Tan cruda resultó la Juve que con menos que el Madrid logró destemplar al conjunto español, al que se le vieron más costurones de los esperados. Salvo en el tramo final del primer acto, el equipo de Ancelotti fue a remolque de un rival abnegado, de pierna fuerte e ideas muy claras y, en algunas fases, cordial con la pelota. Con su victoria, los juventinos pusieron cerco a un Madrid con tembleques en la zaga, con Ramos sin cadena en el medio campo y con Bale menos que de puntillas, por subrayar sus mayores desarreglos. Mal de entrada y desbocado al final, entremedias el empate de Cristiano fue un espejismo. No tuvo continuación y Tévez tocó la corneta para dejar al campeón con la angustia de una vuelta que no se presume con paseíllo.
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‘Ya estamos todos’, por M. JABOIS
Tévez, rey del Piamonte
Tiene menos cartel que el Madrid, pero no hay cascoteros en esta Juve, que reniega del costumbrista manual de algunos equipos italianos que bendicen el pelotazo porque no desordena. Con el imperecedero Pirlo como mascarón, el campeón del calcio arrancó con brío, con fútbol geométrico, con el balón al pie. Según dictara la jugada, a las órdenes de Pirlo, por supuesto, al que le falta depósito, pero mantiene de forma fugaz su distinguido visor, los jugadores de Allegri enchufaban en corto a Vidal o Tévez, o bien citaban con las luces largas a Morata, un coloso hasta que reventó. Las dos vías generaban quebraderos al Madrid, con Ramos y Kroos demasiado alineados para atacar y defender. A sus espaldas, los dos suramericanos del Juventus provocaban agudas interferencias entre el medio campo y la zaga española. Morata enredaba por su cuenta a Pepe y Varane. Su físico le procura el forro adecuado para el cuerpo a cuerpo.
Por momentos, la Juve lograba afeitar al Madrid y a la cuarta llegada antes de los diez minutos logró su propósito. Tévez encontró un pasillo con gran facilidad y su disparo cruzado lo acarició Casillas a su derecha, junto al poste. Morata, que es rastreador de áreas, estaba junto a la presa. No fue un tanto casual, ni mucho menos. Quizá desde el Milan de Sacchi no se conozca una escuadra italiana que haya dado 27 pases previos a una diana. Eso certificaron los estadísticos, tan valiosos con sus laboratorios. El gol, su génesis, retrató a un Madrid atribulado, tiritón con la pelota, blando en las disputas. En el espinazo del equipo, Sergio Ramos bastante tenía con encajar como postizo centrocampista. No encontraba con quién chocar y el partido demandaba gobierno. Sin un intermediario en el medio, Bale, como ariete, y Cristiano, proyectado desde la izquierda, quedaban aislados, fuera de plano.
Lejos de mantener la ruta, la Juve poco a poco cambió la escala musical. Prefirió refugiarse más en las cuerdas de Buffon y perdió metros hacia Casillas. Mala decisión, no conviene abrir el paisaje a Kroos, pese a su aparente pecho frío. El alemán anestesió a los suyos. Es lo que tiene colonizar el balón. A su compás respiró el Madrid, que comenzó a dar avisos en campo ajeno. Ya asomaba James, capital para la ofensiva madridista, clave para agitar a cualquier adversario. En la crecida visitante, fue el propio James quien provocó una indecisión de Evra, que fue al combate como un monaguillo. La acción descolocó a Chiellini, que fue al rescate sin éxito. El colombiano templó el baló al segundo palo y a Cristiano, sobre la raya de gol, le bastó con poner el flequillo que no tiene. Su puntualidad con el gol es mucho más que asombrosa, es una corazonada permanente.
