Alonso de Illescas Biografía. Alonso de Illescas es considerado como el máximo héroe de la libertad afroecuatoriana. Lidero la creación
Regalos para la hinchada: Después de la caída 1×0 que sufrió el Fútbol Club Barcelona ante la Real Sociedad en
Cuatro días después de que Rafa Benítez fuera presentado como nuevo entrenador del Real Madrid, otro técnico español, Luis Enrique, lograba el triplete con el FC Barcelona, tal y como hiciera Pep Guardiola. Frente a las lágrimas de emoción del madrileño «por volver aquí, a mi casa», dijo sin apenas poder pronunciar palabra, el asturiano exhibió en Berlín la mejor de sus sonrisas. Una sonrisa que por supuesto transmitía una enorme felicidad por un logro con el que ni él mismo contaba, aunque también era irónica, por todo lo que ha tenido que pasar y, sobre todo, tragar. ¿Lo ha solucionado todo el triplete? Parece que sí, pero en esta ocasión parece que será él quien ponga condiciones, de ahí su irónica sonrisa.
Salvo que sea un gran actor, y entonces habría que nominarle a un Óscar a la mejor interpretación, la emoción de Rafa Benítez por entrenar al Real Madrid después de haberlo hecho con Valladolid, Osasuna, Extremadura, Tenerife, Valencia, Liverpool, Inter, Chelsea y Nápoles, fue tan sincera que conmovió incluso a Florentino Pérez. De hecho, y a falta de otros argumentos que no sean impostados, los principales aduladores del presidente así se encargaron de destacarlo.
El madridismo es un valor que, valga la redundancia, Florentino nunca ha valorado en un entrenador y, dicho sea de paso, tampoco en los futbolistas. De hecho, no lo tuvo en cuenta con Del Bosque cuando decidió no renovarle y en el caso de Benítez no ha sido lo que ha premiado a la hora de aceptar la propuesta de su director general, José Ángel Sánchez. Palabras como «exigencia» y «método» fueron las que predominaron en el discurso de bienvenida del presidente a Rafa, aunque también sonaron a indirectas para Ancelotti. Benítez es el décimo entrenador de Florentino y el Real Madrid es el décimo equipo al que entrena Benítez.
Y mientras el Real Madrid ha terminado su temporada en blanco, pero ya tiene entrenador para la próxima, paradójicamente el Barça celebró su segundo triplete sin tener claro quién lo será. En circunstancias normales, y así se encargaron de destacarlo jugadores como Xavi, Iniesta, Bravo o Piqué, Luis Enrique no sólo debería cumplir su segundo año de contrato, sino que a buen seguro que desde el club se le plantearía una mejora y ampliación. Sin embargo, la realidad es otra. «No lo tengo claro. Ahora hay que disfrutar», dijo Luis Enrique sobre su futuro, al tiempo que volvió a tensar la cuerda al recordar a Zubizarreta y sus colaboradores, despedidos a primeros de año. «Era una temporada difícil, estoy agradecido a las personas que confiaron en mí. Zubizarreta, y Narcís Julià y Albert Valentín; y también el presidente. Creyeron que lo haría bien aquí y se lo quiero dedicar», insistió el asturiano.
Rafa benítez, presentado en el santiago bernabéu
¿Y el año que viene?, se le preguntó al técnico del Barça para intentar pillarle. Pero no hubo forma. «Este club y estos jugadores han demostrado que no se cansan de ganar». Preguntado de otra manera: ¿es su reto mantener el nivel durante el próximo año? «Mi reto es difrutar del presente, disfrutar de un buen verano y de hacer feliz a tantos culés. La temporada aún no ha acabado, quedan una noche y una rúa». Último intento. Se le ve más feliz que tras ganar la Liga y la Copa. «Porque este es el partido número 60 de la temporada con 50 victorias. Culminamos un año histórico, se gana el triplete».
Sabido es, y así lo hemos venido contando en El Confidencial, que Luis Enrique recibió un ultimátum tras la derrota del Barça en Anoeta, en la que Messi fue suplente y no se presentó en el siguiente entrenamiento. Desde entonces, el argentino no ha dejado de jugar un solo minuto, salvo la vuelta copera ante el Elche. «No he sido yo el que ha tenido dudas en el trabajo realizado ni tampoco nuestra afición», fue otra de las indirectas del técnico. «Es nuestra referencia. El segundo gol es suyo. Estamos muy contentos con él. Estuvo espectacular y nos dio todo lo que tuvo durante la temporada», dijo Luis Enrique sobre Messi.
El asturiano no ha hecho nada por ganarse las simpatías de la Prensa, de ahí que él mismo se encargue de recordar sus méritos: «50 victorias, seis empates y cuatro derrotas. Es la segunda vez que se consigue un triplete. Mejor definir vosotros la temporada. Somos el mejor club en Europa en los últimos años. Estos jugadores no se cansan de ganar. Ésa es la clave de que este club siga siendo un referente en Europa».
Es evidente que Josep Maria Bartomeu tiene en Luis Enrique a su mejor arma electoral, toda vez que el Barcelona no puede fichar hasta enero por la sanción que le impuso la FIFA, aunque el club catalán ha cerrado con el Sevilla la contratación por cinco temporadas de Aleix Vidal, por el que pagará una cantidad total que ronda los 20 millones de euros. “Estoy de acuerdo con Luis Enrique en que Zubi y su equipo de trabajo hizo un magnífico trabajo», afirmó sin ningún tipo de reparos el presidente azulgrana, aunque esta vez no se atrevió a asegurar la continuidad del asturiano, tal y como había hecho durantes las últimas semanas. «Del futuro ya hablaremos», se limitó a responder.
«¿Final? ¿Qué final?», se preguntaba con retranca un entrenador de Primera en una conversación informal sobre el Athletic-Barça de Copa. Una semana después del partido del Camp Nou, y por más que los azulgranas también sean los grandes favoritos en Berlín, la final de la Champions sí parece que al menos lo será. Las casas de apuestas hablan de un 75% de posibilidades de que gane el Barça, mas la Juve viene de ganar la Liga y la Coppa Italia, tiene experiencia en estas lides y, como equipo italiano que es, venderá cara su derrota.
Si hace siete días la monumental pitada al himno español se convirtió en triste protagonista de la final copera, se espera que en la capital alemana el ambiente sea bien distinto, aunque paradójicamente en España serán muchos aficionados los que estarán deseando, más que la victoria italiana, la derrota del equipo catalán. Es lo que hay y allá quien no quiera reconocerlo. Así es el fútbol y lo que representa. Donde manda el corazón, no hay lugar para la razón.
La Juventus y el FC Barcelona disputan su octava final de Copa de Europa, los azulgranas por cuarta vez desde 2006, más que cualquier otro equipo en este período de tiempo. Los bianconeri han perdido sus tres últimas finales, justo lo contrario que el Barça. Esta es la séptima final de Copa de Europa o Liga de Campeones entre un equipo italiano y un español, con un balance de 2-5.
Luis Enrique saluda a Pep Guardiola (Efe)
Lo confesó el propio Luis Enrique. En el vestuario del Barça motiva más el segundo triplete que la quinta Copa de Europa, por cierto, todas en color. Es decir, los azulgranas tendrían una más que el Real Madrid, aunque la mitad en el cómputo general. Igualar la gesta de Guardiola de ganar Liga, Copa y Champions en la misma temporada es el gran objetivo del técnico asturiano, un reto que precisamente está a su alcance tras eliminar al Bayern de Pep en semifinales. A Luis Enrique no se le puede restar ningún mérito. Después de aceptar el ultimátum que le dio Bartomeu en enero, su Barça no ha dejado de ganar e intimidar. Sin embargo, Lucho no ha dejado la impronta de su antecesor.
El cambio de estilo ha sido evidente, aunque para quienes no lo vean cuando rueda el balón, ahí están los números: con Luis Enrique en el banquillo, el Barça promedia más pases por partido en esta Champions (677) que en la 2008-09 con Guardiola (586), aunque curiosamente tiene una posesión más baja (60% por 66%), su porcentaje más bajo desde el análisis completo de Opta (2003-04) y no muy lejos del 56,19% de la Juve, su registro más alto en una temporada de Champions desde ese mismo periodo. El protagonismo de Messi lo ha acaparado todo, para lo bueno y para… ¿lo malo?
Messi celebra un gol al Bayern en las semifinales de la Champions (Efe)
Contando todas las competiciones, el FC Barcelona ha ganado el 83% de los partidos que ha disputado hasta el momento con Luis Enrique como técnico, un porcentaje mucho más alto que en la primera temporada de Pep Guardiola (67%). Además, el conjunto azulgrana ha marcado 172 goles esta temporada, 14 goles más que en la temporada en la que logró su primer triplete de títulos y sólo ha encajado 37 (Bravo 19, Ter Stegen 15 y Jordi Masip 3), 18 menos que en la 08/09 (Valdés 42, Pinto 8, Jorquera 3 y Oier 2).
Pero hay más. Víctor Valdés encajó más goles en todas las competiciones de la 2008-09 (42) que Claudio Bravo (19) y Ter Stegen (15) juntos en esta (34). Aunque el dato más revelador sea que Messi ha marcado hasta el momento 58 goles, 20 más que en la temporada 2008-09. El argentino se ha convertido defnitivamente en el gran líder de su equipo, aunque no hay que desmerecer todo lo que tiene a su alrededor, empezando por Iniesta o Xavi y terminando por sus compañeros de tridente: Neymar y Luis Suárez.
Otro dato curioso es que el FC Barcelona realizó 176 remates en la Champions League 2008-09, 39 más que en esta edición. Es decir, que la verticalidad en el juego es evidente, pero no que el Barça de Pep fuera menos llegador. Su camino hacia la portería rival era distinto, a través de juego y no sólo de crear jugadas. Esa es la gran diferencia, mientras Guardiola cimentaba su equipo en Xavi-Busquets-Iniesta, Luis Enrique lo basa todo en el tridente Messi-Luis Suárez-Neymar.
Barcelona’s coach luis enrique attends a news conference during the media barcelona open day ahead of the champions league final against juventus
Luis Enrique se ha enfrentado en tres ocasiones a la Juventus en su trayectoria como entrenador y nunca ha ganado: un empate y una derrota en Serie A y otra derrota en los cuartos de la Coppa es su balance contra el equipo italiano. En Berlín tiene la oportunidad de estrenarse con el Barça y nada menos que en la final de la mayor competición continental. Gane o no el triplete, ya sea por tanto tras la rúa por las calles de Barcelona exhibiendo la Champions, la Liga y la Copa, o en la misma sala de prensa del estadio de la capital alemana si el triplete se queda al final en doblete, el técnico deberá desvelar su futuro.
