Pasos para hacer los audios de Cristiano Ronaldo IA. Seguramente estás aquí porque has oído a Cristiano Ronaldo deseando un
Así “humilló” el hijo de Zinedine Zidane a Cristiano Ronaldo Así “humilló” el hijo de Zinedine Zidane a Cristiano Ronaldo.
Hace cinco meses, el vestuario del Barcelona estalló por los aires. Messi se quedó de inicio en el frío y húmedo banquillo de Anoeta, el equipo azulgrana cayó derrotado y una guerra interna que estaba germinando desde hacía tiempo vio la luz: Luis Enrique vs Messi. En aquellos complicados momentos, la figura del entrenador asturiano quedó muy dañada, con el argentino como ganador de la batalla a ojos de la opinión pública y del club. La institución azulgrana le dejó claro al técnico lo que había, que Leo era intocable. Poco a poco, y a golpe de resultados, el entrenador azulgrana fue cogiendo aire hasta llegar a este punto, con un Barcelona cada vez más cerca de soñar con el triplete. La silenciosa venganza de Luis Enrique firmó ante el Bayern, hasta el momento, su mejor capítulo.
La afición del Camp Nou, con Pep Guardiola en el banquillo rival, elevó la voz como hasta ahora no lo había hecho para ensalzar la figura de su entrenador. El nombre de Luis Enrique fue coreado con fuerza desde la grada del estadio barcelonista, para dejar claro que ahora mismo es su líder, el que está guiando al equipo hacia lo puede ser una temporada redonda cuando nadie lo esperaba en el mes de enero. El técnico ha tragado mucho a lo largo de este ejercicio que se torció en un momento y que se enderezó cuando la convivencia con Messi se normalizó. Sin ser amigos, entendieron que el bien común mandaba.
Con una complicada relación con los medios de comunicación, muchas ruedas de prensa han estado cargadas de tensión. Se le ha preguntado una y mil veces por su futuro, sobre si continuará entrenando al equipo la temporada que viene, y él siempre viene a decir lo mismo: “Lo que me interesa es el futuro más inmediato del equipo”. Así ha sido siempre. Con elecciones a la presidencia a la vista, nadie puede asegurar que el asturiano siga en su puesto el próximo ejercicio. Luis Enrique respira hondo y no se mete en esta materia porque su único objetivo, dice, “es sumar títulos”. Y está cerca de cruzar hasta tres líneas de meta…
“Hoy mi relación es buena, no tengo ningún problema con el míster”, dijo el pasado martes Messi, un día antes de que Barcelona y Bayern se vieran las caras en el Camp Nou. Técnico y futbolista han sabido encontrar un punto de encuentro en el que el gran beneficiado está siendo un Barcelona embalado. “Mi relación es normal, buena, como la del resto de compañeros”, añadió el genial atacante con tranquilidad. Con la mirada relajada, Leo quiso despejar las dudas que pudiera haber ahora que el equipo está en la recta final de la temporada. Por ahora reman juntos y con fuerza. En el futuro ya se verá si sus caminos se separan…
Luis Enrique da instrucciones durante el Barcelona-Bayern (EFE)
Sus relaciones con la dirigencia no ayudaron a que la temporada se desarrollara como esperaba cuando aterrizó en Barcelona. Cuando su duelo con Messi quedó a la vista de todo el mundo, Josep María Bartomeu le dejó claro que en este Barcelona jugaban Leo y diez más, como ya informó en su momento este periódico. Desde entonces, así ha sido, como también que el argentino ha cumplido unos meses fantásticos, coronados -a falta de partidos más importantes- ante el Bayern de Múnich con un genial doblete. “No contemplamos la temporada que viene sin Luis Enrique”, dijo hace poco el presidente, que más de una vez ha recibido un puyazo por parte del técnico.
“Messi es único e irrepetible”, exclamaba Iniesta, mientras Bartomeu decía convencido que “es el mejor de todos los tiempos”. Y Luis Enrique, su gran enemigo en su momento, afirmaba que “Messi te sorprende cada día, pero me quedo con todo el equipo”, para poner cierta distancia con el aluvión de adjetivos que llenaron redes y medios para calificar a la estrella de Rosario. Pero obviamente, tuvo que añadir alguna frase más porque la ocasión lo merecía, añadiendo que “la vida es más fácil con Messi. Es un placer verlo cada día, es un futbolista de otra dimensión”.