La Juve notó la sacudida del innumerable tanto del portugués. Ya no era el equipo fluido del arranque. Las teclas eran de Kroos, de James, de Cristiano… Y, por un momento de Marcelo, que alivió su dislocada actuación al frente de una estupenda jugada colectiva. Tras una danza de Isco por el costado izquierdo, el lateral brasileño citó a James con el gol. El cafetero, a un palmo de la portería, se lanzó en plancha y su cabezazo fundió el larguero. Increíble. Solo cabía esperar gol o gol.
Salvo en el último tramo del primer tiempo, el cuadro de Ancelotti fue a remolque
En alza el Madrid, el retorno al segundo acto no tuvo la misma derivada. La Juve, de entrada, se pareció más al del inicio del duelo. Otra vez con más decisión, enérgica. Llegó el momento de Tévez, que es una avispa a campo abierto, canchero como pocos, pícaro e “incordión”. El Apache reflotó a los blanquinegros. Con Ramos con cara de náufrago y Bale no se sabe dónde, el grupo de Ancelotti no daba con la tecla, desajustado en todas las líneas. La Juve, como buen italiano, hurgó en la herida. Un córner a favor concluyó en un desastre para el Madrid, que se lo ganó a pulso. Cerraban, con dice el libreto de toda la vida, los dos laterales, los dos bajitos, Carvajal y Marcelo. Al brasileño le llegó un rebote y se animó a buscar un disparo. Una imprudencia cuando se está de centinela. El rechace en la alambrada local llegó a Tévez, que pegó varios muletazos a Carvajal hasta que este, con un punto de ingenuidad, le atropelló. Bien pudo contener, sin más. El argentino no falló desde el penalti.
El gol retrató a los visitantes, tiritones con la pelota, blandos en las disputas
Reaccionó Ancelotti, que puso en vuelo a Chicharito en detrimento de Isco. Bale, en tierra de nadie, se mantuvo. Un minuto tardó Allegri en dar réplica. Barzagli por el sorprendente Sturaro, titular pese a llevar solo desde febrero en Turín y haber jugado un encuentro de Champions y ocho de Liga. Frente al 4-3-3 español, el 5-3-2 italiano. Exhausto Tévez, la Juve se encomendó al blindaje a ultranza y una aventura de Llorente, relevo del más que meritorio Morata. El Madrid contra un muro, la Juve en el descampado, a cielo abierto. El partido obligaba a contener la respiración. No sobraba fútbol, pero había fogatas ante las dos porterías. La tuvo CR nada más irrumpir Chicharito, que en un rato dejó mal al inoperante Bale, por fin relevado a poco del final por Jesé.
El Madrid, sin mucho tino, aceptó descamisarse, ir a por el empate, poner remedio antes de la vuelta a Chamartín. Llorente a punto estuvo de hacérselo pagar caro. No hubo para más y la gente de la Juve tiró serpentinas, confetis y lo que tenía a mano para festejar un resultado que deja a su equipo con un destino posible a Berlín. Al Madrid le toca remar. En Turín tuvo muchas grietas. Esta vez, los remiendos, a estas alturas de la Copa de Europa, no fueron suficientes. Plano y sin ideas solo le quedó colgar balones sin techo. No es lo que se espera del campeón. Tiempo tiene para la reflexión. Para cuadrarse de otra manera el próximo miércoles. Falta le hará, y recursos tiene.
Los 90 fueron la década del chándal de táctel y de la entrada de Freddy Rincón al campo para arreglar una eliminatoria en Turín. Baste decir que hoy Rincón está en búsqueda y captura probablemente con ese chándal puesto. Aquel partido impuso una estética y una forma de ver el mundo que tenía que ver con los Alpes, la melena de Padovano y nuestro padre llorando en la cocina diciendo que era por los azulejos, que no los había elegido él. Se producía un equilibrio imperfecto por la ausencia de Copas de Europa en 30 años que incluyó un anuncio de televisión y todo. El Madrid ocupaba el tablero de la centralidad. Hasta que Rincón entró en el campo con 2-0 abajo y un jugador dijo: «Ya estamos todos». Nadie salió indemne de aquello, que terminó marcando una época. Poco después explotaron Ella Baila Sola y Coldplay, el Madrid ganó la Copa de Europa, precisamente ante la Juve, y en una serie Emilio Aragón se pilló a la hermana de su esposa muerta entre aplausos de la familia tradicional. En Turín, muchos años después, Figo falló un penalti y sentenció a Del Bosque: fue como matar a Bambi.
