El argentino Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, dijo este viernes que está «tranquilo», reafirmó que volvería a repetir su táctica en el derbi de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabéu y entendió «las críticas con argumentos, que te sirven hasta para mejorar».
Dos días después de la derrota frente al Real Madrid y la eliminación en el máximo torneo europeo, con un 1-0 en contra a dos minutos de la conclusión del choque, el técnico repasó que no ha ido «preguntándole a la gente que pensó del planteamiento» que propuso en el duelo del miércoles, en el que el Atlético apenas atacó. «La gente está desilusionada, porque perdimos. Estoy tranquilo en consecuencia de que si lo tuviera que volver a repetir lo volvería a repetir, porque buscamos un partido que no pudo ser y ganó justamente el rival», valoró este viernes en rueda de prensa antes del entrenamiento vespertino en el estadio Vicente Calderón.
«Es normal que, a partir del lugar que hemos conseguido en estos últimos tres años y medio, sobre todo, que la crítica exista. Tenemos mucha autocrítica y estamos abiertos a todas las críticas justificadas con argumentos, que te sirven hasta para mejorar. Las críticas que no tienen argumentos y que son porqué sí ni siquiera las tomas en cuenta y no tiene ni sentido mirarlas», explicó.
También respondió a Karl Heinz Rumenigge, presidente del Bayern Múnich y que se alegró el jueves de la eliminación del Atlético porque, según sus palabras, el fútbol es «otra cosa». «Me sorprende enormemente de un grandísimo futbolista que en su etapa de jugador, por las características suyas, hubiese encajado perfecto en el Atlético de Madrid. Me sorprende que con sus características, muchas similares a los futbolistas que tenemos nosotros, opine de esa manera», contestó este viernes Simeone.
Mañana, el Atlético retoma la Liga y el objetivo del tercer puesto. ¿Es más importante la tercera posición que alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones? «Lo más importante es el tercer lugar. Nadie me lo preguntó el martes cuando jugamos la ‘Champions’, porque hubiese dicho pasar a semifinales, porque estábamos en el partido próximo, y ahora volvemos a lo mismo», dijo.
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«El objetivo del club es ser tercero. Estamos compitiendo extraordinariamente bien en Europa. El resultado negativo duele, pero también enseña a los rivales que no se van a poder relajar porque van a tener que llegar al minuto 178 para ganarnos. Y eso habla muy bien de nosotros», recalcó.
«Estoy muy orgulloso del esfuerzo del equipo y considero que todo sirve en este crecimiento diario que tenemos. Hemos cambiado diez futbolistas esta temporada y el equipo sigue compitiendo de la mejor manera», continuó el técnico, que afirmó que su conjunto ya está «enfocado» en el partido de este sábado frente al Elche. «Nos da la posibilidad de volver a jugar rápidamente. Eso es muy bueno para el futbolista y para nuestro objetivo, que es seguir peleando en el lugar donde estamos. Estamos contentos mañana de recibir a un montón de niños en el campo. Es un partido importante, porque en la Liga todavía quedan seis partidos determinantes para centrar el objetivo del club. Estamos ilusionados de que las cosas van a salir bien para seguir creciendo como lo estamos haciendo».
Simeone, por otro lado, también fue preguntado por el belga Toby Alderweireld, cedido en el Southampton, y sus opciones de que vuelva al Atlético para el próximo curso. «Toby, primero, es una gran persona y un futbolista que nos hizo muy bien en el periodo que estuvo aquí», recordó el entrenador.
«Lo estamos siguiendo, está rindiendo a muy buen nivel, está siendo titular, es jugador nuestro y el club esas cosas las tiene que manejar de qué manera puede llegar o no con nosotros. Nosotros le esperamos para empezar la pretemporada y después, como siempre, club, jugador y nosotros decidiremos lo que es mejor para todos», valoró
Duras advertencias del Eurogrupo a Grecia. La tensión entre la UE y Grecia, lejos de suavizarse, crece cada día. En la reunión informal del Eurogrupo en Riga, los ministros han reiterado que no habrá un solo euro de ayuda al país heleno mientras no se pacten las reformas, y el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha asegurado que el acuerdo «está lejos» y que el tiempo «se acaba». Por su parte, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha reconocido que estudia cortarle las líneas de liquidez a Atenas si la situación no se corrige. En lo que respecta a España, el Eurogrupo le ha reclamado más reformas en el mercado laboral y tributario.