A la espera de conocer quién será el nuevo presidente del FC Barcelona en las elecciones que convocará en los próximos días Josep María Bartomeu, Luis Enrique dirá si cumple el año de contrato que le resta o si por el contrario pone punto y final su andadura azulgrana. Mientras Allegri es el quinto entrenador italiano que disputa una final de la Champions, tras Capello, Lippi, Ancelotti y Di Matteo, Luis Enrique Martínez es el cuarto español en hacerlo, tras Del Bosque, Benítez y Guardiola.
Xavi, emocionado, entre Josep Maria Bartomeu y Andrés Iniesta (Efe)
Aunque no será titular, precisamente lo que le ha llevado a dejar el Barça, eso sí, con un año de retraso sobre lo que tenía previsto, lo normal es que Xavi tenga unos minutos para de este modo disputar en Berlín su último partido como azulgrana. Iniesta llega renqueante y el cambio del catalán por el manchego se ha convertido esta temporada en un clásico para Luis Enrique. «La gran mentira», como algún afamado comentarista le llegó a definir, es el futbolista más importante en la historia del Barça y también del fútbol español. Si hay dudas, ahí tienen su palmarés: más títulos que nadie y sin contar la Copa de Europa que puede levantar este sábado en Berlín.
Pero la importancia de Xavi Hernández tiene que ver aún más con su influencia en el juego que ha llevado al Barça y a la selección española a lo más alto, para acabar así con todos los complejos de etapas tan siniestras como, por ejemplo, la de Javier Clemente. Además, de jugar unos minutos en Berlín, Xavi puede convertirse en el futbolista con más partidos disputados en la historia de la Liga de Campeones. Ahora mismo se encuentra empatado con Casillas (150) y veremos si Iker juega la próxima la temporada la Champions…
Morata, con Casillas en primer plano, tras eliminar al Madrid en semifinales (Efe)
El quinto apunte sobre la final de Berlín no es el más importante, aunque, por aquello del morbo, sirve para llevarlo en el titular. Lo dijo Álvaro Morata, pero lo sienten miles y miles de madridistas: «Si ganando al Barça se alegran dos aficiones, mejor», no ha tenido reparos en afirmar el delantero de la Juventus. Precisamente porque el fútbol no es política, por más que se politice, el hecho de que media España vaya hoy la Juve se entiende de la misma manera que medio Madrid haría lo propio si la final la jugara el Real o media Sevilla -la bética- no se alegrara de la cuarta Europa League del Sevilla. Máximo goleador español en esta Champions League, ha marcado sus cuatro goles en sus últimos seis partidos en la competición. Morata puede pasar de verdugo a vengador y en España también se cantarán su goles, aunque ahora los marque con la Juve.
Entre los jugadores del FC Barcelona hay también grupos de WhatsApp. Hace una semana, justo antes de la final de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao, a Messi le comentaron en uno que habían visto en la televisión a Iago Herrerín, el portero rojiblanco, afirmando que se fijaba más en las paradas de Casillas que en los goles de Messi. El argentino no tardó mucho en contestar que ya se fijaría Herrerín en él durante el partido. En la final, Leo marcó uno de los goles más extraordinarios de su carrera, que ya es mucho decir.
Luis Enrique, sus compañeros, los rivales, los periodistas, los aficionados y todo aquel con dos dedos de frente sabe que la final de la Champions de Berlín (20:45 horas, La 1 y Canal+) pasa por Messi. Que si él tiene la noche, la Juve no tiene nada que hacer. No ha habido manera de ‘picarle’ esta semana. Los jugadores y el técnico de la Juventus no le han puesto ni un solo pero en la previa de la final. Al revés, los elogios le han caído en cascada.
Buffon, por ejemplo, le definió como “un extraterrestre”. El único que se salió un poco del guión fue Giorgio Chiellini, que declaró que la defensa del Athletic podía haber hecho algo más en el primer tanto de Leo en la final de Copa. Como si se tratara de una maldición, Chiellini se lesionó el miércoles mientras se entrenaba y es baja para esta noche. Allegri, ayer se atrevió a expresar un deseo en voz alta y cuando le recordaron que Guardiola dijo antes de enfrentarse a él que era imparable, el italiano respondió: “Espero que nosotros mañana sí que le podamos parar”.
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En el microcosmos que es un vestuario de fútbol no hay nadie en el del Barça que se atreva a discutirle a Messi su hegemonía. Es el mejor y punto. Sus compañeros le ven tranquilo para esta final, como siempre, no ha variado nada en especial en los últimos días, pero si hoy marca podría convertirse en el primer jugador en la historia de la competición que lo haga en tres ediciones -ya anotó en Roma y en Wembley-. En esta final Messi compite contra sí mismo. El argentino es el máximo goleador de esta Champions empatado con Cristiano Ronaldo, pero durante la campaña ya ha dejado bastante claro que la competición por sí misma con el portugués no le interesaba. Bastante castigo tiene ya el madridista con tener que ver la final por la televisión. Leo, mientras, es consciente de que su protagonismo en Berlín va más allá de que vea puerta. La sociedad que ha formado con Neymar y Luis Suárez es tan fructífera que entre los tres han conseguido nada menos que 120 goles durante la campaña, pero el rey, es él.
Para los compinches del argentino, ésta será su primera final continental con la camiseta del Barça y Neymar (que ha marcado en los últimos cuatro partidos europeos) no escondió ayer la enorme ilusión con la que la está viviendo: “Es el partido más importante de mi vida. Llevo soñando con este momento desde que tenía seis o siete años y ahora ha llegado”.
Messi, tras marcarle su gol al Athletic en la final de Copa (Efe)
Los ‘tres pepinos’, como les bautizó Piqué, deberán estar hoy especialmente inspirados ante una Juve que no ha perdido un partido de los últimos nueve de la competición (la última vez que lo hizo fue el 22 de octubre ante el Olympiacos) y que logró dejar su portería a cero en cinco ocasiones: Frente al Malmö, el Atlético de Madrid, el Borussia y los dos encuentros de cuartos de final ante el Mónaco. La solidez defensiva del conjunto italiano se enfrenta a un Barça efectivo que no ha dejado de marcar en ninguno de los encuentros que ha disputado en la Champions, llegando a la final además con el historial en limpio tras ganar todos los partidos. Se mire por donde se mire, el conjunto de Luis Enrique es favorito y todos han asumido el estatus sin aspavientos. Buffon recordó, eso sí, que no han viajado a Berlín “para ser las víctimas que se van a sacrificar”.
La fortuna también es un factor a tener en cuenta y los protagonistas de la final son muy conscientes de ello. Quien más, quien menos, es supersticioso. Ayer, el trofeo de la Champions estaba situado a la derecha de la sala de Prensa en la que hablaron Buffon, Bonucci y Allegri por parte de la Juve y Piqué, Neymar y Luis Enrique del Barça. Todos tuvieron que pasar delante de la Copa al llegar y marcharse. Ni uno solo le echó siquiera una mirada de reojo.
El Barcelona afronta los últimos días de la temporada con el objetivo de lograr la quinta Champions el próximo sábado ante la Juventus. Josep María Bartomeu reconoció en los micrófonos de El Larguero de la Cadena Ser que pase lo que pase “la temporada será muy buena porque ya se ha logrado la Liga y la Copa”. El presidente azulgrana se pronunció sobre los pitos que recibió el himno en la final de Copa: “En todas las Copas del Rey que yo he sido directivo han pitado. La gente puede decir lo que quiera, hay democracia y cada uno se expresa como quiere”.
Optimista sobre el partido del sábado, Bartomeu aseguró que es un buen momento: “Para mi son días de celebración. Los culés y yo estamos contentos de cómo esta el equipo. Conseguir la Liga y la Copa, no ocurre todos los años. Esta temporada es excelente por como ha ido, por este ‘doblete’. Conseguir el triplete sería matrícula de honor. Luego hay otros temas, como los pitos, que eso ya lo resolveremos”. Para el presidente azulgrana, el respeto es fundamental: “El Barcelona siempre pedirá que haya respeto por todo, banderas, himnos… como también yo quiero que haya el máximo respeto por los símbolos del Barça. Luego cada persona es libre de hacer lo que quiera”.
Bartomeu dejó claro que el club que el preside está dispuesto a colaborar en la investigación que ya ha abierto el Consejo Superior de Deportes (CSD), en relación a los pitos que se escucharon en la final de Copa: “Vamos a dar la información que nos pidan porque es nuestra obligación darla. Somos un club de fútbol, queremos jugar y tenemos una final el próximo sábado. Prefiero hablar de la final ante la Juve que es lo que ilusiona a nuestros aficionados”.
El Barcelona ya ha ganado dos títulos esta temporada, la Liga y la Copa: “Nosotros jugamos en la Liga Profesional de Fútbol del estado español, la hemos ganado y queremos cada año competirla y jugarla, igual que la Copa del Rey. Como club no tenemos ninguna intención de menospreciar ningún título. Hemos ido por muchos campos de futbol y a mí lo que me gusta es que la gente valora nuestro equipo por nuestro fútbol y por nuestros resultados aunque sea el Barcelona, un club catalán y catalanista”
Otro de los temas que preocupa al barcelonismo es la continuidad de Luis Enrique. El presidente sigue convencido del que el técnico asturiano continuará en el Barça: “Luis Enrique tiene contrato y no tengo ninguna duda de que seguirá. No creo que se quiera ir. Lo que sí puedo decir es que siendo técnico del Barcelona, hay mucha presión, mucha exigencia, la dedicación es máxima y esto cansa. Lleva un año y creo que tiene energía para más. Yo si me votan seguiré. A mi me hace mucha ilusión continuar pero lo decidirán los socios”.
De quien sí habló Bartomeu fue de Dani Alves y su posible continuidad en el Barcelona: “Con Dani Alves hay buena relación, es un jugador importante para el club. Él tiene una renovación sobre la mesa para dos años con opción a una tercera. Si se queda, perfecto porque es un jugador necesario para los próximos dos o tres años”.
Preguntado sobre la tensión que existió esta temporada entre Luis Enrique y Messi, el presidente aclaró: “Aquí no hay mediaciones, hay objetivos comunes. Cuando todos se unen y el objetivo es común, las cosas salen. De la temporada pasada a esta ha habido cambios de jugadores. Luis Enrique ha hecho un trabajo que no es fácil y ha conseguido la unión dentro del vestuario. Estos meses se ha logrado la unión del barcelonismo. Cuando queremos estamos unidos y vamos todos a una. Es la Liga de la unión y la Copa de Messi”, reconoció.
Por último, Bartomeu comentó la noticia del día, la dimisión de Blatter: “Desconocía que el señor Blatter tenía esas intenciones. Tiene todo el derecho del mundo a decidir cómo quiere que funcione la FIFA. Me gustaría que la FIFA revisara la Ley del Menor. Hay que protegerlos de los intermediarios y hay que premiar a los clubes que dan una beca para su formación personal y para que jueguen al fútbol”, concluyó.
