende?

R. Entiendo todo cuando habla porque el lenguaje del fútbol me lo sé, lo aprendí.

P. ¿Qué tipo es?

En mi habitación tenía

fotos de Zidane, Ronaldinho y Gerrard: la elegancia, la magia y la garra”

R. Es muy buen entrenador, siempre está encima de todos y eso para un futbolista es fundamental, para que mejore a diario. Si no sale bien algo a la primera lo repite y lo repite hasta que conseguimos hacerlo bien. Es un perfeccionista. Y cuando ve que te relajas y bajas el pistón, ahí está pidiéndote el doble. Con él no puedes desconectar, si desconectas, está fuera del equipo. Era el entrenador que yo necesitaba.

P. ¿Ha tenido algún entrenador parecido?

R. Sí, Fred Rutten en el Vitesse. Cuando bajaba la guardia y me relajaba era como Paco: me mataba. Me han venido muy bien ambos porque antes apagaba el interruptor y ahora ya no lo hago, siempre me mantengo alerta y centrado cuando hay que trabajar.

P. ¿Cuál es el secreto de este Rayo?

R. ¡Paco! El secreto es Paco y su forma de trabajar. Con otros entrenadores el Rayo no estaría donde está.

P. ¿Qué le pide en el campo?

R. Que dé el cien por cien. Me gusta esto porque ha habido partidos, por ejemplo, en los que no he jugado tan bien y pese a ello no me ha sustituido. Yo sabía que me merecía ir al banquillo y pensaba: vale, me está dando confianza, ahora se la tengo que devolver. Recuerdo el día del Almería que tuve un mal partido y en los últimos 10-15 minutos me decía a mí mismo: tengo que marcar, tengo que marcar para devolverle la confianza porque a estas horas debería estar sentado en el banquillo. Lo hice, esprinté y marqué.

P. ¿Por qué el Chelsea lleva años cediéndole todas las temporadas?

R. No sé, creo que para jugar en el Chelsea tienes que estar preparado porque es un club grande. No puedes bajar el nivel, siempre te piden lo máximo.

P. ¿Y ahora lo está?

R. Estoy cerca del mejor nivel: he jugado con continuidad, he sumado experiencia. Pero necesitaría jugar allí para verlo y responderle.

Con Paco [Jémez] no puedes desconectar, si desconectas, está fuera del equipo. Era el entrenador que yo necesitaba”

[Jémez]

P. ¿Cómo vive tener que hacer las maletas cada año?

R. Como una experiencia.

P. ¿Qué aprendió en Holanda?

R. La concentración, los movimientos defensivos y aguantar. Normalmente, cuando tenía algún dolorcillo o molestia no quería jugar. Recuerdo que antes de un partido contra el Feyenoord, le dije al entrenador: ‘Me duele una pierna, no voy a poder jugar’. Me dijo: OK. Me fui a casa y recibí un SMS suyo que ponía: ‘Creía que eras un hombre, me esperaba más de ti’. Fue duro, pensé: Dios mío, no voy a volver a jugar, los que jueguen ahora lo harán tan bien que me van a quitar el sitio. Así que al día siguiente le dije: oye, lo intento. Jugué contra el Feyenoord y jugué muy bien. El entrenador me dijo después del partido: ‘Felicidades, ahora eres un hombre. Te puse a prueba’. Desde entonces me dije: voy a jugarlo todo salvo que tenga una pierna rota.

P. ¿Y en Italia?

En Holanda aprendí los movimientos defensivos y a aguantar. Italia fue una prueba de vida. En España he aprendido a darlo todo por el equipo y a luchar” 

R. Jugué 20 minutos [en la Lazio]. Pero todos los días llegaba el primero a los entrenamientos, siempre iba encabezando las carreras y los ejercicios. Hasta el entrenador estaba sorprendido de verme así teniendo en cuenta que no jugaba nunca. Me lo tomé como una prueba de vida. Pensaba: si no superas esto, no vales para el fútbol. Me hizo aún más fuerte porque veía que pese a tener cualidades y a trabajar duro no me ponían. Y eso quería decir que no dependía de mí. Por eso me esforzaba tanto: para que, llegado el momento, podía demostrarles lo que valía. Me hicieron jugar un partido benéfico a final de temporada en Bulgaria, marqué un gol y di una asistencia. Después de aquello me dijeron que querían hacerse con mi ficha. ¿Me estáis tomando el pelo o qué? ¿Llevo un año trabajando y os fijáis en mí ahora?

