Abandonó pronto Nápoles. En torno a las 10 de la mañana del lunes ya estaba montado en un avión privado que puso a su disposición el Real Madrid para volar a la capital de España con su equipo de trabajo. Al medio día puso el pie en Barajas –terminal Ejecutiva- y minutos después hizo lo propio en Valdebebas: trabajo. A falta de minutos en el césped, dibujos tácticos, resultados o títulos, trabajo en Valdebebas es lo que va a ofrecer en estos días Rafa Benítez al escudo del Real Madrid, los directivos que lideran el club y a sus aficionados.

Cuando se habla de que Benítez es uno de esos ‘pesados del fútbol’, es porque no abandonan la pelota nunca. Dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano que “Maradona llevaba la pelota cosida al pie” y que “Messi la tiene dentro”; pues Benítez la tiene en la cabeza y sus primeras 24 horas como técnico del Real Madrid (de manera oficiosa, no oficial) son un ejemplo de ello.

Le dio tiempo a reunirse con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez –y Manuel García Quilón, su agente- para rubricar su contrato junto a la de sus ‘soldados’. Con Florentino y José Ángel también compartió mesa y mantel en la cena. Hasta esa hora, el que fuera canterano merengue comenzó a familiarizarse con los rincones de su nueva ciudad deportiva, de la cual ha quedado gratamente satisfecho y hasta algo impresionado (conocía la de la Castellana, no esta).

Hola y adiós con Fernando Hierro

En su estancia y su inspección de cada metro cuadrado ha tenido tiempo para decir hola y adiós a Fernando Hierro, que abandona el barco blanco, y para retomar conversaciones con Álvaro Arbeloa, futbolista con el que coincidió en Liverpool y cuya relación no fue del todo trivial. Nada insalvable, en cualquier caso. Arbeloa es el único futbolista madridista que continúa visitando Valdebebas (su gimnasio) hasta que se vaya de vacaciones.

Panorámica de Valdebebas en una imagen de esta temporada.

Este martes, a las 8:30 horas de la mañana, Benítez se citó con personal de Valdebebas para continuar inspeccionando las instalaciones y seguir conociendo a los miembros que forman este complejo iceberg, del cual él es la punta: desde los encargados al césped a los fisios y médicos de la primera plantilla, incluyendo el Doctor Olmo. Conoció la opinión de Zinedine Zidane sobre la cantera, saludó al delegado Miguel Porlán Chendo, así como también mantuvo una charla con Emilio Butragueño.

Este aprendizaje sobre los utensilios para desarrollar su labor, saber las ‘armas y el ejército’ con el que cuenta (no sólo el presupuesto para formar su plantilla), son claves en el concepto de manager que desarrolló con libertad en su etapa de Liverpool, donde desgastó la silla de su despacho… tanto que incluso no era raro que la estuviera usando durante algún entrenamiento (del cual se ausentaba).

Estas 24 horas ‘encerrado’ en su nueva oficina es sólo el principio, una muestra para desarrollar a su manera su labor y, de paso, ganarse a un ‘público’ y vestuario que era contrario a la destitución de Ancelotti. De momento y hasta que puedan llegar los resultados, el trabajo es su mejor baluarte.

PD: Le dio tiempo, entremedias, a redactar una carta de despedida del Nápoles. «He pasado dos años inolvidables y he disfrutado de una ciudad singular, bellísima, con un enclave irrepetible y también de sus gentes y su particular forma de ser y de pensar. Ahora, en el momento del adiós, me gustaría agradecer todas y cada una de las muestras de cariño que me he traído de allí. Con eso me voy a quedar de por vida, con el recuerdo imborrable de dos maravillosos años y con un montón de vivencias en mi memoria. Por tantas y tantas cosas, por tanto y tantos momentos, gracias de corazón».

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