Empresas extranjeras buscan nuevas inversiones en Cuba. El ministro de Comercio Exterior e Inversiones Extranjeras, Rodrigo Malmierca Díaz, apenas descansa recibiendo a delegaciones que llegan a Cuba casi a diario. Pero no sólo el turismo es el sector apetecido por los ejecutivos que desde el 17 de diciembre, fecha del deshielo binacional, negocian desembarcos empresariales en el nuevo Eldorado caribeño. También aterrizan banqueros, instaladores de fibra óptica, concesionarios, empresas mineras, distribuidores de lácteos, farmacéuticas…
La reactivación del Calbuco obliga a una nueva evacuación en Chile. Cuarenta y ocho horas después de la primera de las erupciones del Calbuco, a unos 1.000 kilómetros al sur de Santiago de Chile, las autoridades han debido iniciar una nueva evacuación preventiva debido a que flujos de sedimento y agua se desplazan desde la ladera del volcán hacia el río Correntoso con el inminente riesgo de inundaciones de zonas pobladas. Unas 2.000 personas que viven en las localidades chilenas de Chamiza, Correntoso y Lago Chapo, en la región de Los Lagos, han iniciado la salida de sus viviendas.
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Michelle Obama, una roca en la Casa Blanca. «Si Barack Obama volaba entonces como un globo, Michelle era quien sujetaba la cuerda”. El presidente acababa de ofrecer su discurso de victoria en Chicago, en noviembre de 2008 y, desde entonces, miles de palabras han tratado de descifrar el enigma de su esposa, una abogada licenciada en Harvard. La biografía Michelle Obama: A Life es el último intento. Con exquisito rigor documental, el trabajo abre una nueva ventana a la trayectoria personal y profesional de la mujer del primer presidente afroamericano de Estados Unidos.
Barcelona-Bayern y Juventus-Real Madrid, en las semifinales de Champions. Barcelona y Madrid solo se cruzarían en la final de la Liga de Campeones. El equipo azulgrana jugará en semifinales con el Bayern de Múnich (6 y 12 de mayo), una eliminatoria con toda la carga simbólica posible por suponer la vuelta al Camp Nou de Guardiola, entrenador del conjunto alemán. En el otro enfrentamiento, el Madrid se medirá a la Juventus del exmadridista Álvaro Morata (5 y 13 de mayo). Los azulgranas disputarán la vuelta fuera; y los blancos, en casa.
Al Barça no le ha ido nada bien en sus partidos con el Bayern. La última eliminatoria de Champions, en 2012-13, se saldó con dos goleadas del equipo de Heynckes: 4-0 y 0-3. La enfermedad de Vilanova y la lesión de Messi facilitaron el éxito del club alemán, que acabaría siendo el campeón, como ha venido ocurriendo con el equipo que ha eliminado al Barça —semifinalista en ocho de las últimas diez ediciones— a excepción del año pasado con el Atlético. Los alemanes se vengaron de la exhibición azulgrana en 2008-09 con Guardiola en el banquillo del Camp Nou: 4-0 y 1-1. Una excepción porque el Bayern se impuso en las semifinales de la UEFA 1995-96 (2-2 y 1-2) y en la liguilla de 1998-99 (1-0 y 1-2). Y queda para el inventario el amistoso ganado en 2013 por el equipo de Baviera ya entrenado por Guardiola: 2-0.
Ambos equipos, de nuevo enfrentados en la Champions, aspiran a ganar la Liga —a los alemanes les faltan cuatro puntos— y la Copa. El choque europeo, con la ida en el Camp Nou, estará condicionado precisamente por los partidos previos y por las lesiones, numerosas en el Bayern. Alaba, Javi Martínez y Badstuber parecen descartados mientras son duda, aunque con muchas opciones de jugar, Robben, Ribery, Bernat, Benatia y Rafinha. Muy fecundos en Múnich, alimentados por figuras como Neuer, Lham, Götze, Müller y Lewandowski, los alemanes tienen más disfunciones en defensa cuando no consiguen tener la posesión de la pelota, aspecto que depende sobre todo de Xabi Alonso y el exazulgrana Thiago, que se enfrentará a su hermano Rafinha.