El partido lo empezó la Juve y lo acabó la Juve con una contra traicionera
El partido lo empezó la Juve y lo acabó la Juve con una contra traicionera, producto de un disparo de Marcelo que dejó a Tévez, velocísimo, frente a Carvajal. El penalti les devolvió el aire ganado al principio, con una maniobra que retrató el desconcierto del Madrid. Consistió en el desmarque de un hombre solo hacia el área. Una especie de jaque pastor que terminó en gol de Morata, algo por lo que directamente no se pagaba en Casa Amelia. Ni por eso ni porque Chiellini terminase con la cabeza trepanada, envuelta en paños blancos. El Madrid pasó una pájara. Con las pájaras del Madrid en grandes momentos europeos existe un libro inédito de Ángel del Riego que abarca ya 2.300 páginas y que amenaza con no terminar nunca. Me dice como experto que la sufrida en Turín es de manual, con una lógica muy mecánica que ni siquiera hubo que entrenar, por tanto, aún más grave
CRÓNICA: La Juventus hace temblar al Madrid
Ancelotti: “Estoy preocupado lo justo”
Carlos Tévez, rey del Piamonte
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Si la Juve tuvo una debilidad fue la de no aprovecharse del Madrid, que era el chiquito borracho del portal. Le robó la cartera y llamó a la policía. Apareció James. El colombiano hizo una revolución en el ataque perezoso del Madrid, que parecía mover la pelota por el qué dirán. La tocó y se fue: el acontecimiento fue seguido por la Juve con espanto, que cuando se dio cuenta ya tenía al 10 en el área. El gol es medio Berlín; el otro está separado por un muro. Se fijó el Madrid, se colocó en medio de su época, la perdida y la del porvenir, y produjo un jugadón que cosió el área italiana. Esperó Marcelo a Isco, que le cruzó la espalda como una avioneta, y el malagueño le colocó el balón a James: ahí tenía que estar el muro, pero sólo hubo un palo.
El Bernabéu de las remontadas provisionales decidirá los chándales y los fugitivos de los próximos años. Normalmente los jugadores llegan a estos partidos tan cansados de remontar que cuando salen al campo ya no pueden con el alma: parecía todo remontado el lunes. Los últimos que se dispusieron a quemar árboles terminaron alrededor de una hoguera de boy scouts. Molto longa es la vida y el amor, o sea el recuerdo de Zidane y la clase de Andrea Pirlo.
El Real Madrid corrió 7,7 kilómetros menos que la Juve, falló 90 pases, no remató a puerta ni una sola vez en la segunda parte, sufrió como nunca en defensa y tuvo a un Sergio Ramos desorientado de principio a fin, pero según Carlo Ancelotti los suyos hicieron un buen partido. “Hemos intentando controlar el juego y la posesión. A pesar de que el 1-1 era un buen resultado, jugamos un partido de ataque. Era difícil encontrar espacios”, analizó el técnico italiano en la sala de prensa. “En algunos momentos lo hemos hecho bien, tocando bien. Hemos tenido nuestras oportunidades y tenemos que repetir en el partido de vuelta. Nos hará falta paciencia”, añadió.
Naufragó el Madrid anoche en Turín. Naufragó Sergio Ramos de medio centro. Naufragó Gareth Bale, que nunca entró en el partido. Naufragó Varane, nervioso como nunca se le había visto. “No ha sido sólo Sergio… hemos tenido más errores de lo habitual, también atrás. Hemos estado poco precisos en los pases porque la presión de la Juve era alta. Sergio ha hecho un buen trabajo, igual que en los partidos anteriores”, le defendió Ancelotti. Defender a Ramos es una forma de defender también sus decisiones y apuestas.
