Con Rafa Benítez trabajando ya para «impulsar» al Real Madrid, el Nápoles se quedó a última hora sin plaza para disputar la Champions y ha tardado lo justo en ponerse en marcha para encontrar un sustituto al entrenador madrileño. Y el primero que ha aparecido en el horizonte es Unai Emery. Doble campeón de la Europa League con el Sevilla, la cotización del hondarribitarra se ha disparado. Tal es el interés del club del sur de Italia que su presidente, Aurelio De Laurentiis, se plantó este lunes en Madrid para negociar cara a cara con el propio Unai y hacerle llegar una oferta por tres temporadas y una cantidad que rondaría los 3,5 millones por cada una de ellas. El problema es que, además de no jugar la Champions, a Emery no le han llegado muy buenas referencias del Nápoles…
Según ha podido saber este periódico, uno de los asistentes de Benítez –El Confidencial ya informó que Rafa avisó a Ancelotti de su despido-, se puso en contacto con Unai para avisarle de lo que se podría encontrar, llegado el caso, en el club napolitano. No le habló en términos excesivamente positivos por su manera de funcionar y le aconsejó que se pensara muy bien lo de embarcarse en esta aventura. Rafa Benítez inició su primera temporada entusiasmado por que el extravagante De Laurentiis le dio prácticamente todo lo que pidió, casos de Higuaín, Callejón y Raúl Albiol, pero esta pasada campaña el proyecto quedó muy debilitado al no llegar jugadores de especial relevancia. Este hecho le hizo tener claro hace muchos meses que no seguría en Nápoles, del cual se despidió hace una semana, ya con la oferta y el acuerdo cerrado para reemplazar a Carlo Ancelotti.
El club italiano ya le avisó hace un año al nuevo entrenador del Real Madrid que para el ejercicio recién terminado la inversión sería mínima. Benítez tuvo que aguantar y trabajar con un plantel poco potenciado para aspirar a mayores cotas. Por ello, uno de sus colaboradores no tardó mucho en informar a Emery, cuando se enteró de los planes de Aurelio de Laurentiis, de que en el Nápoles no le dará muchas facilidades para poner en pie un proyecto ganador. “Es un club muy complicado”, le aseguró.
Unai Emery y José Castro sostienen el trofeo de la Europa League (EFE)
“Emery es un señor que cumple sus contratos”, dijo José Castro, presidente del Sevilla, para dejar claro que el técnico vasco seguiría un año más, el que tiene firmado y renovó automáticamente al clasificarse para la Liga Europa. Unai prescindió de los servicios de Iñaki Ibáñez, su agente desde hace años, para ponerse en manos de Jorge Mendes en esta negociación con el Nápoles. Como ya hemos comentado, el club italiano le ha puesto sobre la mesa un contrato de tres temporadas, a razón de unos 3,5 millones de euros. El Sevilla confiaba en prorrogar el compromiso a la vista del gran trabajo realizado por el protagonista.
Jorge Mendes ofreció hace unos días a Emery al Real Madrid. La respuesta fue negativa pese al gran interés de Unai por sentarse en el banquillo que ocupará Rafa Benítez. El agente portugués hizo lo mismo en un Manchester City en el que la figura de Manuel Pellegrini se ha tambaleado en los últimos tiempos tras volver a tropezar en la Champions y no revalidar el título de la Premier. Hay que recordar que el Milan, ahora centrado únicamente en obtener el ‘sí’ de Carlo Ancelotti, también tuvo al entrenador sevillista en su agenda tras otra desastrosa temporada, aunque esta opción quedó en el olvido.
Emery siempre soñó con jugar la Champions League con el Sevilla, objetivo cumplido tras ganar en Varsovia la Europa League, y esto es precisamente lo que más le puede hacerse pensar la oferta del Nápoles. Sin embargo, el técnico ha sido evasivo cuando se le preguntó una y mil veces si podía garantizar su continuidad. Mientras, entrenadores como Fran Escribá, muy bien valorado por Monchi, esperan el desenlace final de esta historia. Sea cual fuere, la imagen de Unai a ojos del sevillismo ha quedado tocada al trascender su negociación con el Nápoles, sobre todo después de ganarse su cariño con mucho esfuerzo, pues por momentos fue bastante criticado por la masa social.