Y es que un día más el apellido Messi se convirtió en cuestión de minutos en trendic topic. Con sus dos goles marcados al Bayern, Leo pasa a convertirse en el máximo goleador histórico de la Champions League con un total de 77, superando en un gol a Cristiano Ronaldo y en seis a Raúl. En la presente edición, el atacante barcelonista es el máximo goleador del torneo con 10 goles, quedando por detrás con 9 Cristiano Ronaldo y Luiz Adriano. En la presente temporada, Messi suma un total de 53 goles entre todas las competiciones, añadiendo a su hoja de servicios 25 asistencias de gol.
El pasado martes las 24 ligas de fútbol más poderosas se reunieron por primera vez para establecer un punto de partida desde el que caminar juntos para hacer frente a sus dificultades del día a día. A dicha cita -tuvo lugar en Londres- acudió el presidente de la LFP, Javier Tebas, quien, a su vez, tiene entre sus principales objetivos que sus propios clubes peleen de la mano a partir del Real Decreto que, tras la aprobación de jueves, regulará la comercialización unificada de los derechos televisivos. Pero entonar el You’ll Never Walk Alone es difícil en España, principalmente por el carácter independentista de Real Madrid y FC Barcelona. Las pretensiones de la Liga pasan porque fuera del terreno de juego no haya distinción de trato entre ricos y pobres -o consentidos dentro del grupo- para avanzar en pro de un interés común. Una mentalidad que evitaría la toma de decisiones individuales y que afectan a la imagen de nuestro fútbol (y sus sponsors), como el silencio de Cristiano Ronaldo.
Javier Tebas, presidente de la LFP.
Son los dos clubes más poderosos de España y de los que más peso tienen en todo el mundo. Partiendo de esta base parecen lógicos los recelos que nacen de sus despachos para proteger sus propios intereses económicos sobre los de sus compatriotas. La mentalidad de Madrid y Barcelona, pese a que hayan dado el visto bueno del Decreto televisivo está lejos de pensar en colectivo y para ejemplo está el obstáculo que encontró en España Electronic Arts para digitalizar la liga española en su famoso videojuego FIFA.
Mientras que en la Premier League EA Sports pudo escanear los rostros de los jugadores con una negociación colectiva a partir del organismo que rige la competición inglesa, en España se topó con las piedras de Madrid y Barça, quienes pedían un presupuesto a parte. La marca digital había apostado por las caras del FC Barcelona el año anterior, además de otras puntuales de diferentes equipos. El resultado es que el FIFA 15, un videojuego utilizado en 2014 por unas 6 millones de personas, es más real -atractivo- disputando la Premier que la Liga. Por mucho que en la tienda de España haya vestidos buenos, si el escaparate de Inglaterra luce mejor, los clientes se verán seducidos para entrar en la de éstos.
“Hay muy buena relación con la Premier, y que se nos brinde la oportunidad de ir a cada club y escanear a cada jugador, estadio y club, como ‘gamer’, me parece genial. Vas a tener al argentino, al español, al alemán y al italiano pidiendo lo mismo para su liga. No tiene precedente lo que está haciendo FIFA con más de 200 caras reales, y 12 nuevos estadios. Ojalá que se pueda seguir añadiendo nuevas ligas así en el futuro”, señalaron desde EA cuando presentaron el videojuego.
El anterior es sólo una muestra (una traba más) del complejo camino que tiene la LFP para conducir hacia donde quiere la imagen de su propia competición. El aspecto de la comunicación es otro que le gustaría cuidar más para evitar, por ejemplo, que Cristiano Ronaldo decida por sí mismo que no va a hablar hasta fin de curso. Un acto que no sólo le afecta a él, también a su club, competición y patrocinadores. Y un hecho impensable en otros deportes profesionalizados como NBA o Fórmula 1. Para ello, la relación con la Prensa quiere que también se recoja en unos futuros estamentos que esperan firmen todos los clubes para evitar que cada día sea más complejo acceder a los protagonistas.
Con ello se mejoraría no sólo la presencia en medios internacionales de la Liga, también la calidad de las acciones de los sponsors y se podría evitar situaciones como la que sufren algunos jugadores a la salida de sus respectivos entrenamientos. En el caso del Real Madrid, hoy en día es más rentable patrocinar la rotonda de Valdebebas que la propia sala de Prensa.
Durante el pasado curso, la LFP lanzó unos cursos de gestión destinado a aquellos propietarios de clubes de fútbol que pudieran tener dudas sobre cómo administrar de la manera más eficiente su equipo para, adaptándose a los tiempos, manejar siempre cuentas saneadas. Dichas charlas planean ampliarse a otras recomendaciones, como la de establecer métodos para hacer más atractivas las gradas y evitar la mala imagen de asientos vacíos.