P. ¿Y en Inglaterra?

R. Es un poco diferente porque llegué allí siendo muy joven.

P. ¿El hecho de que el Chelsea le fichara con sólo 16 años creó demasiada expectación y la cargó de demasiadas responsabilidades?

R. No creo, llegué allí siendo el mejor jugador de mi generación. No me ficharon por ficharme. Lo que pasó es que hubo tantos cambios de entrenador que tenía que empezar de cero todas las veces y fue difícil. Además, como iba con las selecciones inferiores de Francia, siempre llegaba con las pretemporadas ya empezadas y sin un sitio en el equipo.

P. ¿Y en España que ha aprendido?

R. A darlo todo por el equipo y a luchar en cada partido.

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Pregunta. ¿Qué es lo primero que hace cuando llega a una ciudad nueva?

Respuesta. Buscar buenos restaurantes para llevar a mis amigos a comer.

P. ¿Cuáles son sus restaurantes favoritos de Madrid?

R. Kabuki y Ten Con Ten.

P. ¿Dónde vive?

R. En Vallecas, cerca de la Ciudad Deportiva.

P. ¿Es cierto que venía a entrenarse en bicicleta?

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Bueno, un goleador atípico
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R. Sí, estoy a 5 minutos en bici de aquí y al principio siempre me movía con ella.

P. ¿Y después?

R. Los entrenamientos se hacían cada vez más duros y tuve que dejar la bici en casa porque acababa muerto. Ahora voy y vengo en taxi; a veces me llevan mis amigos.

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. Crecí en Lille. Jugaba al fútbol todo el rato, antes de ir al colegio, después del colegio e incluso en el colegio en el descanso.

P. ¿Recuerda su primera pelota?

R. Era de plástico y duró muy poco. Acabó en el jardín de los vecinos y nos la pincharon.

P. ¿Qué fotos tenía en su habitación?

R. Zidane, Ronaldinho y, aunque suene extraño, Steven Gerrard. Zidane es el futbolista más elegante que se ha visto en un campo: conduciendo la pelota y pasándola. Todo lo hacía bien. ¡Y esas ruletas! Ronaldinho era magia. De Gerrard me encanta su garra y disparo.

Al principio venía a los entrenamientos en bici. Acababa muerto… ahora vengo en taxi»

P. ¿Qué le gusta del fútbol?

R. Marcar goles y tener el control del balón.

P. ¿Ha llorado alguna vez por el fútbol?

R. Llorar no, cabrearme sí, mucho, porque no me gusta perder.

P. ¿Qué sabía del Rayo antes de llegar?

R. Todo lo que me contó Mohamed Diamé de cuando estuvo aquí: que más que un club era una familia. Y es verdad, a mí me encanta además esta forma que tienen de ver y vivir la vida. La gente es cercana, solemos juntarnos todos a comer a menudo. Para mí esto es muy importante, te sientes parte de algo.

P. Paco Jémez es un personaje peculiar, más debe serlo para alguien que no habla castellano. ¿Cómo lo entiende?

R. Entiendo todo cuando habla porque el lenguaje del fútbol me lo sé, lo aprendí.

P. ¿Qué tipo es?

En mi habitación tenía

fotos de Zidane, Ronaldinho y Gerrard: la elegancia, la magia y la garra”

R. Es muy buen entrenador, siempre está encima de todos y eso para un futbolista es fundamental, para que mejore a diario. Si no sale bien algo a la primera lo repite y lo repite hasta que conseguimos hacerlo bien. Es un perfeccionista. Y cuando ve que te relajas y bajas el pistón, ahí está pidiéndote el doble. Con él no puedes desconectar, si desconectas, está fuera del equipo. Era el entrenador que yo necesitaba.

P. ¿Ha tenido algún entrenador parecido?

R. Sí, Fred Rutten en el Vitesse. Cuando bajaba la guardia y me relajaba era como Paco: me mataba. Me han venido muy bien ambos porque antes apagaba el interruptor y ahora ya no lo hago, siempre me mantengo alerta y centrado cuando hay que trabajar.

