Roberto Bautista Agut firmó la primera victoria española en Roland Garros este año al derrotar al alemán Florian Mayer por 6-3, 6-1, 6-3. El alemán regresaba a un Grand Slam tras haber superado una larga lesión que le había mantenido un año alejado de las pistas.
Bautista, de 27 años, 19º cabeza de serie, llega a París tras haber firmado una buena gira europea sobre polvo de ladrillo, coronada por las semifinales de Múnich, donde cayó ante el británico Andy Murray. Además, el castellonense alcanzó los cuartos en Barcelona y la tercera ronda de Montecarlo y Madrid.
El año pasado, en su segunda aparición en París, superó dos rondas antes de caer frente al checo Tomas Berdych. Bautista jugará contra otro checo, Lukas Rosol, en la segunda ronda del torneo parisino.
No pudo ser. Rafa Nadal cayó en la final del Mutua Madrid Open ante Andy Murray (6-3 y 6-2). El tenista español, que llegaba cargado de moral a la gran final después de conseguir eliminar en semifinales en un brillante partido a Tomas Berdych, no pudo con el gran juego del escocés, a quien había ganado hasta la fecha todas las veces en las que se habían enfrentado en tierra batida, pero con quien no pudo en la arcilla española. Murray, más sólido y definitivo en los momentos más importantes del encuentro, impidió que el español reeditase el título de la pasada temporada.
El primer set no comenzó de la mejor manera para Nadal. El tenista español salió algo menos enchufado que en partidos anteriores, una situación que Murray supo aprovechar a la perfección. El escocés, que inició el partido sirviendo, fue capaz de conseguir siete puntos de manera consecutiva para ganar su saque y plantarse con 0-40 a las primeras de cambio. Nadal trató de reaccionar, pero Murray supo aguantar para romper el primer saque del balear en el partido. El escocés puso el partido de cara muy pronto. Rafa tenía que despertar lo antes posible.
El número 3 del mundo silenció la Caja Mágica (Reuters)
Y poco a poco fue entrando en el partido. Con el paso de los minutos, el tenis del español creció, metiendo presión a un gran Murray en cada punto. Pero no fue suficiente para recuperar la desventaja perdida. Pese a gozar de tres bolas de break en dos juegos diferentes, Nadal fue incapaz de consumar ni una sola, lo que dio alas a Murray, realmente eficaz con su potente saque. El escocés tan sólo necesitó mantener su servicio para llevarse el primer set en la primera oportunidad de la que dispuso. Se le ponía el partido cuesta arriba a Nadal (6-3).
El segundo set tampoco comenzó excesivamente bien, pues de nuevo Nadal iba a sufrir un break en su primer servicio de la segunda manga. Al español no le funcionaba demasiado bien el saque y Murray no iba a perdonar ninguna de las oportunidades concedidas por el número cuatro del mundo. El escocés tiraba a las líneas y a Nadal le faltaba un puntito para conseguir frenar a su rival: no era capaz de ajustar tanto como en partidos anteriores y en momentos del encuentro jugaba demasiado corto, lo que le impedía llevar la iniciativa ante un pegador como Murray.
Nadal no consiguió romper el saque de su rival (Reuters)
Hasta que el tercer juego del segundo set sentenció el partido. Nadal volvió a perder el servicio ante un Murray inconmensurable, prácticamente sin fisuras y mucho más sólido que el español, que era incapaz de frenar el vendaval de juego del escocés. Murray estaba siendo mucho Murray para Nadal, que no encontraba puntos débiles en el juego de su rival. Tan sólo tuvo que mantener sus servicios para hacer valer su amplia ventaja para lograr el segundo set (6-2) y conseguir el título en la arcilla de Madrid. El escocés sentenció al español en la Caja Mágica, incapaz de reeditar la victoria del pasado año.
Pese a la derrota, las sensaciones que ha dejado Nadal son esperanzadoras de cara al resto de la temporada y, por supuesto, con vistas a Roland Garros. Poco a poco se va acercando a la mejor versión de su juego y, aunque le falta consistencia en algunas fases de los partidos, ha empezado a ofrecer momentos brillantes por primera vez en la temporada. Aunque el de este domingo no fue su mejor encuentro, Nadal empieza a dar síntomas de recuperación, aunque aún le queda mucho trabajo por hacer: encontrar la manera de frenar a top como Djokovic o Murray.