Emery nos ponía tantos vídeos que se me acabaron las palomitas. Estuve tres años con él. Cuatro ya no podía”, ha declarado Joaquín, jugador de la Fiorentina, en una semana muy especial para él. Andaluz y bético, el extremo lidera a un equipo italiano que se mide al Sevilla en la ida de las semifinales de la Liga Europa (21.05, Cuatro).
El Sevilla, contra el Fiorentina
El Sevilla firma otra gesta y pasa a semifinales ante el Zenit
El espíritu de White Hart Lane
En pleno reencuentro entre Joaquín y Emery (juntos en el Valencia tres temporadas) y con media Sevilla bética buscando camisetas de la Fiorentina, el tricampeón quiere más en su competición favorita. Si la pasada campaña fue el Valencia el rival, ahora los de Emery se encuentran con un histórico de la Liga italiana moldeado por la mano de su técnico, Vincenzo Montella.
Un equipo que poco tiene que ver con el tradicional fútbol que se practica en Italia. Al menos con el tópico de los técnicos y aficionados de media Europa. “La Fiorentina es un equipo muy distinto de los del resto de Italia. Les gusta tener el balón y ser ambiciosos”, aclara el delantero Bacca, al que que adornan 20 goles en la Liga y cuatro en la Liga Europa.
El Fiorentina quiere el control del partido desde la posesión», afirma Emery
“Será una eliminatoria preciosa entre dos equipos con historia y dos estilos distintos. Ellos siempre quieren imponer su estilo y lo intentarán hacer en nuestro campo. Quieren la posesión de balón para mantener el control del balón”, afirma Emery, quien lleva desde el sábado por la noche viviendo intensas sesiones de vídeos con los partidos de la Fiorentina. “Me preocupan los movimientos de Mario Gómez, las subidas de sus laterales o la entrada desde la segunda línea de jugadores como Borja Valero”, añade el preparador vasco.
En pleno intercambio de papeles, es el Sevilla el equipo que presenta un perfil más italiano en su estilo. “Es un equipo muy agresivo y fuerte. Roba y sale con rapidez. Es poderoso en su estadio. Nosotros sabemos que tenemos un partido de vuelta y jugaremos con esa mentalidad”, aclara el propio Joaquín, que recibirá la visita de toda su familia en Sevilla.
Joaquín es uno de los tres futbolistas españoles que tiene la Fiorentina. Los otros dos Borja Valero y Marcos Alonso, aunque el chileno Matías Fernández y el argentino Gonzalo Rodríguez (ambos ex del Villarreal) también tienen la nacionalidad española. Quinto clasificado en la Serie A, la Fiore ha jugado con valentía las difíciles eliminatorias que le han tocado esta temporada tanto en la Copa de Italia como en la Liga Europa. En la Copa, ganó 0-2 en casa de la Roma y 1-2 en la de la Juventus. En la Liga Europa, la Fiorentina ha eliminado al Tottemhan (1-1 en Londres), a la Roma (0-3 en el Olímpico de la capital) y al Dinamo de Kiev (1-1 en Ucrania). “Vamos a intentar que no marquen fuera de casa por primera vez en la competición”, recalca Bacca.
El Sevilla cuenta con la importante baja del central Pareja, lesionado de gravedad, y mantiene una duda en la portería. Beto todavía sigue sufriendo las secuelas de la lesión que le produjo Benzema en su hombro el pasado mes de febrero. Rico, que despertó algunas dudas frente al Madrid el pasado sábado en Liga, ha cumplido con las expectativas hasta el momento. El mediocentro Krychowiak jugará con una llamativa máscara y liderará a este Sevilla a la italiana que busca la final de Varsovia. “Lo que más me gusta de este Sevilla es su experiencia internacional y su juego aéreo. Roba y sale muy rápido”, expuso Vincenzo Montella, entrenador del conjunto viola.