La LFP está concienciada de que no compite en Europa contra el Manchester, Chelsea, PSG, Milan, Juventus o Bayern, sino en todo el mundo contra la Premier, Ligue 1, Calcio y Bundesliga… y la NBA, Fórmula 1, Motociclismo… Ese es el camino por el que quiere andar, con permiso de Real Madrid y FC Barcelona.
PD: Hablando de unir, BBVA y LFP disponen de estrategias paralelas de comunicación en lugar de un único canal oficial.
Sentenciadas casi todas las grandes ligas en Europa, la española mantiene el afilado pulso entre el Barcelona y el Real Madrid a falta de cinco jornadas para el final. Solo dos puntos les separan. El bipartidismo, quebrado el curso pasado por la irrupción del Atlético, se percibe ahora como un mal menor comparado con el absolutismo que, en otros torneos, ejercen los más poderosos. La lesión de Benzema ha permitido a Ancelotti encontrar un filón en Chicharito, sacrificado y listo tanto para jugar de espaldas a la meta rival como para abrirse caminos verticales hacia la portería anoche del Celta en Balaídos, donde marcó dos de los cuatro goles madridistas (2-4). Mientras, el Barça sigue cabalgando a lomos de su trío de atacantes, con un Messi cada día más dominante en todas facetas del juego, como el sábado en un derbi azulgrana en Cornellà ante el Espanyol de principio a fin.
En Italia, la Juventus no ha admitido réplicas más allá de algunos tramos de la Roma, descolgada ya a 15 puntos, uno menos que la Lazio. La Vecchia Signora, rival del Real Madrid en las semifinales de la Champions, ha tardado en volver a la élite europea y, por sus recursos, está todavía lejos de medirse al conjunto blanco de tú a tú, por mucho que el fútbol reserve sorpresas en cada esquina.
En la Bundesliga, el Bayern se proclamó ayer campeón tras pasearse una temporada más de la mano de Pep Guardiola, sin ni siquiera el incordio de un Borussia Dortmund desfondado, apenas animado por la remota presencia del Wolfsburgo. El panorama, además, invita a pensar en una competición sin rivales para el Bayern en los próximos cursos. Su cruce de semifinales ante el Barça despierta curiosidad y expectación en todos los rincones, ávidos del choque entre los dos cuadros más goleadores de la Champions.
En Inglaterra, el Chelsea ha aprovechado la confusión del Manchester City para consolidar el éxito de su apuesta mucho más defensiva (ayer empató sin goles ante el Arsenal en el Emirates y solo suma 65 tantos en 32 partidos por los 77 del Bayern en dos encuentros menos) y liderar la Premier con 10 puntos de ventaja sobre el conjunto de Pellegrini.
Solo Francia mantiene una distancia similar a la española entre el adinerado PSG, vapuleado por el Barça en los cuartos de final de la Champions, y la sorpresa del Olympique de Lyon, que ha vuelto a la élite después de una larga ausencia y queda a tres puntos. El Marsella, pese a un arranque ilusionante impulsado por la mística de Marcelo Bielsa, se ha desplomado en la segunda parte del campeonato y ya está a 11 puntos.
Otro signo de la vitalidad de la Liga es la tabla de goleadores. Hay vida detrás de los dos monstruos. La estela que dejan Cristiano Ronaldo (39 tantos) y de Messi (36) la pisa Griezmann (22 en 32 encuentros). El delantero francés del Atlético sería, con esa cifra, el máximo anotador de las tres principales Ligas europeas: por delante de los 21 tantos de Agüero en 29 partidos con el City; los 19 de Meier en 26 con el Eintracht de Fráncfort; y los 18 de Tévez en 28 citas con la Juventus. La excepción otra vez llega de Francia: Lacazette, el atacante del Lyon, ha alcanzado las 25 dianas en 29 duelos. El cuarto de la Liga, Neymar con 19, también se codearía entre los mejores en algunos torneos europeos.
Tal y como ha llegado el Barça al tramo final, nadie parece capaz de pararlo si no es el Atlético en la penúltima jornada en el Calderón. Los otros cuatro rivales son de la parte media de la tabla hacia abajo: Getafe, Córdoba, Real Sociedad y Deportivo. El Madrid, en cambio, se enfrentará a los dos principales escollos seguidos, el Sevilla en el Pizjuán y el Valencia en el Bernabéu, justo en medio de la eliminatoria frente a la Juve.