No hay manera de contener a Messi si está bien, y lo sé bien”, sentenció Guardiola
“No hay manera de contener a Messi si está bien, y lo sé bien”, sentenció Guardiola, protagonista del cruce morboso después de su etapa exitosa en el Barça. “El Barcelona es el más fuerte, pero no estamos desahuciados”, terció Beckenbauer, presidente del Bayern, ganador de cinco Copas de Europa, una más que el Barça.
Casi dos partidos completos le llevó al Madrid despachar al Atlético, demasiada pesadumbre para el equipo que hizo todos los méritos, superior en la ida y el único con vocación en la vuelta. Prueba de ello es que los rojiblancos mantuvieron el culebrón a hombros de Oblak, su oxígeno toda la eliminatoria. En el Madrid, otro héroe inesperado, Chicharito, autor de un gol agónico. Tan inopinado, que el mexicano, quien más hizo por derribar la muralla colchonera, llevaba 895 días sin marcar en Champions y solo había jugado el 17% de los minutos en lo que va de temporada. Con él al frente, el Madrid encadenó su quinta semifinal consecutiva, lo que no lograba desde 1956-1960. Un hecho más que estimable por las ausencias y por lo crudo de su adversario, que le tenía tomada la medida. Pero en esta ocasión, el Atlético, rácano y con urticaria por la pelota, solo quiso que le tocara la lotería. Cada mensaje que mandó Simeone así lo certificó. Le salió cruz y esta vez el fútbol se alió con quien le hizo mimos en exclusiva en un partido difícil de rebobinar salvo para los muy forofos.
Ni las carencias locales animaron al Atlético, mancomunado para defender y la nadería con el balón. El partido arrancó con un tumbo en la alineación del Madrid. Peritado el banquillo, Ancelotti optó por no desaliñar aún más el grupo. Mejor tres jugadores que le son fiables, como Pepe, Varane y Ramos, que reclutar a quienes tantos recelos han despertado, por mucho que la tasación de Khedira, Illarramendi y Lucas Silva rondara los 60 millones de euros. Con Ramos en la media, como en el fallido experimento de la pasada temporada en el Camp Nou, el Madrid apostaba por contrarrestar el juego espacial y sumar un llegador, pero no inventiva. Por desesperada y comprensible que fuera la medida del técnico italiano, el ensayo no resultó, sobremanera porque Ramos, lejos de ejercer de centinela de los centrocampistas, se situó un escalón por delante de Kroos, más sutil para crear, para armonizar el último tramo del ataque. Ante un Atlético con dos trincheras por delante de Oblak, no hubo madridista que agitara entre líneas. Abiertos James e Isco, nadie se infiltraba.
Con todo, el gobierno era del Madrid, de un Madrid precavido, sí, pero al menos con más intención, de tertulia con la pelota. Nada que ver con el Atlético, para el que el cuero tenía arsénico, para desesperación de su mejor domador, Arda. Ni un pase, ni dos. Los rojiblancos solo planteaban cepos. Su mejor remedio, jugar a que no se jugara. Para Griezmann y Mandzukic, también con la escoba, Casillas estaba en Marte. Como el balón le resultaba un artefacto solo encontraba vías con saques de banda, que ya los aplaude como los de esquina. Al Atlético no se le veían las cejas.
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Entre la poca marcha del Madrid y el pedrero de su adversario, el único motor del partido era el emotivo. El encuentro no tenía curvas, salvo por Chicharito, el más chisposo con su revoloteo. El mexicano y CR se saltaron el guion y se aproximaron al gol y se toparon la misma cerradura de la ida: Oblak, la bandera colchonera en estos cuartos, lo que revela el papel general del equipo. Por motivos bien diferentes, tampoco olvidará el reto Saúl, vencido desde el inicio, superado hasta que en el intermedio se quedó a la sombra. Poco antes, un despiste suyo dejó a CR frente al meta esloveno, otra vez lúcido.
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De regreso del descanso, al Madrid se le vio más suelto. A ello contribuyó un mayor goteo de Isco, en el cuarto oscuro todo el primer acto. Una asistencia con su sello a Chicharito estuvo a punto de descorchar por fin el duelo, pero el ariete cruzó demasiado el remate. Fue otro preludio de que el único con vocación ofensiva era el cuadro local. Quedó acentuada la intención visitante con el cambio de Simeone pasada la hora. Retiró a Griezmann, su mejor goleador, lo más picante del equipo, en favor de Raúl García. Para el Atlético todo quedaba supeditado a un bingo aéreo, a una jugada espasmódica, por mucho que en el fútbol lo casual a veces sea la lógica. No fue así, porque el conjunto de Simeone fue puro barbecho, máxime tras la expulsión de Arda, que con una tarjeta en el cartón planchó a Sergio Ramos. Demasiado imprudente el turco.