De los cuatro semifinalistas de la Liga Europa, no es el Sevilla el que más faltas ha hecho a lo largo de la competición. Los andaluces han hecho 155 en 12 partidos, pero el Dnipro, otro semifinalista, ha llegado a las 210. Curiosamente, los dos equipos italianos han hecho menos faltas que sus rivales. El Nápoles, 134, y el Fiorentina, 130. Mientras, Joaquín llegó al Ramón Sánchez Pizjuán con una amplia sonrisa y con ganas de hacer feliz a los béticos que le siguen aclamando como un auténtico ídolo.
A un par de pasos de colarse en la final de una Europa League que domina como nadie (la ganó en 2006, 2007 y 2014), el Sevilla recibe a la Fiorentina en el primer acto de unas semifinales que tienen un protagonista principal. Joaquín Sánchez, de sangre bética, pisa de nuevo territorio hostil, un Sánchez Pizjuán que a buen seguro hará que sus tímpanos vibren más de la cuenta. Sobre todo, porque la fiel hinchada sevillista sabe que el mediocampista, siempre irregular, atraviesa un buen momento de forma que le ha hecho convertirse en fijo en las últimas alineaciones del equipo italiano.
“Soy bético, no antisevillista”, declaró hace muchos años Joaquín para poner distancia con los radicales de una ciudad en la que la rivalidad entre Betis y Sevilla va más allá de lo deportivo. Con 33 años y ya en la recta final de su carrera deportiva, nunca ha dudado en manifestar su deseo de volver a vestirse de verdiblanco. “Sería bonito volver al Betis”, ha dicho recientemente el extremo, que una y mil veces ha subrayado su anhelo por regresar a casa algún día. Hace unos días, por si quedaba alguna duda de su profundo sentimiento bético, recalcaba en los micrófonos de Radio Sevilla que “siempre que me enfrento al Sevilla, tengo esa cosa dentro… de revancha y de tratar de dar una alegría a todos los béticos”. Por algo jugará con unas botas de color verde…
Un dato anima a pensar a que Joaquín, que abandonó el Betis en 2006 -Valencia, Málaga y Fiorentina fueron sus siguientes paradas-, puede volver al Benito Villamarín este próximo verano. Hace unas semanas, el hombre que le reclutó para vestir la camiseta violeta de la Fiorentina, era fichado por el Betis como nuevo director deportivo. Eduardo Macía es el hombre que manejará la política deportiva de la entidad sevillana y se da por hecho, al menos así lo ha dejado entrever el propio interesado, que llamará a Joaquín para ser uno de los líderes del futuro Betis, que todo apunta a que estará de nuevo en Primera la temporada que viene.
Unai Emery, durante un partido del Sevilla (EFE)
Vigente campeón y soñando con disputar la gran final de Varsovia, el Sevilla se mide a un equipo plagado de futbolistas conocidos de sobra en nuestro país. Marcos Alonso, Borja Valero, Gonzalo Rodríguez, Mati Fernández, Rossi… Una escuadra que en su competición doméstica cortó una racha de cuatro derrotas consecutivas al imponerse el pasado fin de semana el Cesena (3-1) y que en el Sánchez Pizjuán apunta a que abrochará más de lo habitual su entramado defensivo en busca de un resultado que pueda hacer bueno en Florencia.
Se trata de un equipo, el entrenado por Vincenzo Montella, que suele apostar por un estilo atractivo, buscando siempre ser protagonista con la posesión del balón. Aunque en Sevilla pueda variar algo su habitual manual, Unai Emery no se fía de ello. El entrenador del equipo hispalense subraya que “nos enfrentamos a un equipo que siempre quiere controlar el balón”, señalando a Joaquín como jugador a vigilar porque “la Fiorentina tiene una gran capacidad ofensiva gracias a sus jugadores de banda, además de generar mucho juego entre líneas”. Por todo ello, considera que “la eliminatoria será muy competida, preciosa y muy bonita”.