«No estoy preparando dos finales; estoy preparando solo una», advirtió el técnico del Barcelona, Luis Enrique, cuando se le recordó que en siete días se juega, no solo el título de la Copa del Rey, sino también el de la Liga de Campeones. Para Luis Enrique, en su cabeza «ahora mismo solo existe el Athletic», un equipo que, en su opinión, es «de los más incómodos que puede haber, porque continuamente te presiona, te disputa el balón y no te regala nada». Ni siquiera considera la Champions más importante que la Copa: «No pondría un título por encima de otro. Es indudable que un título europeo tiene una connotación diferente. Pero esto es otro título, son oportunidades que pasan y los jugadores saben que estas oportunidades hay que aprovecharlas».
Además, el técnico asturiano ha dejado claro que esta semana no se juega el triplete. «De momento, me juego el doblete. Solo pienso en el rival de este sábado. Conozco el ‘Calcio’, conozco a la Juventus, pero incidiremos en ello a partir de la próxima semana«, apuntó. Luis Enrique cree que esta final de Copa tiene «alicientes especiales» como jugarla en el Camp Nou. «Aunque sea una final y sea una atmósfera diferente porque se convierte en un estadio neutral, no deja de ser nuestro estadio», recordó. Aunque también alertó que «la historia está llena de casos en los que un equipo ha jugado la final en su estadio ha perdido» y que, por lo tanto, «eso no es garantía de nada«.
Igualmente reconoce que en el coliseo azulgrana mañana serán mayoría los seguidores rojiblancos, «porque la del Athletic es una de las aficiones que más gente suele llevar a los desplazamientos». Pero también confía en que «los aficionados del Barça que vengan se hagan notar muchísimo«. También dejó claro Luis Enrique que sus hombres no cometerán el error de pensar que la final está ganada: «Aunque nos den como favoritos, mis jugadores no van con esa suficiencia. ¿Estar pensando en la final de Champions? No hemos cometido ese error en ningún momento de la temporada y no lo vamos a cometer antes de una final».
El entrenador del Barça ve a sus hombres en una estado anímico «inmejorable» para asaltar el segundo título de la temporada. Por eso no cree necesario ni concentrarles ni sobrexcitarlos con vídeos motivacionales antes de la final. La rutina será «la misma» que cualquier otro partido de Liga disputado en el Camp Nou. «No soy partidario de utilizar vídeos motivacionales cuando un jugador ya esta hipermotivado. Podría causar el efecto contrario al que busco», ha explicado Luis Enrique, quien confirmó que el uruguayo Luis Suárez «se ha entrenado bien toda la semana y, en principio, está a disposición, como el resto de sus compañeros».
Conocido el campeón de Liga, llega el momento de saber qué equipo será el Rey de Reyes en España. Este fin de semana, Barcelona y Athletic volverán a verse las caras una vez más con la Copa en juego. El escenario, después de las idas y venidas de siempre, será el Camp Nou; eso sí, el feudo azulgrana estará dividido en parte iguales entre los aficionados catalanes y los vascos. A pesar de ello, los hombres de Luis Enrique juegan en casa y tienen ese factor a su favor. Eso es innegable… a pesar de que la Ciudad Condal viva esta final como un partido más y Bilbao se haya teñido, literalmente, de rojo y blanco para ir calentando motores. Dos maneras completamente diferentes de vivir la disputa de un título.
Aquellos que estos días paseen por las calles de Bilbao se habrán contagiado, inevitablemente, del espíritu de la Copa ya que tanto los edificios institucionales como los particulares han colgado banderas con los colores del Athletic. No han sido los únicos: tiendas y comercios se han unido a la marea rojiblanca para alentar a los hombres de Valverde e, incluso, han surgido altares improvisados en torno a la figura de San Mamés. Toda ayuda es bienvenida, incluso la divina. El objetivo es convertirse en el jugador número doce; tanto que en la Plaza Circular se ha desplegado una pancarta con una camiseta del Athletic que luce dicho número y sobre él, el nombre de la ciudad.
La guinda del pastel podría llegar por parte del club pues todo apunta a que el nuevo San Mamés se iluminará con los colores del Athletic. Es algo que está en el aire ya que desde equipo aseguran que “de eso no se habla antes de jugar una final”. La precaución que reina en San Mamés contrasta con el fervor que se vive en las calles y en torno al equipo: en el último entrenamiento abierto al público, unas 2.000 personas animaron a los ‘leones’ antes de que Valverde les encerrase en Lezama. Además, los aficionados podrían volver a vivir la misma situación que ya se dio en 2012 cuando el equipo disputó tanto la final de Copa como la de la Europa League: quedarse sin camisetas porque éstas se agoten.
“Con garra sacamos la gabarra” es una frase que se puede leer estos días en muchos de los escaparates de los comercios de Bilbao. Y es que, como manda la tradición, si los de Valverde levantan la Copa, la famosa gabarra volverá a navegar por la ría de la ciudad vasca… después de haber recibido el testigo desde el Puerto de Barcelona. Los ‘leones’ han tirado la casa por la ventana de cara a la final y este sábado (a partir de las 11:30) una réplica de la gabarra paseará por el puerto de la Ciudad Condal acompañada de una charanga. El trayecto tendrá como punto final la estatua de Colón, punto en el que la gabarra dará el relevo a una enorme bandera rojiblanca (de 50 metros de largo por 6 de ancho) que recorrerá las calles de Barcelona hasta la ‘Fan Zone’ del Athletic Club situada en Montjuic. Es más, muchos aficionados vascos harán el viaje sin entrada confiando en poder comprársela a sus rivales.
¿Y qué pasa en la Ciudad Condal? La capital catalana mantiene su pulso normal porque, de momento, la final de Copa no ha alterado el ritmo. La única variación palpable se observa en los alojamientos. El Gremio de Hoteleros de Barcelona ha informado que no han hecho ninguna encuesta para estimar en qué punto se encuentra la ocupación de la ciudad, pero este jueves las páginas de reservas ponen sobre la mesa estas cifras: el 96% de las plazas están reservadas de viernes a domingo, el 94% la noche del sábado al domingo y el 93% del viernes al sábado cuando AC/DC llenará las gradas de Cornellà-El Prat en lo que será el primero de sus tres conciertos en España.
Por lo demás, desde el departamento de Prensa del Ayuntamiento de la Ciudad Condal informan que su principal objetivo pasa por “formar Gobierno” y recuerda que el consistorio “nunca ha colgado banderas de ningún club” en los edificios institucionales de Barcelona. Así las cosas, el Ayuntamiento de Barcelona ha confirmado que, por su parte, “no hay nada previsto; no sabemos quién lo tendría que poner”. La austeridad en los días previos irá más allá de la final si es que el conjunto dirigido por Luis Enrique levanta el que sería su segundo título de la temporada: la orden es que sólo habrá rúa por las calles de Barcelona si el equipo conquista la Champions en próximo 6 de junio; si no hubo con la Liga, tampoco con la Copa. Hasta la citada fecha, la apuesta en Barcelona es por la rutina mientras en Bilbao sólo respira ambiente de Copa. Dos maneras distintas de vivir una final.
«Es un asunto del que se lleva hablando hace días. Es el momento de la reflexión y evaluación de la temporada. Carlo es un gran profesional y el club cuando haya tomado una decisión la comunicará», explicó Emilio Butraugeño, director de relaciones institucionales y portavoz del Real Madrid en los micrófonos de Canal+ después de los partidos del conjunto blanco. En realidad, ésta es la única información que el club que preside Florentino Pérez ha facilitado oficialmente sobre la situación de Ancelotti, a quien le resta un año de contrato, pero, quien, según todas las filtraciones, ya está decidido que no cumplirá.
«Creo que el club no tiene prisa por tomar la decisión y yo tampoco», dijo el propio técnico italiano tras el 7-3 al Getafe en el último partido de Liga disputado en el Bernabéu y que Ancelotti no pudo seguir desde el banquillo al estar sancionado. Lo cierto es que, a la espera de confirmar si el Real Madrid celebrará una reunión de su Junta directiva, el futuro del banquillo sigue en el aire. Como quiera que todas las encuestas realizadas por los diferentes medios de comunicación coinciden en que los aficionados no ven al entrenador como máximo responsable de la temporada en blanco, cabe la posibilidad de que Florentino recapacite, aunque quizás sea demasiado tarde para ello, por más presiones que reciba.
Fernando Fernádez Tapias, vicepresidente primero. Eduardo Fernández de Blas, vicepresidente segundo. Pedro López Jiménez, vicepresidente tercero. Enrique Sánchez González, secretario. Y los vocales Ángel Luis Heras Aguado, Santiago Aguado García, Luis Gómez-Montejano, Jerónimo Farré, Enrique Pérez Rodríguez -hermano del presidente-, Manuel Cerezo, José Sánchez Bernal, Luis Blasco, Gumersindo Santamaría, Raúl Ronda, José María Otero Lastres y Nicolás Martín-Sanz. Lo normal es que Florentino Pérez consultara con sus directivos una decisión tan importante como es destituir a un entrenador con contrato en vigor y, en el caso de estar convencido de hacerlo, quién debe ser su sustituto.
Pero, ¿para qué reunir a su Junta si la decisión la toma solo y por anticipado? «Mi futuro está claro en mi cabeza: o sigo aquí en el Real Madrid o me paro un año», dijo Ancelotti. Florentino debe de pensar algo parecido: el futuro de Ancelotti está claro en su cabeza, pero en orden inverso, tras un año en blanco, no seguirá el próximo como entrenador del Real Madrid.
Cristiano Ronaldo cumplió su amenaza y terminó la temporada sin hacer declaraciones. Sin embargo, el portugués tenía tantas ganas de lanzarle un mensaje a Florentino Pérez que utilizó su cuenta oficial de Twitter para mostrar su deseo y, por extensión, el de la plantilla del Real Madrid, en una foto junto a Carlo Ancelotti y un mensaje en el que se podía leer: «Gran entrenador y mejor persona. Nosotros esperamos trabajar con él la próxima temporada».
«Sería duro el adiós del míster», dijo el colombiano James Rodríguez, en la misma línea que Cristiano. «De la continuidad de Ancelotti habláis vosotros. Tiene un año más de contrato y estamos muy a gusto con él», aseguró Illarramendi, pese a que el italiano no haya contado mucho con él. «Merece seguir. Se ha despedido de esta temporada. Qué nos va a decir, es el entrenador del Real Madrid todavía. Ya veremos. Niego que no entrene bien», añadió otro suplente habitual como Nacho. Sabido es que muchas veces los futbolistas no han sino declaraciones de conveniencia, aunquen en este caso quizás lo más conveniente hubiera sido al menos mantenerse al margen.