Hubo más sorpresas del técnico argentino. Al rato de quedarse el Atlético con diez, con Mandzukic con el tobillo dolorido, recién auxiliado por el equipo médico, entró el central Giménez por Tiago. La fe de Simeone con el croata rozó lo sobrenatural. Con un relevo y otro, el Atlético dimitía ya por completo del juego.
Con un relevo y otro, el cuadro rojiblanco dimitía ya por completo del juego
Con tres centrales no se refugió mejor el Atlético. Cristiano despegó por la derecha, James le dio hilo con un caño a Godín. Avanzó el portugués, ya dentro del área, y su servicio lo embocó Chicharito. Saltó la banca y el mexicano hizo justicia a quien fue superior de largo, en el Calderón y en Chamartín. Sin bajas y con ellas. Del Atlético hay versiones mucho más positivas. Esta vez dio demasiado la espalda al fútbol. Ganó el mejor.
A unas horas de que el Bernabéu sea lo que siempre ha sido en estas ocasiones, es decir, una bombona de butano hasta las trancas de presión, hay un atlético que piensa más que ninguno en el partido que tiene que jugar. A mitad de camino entre un guerrero otomano y un señor de Bayrampaşa, Arda Turan lleva grabado este partido como un toro lleva en su costado lo más parecido a un número de serie. Un hierro incandescente se posó en su corazón en el momento en que, tumbado sobre el césped del Camp Nou, se dio cuenta de que no iba a poder ayudar a su equipo a ganar ni la Liga ni la Champions League. Su temporada había acabado. Pero el destino le puso delante la oportunidad de olvidar el peor recuerdo de su carrera.
Perderse una final siendo un jugador básico en un equipo es doloroso y es un sentimiento de tristeza que un deportista que haya sufrido jamás podrá borrar de su memoria. Pero Pau Gasol, por ejemplo, no estuvo en la final de Japón, pero fue él quien, por error, levantó el primero la Copa del Mundo de baloncesto, y entonces el desasosiego fue infinitamente menor. Pero la culpa que se le queda al que no la pudo jugar y tampoco así ganar es enorme. Pavel Nedved viov en la grada de Old Trafford cómo su Juve y el Milan aburrían hasta a las piedras y que al final era Maldini y no Del Piero el que levantaba la Copa de Europa. Lo mismo le pasó a Arda en Lisboa.
El Atlético de Madrid murió poco a poco en Da Luz. El gol de Godín fue el único aliento que les permitió respirar hasta el minuto 92:48. Ramos los mató definitivamente cuando los latidos ya no eran más que débiles susurros. Cuando Isco, Marcelo y Di María levantaron al Madrid y aprisionaron a la defensa atlética en torno a Courtois, Diego Pablo Simeone necesitaba a ese 10 que se lleva el balón a la esquina contraria, y que con el culo prieto defienda hasta el último instante la posesión del balón y evitase los ataques masivos del rival. Lo intentaron Adrián, Villa y Sosa, pero todos ellos carecen del arte en esta disciplina que hace único en el mundo a Arda Turan.
Con el turco en el campo, el Atleti habría tenido millones de opciones más de ganar. Las ocasiones fueron escasas, casi ausentes durante la mayor parte de la final. No hubo ni la pausa ni la calma del hombre de hielo de sangre caliente. No hubo en el campo alguien que asumiese el liderazgo, como siempre hace Arda en las ocasiones más especiales. Y aun así, la felicidad de los rojiblancos estuvo a pocos segundos de hacerse perenne como las hojas del madroño. Ese es el mérito del Atleti.
Él quería jugar aquel partido, y hoy en día sigue queriendo. Lo más cercano que va a tener a lo que él tanto habría deseado es este Real Madrid-Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu. Un triunfo, ni siquiera eso, un empate con goles, tendría un sabor muy dulce, similar aunque no tan agradable como la Orejona, evidentemente. Este es su partido, el que lleva esperando once meses con ansiedad, con una voluntad inquebrantable de olvidar de una vez por todas ese recuerdo que le corroe tanto a él como a todos los aficionados del Atlético de Madrid. Quién sabe si es el último derbi que juega (porque ya se quiso ir), y si se tiene que despedir, lo quiere hacer metiendo a su segundo equipo (el primero, cómo no, es el Galatasaray) entre los mejores cuatro de Europa.
