¿Qué le dijo Guardiola a Messi? "Eres un jugador irrepetible"
Tenía tantas aristas emocionales la eliminatoria entre el FC Barcelona y el Bayern de Múnich que previamente todos los focos apuntaron a la vuelta de Pep al Camp Nou y al reencuentro entre Pep y Messi. Los dos asuntos quedaron solventados en la ida. La vuelta en Múnich fue otra cosa. Fue el partido de Neymar. Y sí, Guardiola y Leo por fin se hablaron en el descanso de camino a vestuarios después de que el entrenador evitara cualquier tipo de contacto en Barcelona. Fue el técnico el que le buscó, le habló mientras el argentino se atusaba el pelo y terminó medio achuchándole y dándole la mano en la boca del túnel. El resto del ‘pescao’ ya estaba vendido.
A Neymar le hacía falta un partido grande, de los de graduarse y mostrar credenciales. Ayer lo tuvo. Marcó dos goles en el primer tiempo, sumando ya diez en Champions y demostró no sólo puntería, sino inteligencia y una absoluta compenetración con los otros dos ‘pepinos’, como les bautizó Piqué: Messi y Luis Suárez. Un dato lo dice todo: de los 28 goles que ha marcado el Barça en Champions, 25 son del tridente. En la terna sólo se colaron Piqué en el primer encuentro ante el Apoel en septiembre, Sandro en el 3-1 al Ajax y Rakitic en la vuelta de los octavos de final en el Camp Nou con el 1-0 al City. El resto de goles son cosa del tridente. En total, atención: 121 goles de los tres en todas las competiciones.
El brasileño anotó ayer además por séptimo partido consecutivo. La última vez que no vio puerta fue el pasado 18 de abril ante el Valencia, una semana después de que fuera sustituido en Sevilla y dejara claro que no le gustaba ni un pelo. Desde entonces cayeron PSG, Espanyol, Getafe, Córdoba, Bayern y Real Sociedad. En total, nueve goles en siete partidos. Y no se ha perdido ni un minuto desde el jaleo del Pizjuán.
Pudo haber sido también la gran noche de Ter Stegen, que realizó paradas de gran mérito en los primeros 45 minutos y una simplemente fabulosa en el 39’ a tiro de Lewandowski, pero los dos tantos encajados en la segunda mitad por la desidia de sus compañeros, que se dejaron ir sin ningún tipo de complejos, empañó su buena faena, aunque no tuviera ninguna culpa. Pese a todo, a sus 23 años, el guardameta alemán con sus reflejos, lo espléndidamente que se maneja con los pies y una sangre fría digna de Terminator, ha demostrado que hay portero para rato. Bravo empezó la temporada jugando porque él se lesionó y luego no sólo no la pifió, sino que no emitió ninguna señal como para que Luis Enrique le alejara de los palos en la Liga, pero es Ter Stegen el que está destinado a ser indiscutible.
El Barça, cuatro años después de la final de Wembley, volverá a disputar una final de la Champions. Guardiola ha vuelto a caer en semifinales y el monstruo al que dio vida, Leo Messi, tendrá compinches en Berlín: Luis Suárez y Neymar. Y por ahora ninguno tiene muy claro si prefiere como rival al Real Madrid o a la Juve. Pep, mientras, no escondió qué quiere que suceda: “Ahora que no hagan el pardillo y ganen la Quinta, se lo merecen. Me da igual quién sea el rival, lo que quiero es que la ganen. ¿Que qué le dije a Messi? Es un jugador irrepetible, el mejor de todos los tiempos. Estoy muy contento de que haya vuelto”.
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