Dejar a Bale en el banquillo o decir que «la afición ha comprendido lo importante que es Iker para este club» se pueden interpretar como dos pellizcos de Ancelotti a Florentino. Claro que del mismo modo hacer podría parecer una carantoña hacer debutar al jovencísimo noruego Odegaard, el último capricho del presidente. «A lo mejor de aquí al martes que viene esto cambia», dicen que comentó el italiano antes de abandonar el sábado el Bernabéu.Sentirse querido por la plantilla y respetado por la grada le darán fuerzas para contrarrestar el maltrato recibido por parte del club.
Rafa Benítez, con Ancelotti detrás, durante un Liverpool-Chelsea (Efe)
Aunque algunos medios fueron demasiado lejos y prácticamente dieron por fichado a Rafa Benítez, lo cierto es que hasta el momento sólo ha habido una primera toma de contacto entre el director general del Real Madrid, José Ángel Sánchez, y el agente del actual técnico del Nápoles, Manuel García Quilón. Benítez tiene decidido no renovar su contrato con el club italiano y, a la espera de recibir otras ofertas, por supuesto que aceptaría volver a sentarse en el banquillo del Bernabéu, aunque ahora como primer entrenador.
Claro que si hay otro equipo al que Rafa le gustaría regresar, ese es el Liverpool, y todo lo que se ha hablado sobre el interés del Real Madrid le viene muy bien a la hora de que en Anfield se decidan por él si finalmente Brendan Rodgers no continua tras su desastrosa temporada, que ayer culminó con un 6-1 ante el Stoke City. Benítez lleva dos años alejado de su familia, ya que ésta se quedó a vivir en Inglaterra mientras él ha estado entrenando al Nápoles, de ahí que la opción de volver a la Premier y más concretamente a Liverpool sería su mejor opción, junto a la de fichar por el Real Madrid, aunque para eso hace falta que primero Florentino Pérez le haga una oferta, algo que no termina de estar nada claro.
El presidente del Barcelona,
, informó de que el club estuvo trabajado en las últimas horas para frenar informaciones sobre la supuesta marcha de
Neymar
al Madrid o el presunto interés del Barça por fichar a
Carlo Ancelotti
, algo que para el mandatario es síntoma de que hay gente que
les quiere «desestabilizar»
. «Que Ariedo Braida (de la comisión deportiva del Barça) haya recomendado a Ancelotti
es totalmente falso y mentira
. Es un ataque para desestabilizar al club. Solo son ataques de alguien que no quiere que nos vayan bien las cosas», dijo Bartomeu en una entrevista en la emisora
RAC1
.
Bartomeu aseguró que no teme «ninguna ofensiva» de clubes para fichar jugadores del Barcelona, ya que se refirió al equipo catalán como el preferido por millones de seguidores por los títulos que consigue, «y por ello todos los jugadores quieren seguir en el Barcelona«. Al respecto, entiende que Leo Messi seguirá el año que viene «porque tiene contrato», y aseguró que el argentino «está encantado y feliz, y me gustaría que se retirase en el club«. Igualmente, señaló que el entrenador, Luis Enrique Martínez, también continuará el año que viene, aunque precisó que deberá ser el preparador asturiano quien así lo comunique al final de la temporada, después de que el propio técnico haya dejado para cuando finalice el curso toda clase de decisiones.
De todas formas, Bartomeu aseguró que Luis Enrique seguirá en el Barcelona «porque está contento de cómo va el trabajo«, después de que haya hablado con él sobre esta materia, además de considerar que la relación entre el técnico y Messi «es de diez». Es por ello que se mostró indignado sobre las especulaciones que sitúan al actual entrenador del Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, en la órbita azulgrana para el año que viene, o incluso que el brasileño Neymar Jr. pudiese cambiar de equipo con destino a Madrid. Respecto a Xavi Hernández, Bartomeu dilo que si finalmente decide marcharse del Barcelona será una ida y vuelta, al abrirle las puertas de la entidad para que regrese como técnico.
El presidente azulgrana atribuyó a Andoni Zubizarreta, exsecretario técnico destituido por Bartomeu el pasado enero, parte del éxito deportivo del Barça por las decisiones técnicas y fichajes que llevó a cabo, pero dijo que, de saber cómo ha transcurrido la temporada, también hubiese llevado a cabo la destitución. «Fui un gran defensor de Zubizarrera, incluso cuando se le atacaba. Zubi ha sido honesto y sabe cómo hacer un equipo de fútbol. Él hizo la remodelación y los fichajes importantes. Pero llega un momento en el que un ciclo se acaba y decidimos seguir con otras personas», razonó el presidente, quien aseguró que llamará al exsecretario técnico para invitarle a la final de Berlín. No es la primera vez que el presidente azulgrana carga contra los entornos que él considera que quieren dañar la imagen y reputación del equipo catalán, como cuando se refirió a la judicialización del fichaje de Neymar Jr.
No podía ser de otra manera. Un jugador como Xavi Hernández no puede disputar su último partido de Liga en el Camp Nou sin recibir el homenaje que se merece su trayectoria. Ángel María Villar, presidente de la RFEF, estará el sábado en el estadio azulgrana para entregar el Trofeo de la Liga al capitán del Barça. Será la primera vez que Xavi levante un título; el honor le estaba reservado a Carles Puyol hasta la temporada pasada. El de Terrassa tiene una hoja de servicio impecable no solo en el FC Barcelona, sino también en la selección española así que los honores son una cuestión de justicia.
Más allá del homenaje, los aficionados culés comienzan a ser conscientes también del papel crucial que ha tenido Xavi en su última temporada en el Barça. Sin él, probablemente, la opción del triplete a estas alturas de la campaña sería impensable. Porque fue él, con su experiencia y sus maneras tranquilas el que comprendió que debía dar un paso adelante en enero cuando estalló la guerra civil en el vestuario tras el encontronazo entre Luis Enrique y Leo Messi. Fue Xavi el que se propuso como mediador y supo convencer al argentino y dar confianza al técnico para que, por mera cuestión profesional y con la meta de los objetivos comunes, todos llegaran a una entente, una cierta paz social que permitiera pensar en el partido siguiente, y no en dar puñetazos en la mesa para hacer evidente quién mandaba o tenía la razón.
Eric Abidal, en declaraciones a la Cadena SER, admitió que la influencia de Xavi no se podía medir solo por su participación en el ‘caso Messi’, sino que iba más allá. Ha sido él el intermediario entre la plantilla y un Luis Enrique que siempre mantuvo las distancias con los jugadores. Supo digerir su falta de minutos y protagonismo sobre el terreno de juego para hacer su último gran servicio al club de sus amores, el único de su vida profesional. Un jugador de la casa y por la casa, que comenzó quitándole minutos a Pep Guardiola y que ha sabido vadear sin dejarse el alma por el camino, con los mismos amigos de siempre con los que se va a buscar setas, un par de confidentes periodistas, ni un tatuaje y una esposa que no es modelo. Un tipo bastante normal que recuerda alineaciones, tardes y estadios, que ve fútbol, mucho fútbol y que se resiste a la idea de ser entrenador pese a que todos los que le conocen bien le ven predestinado para el banquillo. Por lo pronto, se va a Qatar a ganar una pasta y ha asegurado el trabajo también de su familia. Luego, ya verá.
Xavi Hernández levantará el sábado su primera y octava Liga en su carrera. Quién sabe, pero sin él, a lo mejor no habría título. Y solo una última reflexión: el próximo sábado podría despedirse también en el Santiago Bernabéu Iker Casillas. Por méritos, títulos y trascendencia el guardameta madridista también se merece aplausos, ovación cerrada y un gracias de corazón.
Cuanto antes, mejor. El FC Barcelona quiere ser campeón hoy mismo. La idea es no estar esperando a que el Real Madrid la pifie en Cornellà, sino ganar al Atlético y continuar con una racha de victorias que suma ya nueve entre Liga y Champions (la última vez que el equipo de Luis Enrique no ganó fue el pasado 11 de abril en Sevilla). El técnico ha dejado claro que afronta el encuentro de hoy como si fuera una final, así que no es previsible que haga rotaciones y Luis Suárez, que terminó tocado en Múnich, se ejercitó ayer sin ningún tipo de problema. No hay dudas sobre las intenciones del asturiano en cuanto a finiquitar el campeonato por la vía rápida, pero lo que no está ni mucho menos clara es su continuidad al frente del equipo la próxima temporada.
Luis Enrique volvió a sortear ayer las preguntas sobre su futuro. Se le cuestionó si no consideraba que el socio debía saber si seguirá: “Lo que el socio merece es que ganemos el mayor número de títulos posibles”, zanjó. La ausencia de una respuesta sobre sus intenciones empieza a ser interpretada por muchos como una señal de que abandonará el banquillo cuando concluya la temporada. Con la actual Junta no existe complicidad y el técnico evidenció su disgusto cuando Bartomeu decidió cesar a Andoni Zubizarreta en enero. En Múnich, Luis Enrique además avisó: “Cuando acabe la temporada hablaré de Zubizarreta y de todo”, una frase que ha inquietado al presidente azulgrana, que sigue en plena campaña cuando aún no hay ni fecha para las elecciones. Bartomeu es consciente de que una posible espantada del entrenador que está a un paso de conseguir el triplete le haría mucho daño, pero por el momento no ha habido ningún acercamiento con Luis Enrique, que tampoco ha hecho el menor movimiento para planificar la próxima temporada con la comisión técnica que nombró el presidente tras echar a Zubi.
Existe además el presentimiento de que el asturiano, que cedió después de su enfrentamiento público con Messi por el bien del equipo, no está satisfecho con el comportamiento de algunos jugadores, como el argentino y sus dos compinches dentro y fuera del césped: Neymar y Luis Suárez. Ninguno de los dos ha escondido a lo largo de la campaña su disgusto con el míster cuando se atrevió a sustituirles. El técnico no ha tenido nunca una buena relación con los cracks y Bartomeu tuvo que intervenir en enero cuando estalló el ‘caso Messi’ para calmar los ánimos.
El asturiano esperará hasta después de la final de Champions que disputará el próximo 6 de junio para definir su futuro y nadie en el club sabe a estas alturas qué hará. Las decisiones se están tomando a corto plazo. Por ejemplo, el Barça se había puesto en contacto con el Ayuntamiento y la Guardia urbana para solicitar los permisos necesarios para hacer una ‘rua’, un recorrido por las calles cercanas al Camp Nou el lunes si el equipo lograba ganar el título de Liga en el Calderón. No se hará porque la plantilla prefiere esperar a la final de Berlín. Si se logra la quinta Champions, habrá fiesta por las calles de Barcelona, si no, no.