El año pasado, tanto él como sus compañeros llegaron al último partido del año con la lengua fuera. Arda directamente ni llegó a ese encuentro. Es por ello que esta vez está intentando evitar lo máximo posible que se repita esa falta de fuerzas en los momentos decisivos. Arda lleva bastantes partidos evitando jugar al máximo de sus posibilidades, no quiso que ningún percance fortuito le pudiera hacer perderse este derbi. Jugó también a gran nivel en la ida, pero no al 100%, como él sabe, como lleva años haciendo en el Atleti y como hará en el Bernabéu.
Es uno de los jugadores predilectos del Santiago Bernabéu. Isco Alarcón sabe cómo levantar a los espectadores de sus asientos dando un ‘pase de pecho’ como pocos en el mundo. Pero su estética a la hora de torear ha de acompañarla con una efectividad entrando a matar a la altura de sus compañeros, aquello de la “verticalidad” que tanto le gusta a Carlo Ancelotti y que tan bien la ejecuta James Rodríguez, su principal competencia. En Vallecas, en la primera ocasión que el entrenador del Real Madrid tuvo para elegir entre el colombiano o el malagueño, se decantó por un recién recuperado James. A Isco no le gustó y tanto Ancelotti como Sergio Ramos mantuvieron una charla con él para evitar que las aguas se salieran de su cauce. Esta noche, al contrario que hace una semana en el Vicente Calderón, Isco será titular ante el Atlético en la vuelta de los cuartos de Champions (20:45h – C+ Liga de Campeones), y no por aquel enfado.
Siempre que James y Bale han estado en condiciones, Isco ha debido aguardar en el banquillo su oportunidad (salvo que Benzema o Cristiano hayan sido baja). Con ello, Bale ha disputado 42 partidos en lo que va de año, James 34 e Isco otros 34, con la diferencia de que el internacional español ha jugado diez encuentros más partiendo desde el banquillo, por dos del colombiano y uno del galés. Teniendo similares números –algo más de 3.000 minutos sobre el verde–, la diferencia es que James y Bale han dependido de ellos mismos pero Isco, en buena parte, ha debido ser por ausencias de terceros. La última, este sábado gracias a la baja de Benzema.
“Vamos a ver qué hago porque doce no puedo poner”, respondió Ancelotti hace dos semanas cuando regresó James de su lesión y se le cuestionó sobre quién ocuparía la titularidad frente al Rayo, si este o Isco. Ninguno dio motivos para ir al banquillo, pero fue James el elegido. “(Contra el Granada) ha jugado con calidad e intensidad, nos ha ayudado. Es un jugador que verticaliza mucho el juego y siempre con ideas”. La verticalidad…
Quizás sin entender mucho por qué y asumiendo el ego propio de cualquier deportista, Isco se molestó con la nueva situación. Ancelotti, curtido en mil batallas con casos similares, le mandó un mensaje tranquilizador. Por si acaso y como uno de los capitanes, Sergio Ramos hizo lo propio. Isco cumplió este martes 23 años y este miércoles será titular en el Real Madrid para disputar los cuartos de final de Champions frente al Atlético de Madrid, en su plaza y ante su público. Al final se ha salido con la suya aunque ha sido su fútbol –y no su pataleta– el que lo ha situado en esta privilegiada situación.
Alineaciones probables
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Coentrao; Kroos, Illarramendi, Isco; James, Cristiano Ronaldo y ‘Chicharito’.
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Arda, Gabi, Tiago, Koke; Griezmann y Mandzukic.
Árbitro: Félix Brych (Alemania).
Estadio: Santiago Bernabéu.
Hora: 20:45 (18.45 GMT).
Carlo Ancelotti tuvo que prescindir de Karim Benzema en el último entrenamiento previo al partido del Málaga. El francés, que apareció por el césped de Valdebebas con un vendaje en la rodilla derecha, se resintió de las molestias en esa zona y abandonó la sesión de trabajo. “No está disponible para mañana, pero lo vamos a recuperar para el miércoles. Su baja no va a cambiar el dibujo del equipo: pondré el mejor once posible para intentar ganarle al Málaga, es un rival peligroso”, explicó el entrenador italiano.