Un equipo, la Fiorentina, con un buen puñado de hombres a tener en cuenta y en especial a un discípulo de Mourinho. El egipcio Salah fue fichado para reforzar la plantilla del Chelsea con vistas a la presente temporada, pero ante la falta de oportunidades, fue cedido al club italiano en el pasado mercado de invierno. Y el atacante ha cumplido a las mil maravillas, siendo vital en las eliminatorias que los viola superaron ante dos equipos tan complicados como el Tottenham y el Dínamo de Kiev. Tan buen rendimiento está ofreciendo que el club italiano se plantea alargar la cesión un año más o incluso ejercer la opción de compra que tiene sobre él. El problema es que otros clubes ya le han echado el ojo a la vista de sus buena prestaciones ofrecidas en la Fiorentina.
Alineaciones probables:
Sevilla: Sergio Rico; Coke, Carriço, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Mbia; Aleix Vidal, Banega, Reyes; y Bacca.
Fiorentina: Neto; Tomovic, Savic, Gonzalo Rodríguez, Marcos Alonso; Matías Fernandez, Pizarro, Borja Valero; Joaquín, Salah y Gomez.
Árbitro: Felix Brych (Alemania).
Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán.
Hora: 21.05.
La Liga está tan ajustada que cualquier huesecillo roto puede inclinar la suerte del campeonato. Pudo ser un incidente irrelevante, cualquier pugna, un balón que sobrevuela por la zona más caliente en el momento menos previsto de un partido bañado en sudor. Pudo ser un duelo de jugadores, un salto, un choque como tantos otros. Algo efímero. Pero el tabique nasal de Krychowiak se partió contra el cráneo de Ramos. Corría el minuto 30 del partido en el Sánchjez Pizjuán cuando se precipitó la hemorragia. El polaco fue retirado a la banda y allí los médicos del Sevilla dudaron. Le movieron la nariz. Lo sometieron a un interrogatorio. Le pusieron tapones para frenar el goteo de sangre mientras Emery se movía al límite del paroxismo. El técnico envió a calentar a Iborra. Pero no se decidió a cambiar al herido. Esperó. Pasaron los minutos. Contra uno menos, por primera y única vez en el partido, el Madrid se mostró superior. Avanzó 10, 20, 30 metros. Se plantó en campo rival. En el minuto 35 Cristiano se anticipó al centro de Isco desde la izquierda y marcó el 0-1 de cabeza. En el 36, después de otro centro, esta vez desde la derecha, metió el 0-2. Cuando Krychowiak regresó al campo, casi diez minutos después, la Liga había recobrado la vida.
La ausencia del poderoso mediocentro sevillista provocó un vacío que sus compañeros no consiguieron llenar. Del desorden se aprovechó Cristiano, cada día más experto en la interpretación de los tiempos del área. El portugués remató a un toque las jugadas de los dos goles. Rápido, implacable, resuelto. Los celebró golpeándose el pecho de cara a la grada, reivindicándose, homenajeándose a sí mismo, y, por fin, reuniéndose en la banda con su amigo Coentrão para fundirse en un abrazo. Se acababa de colar por la vía abierta en el tabique roto de Krychowiak para volver a adelantarse a Messi en el frenético mano a mano goleador que los mantiene ocupados.
El hat-trick de Cristiano arrebató a Messi el liderato del Pichichi afianzándole con 42 goles
La calurosa tarde de Andalucía inflamó los cañones. Messi había sumado en Córdoba su gol 51 en la temporada (40 de ellos en Liga, seis de penalti), y Cristiano (50 en todas las competiciones, 39 en Liga, 11 de penalti) debía marcar si quería recuperar la cabeza de la clasificación del Pichichi.
El Madrid controló el partido con dificultad durante la primera media hora. Por más que Ramos se ocupaba de hacerle la cobertura, Kroos nunca llegaba a tiempo. A la espalda del mediocentro alemán se abría una pradera por la que circulaban a placer Reyes, Bacca y Vidal. El Madrid atravesaba por serias dificultades cuando Ramos y Krychowiak saltaron peleando por la conquista de un balón volador. El accidente tuvo mucho de circunstancial. Ramos no habría estado ahí de no ser porque Modric se ha lesionado y Ancelotti ha encontrado en el sevillano una solución inusual. El entrenador prefiere ubicar al central en un puesto antinatural para él antes que contar con Lucas Silva, el centrocampista cuyo fichaje costó unos 15 millones de euros en el último mercado invernal.
