El Eibar envía una carta al Almería agradeciendo apoyo jefe de prensa

El Eibar ha enviado una carta al Almería agradeciendo el «comportamiento extraordinario» que tuvo el jefe de prensa almeriense el domingo en la rueda de prensa posterior al partido Almería-Eibar, de la Liga BBVA, en el que el entrenador azulgrana, Gaizka Garitano, fue criticado por algunos periodistas por responder en euskera a preguntas en ese mismo idioma.

El responsable de comunicación del club andaluz, Juan José Moreno, tuvo que parar la rueda de prensa del domingo cuando Gaizka Garitano hablaba en euskera debido a las quejas de dos periodistas locales.

Moreno pidió respeto a las personas que estaban haciendo gestos de desaprobación al técnico del equipo guipuzcoano cuando hablaba en su lengua materna, a quienes explicó que primero el preparador del Eibar iba a responder a las preguntas en euskera y luego en castellano.

El jefe de prensa almeriense explicó a los presentes que cuando ha jugado el Barcelona en el Estadio Juegos del Mediterráneo, el entrenador barcelonista primero se expresaba en catalán y luego en castellano.

A continuación, Juan José Moreno, dio paso de nuevo a Gaizka Garitano, quien fue preguntado en euskera por un enviado especial de la televisión autonómica vasca (Euskal Telebista).

Garitano comenzó otra vez su explicación en euskera, hasta que, enfadado por el comportamiento de algunos periodistas, les preguntó en castellano:

«¿Pasa algo?». «Sí, claro que pasa algo, que no nos enteramos», respondió un periodista.

El responsable de prensa del Almería volvió a recordar a los presentes que «el Almería lleva seis años en Primera, y cuando ha venido el Barcelona se han hecho primero las preguntas en catalán y luego en castellano. No sé por qué vienen esos gestos». Ante esta situación, Gaizka Garitano se levantó y abandonó la sala de prensa almeriense.

El presidente del Eibar, Alex Aranzabal, ha indicado que «estamos sorprendidos de lo que sucedió el domingo tras el partido». «Tengo aquí una carta que vamos a dirigir al presidente del Almería,

Alfonso García Gabarrón, agradeciendo el comportamiento extraordinario que tuvo el jefe de prensa almeriense», ha anunciado Alex Aranzabal. Habitualmente el entrenador del Eibar, en todos los campos, hace primero sus declaraciones en euskera en las ruedas de prensa, y luego en castellano.

«Garitano, como suelo hacer yo, responde en euskera a las preguntas en euskera, en castellano cuando son en castellano, y si nos interrogan en inglés también intentamos responder en ese idioma», ha explicado el máximo mandatario eibarrés.

Gaizka Garitano, que tiene 39 años, estudió la carrera de periodismo en la Universidad del País Vasco. No ejerce como periodista, porque siempre se ha dedicado al fútbol, primero como futbolista profesional y ahora como entrenador.

El Celta quiere un pasaporte a Europa

Quiere ser europeo el Celta, que se ha puesto a cuatro puntos de la séptima plaza que puede valer el pasaporte a la Europa League y que ahora mismo detenta el Málaga, visitante en Balaídos dentro de dos jornadas, apenas tres dias después de que el Real Madrid, el próximo domingo, pase por Vigo. Venció en Ipurúa y condena al Eibar a un sufrimiento que se tamiza por el error ajeno, por ese paso de tortuga en la cola que le permite mirar hacia el futuro con una cierta esperanza pese a haber sumado apenas cuatro puntos en lo que va de segunda vuelta.

El partido bebió del error, que abundó. Buscó el Eibar el del Celta y encontró el Celta el del Eibar para llevarse los puntos con un penalti transformado por Nolito, que hace ya unas semanas que vuelve a estar fino. El equipo de Berizzo empezó mandón, amparado en su superioridad técnica, con ese frenesí que es marca de la casa, un ritmo alto en el que se siente cómodo. Pero al cuarto de hora ya sufría, se supo vulnerable por más que tuviera la pelota y gozase de un aparente dominio porque el Eibar empezó a sacar frutos de su idea, la de aguardar replegado el fallo para salir a la contra. Llegaron pifias en entregas o en salidas desde atrás y el Eibar, agazapado como estaba, se alzó como un tigre hambriento, plagado de inicio con mediapuntas en una alineación diseñada para la respuesta con Saúl Berjón, Capa y Javi Lara a la carrera y Arruabarrena para desgastar a los centrales y los mediocentros, para aplicar fortaleza y tesón justo donde el Celta peca por manso.

Perdió dictado el Celta en cuanto sintió el aliento del rival, también porque el partido se trabó. Que la pelota no rodase perjudicaba a los celestes y arengaba al Eibar, que además siempre sabe como trabajar en las acciones a balón parado. Llevó el partido el equipo vasco hacia aquello que convenía a sus condiciones, pero penó por una equivocación de Didac Vilà en el lateral zurdo que culminó en penalti a Santi Mina. Velasco se fue a los once metros tal y como lo había hecho minutos antes tras un piscinazo de Larrivey del que le tuvo que alertar un atento árbiro asistente. Ésta vez pocas dudas cabían. Tampoco las tuvo Nolito para transformar ni para sacarse poco después un chut desde medio campo que pudo golpear definitivamente al Eibar justo antes del descanso, tiempo que aprovechó Gaizka Garitano para cambiar de plan. Entraron Manu del Moral y Piovaccari, subió líneas el Eibar, aparcó la velocidad y se subió al tren de la fuerza y la segunda jugada.

El gol lo había hecho mudar todo, ante la mayor concreción del rival, el Celta se blindó con paciencia. Gracias a ella encontraron incluso a los laterales, siempre dispuestos a incorporarse y apoyar a sus delanteros. Con la entrada de Lekic como tercer cambio se hizo aún más largo el Eibar, presuroso por entrar en el área rival. Era una opción, pero no fue la que mejor le funcionó durante un partido del que no dejó de entrar y salir. Sacrificó Garitano a Dani García con casi media hora por delante, obvió la medular en la construcción del juego y se diluyó, apurado en la persecución de la pelota cuando más le pesaban las piernas. Fue entonces cuando más cómodo se encontró el Celta, muy cerca de la sentencia, pero no tuvo ni puntería ni habilidad para poner la rúbrica y se avino a recibir un golpe aislado que emborronara su partido. Casi se lo propina Didac Vilà para redimirse de su error en el gol con un lanzamiento que se estrelló en el larguero, el canto del cisne armero.