El pasado 18 de abril, Raúl, el exjugador del Real Madrid, debutaba en el Shuart Stadium del New York Cosmos. Semanas llevaba anunciado este inicio de temporada en vallas por toda la ciudad. No marcó ninguno de los dos goles con los que su equipo ganó pero la prensa celebró “su energía” y cómo aún “demostraba su clase”. Dos días antes, Raúl y su mujer Mamen Sanz debutaban también en la vida social y pública neoyorquina. Escogieron un evento que la marca de relojes IWC Schaffhausen organiza cada año en el marco del Festival de Cine de Tribeca. Una fiesta en la que estuvieron rodeados de estrellas de Hollywood, como Robert De Niro, Christoph Waltz o Dakota Fanning. Días antes acudían sin focos a la actuación de la bailarina Sara Baras en la que coincidieron con parte de la colonia española en Manhattan.
Raúl, Mamen y sus cinco hijos se mudaron el pasado otoño cuando el jugador fue fichado como el nuevo héroe del club de fútbol neoyorquino en el que se retiró Pelé. En diciembre se hizo la presentación oficial, en la que le acompañó Mamen, el torero Enrique Ponce, gran amigo de la pareja, y el cónsul español, pero desde entonces han llevado una vida tranquila y muy privada. Lo que buscaban.
Tras su paso por Alemania y Qatar, la familia quería seguir aprovechando el anonimato del que no disfrutaban en Madrid. “Por supuesto, siempre echamos de menos Madrid, pero nos encanta vivir en Nueva York”, dijo después de la presentación oficial. “Nueva York es una de las mejores ciudades del mundo, sino la mejor. Es muy relajada. De alguna forma, te sientes un poco anónimo y lo agradezco, porque da la posibilidad de dar un paseo, jugar o tener momentos familiares, tener una experiencia normal, que ayudan a desconectar de todo”. A Nueva York se escapó la pareja unas navidades nada más comenzar su relación.
Es una maravillosa oportunidad para mi familia y lo estamos disfrutando”
Debido al inicio de la temporada de fútbol, es probable que se le vea en más actos públicos solo o con Mamen, como una forma de promocionar al New York. Sus hijos están yendo al mismo colegio al que fueron los de Pep Guardiola, cuando el exentrenador del Barça estuvo en la ciudad de año sabático, y donde están muy contentos con Mamen, por su nivel de implicación en las actividades escolares.
Raúl ha declarado estar, en sus palabras, encantado: “Es una maravillosa oportunidad para mi familia y lo estamos disfrutando mucho. Una ciudad como esta es un gran lugar para vivir y permitirá a mi mujer y a mí dar a nuestros hijos una gran educación y oportunidades para el futuro”. Y añade: “Vivir aquí es como vivir en una película. No es fácil mudarse a una nueva ciudad con una familia grande, pero después de seis meses, los niños están bien integrados en su nueva escuela, han hecho nuevos amigos, y mi mujer está muy feliz, que, como sabrás, es bastante importante”.
En diciembre Raúl contó que había hablado con David Villa, quien lleva en la ciudad desde el verano pasado, cuando le fichó el otro equipo neoyorquino, New York City FC, pero aún no se habían visto. Cinco meses después, según parece, los dos futbolistas aún no se han visto. Quizá ahora que empieza la temporada y el buen tiempo.
Raúl ha sido fichado en el Cosmos no solo como jugador bandera, sino que además se involucrará en el entrenamiento de los jugadores jóvenes, la tarea que más le ilusiona ahora mismo, porque se ve como entrenador en un futuro quizá no tan lejano. “La capacidad de jugar con estos talentos futuros y enseñarles mis propias experiencias adquiridas en más de dos décadas como jugador es por lo que estoy en Nueva York”. Aun así, el futbolista, de 37 años, se resiste a pensar en el adiós: “Puedo estar mucho tiempo aquí. Si en seis meses veo que mi cuerpo dice basta, pararé. Hace 20 años que debuté. He jugado en el Real Madrid, en Alemania, en Qatar… Esto es lo que quería para el final de mi carrera. No hay ciudad como Nueva York ni club como el Cosmos. Quiero contribuir al esfuerzo que están haciendo. Si vuelvo a España, por supuesto, sería al Real Madrid. Es mi casa”.