El Madrid se enfrentará al conjunto andaluz en el Bernabéu sabiendo el resultado del Barcelona. Esta vez jugarán primero los azulgrana (en casa contra al Valencia) y después de los blancos. La distancia entre el líder y su perseguidor ha bajado a dos puntos después del pinchazo culé en Sevilla. ¿El Madrid podría ponerse líder, verá el partido?, le preguntaron a Ancelotti. “No, iré al cine otra vez…”, dijo riéndose. El día que los de Luis Enrique se dejaron dos puntos en el Sánchez Pizjuán, el italiano estaba en una butaca viendo Ben Hur. “Mañana estaremos centrados en preparar nuestro partido y se me hace complicado ver el Barça-Valencia. Para un aficionado al fútbol es un partido bonito”, añadió.
Ancelotti tiene a cuatro jugadores apercibidos: si Sergio Ramos, Modric, Carvajal y Cristiano reciben una tarjeta amarilla se perderán el partido del próximo sábado en Vigo. Pese a ello y pese a tener que jugarse el miércoles el pase a semifinales de Champions contra el Atlético, el entrenador blanco asegura que no hará muchos cambios. “Es un partido peligroso, jugamos contra un equipo que mostró intensidad y dinamismo contra el Atlético. Nos preocupa que hayan ganado en Barcelona, así que tenemos que poner toda la energía que tenemos”, argumentó Ancelotti.
Varane y Ramos, los reyes del estrés
El Madrid se estrella contra un muro
Madrid sin diamantes
Marcelo coge el mando
Nada, por ejemplo, de sentar a Marcelo y dar minutos a Coentrão para que vaya cogiendo ritmo de competición antes del partido del miércoles en el que será, casi seguramente, titular por la baja del brasileño (sancionado). El portugués se ha quedado fuera de la lista para el duelo de este fin de semana. “El de mañana no es un partido para dar minutos a Coentrão. Tenemos que separar las cosas, el de mañana es un partido y el del miércoles otro. El del Málaga es un partido sino para ganar y seguir con la racha de victorias hasta final de temporada”, aseguró Ancelotti.
Tres días después del empate contra el Atlético en el Calderón, el técnico italiano dice que el 0-0 le deja un buen sabor de boca. “Lo que me da más felicidad es que el equipo juegue bien porque, para eso entrenamos. Después está la valoración del resultado… yo tengo buen sabor de boca porque el partido fue bueno”. Le preguntaron una y otra vez por Isco, por cómo se ha tomado la suplencia desde el regreso de James. El colombiano es un jugador diferente que da más verticalidad al juego del Madrid y más velocidad en la circulación del balón.
“Yo no estoy en la cabeza del jugador, pero creo que Isco está contento con lo que ha hecho esta temporada. Nosotros estamos contentos con lo que está haciendo. Ha jugado con más regularidad, ha mejorado mucho en el perfil defensivo. Todo el mundo hablaba de él hace un mes y ahora parece que, por haberse perdido un partido, no tiene calidad… Isco es fundamental para esta plantilla”, aseguró Ancelotti al mismo tiempo que decía que no se arrepiente de no haber rotado más a lo largo de la temporada.
“Tampoco creo que Isco piense que ha perdido el puesto; jugó contra el Eibar [fue suplente ante el Rayo y en el Calderón]. En este momento no hay partidos más o menos importantes, todos los son porque nos jugamos dos competiciones. Está fresco, está bien y en una buena condición física”, explicó Ancelotti que todavía no ha decidido quien reemplazará a Benzema en el ataque.
¿Usted se ve aquí la temporada que viene junto a Iker Casillas?, le preguntaron al técnico. “Me veo aquí con Casillas y con todos los jugadores que lo están haciendo bien, pero en este momento contestar a esta pregunta no es tan importante. Tenemos un final de temporada muy intenso y estamos centrados en lo que tenemos que hacer”, contestó. Anoche, en una entrevista en Es Radio, dijo que si llega un portero mejor que Casillas seguro que este no será titular. Esta mañana aseguró que los tres mejores porteros son los que tiene.
“No estoy aquí para hacer clasificaciones de porteros, eso lo hacemos en el bar”, contestó cuando le preguntaron cuántos guardametas hay ahora mismo que son mejores que el capitán blanco. ¿El Madrid no necesita fichar a un portero entonces?, le insistieron. “Nunca hemos hablado de esto”, zanjó.