Luis Enrique puede conseguir esta tarde su primer título como entrenador del Barcelona mientras aumentan los elogios a su trabajo, pero nadie puede convencerle para que suelte ya si continuará la próxima temporada.
Alineaciones probables
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Siqueira o Gámez; Arda, Gabi, Mario, Koke; Griezmann y Fernando Torres.
FC Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busquets, Iniesta, Rakitic; Pedro o Luis Suárez, Messi y Neymar.
Árbitro: Undiano Mallenco (C. Navarro).
Estadio: Vicente Calderón.
Hora: 19.00.
Con la eliminatoria claramente decantada del lado azulgrana, pues el 3-0 del Camp Nou era una losa demasiado pesada incluso para un equipo alemán, el segundo round del combate entre el Bayern de Pep y el Barça de Messi se presentaba descafeinado y acabó edulcorado para Guardiola, quien al menos pudo respirar con un meritorio 3-2. «Me quedo aquí. Esto es todo». Así concluyó Pep la rueda de prensa previa al partido de ayer. Y ahí se queda Guardiola, en Múnich, mientras el FC Barcelona jugará la final de Berlín y lo único que le falta por conocer es quién será su rival, si el Real Madrid o la Juventus.
«Los jugadores se la deben a los aficionados, tienen que correr riesgos», pidió el presidente de honor del club bávaro, Franck Beckembauer, quien recordó la remontada ante el Oporto, si bien reconoció que hacer algo parecido ante el Barça sería «un milagro». Eso sí, el Kaiser también dijo que «sin Messi el Barcelona sería un equipo ordinario». Luis Suárez y Neymar quisieron cerrarle la boca, aunque es cierto que en ‘ausencia’ de un Messi que apenas se esforzó, el Barça no pudo ganar al Bayern a pesar de haber hecho lo más difícil, como fue remontar un gol que les pilló en frío.
Convencido de que el once que presentó en el Camp Nou fue el mejor posible dadas las numerosas lesiones que sufre el Bayern, Guardiola repitió equipo en el Allianz Arena. Eso sí, introdujo algunos cambios tácticos. Empezó con defensa de cuatro, y no de tres como en Barcelona. Colocó a Xabi Alonso por delante de los centrales, con Boateng y Benatia intercambiando sus perfiles. Lahm, Thiago y Schweinsteiger ocupaban todo el ancho del campo, con Müller y Lewandowski en punta. Un claro 4-1-3-2 para ejercer una presión muy alta, pero intentando no ceder muchos metros a la espalda de la defensa. Ya lo dijo Pep: «El Barça se ha convertido en el mejor equipo al contragolpe y, si no nos organizamos, nos penalizarán». Bingo.
Neymar marca su segundo gol al Bayern (Efe)
Pese a la renta lograda en la ida, Luis Enrique tampoco se dejó nada en el banquillo y salió con todo. Hace tiempo que el asturiano comprendió que los experimentos no le gustan a Messi, y no digamos si él es uno de los afectados. No se había cumplido el minuto 7 cuando un córner botado desde la banda derecha del ataque alemán lo cabeceó a la red Benatia, que se zafó con facilidad de la marca de Busquets y batió a Ter Stegen. El meta alemán del Barça llegó a tocar el balón, aunque no lo suficiente. La cara de Luis Enrique reflejaba la lógica preocupación de encajar un gol tan pronto, aunque su equipo no tardó en reaccionar. Al primer despiste del Bayern, un pase adelantado de Messi a Luis Suárez, que estaba al límite del fuera de juego, permitió al uruguayo colarse en el área y ceder a Neymar para que el brasileño marcara el 1-1. De nuevo, los tres sudamericanos en acción.
El empate fue un duro golpe para el Bayern, que empezó a ver al Barça como un espejo, jugando a lo que ellos querían jugar, aunque con ese plus, destacado por Pep, del contragolpe. De nuevo Luis Suárez ganó la espalda a la defensa del Bayern, vio y asistió perfectamente a Neymar, que controló el balón con el pecho y volvió a batir a Neuer con un derechazo ajustado al palo corto. No se había cumplido la media hora de partido y el Barça le daba la vuelta al marcador y sentenciaba aún más la eliminatoria. El Bayern pudo empatar antes del descanso si Ter Stegen no llega a sacar sobre la misma raya de gol un remate de Lewandowski. Por ganar, el equipo de Luis Enrique ganó hasta la posesión al término de la primera parte, aunque por la mínima diferencia: 49-51.
El Barça volvió del descanso sin Luis Suárez, reservado por precacuión al sufrir una pequeña sobrecarga en el isquiotibial de la pierna izquierda. El Bayern, sabedor de que debía cuando menos salvar el orgullo, salió espoleado. Justo antes de la hora de juego, Lewandowski le hizo un ocho a Mascherano y batió a Ter Stegen de tiro ajustado. Un buen gol del delantero polaco, que ponía el 2-2 en el electrónico de un abarrotado Allianz Arena.
Lewandowki y Lahm celebran el 2-2 (Efe)
Con cuatro partidos por delante en los que puede ganar tres títulos, Luis Enrique empezó a dosificar, ahora sí, algunos esfuerzos. El asturiano retiró a Rakitic para dar entrada a Mathieu, adelantar así la posición de Mascherano y meter un poco el equipo más atrás. Justo antes de que Xavi entrara en el terreno de juego, Müller se sacó un derechazo desde la frontal del área para poner el 3-2. Después de la correspondiente celebración, Iniesta dejó su puesto y el brazalete de capitán a Xavi, que cumplía así 150 partidos en la Champions. Casi nada.
El último cuarto de hora fue un monólogo del Bayern, que se adueñó por completo del balón y del partido. Javi Martínez por Schweinsteiger y Götze por Müller fueron los dos últimos cambios de Guardiola, pues antes había entrado Rode por Lahm. Era evidente que mientras los bávaros querían maquillar aún más su imagen, los catalanes sólo esperaban a que el tiempo pasara para regresar a casa y empezar a pensar en el Calderón. Al igual que hiciera Pep en su primera temporada en el banquillo del Camp Nou, Luis Enrique tiene la oportunidad de ganar el triplete: Liga, Copa y Champions. Eso sí, anoche a Messi no le apeteció jugar, quizás porque dio la eliminatoria por ganada, y el Barça perdió. El argentino no dio con esto la razón a Beckenbauer, aunque habrá quien piense que sí.
Ficha técnica:
3. Bayern: Neuer; Rafinha, Benatia, Boateng, Bernat; Lahm (Rode, min.68), Xabi Alonso, Schweinsteiger (Javi Martínez, min.89), Thiago; Müller (Gotze, min.87) y Lewandowski.
2. Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic (Mathieu, min.71), Busquets, Iniesta (Xavi, min.75); Messi, Suárez (Pedro, min.46) y Neymar.
Goles: 1-0, min.7: Benatia. 1-1, min.15: Neymar. 1-2, min.29: Neymar. 2-2, min.59: Lawandowski. 3-2, min.74: Müller.
Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Mostró cartulina amarilla a Rafinha (min.41), Thiago (min.45), Rakitic (min.64), Lewandowski (min.75), Xabi Alonso (min.80) y Pedro (min.83).
Incidencias: partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Allianz Arena de Múnich ante 71.000 aficionados que llenaron el estadio.
Tres jornadas y nueve puntos en juego que decidirán quién es el campeón de Liga. El Barcelona lo tiene de cara, es líder y le saca dos puntos de ventaja al Real Madrid. Más allá de las matemáticas, el estado anímico de los de Luis Enrique roza lo orgásmico, mejor imposible. A la espera de saber qué pasara con la huelga de futbolista, que teóricamente entrará en vigor el próximo 16 de mayo, el Barça debería disputar la final de Copa del Rey el próximo 30 de mayo, tiene serias opciones de estar en la final de la Champions el 6 de junio, después de ganarle al Bayern 3-0 en la ida, y está a tres partidos de proclamarse campeón de Liga. Ganar a la Real Sociedad (18:00 horas/ C+Liga-GolT), que ya no se juega nada, esta jornada en el Camp Nou pasa más por una obligación que por una opción.
La visita de la Real Sociedad traerá los malos recuerdos de la primera vuelta, cuando un gol en propia puerta de Jordi Alba supuso la segunda derrota de la temporada para el conjunto azulgrana. Aunque los donostiarras han sido uno de los pocos equipos que han conseguido plantarle cara a los de Luis Enrique esta temporada, muchas cosas han cambiado desde entonces, empezando por un Barcelona que no se puede permitir el lujo de fallar para seguir dependiendo por sí mismo en la lucha por la Liga. Este partido, servirá también para que Claudio Bravo se reencuentre con el club en el que se hizo grande en España.
El portero chileno vive su primera temporada en el Barcelona y en su memoria guarda las últimas cuatro visitas que realizó con la Real al Camp Nou. En cuatro partidos, recibió 16 goles (5-0, 2-1, 5-1, 4-1). Unas cifras que nada tienen que ver con las buenas actuaciones que firmó durante las siete temporadas que jugó en el conjunto donostiarra y que lo llevaron a fichar por el Barça. En este encuentro, Bravo tratará de olvidar los fantasmas del pasado y vivirá el encuentro desde una posición privilegiada, la portería azulgrana, la menos goleada de toda la liga española con sólo 19 goles encajados.
Si Bravo será el encargado de defender la portería del Barcelona, arriba el tridente de lujo azulgrana, Messi, Neymar y Luis Suárez, será el encargado de buscar los goles para los de Luis Enrique. El técnico asturiano ya ha advertido en la rueda de prensa previa al partido: “Nos quedan cinco finales y ojalá sean seis”. Además, explicó que no guarda “un recuerdo especialmente negativo” del partido de ida y que “fue una derrota normal a lo largo de una temporada. No hubo una temporada a partir de Anoeta”. Esta vez, no se puede fallar.
Si el Barcelona tiene claro que el encuentro ante la Real pasa por lograr los tres puntos, Moyes ya ha advertido que “nadie puede parar a Messi”. Después del indiscutible espectáculo de fútbol que dio el argentino en el partido ante el Bayern, el técnico del conjunto donostiarra se ha deshecho en elogios hacia el jugador azulgrana: “Le admiro”, aseguró. Pese a que sabe de lo complicado del choque y a que la historia juega en contra del club vasco, no han ganado en los últimos 24 años en el Camp Nou y llevan 21 temporadas sin obtener ningún punto, Moyes ha insistido en que quiere “dar la cara y ser competitivos”. Esta tarde, se verá si la Real que ya le plantó cara a los azulgranas en la primera vuelta, lo vuelve a hacer.