Emery prefirió esperar diez minutos con un jugador menos a meter a Iborra por el polaco
El detalle no dice nada bueno de Silva y habla mucho de lo azaroso que es el fútbol. Sin esa cadena de causalidades Ramos y Krychowiak no habrían percutido. Sin esa fricción el partido habría sido completamente distinto. Pero ya no volvió a ser el mismo partido. Ni la Liga volvió a ser la misma Liga.
Cristiano se ocupó de blandir el mazo. Dos veces, contra diez, en un par de acciones magistrales por su economía de gestos. Dos intervenciones quirúrgicas, rápidas, que arrojaron al Sevilla a los matorrales mientras Unai Emery esperaba que su mediocentro favorito dejara de sangrar. Las dos acciones recolocaron al portugués en la cabeza de los goleadores con 41 tantos —luego metió el 42 para asegurar la victoria—.
Las tribunas no dejaron de cantar, de animar, de encender a sus jugadores en desventaja. Resultó inútil. La fractura que originó el hueso roto de Krychowiak fue irreparable.
Vicente Iborra (Moncada, Valencia, 1988) es uno de los futbolistas más en forma de este Sevilla que pelea por la Liga de Campeones y recibe al Madrid en el duelo estelar de la 35ª jornada (20.00 horas).
Pregunta. Usted de pequeño quiso ser torero.
Respuesta. Así es, pero al final me tiró más ser futbolista. Como buen valenciano, soy un seguidor de Enrique Ponce. Me apasiona el mundo del toro. Pero prefiero un buen partido de fútbol antes que una buena corrida de toros.
P. ¿Ha ido a La Maestranza?
R. Siempre que puedo, lo hago. Este año no he podido por los compromisos con el Sevilla. Es una plaza muy especial.
P. Dicen que es un templo del toreo. ¿Y Nervión?
R. Pues un templo del fútbol, como La Maestranza. Con una afición especial, con la que tenemos una comunión increíble. Jugar de local en el Pizjuán es vivir un montón de sentimientos. Me siento un privilegiado por poder disfrutar de ese ambiente.
P. Quizás por eso llevan 34 partidos sin perder en su estadio.
Emery me pone de mediapunta y el Sevilla agradece mis llegadas al área»
R. Eso influye. Nuestra gente es especial, pero también el carácter de este equipo. Somos muy competitivos y solidarios y tenemos la virtud de jugar con varios registros. Hay muchas cosas que definen a este Sevilla, como la alegría diaria con la que se trabaja, el compromiso y la solidaridad entre todos. No es fácil tener esas ganas de trabajar. Además, ya lo dice nuestro himno.
P. ¿Qué dice?
R. Que el Sevilla nunca se rinde. Es uno de los grandes de España. Yo he jugado en el Levante, un club muy familiar. El Sevilla tiene otra dimensión.
P. ¿Les motiva poder quitarle la Liga al Madrid?
R. No. Nosotros jugamos por el Sevilla y los grandes objetivos que tenemos de aquí al final de Liga. Estamos en semifinales de la Liga Europa y queremos jugar la Liga de Campeones. No deseamos fastidiar a nadie.
P. Emery le coloca de delantero cuando llegó para jugar de mediocentro defensivo. Es uno de los cambios tácticos más llamativos de la Liga.
R. Es curioso. Luis García fue el técnico que en el Levante me empezó a colocar más atrás, porque yo empecé de delantero. Ahora Emery me ha devuelto un poco a los orígenes. Unai no es tonto. Es muy inteligente y sabe que puedo crear mucho peligro llegando desde atrás. No me ancla en el pivote defensivo y me hace llegar desde segunda línea. Nos está dando resultados.
P. ¿Dónde se siente mejor?
Estoy deseando declarar ante el juez por el asunto de los amaños con el Levante»
R. Me da igual. Estoy disfrutando ahora que las cosas salen porque no jugaba mucho al inicio de la Liga. Eso sí, las sensaciones que uno tiene al hacer gol son únicas. Y me gusta dar pases.