Asegura la leyenda que un día, todavía en tiempos de Pep Guardiola, entonces entrenador del Barcelona, le preguntaron a Leo Messi, “¿Cómo véis al equipo?”. Y el jugador, abrumado por la precaria situación del equipo, respondió: “Pídanselo al técnico, que tiene la solución, o así se lo oí decir. Al parecer se levanta muy pronto por la mañana y acude a un cuarto oscuro y allí encuentra la respuesta a cualquier problema”.
Messi nunca habló mal de Guardiola y el técnico siempre dispuso al equipo para que triunfara el 10 del Barça, como quedó constatado en la vigilia del clásico del 2-6 cuando el entrenador convenció al futbolista para que jugara de falso 9. La relación de ambos quedó tocada en 2012 después de la derrota en la Liga con el Madrid y la eliminación en la Champions con el Chelsea.
El delantero ya no solo ejerce de goleador, sino que funciona como futbolista total
No encontró respuesta Guardiola, que se impuso un año sabático, y Messi se entregó a Tito Vilanova. La muerte del técnico y una seria lesión provocaron la dimisión del futbolista, especialmente manifiesta con Tata Martino, hasta que despertó su alma competitiva en la entrega del tercer Balón de Oro para Cristiano Ronaldo. El portugués afirmó su propósito de igualar a cuatro con Messi. Aquel día el argentino se juró que competiría por ganar el quinto, circunstancia que pasaba porque el Barcelona montara un equipo capaz de recuperar el trono de la Liga y competir por recuperar el título de la Champions.
Y el Barça dejó de ser un equipo de autor, entregado a Guardiola, y se convirtió en el equipo de Messi sin desmerecer la figura del entrenador, Luis Enrique. El técnico asturiano, una figura intervencionista, topó con la figura del equipo, que cree merecer un trato aparte, cosa que pasa por disputar todos los partidos, no ser sustituido y mucho menos cambiado, incluso en periodos vacacionales como el de Navidad.
Luis Enrique no alineó a Messi en Anoeta y se armó la marimorena en el Camp Nou. El futbolista declaró la guerra y el entrenador tuvo que tragar quina, sobre todo cuando trascendió que en un entrenamiento ambos se tiraron los trastos a la cabeza. Al parecer el mister ejercía de árbitro, cosa nunca vista en un entrenador, que acostumbra a delegar en su segundo en los partidillos de los jugadores, siempre proclives a reyertas, y la figura del equipo le desafió por una falta no cobrada, conflicto que provocó el enfrentamiento abierto entre Luis Enrique y Messi. La mediación de Xavi evitó que la cosa fuera a mayores y el técnico desistió de expedientar al 10 por su desafío posterior a la visita a Anoeta.
El protagonismo del 10 ha aumentado con la permisividad y complicidad del técnico
El conflicto no pasó a mayores sino que cada uno asumió su responsabilidad, coincidentes en la necesidad de que el equipo recupere la ambición de ganar cuantos títulos estuvieran en litigio. No se discute hoy la importancia del entrenador ni de Messi. La prueba más evidente de la implicación del argentino es su actuación contra el Valencia. Messi ejerció de futbolista total por su implicación en el juego y en el resultado: 2-0. Marcó el segundo gol, el número 400 de su cuenta, remató previamente a la cruceta en un libre directo, asistió a Luis Suárez en el 1-0, y se convirtió en el futbolista referencial del Barcelona. El rosarino ejerció de cacique de acuerdo a la liturgia argentina, la misma que señala a los futbolistas que marcan las pautas del encuentro, normalmente desde el puesto de 5. Messi auxilió a la defensa para sacar la pelota ante la presión del Valencia, ayudó a combinar a los medios en situaciones de inferioridad numérica y fue determinante como delantero, asociado a Suárez y Messi o como punto final, aspecto que quedó claro en el 2-0.
El 10 fue un jugador universal en un partido difícil para el Barça. Asumió la responsabilidad que le tocaba desde su litigio con Luis Enrique. Jugó como nunca, compitió como no se le había visto, se desplegó por los sectores del campo, ejerció como el líder con la complicidad del técnico. Los dos se necesitan sin ser cómplices, sabedores de que el fin justifica los medios: hay que ganar y después ya discutirán sobre el botín.