Ancelotti: “Ganará el más valiente”
«Sergio es el defensa más completo que he tenido»
Tévez y Cristiano se miden en Turín
La Juventus hace temblar al Madrid
El técnico del Madrid tiene a tres mediocentros puros en la plantilla para sustituir al lesionado Luka Modric (Khedira, Illarramendi y Lucas Silva) pero no confía en ninguno de ellos. Por lo que, ante el partido clave de la temporada, la vuelta de los cuartos de Champions contra el Atlético, colocó a Ramos en la medular. No le salió mal. Repitió en Sevilla, tampoco le salió mal. Y volvió a repetirlo anoche. Pero en Turín el central no tuvo su noche. Perdió nueve veces la pelota (fue el que más perdidas tuvo después de Marcelo). Fue también el que más pases falló en el centro del campo.
Se le vio desubicado, incapaz de hacerse con los tiempos del partido. Fuera de posición, también porque no es su posición. En muchos tramos del encuentro jugaba incluso por delante de Toni Kroos evidenciando todas sus carencias en la salida de balón. Esa no es la posición que mejor se ajusta a sus características. 86,7 fue el porcentaje de acierto de pases que tuvo el Madrid anoche, uno de los más bajos de la temporada (únicamente en la eliminatoria contra el Schalke y en el partido contra el Basilea había empeorado ese dato).
El de Sergio Ramos fue sólo uno de los principales problemas que sufrió el conjunto blanco en Turín. Ancelotti no lo vio. O si lo vio, no hizo nada para arreglarlo en la segunda parte. En vez de retrasar la posición del defensa para que jugase incrustado delante de los dos centrales, Ramos siguió donde estaba. Igual de perdido.
Ancelotti apeló a la mala suerte: la contra de Tévez que terminó en el gol de penalti del argentino (2-1) nació de un rechace tras un disparo de Marcelo en el área bianconera. Hubo mala suerte en esa circunstancia, sí. Y torpeza por parte de Carvajal. Pero el Madrid nunca fue a por el partido. La Juve arrancó bien en los primeros 15 minutos, presionando arriba, marcando, intimidando al rival. Lo mandó en confusión. Pero sufría cada vez que Cristiano, James e Isco apretaban y filtraban pases entre líneas.
Y, sin embargo, no lo aprovechó el Madrid. Después del gol del empate de CR, James estrelló un cabezazo en larguero y Marcelo remató fuera el rechace. Ahí se acabó la contundencia de los blancos. “La Juve está viviendo un momento de gracia, ha aprovechado el entusiasmo que tiene. Nosotros nos planteamos ganar el partido, intentamos ganarlo pero no lo conseguimos. El resultado no es bueno pero tampoco es tan malo. Hay que pasar todavía por el Bernabéu”, comentó, esperanzado, Ancelotti.
Entusiasmo es, precisamente, lo que nunca tuvo el Madrid anoche. “Sobre el papel ellos eran mejores que nosotros, pero también existen la condición física y las ganas de ganar”, resumía Buffón. Las tuvo la Juve, nos las demostró el Madrid, que a pesar de todo está a un gol de la final de Berlín.
El delantero francés Karim Benzema no forma parte de la expedición madridista que viaja a Turín para jugar el martes la ida de las semifinales de Liga de Campeones, y recién recuperado de un esguince de rodilla, Carlo Ancelotti prefiere reservar a su jugador para que reaparezca ante el Valencia.