A la octava fue la vencida. La única victoria del Real Madrid (1-0) en este curso sobre el Atlético de Madrid ha servido para clasificarse para semifinales –por quinto año consecutivo– de la Champions League gracias al gol de Chicharito en el minuto 88 de partido. El gato al agua se lo llevó el equipo que más lo intentó sobre el césped del Santiago Bernabéu y, dentro de los madridistas, quien más peleó por atravesar la muralla de Oblak fue el que se llevó el mayor premio: Chicharito.
El primer gol en Champions de Javier ‘Chicharito’ Hernández llegó en el mejor momento para su equipo, cuando el ataque merengue cojeaba por las ausencias y la temporada llega a su momento clave. Match ball salvado sin cuatro titulares también porque Sergio Ramos se arremangó cuando le dijo Carlo Ancelotti que jugaría en el centro del campo, cerca de Kroos y por delante de su posición habitual, donde estaban Pepe y Varane. El experimento le salió bien al italiano y, sin crear numerosas ocasiones, jugó durante todo el partido con la misma intensidad que en la primera mitad de la ida, como había pedido Ancelotti… para desgracia de Simeone, que había solicitado algo similar a los suyos.
Desde que pitó el inicio el colegiado alemán Felix Brych, el conjunto local tomó el mando del partido con posesiones largas. En el minuto 2 avisó Kroos y Chicharito mandó otro en el 12, estrellando la pelota en el lateral de la red en un disparo escorado. Un minuto más tarde fue Cristiano Ronaldo desde lejos.
No eran ocasiones claras porque el Atlético no suele brindar tales oportunidades, pero resultaban acercamientos que mantenían la pelota lejos del área de Iker Casillas. El primer chut rojiblanco vino en el 15 tras quitarle de las manos una pelota Ramos, cuyo despeje acabó en las botas de Koke, aunque su volea se marchó por alto. El otro tiro medianamente peligroso en estos primeros 45 minutos lo realizaría Jesús Gámez en el 28, tras robar una pelota en el centro a James. Diego Simeone había pedido tras la ida más “intensidad” en el centro del campo para este choque….
El resto del tiempo el balón era blanco. James y Cristiano Ronaldo lo intentaron de falta y Chicharito, en el 30, de cabeza a pase del colombiano. Juanfran desvió el remate. La ocasión más clara para los locales llegó en el 44, cuando James robó una pelota a Saúl y adelantó a Cristiano Ronaldo, que disparó ligeramente echado a la derecha pero con casi toda la portería para elegir: Oblak, como le sucedió a Bale en la ida, sacó un brazo para evitar el primer tanto de la eliminatoria.
El Cholo observó que el despiste de Saúl, que casi cuesta un gol, no fue el único, y en la segunda parte le sentó por Gabi. El Madrid se inmutó poco y la intensidad mandaba sobre cualquier otro factor. Isco, escondido en labores ofensivas durante el primer periodo, cogió el balón y vio un desmarque de un trabajador Chicharito… mano a mano fallado en fuera de juego.
Oblak, nuevamente, debió intervenir en el 58 para atrapar un remate de Varane a la salida de un córner. El Atlético y su centro del campo continuaban sin dar señales positivas mientras que en el Madrid, sin tirar cohetes, hasta se animaba a rematar su mediocampista de excepción esta noche, Sergio Ramos.
Con Raúl García sustituyendo a Griezmann en el 64, el Atlético buscaría de diferente manera el ataque. Aunque estuviese jugando con fuego dejando la pelota al Madrid, el Atlético no estaba excesivamente incómodo por el resultado y porque a balón parado sí que merodeaba un posible golpe ganador. En el 69, incluso Koke remató sin oposición dentro del área de cabeza tras una jugada trenzada.
En el 75, Arda Turán vería la segunda amarilla (plancha a Ramos) e instantes después Oblak desvió por centímetros un tiro cruzado de Chicharito desde la derecha. Quien la sigue la consigue y el mexicano, en el 88, remataba a gol una jugada entre Cristiano y James. No desaprovechó el pase del luso para marcar el primer tanto en 178 minutos de eliminatoria. Un activo Chicharito recibiría una ovación más del público cuando fue sustituido por Jesé en el descuento. Quizás la cesión esté amortizada con su segundo gol en el Santiago Bernabéu.
1 – Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Pepe, Coentrao (Arbeloa, m.90); Sergio Ramos, Kroos, Isco (Illarramendi, m.92); James, Cristiano Ronaldo y ‘Chicharito’ Hernández (Jesé, m.90).