– Alineaciones probables
Barcelona: Bravo; Alves, Bartra o Mascherano, Piqué, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rakitic, Iniesta, Messi, Neymar, Luis Suárez.
Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Iñigo Martínez, Mikel González, Yuri; Bergara, Granero, Pardo, Xabi Prieto; Vela, Chory Castro.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego)
Estadio: Camp Nou.
Horario: 18.00 horas.
El Atlético de Madrid se ha convertido en el embajador de Madrid a través de un vídeo de promoción de la ciudad. Bajo el título Enjoy Madrid (Disfruta Madrid) se muestra «el Madrid del Atleti», en palabras del técnico rojiblanco Diego Simeone, que protagoniza el spot.
El equipo rojiblanco siempre ha hecho grandes vídeos de promoción desde aquel «Papá por qué somos del Atleti», a «Un añito en el infierno» o ese en el que el Mono Burgos abría una alcantarilla en la calle Alcalá.
El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y la consejera madrileña de Empleo, Turismo y Cultura, Ana Isabel Mariño, presentaron este miércoles este último trabajo en el que se promociona no el equipo, sino la ciudad. Fue en un acto en la Ciudad Deportiva del Atlético en Majadahonda, al que acudieron, además de Simeone, los jugadores Fernando Torres, Raúl Jiménez, Jorge Resurrección Koke, Antoine Griezmann y Arda Turan. En el vídeo, titulado Enjoy Madrid ¿Cuándo vuelves?, participan estos cinco jugadores del Atlético, que recorren varios puntos de la capital (monumentos, bares, restaurantes) y de la región (Aranjuez o La Pedriza, entre otros) en un autobús, así como el entrenador, que realiza la narración que acompaña al audiovisual.
«Bienvenidos al Madrid del Atleti», dice Simeone, que durante el spot llama a descubrir «el Madrid de los madrileños, el Madrid auténtico y alternativo», y termina dando la bienvenida a los visitantes «al otro Madrid, al Madrid del Atleti».
En la presentación, el presidente Enrique Cerezo destacó el papel del Atlético como «representante de Madrid en el exterior» en las competiciones europeas, así como por el papel de sus jugadores como «embajadores» de la región. «Hemos intentado reflejar el Madrid de los atléticos, un Madrid alternativo. Simeone muestra una ciudad atractiva, un Madrid que nadie querrá perderse», añadió, Por su parte, la consejera de Empleo, Turismo y Cultura, Anabel Mariño, destacó el impacto económico y turístico del fútbol, además de la «atracción» que provoca el Atlético de Madrid y sus futbolistas.
«Dicen los atléticos que la sensibilidad de este equipo refleja un sentimiento especial que cuesta mucho expresar con palabras. Esa es la imagen sugerente, castiza, moderna y alternativa que hemos intentado mostrar de Madrid y lo que representa el Atlético a través de este vídeo, que vamos a expandir en líneas aéreas y canales turísticos», dijo Mariño.
Pues sí. Pep Guardiola tenía razón. “Si Messi está como intuyo que está no hay defensa que pueda pararle, es imposible”, resumió en la previa. Y así fue. Y el técnico lo sabía, lo intuía, pero no pudo hacer nada para parar a la bestia, al genio, al enorme jugador que es Leo Messi. La vuelta del maestro, del ‘mito’ Pep Guardiola como le llaman muchos en Barcelona, no pudo ser más agria. Sus amigos ya avisaban en los días previos que, más que las bajas, lo que le preocupaba de verdad era el argentino y la certeza absoluta de que poco podría hacer ante su talento. Ya temía que, al estilo Frankenstein, la criatura que él creó con un balón delante no conoce ni a su padre.
No fue noche de nostalgias, melancolías ni homenajes para Guardiola. Él tampoco se prestó a ello. Salió el último al césped al comienzo y tras el descanso, evitando así una posible ovación, pero también encontrarse en el túnel de vestuarios a sus exjugadores. Sí se vio a Thiago y a Pepe Reina abrazarse con Xavi, Alba, Busquets e Iniesta, pero Pep se quedó en el vestuario hasta el último momento y no se cruzó con nadie. Antes de que comenzara el partido, con todos los futbolistas ya sobre el césped, subió rápido los últimos escalones de acceso al campo y se sentó en el banquillo visitante que le correspondía. Fue Luis Enrique el que fue a buscarle. Se abrazaron y, venga, al lío. Comenzó luego el partido tan eléctrico que no hubo más oportunidad para recordar el pasado, ni una sola vez se coreó su nombre en el estadio que tanto le ha adorado y añorado en muchos momentos.
No paró quieto Guardiola durante todo el partido, como en él suele ser habitual. El entrenador es un tipo nervioso hasta el extremo que vive los partidos con tanta intensidad en el banquillo como cuando era jugador y vomitaba antes de los encuentros. Sólo se sentó, ya derrotado, cuando Neymar marcó el tercero en el minuto 90’. Se dio la vuelta, apretó los dientes y se tiró en el moderno sillón del banquillo. Pep tardó luego una eternidad en salir del vestuario, casi una hora, y atender a los medios de comunicación. Afónico y fastidiado se rindió a la evidencia: “¿Messi? Lo único que se puede hacer con esta clase de jugadores es que participen lo menos posible porque cuando lo hacen no hay nada que hacer”.
Durante los cuatro años que dirigió al Barça declaró en un buen puñado de ocasiones que su único mérito era que le habían elegido a él para el puesto y no a otro y expresó su admiración hacia los futbolistas. Muchos le afearon la falsa modestia y, evidentemente, gran parte de la ‘culpa’ era suya, pero Messi se escapa a cualquier táctica o jaula. “Es duro”, admitió anoche el entrenador, “pero estoy muy orgulloso de mis jugadores y hemos llegado hasta aquí, no tengo ningún reproche. Felicito de corazón al Barcelona. Nos vemos la semana que viene en Múnich”, concluyó. Con el disgustazo por el 3-0 no estuvo Guardiola tan certero en la utilización de las palabras como en la previa, cuando vaticinó con una de esas frases redondas suyas: “El talento no se defiende”.
No hubo ni rastro de melancolía en el Camp Nou y sí una enorme explosión de júbilo por el fabuloso resultado. Mira si no era noche para homenajes, ni nostalgias, que ayer un mito como Xavi disputó sus últimos nueve minutos con la camiseta del Barça en Champions en el Camp Nou y todos los focos sólo se centraron en Messi.
El protocolo del Barcelona dice que durante los viajes del equipo Messi –también Neymar y esporádicamente Luis Suárez y Alves- debe tener a su lado un guardaespaldas, al menos en los pocos tramos que los jugadores se exponen al aficionado, en el paseo dentro del aeropuerto hasta alcanzar el mostrador del vuelo; en los escasos metros desde que abandonan el autobús hasta llegar al hotel. Es por seguridad y también es por liberar un poco el paso del argentino, solicitado por todos para un selfie, para que les firme una camiseta o simplemente para pasarle el brazo por encima. Y Messi, paciente, se deja hacer una foto, estampa alguna firma y reparte sonrisas como hizo al llegar al hotel de Córdoba. Luego, se escabulle y desaparece. Es una habilidad que también logra en el césped, casi siempre atado por uno o por dos y casi siempre airoso de los retos que le plantean. Como demostró, una vez más, frente al Córdoba.
Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro”
Mascherano
Al iniciar la temporada, Luis Enrique fue de lo más explícito cuando le requirieron por la movilidad de Leo, si seguiría en el frente del ataque o actuaría más de enganche. “Tiene la libertad para moverse por donde quiera, él decide”, resolvió el entrenador azulgrana; “lo único que ha de vigilar es que no se desequilibre el equipo”. Ocurre que a Messi poco le importa eso, sobre todo porque el equipo juega para él tanto con el balón como sin él. Es decir, que en el ataque es la referencia y en defensa tiene otro tipo de guardaespaldas porque rara vez no corre Luis Suárez o el volante más próximo a ocupar su hueco. Todo un ecosistema Messi que funciona de rechupete y que se traduce en un Barça de lo más incisivo en la fase ofensiva y solidario en la defensiva. “Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro. Y teniendo jugadores delante hace que se libere su juego y tenga más chances de uno contra uno. Así se le ve más”, explica Mascherano, que mueve las manos en zigzag como si fuera el 10.
La expresividad de Messi en el campo, sin embargo, se ha acentuado en este curso. “Es que en la banda no lo fijan los centrales y no hay otros dos mediocentros que le encimen. Allí sólo tiene a uno y entonces es imparable”, cuenta Piqué. Pero que recalara en el costado fue una decisión del propio futbolista, que entendió que Luis Suárez era más bien torpón lejos de su hábitat, lejos del área. Así, le transmitió a Luis Enrique su decisión y así se hizo porque era un movimiento por el bien común. “Estamos hablando de alguien que entiende este deporte como ninguno. Dentro del campo ve cosas que los normales no vemos y por eso es el mejor del mundo”, se deshace Mascherano.
Inteligente y maduro, le dejó tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo
Inteligente y maduro, que por algo ante el Córdoba le dejó tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo, Messi se acoge a la libertad absoluta sobre el tapete para reivindicarse cada día como un futbolista nuevo: en ocasiones hace de ariete; en otras, ayuda en la composición del juego; pocas veces se limita al carril derecho; y las más actúa de enganche con diagonales imparables y pases definitivos (lleva 18 asistencias en la Liga, cuatro en Copa y otras tantas en la Champions). Ante el Atlético en Copa, por ejemplo, martirizó al lateral Gámez, lo mismo que a Clichy frente al Manchester City en el Etihad Stadium; y, sin ir más lejos, él solo se ha bastado para descomponer al Espanyol y al Córdoba como mediapunta, con pases filtrados por dentro a las carreras de Alba, Neymar o Suárez.
Messi tiene la palabra y la decisión –“es un escoge”, como diría el técnico Louis Van Gaal en su época azulgrana- y el equipo encaja el resto de las piezas. Y Leo es feliz y se preocupa de que no se resquebraje su libertad ni su ecosistema, como demostró al final del encuentro cuando cogió la pelota y se preocupó de dársela a Luis Suárez, que firmó su primer triplete con el Barcelona.
Xavi dio marcha atrás este verano y decidió quedarse en el Barça, por lo que desde la dirección deportiva respiraron aliviados al no tener que buscar un sustituto que garantizara el orden en el juego, alguien que llevara las manijas del fútbol azulgrana. Prefirieron, además, aguardar a la evolución de Samper, jugador del filial con un cerebro en los pies, y le antepusieron a Kroos, futbolista que finalmente recaló en el Madrid.