Benzema regresó como estaba previsto el domingo a la dinámica de grupo pero Ancelotti ha considerado que su regreso en Liga de Campeones sería precipitado y se queda entrenando en solitario en Madrid para mejorar su condición física antes de reaparecer. Será el del Juventus Stadium el quinto encuentro que se pierde Benzema, que cayó lesionado en el Vicente Calderón en la ida de cuartos de final de Liga de Campeones, para posteriormente perderse la vuelta ante el
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Atlético de Madrid y los partidos de Liga contra Celta, Almería y Sevilla. Ancelotti ha facilitado una lista de 20 jugadores, de la que tendrá que descartar a dos a última hora, y en la que no entra por lesión el croata Luka Modric y por decisión técnica el alemán Sami Khedira.
La expedición que aterrizará en Turín alrededor de las 12:30 (10:30h) horas la forman: Iker Casillas, Keylor Navas, Pacheco, Carvajal, Arbeloa, Varane, Pepe, Coentrao, Marcelo, Nacho, Sergio Ramos, Lucas Silva, Kroos, Illarramendi, Isco, James, Bale, Jesé, Cristiano Ronaldo y Chicharito. El último entrenamiento antes del encuentro de ida de semifinales, lo completará el Real Madrid en la tarde de hoy en el escenario del partido,el Juventus Stadium, desde las 18:30 horas (16:30h).
Karim Benzema no forma parte de la expedición madridista que viaja a Turín para jugar el martes la ida de las semifinales de Liga de Campeones. Tras haberse recuperado recientemente de un esguince de rodilla, Carlo Ancelotti prefiere reservar a su jugador para que reaparezca ante el Valencia.
Benzema regresó como estaba previsto el domingo a la dinámica de grupo pero Ancelotti ha considerado que su regreso en Liga de Campeones sería precipitado y se queda entrenando en solitario en Madrid para mejorar su condición física antes de reaparecer.
Será el del Juventus Stadium el quinto encuentro que se pierde Benzema, que cayó lesionado en el Vicente Calderón en la ida de cuartos de final de Liga de Campeones, para posteriormente perderse la vuelta ante el Atlético de Madrid y los partidos de Liga contra Celta, Almería y Sevilla.
Ancelotti ha facilitado una lista de 20 jugadores, de la que tendrá que descartar a dos a última hora, y en la que tampoco ha entrado por lesión el croata Luka Modric ni por decisión técnica el alemán Sami Khedira.
La expedición que aterrizará en Turín alrededor de las 12:30 (10:30h) horas la forman: Iker Casillas, Keylor Navas, Pacheco, Carvajal, Arbeloa, Varane, Pepe, Coentrao, Marcelo, Nacho, Sergio Ramos, Lucas Silva, Kroos, Illarramendi, Isco, James, Bale, Jesé, Cristiano Ronaldo y ‘Chicharito’.
El último entrenamiento antes del encuentro de ida de semifinales, lo completará el Real Madrid en la tarde de este lunes en el escenario del partido, el Juventus Stadium, desde las 18:30 horas (16:30h).
El Real Madrid recibe mañana al Almería en un partido que se anuncia como la transición ligera hacia la semana más cargada de la temporada. El entrenador, Carlo Ancelotti, anticipó que la convocatoria contará con tres canteranos, Odegaard, Diego Llorente y Mayoral, para compensar las bajas por sanción de Carvajal y Ramos, y por lesión de Modric, Benzema y Bale.
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Esta jornada de refresco de futbolistas cansados será la primera participación con el primer equipo en partido oficial del noruego Martin Odegaard. Fichado en enero con vitola de futura estrella del fútbol mundial, el mediapunta de 16 años podría convertirse en el el jugador más joven en debutar con el Madrid. El técnico italiano confirmó la titularidad de Jesé y Keylor Navas.