0 – Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Gámez; Arda, Tiago (Giménez, m.85), Koke, Saúl (Gabi, m.46); Griezmann (Raúl García, m.65) y Mandzukic.
Goles: 1-0, m.88: Chicharito.
Árbitro: Félix Brych (Alemania). Amonestó a Pepe (74) y Arbeloa (92) por el Real Madrid; a Raúl Garcia (74) y Koke (93) por el Atlético de Madrid. Expulsó a los 76 minutos a Arda por una entrada en plancha a Ramos tras haber visto la primera cartulina a los 31 minutos.
Incidencias: encuentro de vuelta de los cuartos de final de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu lleno, con la presencia de 83.500 espectadores.
Echando un vistazo a los protagonistas de los cuartos de final de la Champions League europea, cabe preguntarse si es una Copa de fútbol o un premio al comportamiento disfuncional. Porque las estrellas de los equipos que se disputan este torneo son también las más gamberras, despectivas y maleducadas de la escena deportiva.
Por supuesto, encabeza la lista Cristiano Ronaldo, que tiene más medallas en antipatía que Michael Phelps en natación. En su momento, Cristiano acuñó aquellas palabras que han pasado a la historia como el himno nacional de la soberbia: “Puede ser porque soy rico, guapo y un gran jugador que las personas tienen envidia de mí”. Pero no le bastó iluminarnos con su sabiduría. Para que nadie dude de que predica con el ejemplo, lleva su filosofía a la práctica continuamente y en todos los escenarios. Solemos disfrutar de sus gestos obscenos contra el árbitro –o contra las 100.000 personas del público–, algún eructo en la cancha, desplantes a los periodistas e incluso gritos cavernícolas, como el que empleó para deleitar a los asistentes de la última ceremonia de entrega del Balón de Oro. Reconozcámoslo: es un héroe del desprecio por los demás, un líder nato de la prepotencia.
Pero los aspirantes al título máximo –y no me refiero precisamente a la Champions– no solo visten de blanco. El Barcelona FC puede presumir de Gerard Piqué, que hace unos meses se enfrentó a los policías de tráfico que habían multado a su hermano gritándoles perlas como “¡Esta multa la va a pagar tu padre!” o “Venís a tocar los huevos”. A saber qué hará cuando lo multen a él… O cuando no haya nadie grabando la escena.
Otro tanto se puede decir de Zlatan Ibrahimovic, del Paris Saint-Germain, que tras perder un partido de la Liga francesa en marzo abandonó el campo vociferando: “¡Este país de mierda no nos merece!”. Sus sofisticadas opiniones sobre la tierra de De Gaulle fueron grabadas y emitidas públicamente, produciendo el enfado incluso de políticos y miembros del Gobierno. Cuando tuvo que disculparse, Ibrahimovic afirmó en redes sociales que sus “comentarios” no iban dirigidos “contra Francia o los franceses”, lo cual fue aún más insultante, por asumir que ninguno de ellos sabía interpretar correctamente la frase “este país”.
Y sin embargo ahí están todos ellos, en cuartos de Champions, como han estado en el podio del Mundial y de múltiples Ligas. De hecho, todos militan en los equipos más poderosos. Y no es casualidad.
Si hacen un gol en el siguiente partido, millones de babeantes seguidores olvidarán de inmediato su barbarismo
Un político, incluso el más patán, sabe que no debe exteriorizar públicamente su mala entraña, y que de hacerlo, es obligatorio disculparse. Los actores de Hollywood son conscientes de que si pasan por encima de los demás deben pedir perdón, e incluso en casos privados –insultos, borracheras, infidelidades– se le escucha prometer que entrarán “en rehabilitación”, una manera un tanto ridícula, pero inequívoca, de manifestar arrepentimiento por faltar el respeto a los demás. En cambio, los futbolistas de élite saben que a nadie le importa. Si hacen un gol en el siguiente partido, millones de babeantes seguidores olvidarán de inmediato su barbarismo, o incluso lo encontrarán fascinante y digno de admiración. Estamos creando monstruos, y luego nos dedicamos a tratar de imitarlos.
Y sin embargo, conforme los futbolistas cobran menos dinero, aumenta su humanidad y tienden más a considerarse iguales a los demás. En el Atlético de Madrid no se han dado casos de brutalidad y desprecio como los anteriores, sobre todo porque su presupuesto está centenares de millones de euros por debajo de los de los grandes equipos. Si alguno de sus jugadores empieza a sentirse Dios, rápidamente se va a un equipo que pague más. Aquí lo que manda todavía es el corazón. Otra buena razón para ser colchonero, y para seguir deseando que ganen los pequeños.