No había acabado el partido todavía y Carlo Ancelotti ya tenía a dos jugadores tratándose en las camillas del vestuario. Gareth Bale aguantó tres minutos ayer contra el Málaga. Modric una hora. El galés se retiró con un pinchazo en el gemelo. El croata, a falta de que lo confirmen las pruebas a las que será sometido hoy, con un esguince del ligamento lateral externo de la rodilla. Es el diagnóstico de la primera exploración que le hicieron en el vestuario. El de anoche podría haber sido uno de sus últimos partidos de la temporada, ya que si las pruebas confirman la lesión, estará da baja entre cinco y seis semanas. Ninguno de los dos estará el miércoles contra el Atlético en el duelo clave de los cuartos de Champions.
“Mi optimismo es que tenemos una gran oportunidad al jugar en casa, vamos a intentar hacer lo que podamos parea llegar a las semifinales de Champions, con o sin Bale”, contestó Ancelotti cuando le preguntaron si la afición madridista podía ser optimista sobre la presencia de los dos jugadores el próximo miércoles. Al técnico italiano se le vio preocupado anoche en la sala de prensa del Bernabéu. El Madrid cumplió el trámite contra el Málaga (3-1, sufriendo más de la cuenta), se mantiene a dos puntos del Barcelona , pero el italiano se juega la temporada el miércoles sin tres piezas claves: además de Modric y Bale no tendrá tampoco a Marcelo, sancionado.
Karim Benzema, con unas molestias en la rodilla, no se entrenó ayer y no entró en la convocatoria. “Benzema va a estar. Está mejorando y tenemos cuatro días más para recuperarlo bien”, aseguró Ancelotti. Tenía la cara de un náufrago en mar abierto y sin brújula el italiano. “El partido ha sido positivo salvo estos dos problemas, hemos ganado con mil dificultades, primero las lesiones, luego el fallo en el penalti. Hemos luchado y nos hemos sacrificado, es lo que me ha gustado del equipo y era lo que necesitábamos hoy”, analizó.
Modric se quedó tendido en el suelo después de un choque con Recio. Al apoyar el pie se le giró la rodilla. Sus compañeros corrieron hacia él hasta que llegaron los médicos. El croata se probó pisando fuerte el suelo mientras uno de los galenos del club pedía el cambio. “He oído un clic”, dijo. Salió del campo por su propio pie sin cojear demasiado. Y, sin embargo, la primera exploración en el vestuario, habla de esguince. Un mazazo para Ancelotti, que justo esta semana decía que la vida con Modric era mucho más fácil, y también para el jugador. El croata regresó el 10 de marzo (contra el Schalke) después de cuatro meses fuera por un arrancamiento en el tendón. El Madrid acusó mucho su baja y, justo cuando el pequeño centrocampista había hecho despegar al equipo, se frena de nuevo.
Si las pruebas confirman la lesión, Modric estará da baja entre cinco y seis semanas
Gareth Bale, por su parte, se retiró en el minuto 3 por un problema en el gemelo. Se lesionó solo. Sentado en el suelo y tocándose el gemelo izquierdo le explicaba a Cristiano Ronaldo dónde le dolía. Abandonó el campo sujetado por dos médicos, cojeando y con mala cara. Hasta le costó bajar las escaleras que llevan al túnel de vestuarios. Los fisios estuvieron tratándole durante más de una hora en la caseta con hielo y masajes.
Para averiguar si hay rotura hay que esperar 24-48 horas. Por lo que hoy el galés se someterá a una resonancia para averiguar el alcance de la lesión y los tiempos recuperación. Queda descartado para el miércoles. Bale, que había jugado 24 partidos seguidos desde noviembre, se ha perdido dos encuentros en los últimos diez días. Contra el Eibar, el pasado sábado, descansó por una sobrecarga –un par de días antes había forzado para jugar en Vallecas después de recibir un pisotón en el entrenamiento- y ayer apenas jugó tres minutos. 3.648 minutos suma el galés en lo que va de temporada en la que ha anotado 17 goles y repartidos 10 asistencias. La última lesión muscular que sufrió –aparte la sobrecarga de la semana pasada- fue en octubre. Una rotura en el piramidal le hizo perder cuatro partidos: el de Champions contra el Liverpool en Anfield, el clásico, la ida de Copa contra el Cornellá y el de Liga contra el Granada.
Las alternativas de Ancelotti para el miércoles son Isco para sustituir a Bale e Illarra, Lucas Silva o Khedira para sustituir a un insustituible Modric.