Renault y Toyota van a vender sus propios coches
Un producto usado, que pasa por las manos de expertos, al que se le revisan sus posibles fallos, que se pone a punto y se vende por un precio inferior a su homólogo nuevo pero con una imagen impecable. El producto reacondicionado hace tiempo que triunfa en ordenadores o móviles pero su llegada al sector del automóvil ha sorprendido. Pese a que parece un paso lógico de la industria Renault Toyota.
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Con las opciones de renting y leasing creciendo en el mercado, una apuesta decidida por el carsharing y el éxito de las empresas dedicadas exclusivamente a la compra-venta de vehículos usados, que aparezca el concepto de «vehículo reacondicionado» no debería sorprendernos. Se han dado una serie de factores que analizaremos en las próximas líneas y que explican este movimiento.
Qué define a un coche reacondicionado
A un coche reacondicionado lo define exactamente lo mismo que a un ordenador, una tablet o un teléfono móvil. Son productos usados a los que se les da una segunda vida tras un paso por el taller para dejarlos a punto. Si en un teléfono móvil se revisa la batería o la pantalla y se cambian sus componentes en caso de ser necesario, en un vehículo se comprueba el estado de la mecánica, los desperfectos en sus materiales interiores o los roces en la chapa. Se revisa, se corrigen los desperfectos y se pinta para dejarlo como nuevo.
Renault lanzó este mensaje el pasado año y sabemos ahora que Toyota también se sumará a este nuevo movimiento (aunque sólo en Reino Unido, de momento). El mismo proceso es el que realizan la mayor parte de las compañías dedicadas a la compra-venta de vehículos.
Cuando se vende el coche a una de estas empresas, sus propios mecánicos revisan el automóvil y lo visten para que sea más atractivo al próximo cliente y, evidentemente, se pueda vender a un precio mayor al dinero invertido.
Lo que Renault y Toyota ofrecen con esta nueva vía de negocio es la garantía de que sus coches estarán revisados por sus propios profesionales y las piezas repuestas serán las que ellos mismos fabriquen, poniendo el coche a punto con elementos y accesorios originales.
Además, sirve para ofrecer un certificado de calidad propio que, en definitiva, otorgue una mayor confianza al cliente que busque un vehículo usado. Es, simplemente, la aportación de un valor añadido para aquellos que busquen un coche de segunda mano.
Además, en el caso de Renault se irá un paso más allá. Con el plan que han llamado ReFactory se actualizarán algunos modelos para reducir sus emisiones contaminantes e, incluso, se podrán convertir vehículos para hacer de ellos coches o furgonetas eléctricas. Por tanto, no sólo se reacondicionará el coche, también se abre una vía para reconvertir la mecánica del mismo.
Cómo se ha llegado hasta aquí
Hay diversos factores que explican el giro de los propios fabricantes hacia el sector de la segunda mano. Uno de ellos es el crecimiento de fórmulas como el leasing y el renting. En España, por ejemplo, los datos recogidos por Asociación Española del Renting (AER) señalan que el renting lleva cinco años consecutivos creciendo y que, por primera vez, en 2021 el número de clientes particulares superó al de empresas y autónomos. De hecho, se matricularon 260.834 unidades bajo esta fórmula, lo que supone el 25,27 por ciento de las operaciones totales de vehículos nuevos en 2021.
Hasta ahora, cuando el cliente devolvía el coche al concesionario, éste tenía que venderlo a un nuevo cliente. En los casos de Renault y Toyota, el coche volverá a ellos en lugar de quedarse en el concesionario.
Así podrán ponerlo a punto y venderlo como un vehículo usado pero a un precio mayor que la media del mercado. Garantizando que el automóvil ha sido revisado por la propia marca.
El movimiento se entiende, además, como respuesta a un crecimiento en el mercado de vehículos usados. De hecho, para España el mercado de ocasión es tan relevante que las ventas se han frenado como consecuencia de la falta de stock de vehículos nuevos.
Como la crisis de microchips ha provocado un desabastecimiento de automóviles para flotas y automatriculaciones de concesionarios, la bajada en ventas de coches Km 0 ha sido drástica, lo que demuestra que hay un buen número de compradores interesados en vehículos semi-nuevos.
Como puedes ver en la infografía inferior de Ganvam (Grupo Autónomo Nacional de Vendedores de Automóviles, Camiones y Motocicletas), hay dos grupos de automóviles que, incluso en los años más complicados como 2020 y 2021, arrojan resultados positivos. Son los vehículos de más de 15 años, por su bajo precio.
Pero también aquellos situados entre tres y cinco años de edad y los de entre cinco y ochos años. En ambos casos son vehículos que terminan opciones de renting y leasing, con contratos que suelen finalizar entre los primeros tres y cinco años de vida del coche.
Si hablamos de cifras concretas, en España se vendieron en 2021 un total de 1.989.662 turismos usados, por los 851.210 coche nuevos que se adquirieron el pasado año. Y como recogen en Motorpasión, esta diferencia aún es más acusada en Alemania o Francia, donde por cada automóvil nuevo se venden tres usados.
A todo lo anterior hay que añadir la apuesta por el carsharing. Renault, por ejemplo, cuenta con Zity, su propia empresa de coche compartido para ciudad.
Que un coche cedido en renting o leasing a un cliente vuelva a la fábrica de la propia firma abre la posibilidad a que este automóvil acabe engrosando la flota destinada a coches compartidos.
Más si cabe si tenemos en cuenta que su plan ReFactory contempla la reconversión de vehículos con motor de combustión en eléctricos puros. Además, de no ser así, siempre pueden vender el coche como un reacondicionado.