Asegura la leyenda que un día, todavía en tiempos de Pep Guardiola, entonces entrenador del Barcelona, le preguntaron a Leo Messi, “¿Cómo véis al equipo?”. Y el jugador, abrumado por la precaria situación del equipo, respondió: “Pídanselo al técnico, que tiene la solución, o así se lo oí decir. Al parecer se levanta muy pronto por la mañana y acude a un cuarto oscuro y allí encuentra la respuesta a cualquier problema”.
Messi nunca habló mal de Guardiola y el técnico siempre dispuso al equipo para que triunfara el 10 del Barça, como quedó constatado en la vigilia del clásico del 2-6 cuando el entrenador convenció al futbolista para que jugara de falso 9. La relación de ambos quedó tocada en 2012 después de la derrota en la Liga con el Madrid y la eliminación en la Champions con el Chelsea.
El delantero ya no solo ejerce de goleador, sino que funciona como futbolista total
No encontró respuesta Guardiola, que se impuso un año sabático, y Messi se entregó a Tito Vilanova. La muerte del técnico y una seria lesión provocaron la dimisión del futbolista, especialmente manifiesta con Tata Martino, hasta que despertó su alma competitiva en la entrega del tercer Balón de Oro para Cristiano Ronaldo. El portugués afirmó su propósito de igualar a cuatro con Messi. Aquel día el argentino se juró que competiría por ganar el quinto, circunstancia que pasaba porque el Barcelona montara un equipo capaz de recuperar el trono de la Liga y competir por recuperar el título de la Champions.
Y el Barça dejó de ser un equipo de autor, entregado a Guardiola, y se convirtió en el equipo de Messi sin desmerecer la figura del entrenador, Luis Enrique. El técnico asturiano, una figura intervencionista, topó con la figura del equipo, que cree merecer un trato aparte, cosa que pasa por disputar todos los partidos, no ser sustituido y mucho menos cambiado, incluso en periodos vacacionales como el de Navidad.
Luis Enrique no alineó a Messi en Anoeta y se armó la marimorena en el Camp Nou. El futbolista declaró la guerra y el entrenador tuvo que tragar quina, sobre todo cuando trascendió que en un entrenamiento ambos se tiraron los trastos a la cabeza. Al parecer el mister ejercía de árbitro, cosa nunca vista en un entrenador, que acostumbra a delegar en su segundo en los partidillos de los jugadores, siempre proclives a reyertas, y la figura del equipo le desafió por una falta no cobrada, conflicto que provocó el enfrentamiento abierto entre Luis Enrique y Messi. La mediación de Xavi evitó que la cosa fuera a mayores y el técnico desistió de expedientar al 10 por su desafío posterior a la visita a Anoeta.
El protagonismo del 10 ha aumentado con la permisividad y complicidad del técnico
El conflicto no pasó a mayores sino que cada uno asumió su responsabilidad, coincidentes en la necesidad de que el equipo recupere la ambición de ganar cuantos títulos estuvieran en litigio. No se discute hoy la importancia del entrenador ni de Messi. La prueba más evidente de la implicación del argentino es su actuación contra el Valencia. Messi ejerció de futbolista total por su implicación en el juego y en el resultado: 2-0. Marcó el segundo gol, el número 400 de su cuenta, remató previamente a la cruceta en un libre directo, asistió a Luis Suárez en el 1-0, y se convirtió en el futbolista referencial del Barcelona. El rosarino ejerció de cacique de acuerdo a la liturgia argentina, la misma que señala a los futbolistas que marcan las pautas del encuentro, normalmente desde el puesto de 5. Messi auxilió a la defensa para sacar la pelota ante la presión del Valencia, ayudó a combinar a los medios en situaciones de inferioridad numérica y fue determinante como delantero, asociado a Suárez y Messi o como punto final, aspecto que quedó claro en el 2-0.
El 10 fue un jugador universal en un partido difícil para el Barça. Asumió la responsabilidad que le tocaba desde su litigio con Luis Enrique. Jugó como nunca, compitió como no se le había visto, se desplegó por los sectores del campo, ejerció como el líder con la complicidad del técnico. Los dos se necesitan sin ser cómplices, sabedores de que el fin justifica los medios: hay que ganar y después ya discutirán sobre el botín.