Los dos relevos naturales de Xavi ya emigraron del Barcelona. El primero fue Thiago, que prefirió el Bayern porque suponía que tendría más continuidad y porque Guardiola le hizo ver lo importante que sería en su equipo. Ahora, después de una lesión de rodilla que le apartó un año de los campos, ha regresado con el toque y la clarividencia de siempre, futbolista que descuenta líneas de presión con un pase y que alborota el fútbol en las zonas concluyentes. Acaba de celebrar la Bundesliga y pide turno para medirse con el Barça en Europa. También se marchó Cesc, molesto por unas cuantas pitadas del Camp Nou y con el sentimiento de la incomprensión porque no hubo quién diera más asistencias de gol (22) y quien ofreciera más posibilidades en su fútbol, bien de mediocentro, de mediapunta o de falso delantero. También acaba de festejar la victoria de la Premier con el Chelsea tras 23 asistencias.
Thiago y Cesc se marcharon, por lo que no queda un relevo natural de Xavi más allá de Samper
Ahora, la opción de Samper parece haber perdido un poco de fuelle porque no ha podido brillar en el filial, equipo destartalado que pelea sin demasiado éxito por no descender a Segunda B. La falta de un relevo para Xavi, en cualquier caso, es un mal endémico en este Barcelona, toda vez que varios jugadores ya han deslizado su intención de marcharse o, al menos, sus serias dudas de continuidad. Es el caso del mismo Xavi, de Pedro, de Adriano y de Alves. Luis Enrique tiene contrato hasta 2016, pero no habla sobre su futuro. “No concibo el Barça del año que viene sin este entrenador”, expuso Bartomeu. Pero tampoco se sabe quién será el nuevo presidente, con las anunciadas elecciones a la vuelta de la esquina, por más que la fecha de los comicios esté por determinar.
El Barça funciona de rechupete ahora, con técnico, plantilla compensada y Xavi como baluarte para guardar el balón en caso de necesidad; pero no se sabe en qué acabará el año que viene, sancionado por la FIFA a no fichar hasta enero de 2016 por la contratación irregular de menores.
El de Xavi es un nombre demasiado corto para una carrera tan larga y una huella tan profunda en la historia del fútbol, no solo en la del FC Barcelona, también en la del deporte español. Más de 750 partidos le contemplan con la camiseta del Barça, club al que ha defendido durante 17 temporadas, el único para el que ha jugado y, desde ayer, cuando sustituyó a Iniesta en el tramo final del partido ante el Espanyol, es el octavo futbolista en sumar 500 partidos en la Liga española, por detrás de Zubizarreta (622), Raúl (550), Eusebio (543), Buyo (542) Sanchís (523) Casillas (506) y Soler (504).
El centrocampista de Terrassa llegó al Barcelona con 12 años y no se ha movido de ahí
Xavi es el cuarto futbolista español que accede al selecto club de los 500 partidos en Liga defendiendo los colores de un único club tras Sanchís, Raúl y Casillas, que los alcanzaron jugando tan solo para el Real Madrid. El centrocampista de Terrassa llegó al Barcelona con 12 años y no se ha movido de ahí. La casualidad quiso que el partido coincidiera con el encuentro número 500 de Steve Gerrard en el Liverpool, otro hombre que ha dedicado toda su carrera a un único club, otro futbolista ejemplar.
El volante catalán debutó en primera división el 3 de octubre de 1997, en Mestalla, de la mano de Louis Van Gaal –“un técnico muy valiente, un adelantado por sus métodos, que no se casaba con nadie, valiente, pero que a veces asustaba, por lo menos a mí, que entonces era un crio”- reconoce ahora el capitán del primer equipo, y en mayor o menor medida, desde el holandés, ocho entrenadores le han dado su confianza: Serra Ferrer, Rexach, Antic, Rijkaard, Guardiola, Vilanova, Martino y Luis Enrique.
Xavi ha marcado 57 goles, ha dado 96 pases de gol y ha celebrado 7 ligas para un total de 22 títulos que ha ganado con el Barcelona en estos años, siendo el futbolista español más laureado de la historia. Acostumbra a señalarlas como su mejor recuerdo en el Barça, sin desdeñar los triunfos en las finales de las Copas de Europa, en especial las de Roma y Wembley “por el alto nivel de juego que ofrecimos”. Tampoco olvida el gol que le marcó a su amigo Iker en el Bernabéu, de vaselina, tras una asistencia de Kluivert, al final de la primera temporada de Rijkaard en el Barcelona, que sirvió para que el Barcelona ganara aquel partido (1-2)
El Barça enmudece al Espanyol
El Barcelona, al dictado de Messi
Jordi Alba: “¡Siempre igual, siempre a mí!”
Cuando el fútbol es lo de menos
“Ni por casualidad soñé que conseguiría lo que he conseguido. Ni por un segundo, de niño, se me pasó por la cabeza vivir todo esto. Me siento un auténtico privilegiado” ha dicho Xavi, que difícilmente olvidará la bronca que acompañó la puesta en escena de su quinto centenario en la Liga. Faltaban pocos minutos para el término del partido cuando Luis Enrique le mandó sustituir a Iniesta, a quien acompañó la tradicional ovación que le recuerda como héroe de la final de Johannesburgo y por el detalle que tuvo al dedicarle el gol y el triunfo a su amigo Jarque, fallecido de un paro cardiaco y capitán españolista. Fue poner el pie en el campo Xavi y las palmas se tornaron una estruendosa pitada. La respuesta del catalán fue tirarle un sombrero a un centrocampista local.
El contrato de Xavi con el Barcelona termina el 30 de junio de 2016, pero no está claro que vaya a continuar en la disciplina del club en el que ingresó con 12 años. La decisión, en cualquier caso, solo depende de él, que debe decidir si cumple el documento en vigor con el Barcelona o acepta una de las dos ofertas que tiene sobre la mesa, la de un club catarí o la del New York City. El Barça pretende que se quede al menos hasta enero de 2016, pero le ha dado vía libre para que decida lo que mejor le convenga.
A falta de cinco jornadas para el final de la Liga, el Barcelona camina líder con dos puntos de ventaja sobre el Madrid. Lo espera el Athletic en el final de la Copa del Rey y el Bayern en la semifinal de la Liga de Campeones. El Barça comienza la recta final de la temporada empujado por el juego y con la tranquilidad de un buen trabajo en las tres competiciones. Ocurre, sin embargo, que su entrenador Luis Enrique entiende que el éxito del equipo estará marcado por las copas que levanten. «No me fijo en mínimos, hay que ir siempre a por el máximo. El objetivo es ganar títulos. Tenemos que seguir haciendo lo mismo que hemos hecho hasta ahora y luego valoraremos, en función de los títulos, la nota de nuestra temporada», aseguró el entrenador blaugrana.
Tras la victoria del Barcelona, el sábado pasado en el Power8 Stadium, mañana llega el Getafe (20.00). El Barça no pudo con el equipo de Pablo Franco en la ida (0-0, en el Coliseum) y recordó Luis Enrique el chasco que sufrió la temporada pasada en el Camp Nou, entonces dirigido el equipo por el Tata Martino (2-2, empató el Getafe en el último minuto gracias al gol de Lafita). “El partido del año pasado y el de la primera vuelta pueden ser una gran referencia. Nos tomamos el choque contra el Getafe muy en serio”, analizó el preparador azulgrana; «para cualquier equipo el Camp Nou es un escaparate perfecto. Es un conjunto complejo que a pesar de las bajas nos va a presentar dificultades”. Y completó: «Nosotros no nos relajamos y nunca dimos una imagen tranquila, ni siquiera en los partidos de inicio de la Copa. Mañana necesitamos ser un equipo serio y disciplinado, esa es la clave porque los rivales no ceden».
Luis Enrique pudo contar esta mañana, por primera vez en la temporada, con toda la plantilla. Nueve meses después de su llegada a Barcelona, Vermealen recibió este domingo el alta médica tras superar sus problemas en los isquiotibiales, que lo llevaron al quirófano. «Hoy empezamos el entrenamiento con una muy buena noticia», explicó el técnico asturiano; «había llegado, en su momento, lesionado y solventó sus problemas físicos después de una operación y mucho esfuerzo. Hoy ha sido un buen día para él y para el equipo». El entrenador del Barcelona entiende que el central belga tiene mucha competencia en su puesto, pero esta seguro de que el exjugador del Arsenal será útil para el grupo. «Estoy seguro de que no puede ayudar, una cosa es si dentro o fuera del equipo», añadió.
Por último, el preparador del Barcelona, consultado el momento vivido este domingo por Garitano (el técnico del Eibar abandonó la rueda de prensa en Almería por las quejas al responder en euskera), respondió: «Sólo faltaría que no puede contestar en su idioma».
El calendario es el mejor aliado, a priori, de un FC Barcelona que a falta de cinco jornadas tiene el título de Liga al alcance de la mano. Este martes visita el Camp Nou (20:00 horas) un Getafe que aún tiene que remar para sellar la salvación, un rival teóricamente asequible para el equipo de Luis Enrique. Visita a Córdoba, Real Sociedad en el Camp Nou, cita en el Vicente Calderón y Deportivo en Barcelona en la última jornada. Su gran enemigo ha de afrontar, tras recibir este miércoles al Almería, una complicada salida al Sánchez Pizjuán, para enfrentarse a continuación al Valencia en el Bernabéu; Espanyol, como visitante, y Getafe, en casa, aguardan en el horizonte. Con este panorama, el Atlético-Barcelona apunta a partido definitivo… o no. Dependerá de la situación del equipo de Simeone en la tabla.
Se apunta al Vicente Calderón como epicentro del desenlace de la Liga. Es el rival más complicado que le queda por delante al equipo de Luis Enrique, pero antes de que llegue esa cita, los resultados dictarán su importancia capital o todo lo contrario. Puede suceder que el Real Madrid se imponga a Sevilla y Valencia para meter máxima presión al Barcelona, pero si lo consigue el escenario para los intereses del equipo de Simeone puede estar ya despejado. Luchando por la tercera plaza con los citados rivales del equipo de Ancelotti, si ambos caen en sendos partidos dejarían a los rojiblancos con el objetivo cumplido si no fallan antes de esa penúltima jornada. El Barça, entonces, se mediría a un rival sin la necesidad de ganar y que, además, tendría en su mano la posibilidad de quitar la Liga a su gran enemigo.
Con este panorama, y teniendo como primer mandamiento de obligado cumplimiento ganar a Sevilla y Valencia, consecutivamente, es el Atlético de Madrid el equipo del que depende el Real Madrid claramente. La escuadra de Simeone ha de afrontar, antes de recibir la visita del Barcelona, tres correosos partidos. Este miércoles rinde visita al siempre complicado Villarreal -se impuso en el Calderón en la primera vuelta-, que no se puede despistar en su lucha por conseguir plaza europea. Días después recibe la visita del Athletic, que todavía pelea por el mismo objetivo; y a renglón seguido visita a un Levante que huye del descenso y que la temporada pasada se impuso en el Nou Estadi al Atleti en la antepenúltima jornada de Liga. Si sale airoso de estos compromisos, el partido ante el Barça será un puro trámite. Si la tercera plaza -incluso la cuarta- está en juego, será una auténtica final para el equipo del Manzanares.