P. Si juega de mediapunta se peleará con Sergio Ramos, con opciones de jugar de mediocentro.
R. Vaya pedazo de jugador. Si los dos chocamos se verá un espectáculo bonito. Somos dos futbolistas muy fuertes en el aspecto físico.
P. Ante el Barcelona, el Sevilla sufrió cuando se replegó y esperó. ¿Les servirá de lección ante el Madrid?
R. Es verdad que esperamos al Barcelona, pero creo que nos superó porque hicieron una gran primera parte. Ante el Madrid será diferente porque tiene un estilo distinto. Es más peligroso a la carrera y con espacios. Estamos preparando muy bien este partido [Emery los tuvo una hora viendo vídeos del equipo de Ancelotti]. El Madrid te deja más la posesión que el Barcelona y te intenta sorprender al contragolpe. Nosotros estamos cómodos con el balón, pero también sabemos esperar y salir a la contra. Sabemos sufrir y tenemos muchos recursos.
P. ¿Cuál es su ídolo?
R. Zidane es el espejo en el que siempre me miré, aunque en los últimos años hay futbolistas españoles que lo han logrado todo.
No me sorprende el rendimiento de James, pero sí lo que trabaja por el Madrid»
P. Cristiano no llega bien.
R. Nosotros estamos preparando el partido esperando al mejor Madrid. No me fío de eso que dicen. Cristiano desequilibra un partido en un instante. Son futbolistas de enorme nivel.
P. ¿Le está sorprendiendo el rendimiento de James?
R. No. Ya lo vi en el Mundial. Me llama la atención que no solo ayuda con grandes goles al Madrid, sino con un trabajo espectacular. Creo que es uno de los jugadores que da equlibrio al Madrid.
P. El fútbol también tiene su lado negro. Usted está imputado por un presunto amaño cuando militó en el Levante.
R. No es fácil llevarlo. Salen cosas y se leen noticias que no son ciertas y me están haciendo daño. Tengo la conciencia tranquila y declararé cuando tenga que declarar. Pero tengo familia y mi gente está leyendo cosas que no son ciertas.
P. ¿Se considera inocente?
R. Totalmente. Responderé ante el juez todo lo que me pida. Sin problemas.
P. El juez le ha aplazado su declaración esta semana por la semifinal ante el Fiorentina de la Liga Europa.
R. Era el día seis. No ha habido problema. Estoy deseando declarar porque se me ha dado mucha caña con este asunto. Se está hablando sin saber y no estoy siendo respetado. Tengo derecho a la presunción de inocencia y ya se hablará después de que sea juzgado. Estoy leyendo muchas mentiras.
P. ¿Pone la mano en el fuego por el vestuario del Levante?
R. Totalmente. He vivido en ese vestuario cuatro o cinco años. Sé lo que hemos pasado y todo lo que hemos sufrido.
Por un rato a Jordi Alba (L’Hospitalet, 26 años) se le rompió el sueño de jugar en el Barça. En 2005, con la baja en el bolsillo, se buscó la vida en el Cornellà de donde le rescató el Valencia. Jugó cedido una temporada en el Nàstic y, de vuelta a Mestalla, Unai Emery le cambió la vida. Del Bosque se lo llevó a Polonia y, concentrado camino del triunfo en la Eurocopa, Zubizarreta le contrató para el Barcelona. Tras un año marcado por las lesiones, la bala de L’Hospitalet va como un tiro.
Pregunta. ¿Usted ha jugado en el Parque de los Bomberos?
Respuesta. ¿En el de L’Hospitalet? ¡Pues claro! De crío, muchas veces. Yo era de bajar a jugar a la calle.