El Madrid hará rotaciones procurando mantener el nivel para superar a un Almería que llega saturado por las amenazas del descenso y un castigo de la FIFA que podría restarle tres puntos por una falta administrativa. “Hemos llegado a un punto en la temporada en que todos los partidos son a vida o muerte”, observó Ancelotti. “Tenemos que valorar este partido con el pensamiento de que será importante, antes de un periodo de partidos muy complicado. Hasta el 13 de mayo atravesaremos el momento más determinante de la temporada. Jugamos contra Almería, Sevilla, Juventus, Valencia y Juventus. Son partidos muy difíciles. Pero tenemos la confianza de poder hacerlo bien. Parte de los lesionados se recuperarán muy pronto y el equipo podrá competir en todos los partidos con una buena intensidad porque físicamente está bien. No pensamos si el Barça va a pinchar sino en intentar ganar todos nuestros partidos. Por suerte podremos empatar dos y esto nos da un respiro”.
Ancelotti hizo una pausa y soltó una risita pícara. “¡Los dos de la Champions los podemos empatar!”, se explicó, para quien no captara la primera ironía, y sabedor como nadie de que los goles en campo contrario permiten superar eliminatorias de UEFA sin ganar. “El objetivo en la Liga es ganar los cinco partidos. Con la Juventus podría funcionar el viejo estilo italiano. Autobús delante de la portería y buscar el empate. Esto es broma… No nos olvidemos de que nos aproximamos a los cien goles en la Liga”.
El entrenador no quiso confirmar que el Madrid ejercerá su derecho de compra sobre Chicharito pagando los 20 millones de la cláusula al Manchester United. “Es un tema que valoraremos al final de temporada. Pero a lo largo de todo el año el jugador ha demostrado su profesionalidad. En los momentos difíciles se ha comportado muy bien. Tener este tipo de jugadores siempre listo para cuando le das la oportunidad es siempre muy bueno”.
El Madrid se apoyó en el bastón de James para cruzar un río caudaloso. Alcanzó la otra orilla con la misión cumplida. Derrotó al Málaga y ganó los tres puntos indispensables para continuar en la batalla del campeonato. Pero en la corriente se dejó una buena carga de energía y dos bajas sensibles. Bale, con una probable rotura fibrilar, y Modric, que se marchó agarrado a su rodilla derecha, amenazan con trastornar los planes de Ancelotti para disputar la vuelta de los cuartos de la Champions contra el Atlético, el próximo miércoles.
Gareth Bale se lesionó escuchando el himno. Poco más o menos. Comenzó el partido y al minuto siguiente ya cojeaba. Pasados dos minutos el galés se sentó en la hierba y le dijo a Cristiano que se había roto. Señaló su gemelo izquierdo. El Bernabéu asistió a la escena en silencio. Cuando los médicos pidieron el cambio la noticia hacía temblar los cimientos de la estrategia deportivo-institucional. No hay futbolista que haya preocupado más a Florentino Pérez en su larga trayectoria presidencial que este magnífico atleta. Lo que parece su inminente baja para la Champions siembra la inquietud en la directiva. En el banquillo la impresión es diferente. Allí, mascando chicle a discreción, Ancelotti no mostró el más mínimo indicio de contrariedad. La opinión predominante en el vestuario es que con Isco de titular en lugar de Bale el equipo será más competitivo frente al Atlético.
Chicharito entró por Bale y se situó junto a Cristiano en la punta del ataque. Por detrás, una línea de cuarto con James e Isco en las bandas, y Kroos emparejado a Modric en el mediocentro. Con esa formación de centrocampistas el Madrid jugó sus mejores partidos de la temporada. Solo faltaron Benzema y Carvajal, que descansaron, para completar el circuito más perfecto que puede ofrecer este plantel cuando se trata de controlar los partidos mediante la posesión del balón.
Ancelotti cambió al galés con indiferencia y se quedó pálido con la lesión del croata
El Málaga es un equipo joven pero no se dejó intimidar. Compitió con seriedad, replegándose con nueve futbolistas por detrás del balón y desplegándose como un acordeón en los ataques. Lo dirigió bien Recio, amplió el campo con Boka y Rosales, y maniobró con creatividad gracias al constante dinamismo de Samuel, Castillejo y Juanmi. Los tres canteranos se intercambiaron roles con soltura y generosidad. En una de sus acciones dejaron solo a Darder, que tuvo el 0-1 en un mano a mano con Casillas pero mandó el tiro por encima del larguero.