En esta lucha por ganar la Liga se mezclan un puñado de contendientes, cada uno con sus respectivas batallas. Apuntando al Vicente Calderón como lugar caliente para el desenlace final, Sevilla y Valencia tendrán su incidencia en función de sus resultados. Al margen sus enfrentamientos con el Real Madrid, ambos tienen un calendario que, con sus complicaciones, pueden sacar adelante para estar presionando -si es que falla- al Atlético de Madrid hasta el final. Los de Nuno deben recibir a Celta y Eibar, viajando a Vallecas y Almería. Mientras, el equipo entrenado por Unai Emery debe desplazarse a Eibar, Vigo y Málaga, enfrentándose al Almería en el Sánchez Pizjuán.
Presionado por el Real Madrid, no da la impresión de que Luis Enrique vaya revolucionar en exceso su once para recibir al Getafe. Messi sigue siendo intocable porque el argentino no entiende de descansos, mientras Neymar parece haber adquirido un rol similar tras enganchar una serie de enfados por salir del terreno de juego antes de tiempo. Aún así, Pedro podría entrar en acción por el brasileño. No se olvida en Barcelona, por otra parte, que el Getafe arrancó un punto del Camp Nou (2-2) la pasada temporada, que acabó siendo definitivo para que la Liga volara a las vitrinas del Vicente Calderón. Rakitic y Xavi tienen opciones de recuperar galones de titular, mientras Adriano ocupará el lugar del sancionado Jordi Alba y Bartra podría tener su oportunidad, después de que Luis Enrique haya dejado fuera de la convocatoria a Gerard Piqué.
La derrota sufrida en casa ante el Levante en la última jornada, obligan al Getafe a no descuidarse en esta recta final de temporada. Con un colchón de 7 puntos con el Deportivo, equipo que marca la zona de descenso, los de Pablo Franco no se pueden despistar. El equipo del sur de Madrid se presenta en el Camp Nou con los justos, pues a los lesionados de larga duración -Yoda, Lafita, Valera y Álvaro Vázquez-, hay que añadir a Diego Castro y Pablo Sarabia, ambos con problemas físicos. Ello provocará que Emiliano Buendía o Álex Felip, ambos canteranos, encuentre un sitio en el once. Por el contrario, el técnico recupera para armar la zaga a Alexis y Velázquez, dos jugadores básicos para el Getafe.
Alineaciones probables:
Barcelona: Bravo; Alves, Bartra, Mathieu, Adriano; Xavi, Busquets, Rakitic; Messi, Suárez y Pedro.
Getafe: Guaita; Vigaray, Alexis, Velázquez, Escudero; Juan Rodríguez, Lacen; Pedro León, Emi o Alex Felip, Hinestroza; y Babá.
Árbitro: Fernández Borbalán (Comité Andaluz).
Estadio: Camp Nou.
Hora: 20.00.
“Estás fuerte, ¿eh?”, le dijo uno al otro cuando se dieron la mano. Posaron para la foto. Sonrientes. Primaveral, el ambiente en Cornellà-El Prat convidaba a la cordialidad de dos tipos que se conocieron cuando vestían de corto —compartieron experiencia mundialista en Corea y Japón, el 2002— y todavía no salían al campo en camisa. Como ahora, que Sergio González y Luis Enrique se enfrentan desde los banquillos. Lo harán este sábado (16.00 horas; C+Liga, GolT) en un derbi que puede marcar el devenir de la Liga.
“Ganar serían tres puntos muy importantes en la carrera por el título. Cada jornada tengo esta sensación. Creo que el campeonato estará muy reñido hasta el final, como está ocurriendo”, apuntó el técnico del Barcelona, líder de la Liga con dos puntos de ventaja sobre el Madrid, un día antes de plantarse en el Power8Stadium. “Es un derbi, con lo que eso significa. Y un partido que, por las fechas en las que estamos, será clave y estimulante para nosotros”, indicó.
Es su jugador de más calidad. Y puede solventar solo la papeleta”
Luis Enrique
Cree Luis Enrique que tanto ellos como su principal rival por el título perderán puntos en su camino hacia el trofeo liguero: “Difícilmente los dos de arriba ganaremos los seis partidos, se perderán puntos, pero ojalá no seamos nosotros los que pierdan”.
Al entrenador le preocupan las transiciones del Espanyol. Y Sergio García: “Es su jugador de más calidad. Y puede solventar solo la papeleta”, apunta. Sabe, como sentía cuando era jugador, que va “a territorio hostil”. Pero, “nos favorece, nuestros jugadores están acostumbrados a eso. Habrá que meterle intensidad”.
Cree Sergio que de eso le faltará al Espanyol. O así aspira a que juegue su equipo: “Estamos preparados. Afrontamos el partido con ilusión y compromiso. Tenemos que ser un equipo agresivo y competitivo. Tenemos que hacernos fuertes, porque nosotros también tendremos nuestras opciones”, señala el técnico blanquiazul.
Sería bonito poder compensar a la afición el mal sabor de boca que nos dejó la Copa”
Sergio González
Quiere que el Espanyol, que aspira a competir en Europa el año próximo, juegue con las líneas muy juntas: “Al Barça le gusta mucho jugar por dentro, filtrar pases. Tenemos que hacernos fuertes atrás para ganarles la espalda. Y aprovechar nuestras opciones con balón para hacerles daño”. Confía el entrenador en repetir la primera parte en el Camp Nou (5-1, 0-1 hasta el minuto 45). “Sería bonito poder compensar a la afición el mal sabor de boca que nos dejó la Copa”, añadió, en referencia a esa final que les negó el Athletic. De momento, la estadística no acompaña. El Espanyol no le ha ganado al Barça desde que estrenó estadio: tres victorias y dos empates de los azulgrana en cinco temporadas. El Tamudazo, en 2007, queda ya demasiado lejos.
Andrés Iniesta ha jugado 104 partidos en la Champions y aunque no ha marcado muchos goles, 10, se le recuerda alguno histórico, y muchos pases. Iniesta, con un pincel, ha llenado de sentido los últimos diez años de la competición. Un día pidió camisetas y el martes se las regaló a Verrati y Maxwell, porque ahora es a él a quien se las piden. Es el tercer jugador con más asistencias, 22, empatado con Cristiano Ronaldo (en 112 partidos) y Kaká (en 86), por detrás de Giggs (27 en 71 partidos) y Xavi (24 en 103). Por la puerta de la Champions, precisamente, se reivindicó el martes en una temporada llena de claroscuros.
“Nunca me imaginé a Iniesta tocando el tambor, él toca el violín”, dijo una noche, cenando en Barcelona, Eduardo Galeano, tras recibir el premio Vázquez Montalbán. Hablaba de Sudáfrica y de vuvuzelas, de la tierra donde Iniesta entró en la historia. Iniesta ha seguido de pie tocando el tambor, fiel a la idea que le sacó de Fuentealbilla y le llevó a La Masia, el sueño de ser jugador del Barcelona. Y si Luis Enrique le pidió más, se lo dio. Y cuando cogió el arco ante el PSG, el mundo supo que sigue estando: dejó el tambor y tocó el violín.
“Nunca me fui”, dice Andrés; “estoy supercontento con él” defiende Luis Enrique
Sacó el Barcelona de centro, le llegó la pelota al manchego y buscó a Messi, aún sobre el mediocampo. La Pulga se la pasó a Mascherano, pareja de Piqué como central, 15 metros detrás de él, en lo que fue una declaración de principios: no había prisa, la eliminatoria iba 3-1 y era cuestión de jugar al fútbol. Y en esas, la afición descubrió que Iniesta sigue siendo Iniesta, que no se ha ido, que sigue ahí, que con Xavi en el banco, el brazalete lo lleva él. Demasiado tiempo sin tocar el balón había dado que pensar, había generado demasiadas dudas sobre el rendimiento de un Jaguar reconvertido en todoterreno. Lleva todo el año con el mono de faena y ayer, que le dio el partido para jugar con esmoquin, demostró que sigue siendo algo especial, un jugador distinto, como los vinos de la bodega que llevan su nombre, de los que ayer hizo una cata privada en Barcelona.
“Estoy supercontento de su rendimiento. No tengo absolutamente nada que reprocharle, al contrario”, ha repetido de manera constante Luis Enrique desde que comenzó el curso. Cuanto mayores eran las críticas al volante, mayor la defensa de su entrenador, que le puso casi siempre, siendo uno de los jugadores más utilizados de la plantilla, por detrás de los porteros y de Messi. “Yo nunca me fui, otra cosa es que la gente me quiera ver de una manera o de otra. Pero siempre he estado ahí, ayudando como puedo a que el equipo vaya adelante”, aseguró el centrocampista. Y añadió: “No siempre las cosas salen como uno quiere, pero, a menudo, la valoración que uno hace no tiene por qué coincidir con la del resto de la gente, porque yo valoro cosas que a lo mejor no se valoran desde fuera”.
El Barça recuperó sus mecanismos y así es fácil que Iniesta brille”
Angel Cappa, entrenador
El martes, contra el PSG, jugó Iniesta durante 45 minutos y jugó el Barcelona como pocas veces lo ha hecho este año. En un sprint espectacular, cogió la pelota en su propio campo y a la carrera, y a golpe de cintura, sentó a cuatro tipos vestidos de blanco, que se desplomaron a su paso, hasta desactivar a un quinto con el pase a Neymar, a quien dejó solo ante Sirigu en la que puede considerarse su cuarta asistencia en esta Champions, las mismas que lleva Koke. “Fue una jugada fantástica y me dejó solo. Sólo tuve que eludir al portero”, le agradeció Neymar después. Ángel Cappa se rindió a su grandeza: “En la primera parte ha sentado cátedra, es un jugador maravilloso. El Barça recuperó sus mecanismos y así es fácil que Iniesta brille”, dijo el técnico argentino alabando los 45 minutos que jugó el 8. Si se quedó en el vestuario en el descanso fue porque Luis Enrique prefirió protegerle, pensando en el derbi del sábado en el campo del Espanyol.
El partido de Iniesta generó también elogios entre los jugadores. “Es una lástima que Andrés sea contemporáneo de estas bestias que acaparan todos los elogios”, dijo Javier Mascherano en referencia a Messi y Neymar. “Iniesta es un jugador especial y entiende el fútbol de una manera exquisita. A los que nos gusta esto, disfrutamos de él”. Van 104 partidos con Iniesta en la Champions League, tocando el tambor o tocando el violín.