P. ¿Ha cambiado mucho su barrio?
Gracias a Emery estoy en la selección y en el Barcelona»
R. No, en esencia no. Siempre ha sido un barrio de gente trabajadora que se busca la vida.
P. ¿Como usted en el campo?
R. Puede ser que a mi manera de jugar se traslade de dónde vengo, mis orígenes, y lo que me ha costado. llegar. En todas las ciudades seguramente hay barrios como el mío, pero tengo la sensación de haberme criado entre gente muy luchadora, que ha peleado para sacar adelante a sus hijos, darles unos estudios… Me enorgullece ser de L’Hospitalet.
P. ¿Sigue viviendo allí?
Messi ve el pase con la misma facilidad que el gol. Es el más completo que he visto”
R. Claro, pensé en irme a Barcelona, pero al final me quedé porque allí tengo a mis amigos, a mi familia, y pensé que para qué irme si, al final, iba a estar todo el día allí. Y ahí estoy, muy feliz.
P. ¿Le ha costado llegar más que a muchos?
R. No, llegar no es fácil para nadie, y al Barcelona menos. No tengo la sensación de que en mi caso haya sido más difícil. He dado muchas vueltas, eso sí. Tuve que buscarme la vida en el Cornellà, me fichó el Valencia y estuve un año en el Nàstic.
P. ¿Qué aprendió en Tarragona?
R. A vivir entre profesionales. Yo venía del juvenil y vivir con Casadesús, el que está ahora en el Levante, José Mari, Campano, Mingo, Redondo, gente de vuelta que venía de Primera fue una escuela. Al principio no jugué, pero al final, sí. Maduré mucho y volví al Valencia.
P. Por ello, ¿es especial enfrentarse al Valencia?
R. Sí, claro, siempre lo es. Y lo será. Como si juego contra el Nàstic. En el Valencia debuté en Primera y se lo debo casi todo. Apostó fuerte por mí en un momento difícil. Era un momento en el que no sabía qué iba a ser de mí, acababa de salir del Barça y vino a buscarme al Cornellà y apostó por mi fuerte.
P. En el Valencia, ¿Emery le cambió la vida?
R. Sin duda. Seguramente, ha sido el entrenador que más me ha marcado. Hubo muchas críticas cuando me puso de lateral, para mí y para él, pero siguió apostando. Tiene mérito. Tanto en el Valencia como en el Sevilla ha hecho grandes temporadas, es muy trabajador y apuesta por la gente que trabaja. Y no se casa con nadie. Es un tipo que da oportunidades. Gracias a él estoy en la selección y en el Barcelona. Si no me llega a cambiar de posición hoy no estaría aquí.
P. ¿Usted defiende o ataca?
R. A todos gusta más atacar que defender, pero yo me adapto a todo, aunque ahora me gusta defender más que antes. He aprendido. Me gusta. Le he pillado el gusto con el paso de los años. Al principio no me gustaba, sufría mucho, pero ahora no te cambio la posición por nada. Me gusta ser lateral.
P. Decía Juanfran que para atacar tienes un don pero para defender hay que ser muy listo. ¿Le da la razón?
R. Sí, claro. Cuando juegas en el Barça, en el Atlético o en la selección te enfrentas a los mejores y esa exigencia es muy grande. Has de estar muy concentrado. En ataque te puedes ir, en defensa el menor despiste es gol y quedas retratado. Tienes que estar pendiente de muchas cosas, más concentrado. Para mí es más comprometedor defender que atacar. Has de estar pendiente de muchas cosas. Pero el trabajo de los delanteros es fundamental.
P. ¿Entiende por qué tanta crítica a Iniesta este año?
R. Criticar a Andrés…. No lo he escuchado, pero si se critica a Andrés, de los demás ¿qué dicen? Me parece increíble porque, además, este año ha crecido. Defensivamente está aportando mucho más, igual la gente sólo valora la parte ofensiva, pero tampoco, porque cada vez que toca la pelota marca diferencia. No ha perdido capacidad de desborde, sino que ha ganado capacidad defensiva. Y te lo digo yo que lo noto.
P. ¿Me lo parece a mí o tiene buen rollo con Messi?
R. Tengo buen rollo con todos. Siempre me he llevado bien con la gente y con Leo es fácil entenderse, en el campo y fuera.