P. ¿Cuál es el secreto de este Rayo?

R. ¡Paco! El secreto es Paco y su forma de trabajar. Con otros entrenadores el Rayo no estaría donde está.

P. ¿Qué le pide en el campo?

R. Que dé el cien por cien. Me gusta esto porque ha habido partidos, por ejemplo, en los que no he jugado tan bien y pese a ello no me ha sustituido. Yo sabía que me merecía ir al banquillo y pensaba: vale, me está dando confianza, ahora se la tengo que devolver. Recuerdo el día del Almería que tuve un mal partido y en los últimos 10-15 minutos me decía a mí mismo: tengo que marcar, tengo que marcar para devolverle la confianza porque a estas horas debería estar sentado en el banquillo. Lo hice, esprinté y marqué.

P. ¿Por qué el Chelsea lleva años cediéndole todas las temporadas?

R. No sé, creo que para jugar en el Chelsea tienes que estar preparado porque es un club grande. No puedes bajar el nivel, siempre te piden lo máximo.

P. ¿Y ahora lo está?

R. Estoy cerca del mejor nivel: he jugado con continuidad, he sumado experiencia. Pero necesitaría jugar allí para verlo y responderle.

Con Paco [Jémez] no puedes desconectar, si desconectas, está fuera del equipo. Era el entrenador que yo necesitaba”

[Jémez]

P. ¿Cómo vive tener que hacer las maletas cada año?

R. Como una experiencia.

P. ¿Qué aprendió en Holanda?

R. La concentración, los movimientos defensivos y aguantar. Normalmente, cuando tenía algún dolorcillo o molestia no quería jugar. Recuerdo que antes de un partido contra el Feyenoord, le dije al entrenador: ‘Me duele una pierna, no voy a poder jugar’. Me dijo: OK. Me fui a casa y recibí un SMS suyo que ponía: ‘Creía que eras un hombre, me esperaba más de ti’. Fue duro, pensé: Dios mío, no voy a volver a jugar, los que jueguen ahora lo harán tan bien que me van a quitar el sitio. Así que al día siguiente le dije: oye, lo intento. Jugué contra el Feyenoord y jugué muy bien. El entrenador me dijo después del partido: ‘Felicidades, ahora eres un hombre. Te puse a prueba’. Desde entonces me dije: voy a jugarlo todo salvo que tenga una pierna rota.

P. ¿Y en Italia?

En Holanda aprendí los movimientos defensivos y a aguantar. Italia fue una prueba de vida. En España he aprendido a darlo todo por el equipo y a luchar” 

R. Jugué 20 minutos [en la Lazio]. Pero todos los días llegaba el primero a los entrenamientos, siempre iba encabezando las carreras y los ejercicios. Hasta el entrenador estaba sorprendido de verme así teniendo en cuenta que no jugaba nunca. Me lo tomé como una prueba de vida. Pensaba: si no superas esto, no vales para el fútbol. Me hizo aún más fuerte porque veía que pese a tener cualidades y a trabajar duro no me ponían. Y eso quería decir que no dependía de mí. Por eso me esforzaba tanto: para que, llegado el momento, podía demostrarles lo que valía. Me hicieron jugar un partido benéfico a final de temporada en Bulgaria, marqué un gol y di una asistencia. Después de aquello me dijeron que querían hacerse con mi ficha. ¿Me estáis tomando el pelo o qué? ¿Llevo un año trabajando y os fijáis en mí ahora?

P. ¿Y en Inglaterra?

R. Es un poco diferente porque llegué allí siendo muy joven.

P. ¿El hecho de que el Chelsea le fichara con sólo 16 años creó demasiada expectación y la cargó de demasiadas responsabilidades?

R. No creo, llegué allí siendo el mejor jugador de mi generación. No me ficharon por ficharme. Lo que pasó es que hubo tantos cambios de entrenador que tenía que empezar de cero todas las veces y fue difícil. Además, como iba con las selecciones inferiores de Francia, siempre llegaba con las pretemporadas ya empezadas y sin un sitio en el equipo.

P. ¿Y en España que ha aprendido?

R. A darlo todo por el equipo y a luchar en cada partido.