El Madrid nunca brilló como equipo pero se apoyó en tres o cuatro figuras que lo hicieron marchar con firmeza. Liberado por el repliegue del rival, Kroos hizo un soberbio ejercicio de dirección de personal. Su mejor socio fue James, ágil para jugar a un toque, veloz para encontrar la jugada, socio de todos entre líneas, y peligrosísimo en los tiros desde media distancia. Entre los dos enchufaron a Cristiano y al Málaga no le quedó más remedio que ajustar clavijas. El gol llegó tras una falta de Rosales sobre Cristiano. Ramos le ganó la espalda a Torres antes de rematar en el segundo palo el lanzamiento que el propio Cristiano envió con tensión desde la izquierda.
Ancelotti observó la lesión de Bale con aire distraído, pero cuando Modric llamó a los médicos se puso blanco. No había transcurrido un cuarto de hora del segundo tiempo cuando el croata chocó con Recio y se llevó las manos al interior de su rodilla derecha. El técnico ordenó el cambio inmediatamente y mandó a calentar a Illarra. Cualquier prevención es poca para proteger al jugador más influyente en el juego del equipo.
James metió el gol del partido y fue el mejor socio de Kroos en la construcción
La ausencia de Modric le restó consistencia al mediocampo. Fue como si al Madrid le quitaran presencia de ánimo, aire, y lucidez. El conformismo recorrió la cancha. El Málaga se había crecido y escarbaba cerca del área de Casillas cuando un contragolpe bien conducido por Isco y Cristiano acabó con James derribado en el área de Kameni. Lo ejecutó Cristiano y lo mandó al palo. El desánimo duró un par de minutos. Otra vez James se asoció a Isco y a Cristiano en la frontal del área. Le devolvieron dos paredes y a la segunda cruzó el zurdazo. Fue el gol de la tarde. Definitivamente, el colombiano se había hecho cargo de la situación.
Seguro de su ventaja, el Madrid no corrigió los defectos que venía mostrando. La respuesta del Málaga fue repentina. Una subida de Rosales y un cabezazo de Juanmi removieron el partido. Pepe no vio venir al astuto delantero. Pero se redimió junto a Ramos en la tenaz resistencia de los minutos finales y en la jugada del tercer tanto madridista. El central portugués peleó la pelota y la sirvió a Chichartito. El mexicano asistió a Cristiano. El goleador culminó la contra para sumar su gol 50 de la temporada. Suficiente para terminar sonriendo una tarde que pudo ser más tormentosa de lo que fue.
Un grupo de científicos ha descubierto tres nuevas especies de lagartos con forma de dragón en los Andes de Perú y Ecuador. Las especies descubiertas difieren de sus parientes más próximos en el color, el tamaño y el ADN, según una investigación que se publica hoy en la revista ZooKeys.
Omar Torres-Carvajal, investigador del Museo de Zoología QCAZ (Ecuador), Pablo J. Venegas (CORBIDI, Peru), y Kevin de Queiroz (Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian, EE UU) han realizado su descubrimiento en los Andes tropicales y, según aseguran, es un «hecho llamativo, teniendo en cuenta que estas nuevas especies están entre los lagartos más grandes y llamativos de los bosques de Sudamérica».
Los lagartos del género Enyalioides, al que pertenecen estas tres especies, son diurnos y viven en las selvas tropicales, como el Chocó, así como los bosques a ambos lados de los Andes. Estas nuevas especies incrementan el número de lagartos Enyalioides a 15. En 2006 sólo se conocían siete.
«El hecho de que más de la mitad de estos reptiles se hayan descubierto en los últimos años debería ser tenido en cuenta por las personas que están al cargo de las agencias de conservación», ha dicho en una nota el doctor Torres-Carvajal.