Suicidio en Colombia estaría relacionado con deuda por préstamo «gota a gota»

Jessy Paola Moreno, de 32 años, se lanzó al vacío con su hijo, May Ceballos, de 10 años de edad, a pesar de los esfuerzos de las autoridades y civiles para que desistiera de su intención. Ocurrió el miércoles 6 de febrero en la localidad de Ibagué, en el departamento de Tolima, en Colombia.

Policías y una psicóloga trataron de disuadir a la joven para que no saltara al precipicio. Medios locales informaron que incluso el menor habría rogado a su madre para que no lo hiciera. Pero Jessy no desistió.

Las imágenes de la tragedia circularon por redes sociales y causaron conmoción. También de los miembros de los equipos de salvamento, devastados, en lágrimas, al ver que no lograron salvar la vida de la madre y su hijo.

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— Natalia Cortes (@Natalia50681886) February 7, 2019

Detrás del suicidio estaría una modalidad de préstamos informales que no solo se registra en Colombia, sino en otros países de Latinoamérica.

Así lo indicaba el alcalde de la localidad, Guillermo Alfonso Jaramillo, tomando en cuenta otros casos registrados en el sector. «Tiene que ver con algo monstruoso que se está dando no solamente en Ibagué, sino en Colombia entera, que es el »gota a gota».

Explicó que esta práctica «no solo extorsiona a la gente, no solamente les roba todo su trabajo, lo intimida, lo chantajea, lo amenaza de muerte. Inclusive, termina costándole la vida. Entonces, esta madre soltera, desafortunadamente, estaba desesperada ante la presión de estas deudas«.

Quien solicita dinero a través de esta modalidad, lo recibe rápido, sin garantías ni avales y con la firma de solo un papel. Las cuotas son pequeñas, de allí que se vuelven tentadoras, pero esconden intereses altísimos, oscilan entre el 10% y el 40%, es decir, 15 veces por encima de la tasa de usura definida por la Superintendencia Financiera de Colombia.

Las cuotas pueden ser diarias, semanales o mensuales. Y si no se cumple con el pago a tiempo, los prestamistas agreden y amenazan de muerte a los deudores, quienes se ven asfixiados por la situación.

El alcalde Jaramillo indicó que la salud mental es un tema al que el sector «no le está dando la atención necesaria» y lo consideró un problema de salubridad pública. (I)