P. Da la sensación de que le busca, ¿han generado muchos automatismos?
R. No, pero le conozco y sé que en cualquier momento te encuentra. Contra el Atlético, nadie se esperaba que la iba a pasar, pero yo sabía que me vería. Vi mucho camino por delante y al final me la puso perfecta. Trato de ofrecer salidas a mis compañeros y Leo ve el pase con la misma facilidad que el gol. Es el más completo que he visto nunca. El que sea realista sabe que no hay nadie como Leo.
P. ¿Luis Enrique le frena o tiene el semáforo en verde?
R. Sin descuidar la tarea defensiva, tengo libertad, desde la responsabilidad. No me corto a la hora de subir.
P. Se las puede ver con Negredo, Paco Alcacer, Piatti, Rodrigo. ¿quién le resulta más complicado de ver delante?
R. Cada uno tiene lo suyo. Con Negredo, Paco y Rodrigo he coincidido en la selección, les conozco bien. Y contra Piatti he jugado bastante y sé que es complicado. No va a ser fácil. El Valencia tiene un buen equipo, valiente, están trabajando bien en defensa y son rápidos. Es un rival complicado.
P. ¿Es cierto que duerme mucho?
R. ¿Mucho? Es imposible dormir más. Puedo estar doce horas durmiendo. Me encanta dormir. Es muy sano.
P. ¿Y cuándo se va a sacar el carnet de conducir?
R. ¡Cuando me apetezca! Hombre, entiendo que es raro, debo ser el único futbolista mayor de 18 años sin carnet de conducir. Sí, debería sacármelo pero, bueno, ya lo haré.
No puede el Sevilla ganar todas las batallas. Inmerso en una gran cruzada europea, el equipo de Emery se plantó en Granada pensando en Rusia. Allí, el jueves, se juega la vida ante el Zenit en la Liga Europa en busca de unas semifinales que le saben a gloria. De Los Cármenes podía haber salido con un triunfo que le hubiera permitido alcanzar al Valencia en la pelea por la Liga de Campeones. Debe conformarse con un empate que le hace perder comba en la persecución de este objetivo. Al Sevilla le faltó un punto de intensidad para ir de verdad a por el partido, algo que aprovechó el Granada para llevarse una igualada que tampoco alivia demasiado sus heridas. El grupo de Emery, imparable en las últimas jornadas, se humanizó. Sufrió el cansancio y el desgaste, hasta el punto de que jugadores como Vitolo o Bacca, excelentes en las últimas semanas, bajaron del cielo a la tierra.
El Sevilla fue lo que Reyes pudo crear. El utrerano dibuja pases imposibles aunque a veces desespere su falta de fuerzas. La ausencia de Banega, al que Emery dio descanso, provocó que su juego no fluyera con la rapidez habitual. El Granada, a tres puntos de la salvación, intento blindarse y salir con rapidez al contragolpe. Abel, en su desesperación, refrescó el equipo con Cala o Success, inéditos en las últimas jornadas. Tuvo la suerte de adelantarse en el marcador en un magnífico remate de Mainz. Un gol que el Sevilla recibió tras un saque de esquina, lo que mostró su desidia en un partido que pareció sobrarle en el calendario.
Emery mejoró a su equipo con los cambios. Aleix Vidal dio profundidad a la banda derecha y Banega comenzó a asociarse con Reyes. El Granada, un manojo de nervios, se deshizo cuando Candeias, solo, falló ante Rico. El 2-0 hubiera provocado la deserción del Sevilla. Su dominio se fue convirtiendo en acoso y el gol se mascaba. Llegó en una gran combinación entre Reyes y Aleix Vidal, con pase del catalán al área que metió en su portería Mainz, bigoleador de la tarde. El Granada rezó en los últimos 20 minutos para que no llegara la sentencia. Apretó el Sevilla. Roberto salvó un buen disparo de Denis Suárez desde fuera del área y Diogo disparó alto después de otro buen centro de Aleix Vidal. Como resultado, un punto para cada equipo, insuficiente botín para sus objetivos, pero que queda de cine como colofón a un derbi regional mientras sonríen Valencia y Deportivo.