No fue la primera opción y hace un año estuvo fuera, pero ahora nadie discute a Laso
Tras el final de la temporada pasada, Pablo Laso vivió sus peores momentos desde que llegó al Real Madrid en el verano de 2011. Del 26 de junio, cuando perdió la final de la ACB contra el FC Barcelona, al 10 de julio, el entrenador vitoriano estuvo en una situación incómoda, muy cuestionado y, lo que es peor, rodeado de incertidumbre. En esas dos semanas, nadie del club salió a defenderlo y encima se decidió no renovar a Hugo López y Jota Cuspinera, sus dos ayudantes, un movimiento que alimentaba los rumores de despido de Laso, renovado por dos temporadas más unos meses antes.
En esas dos semanas se dio por hecho el relevo, con el griego Fotis Katsikaris como principal candidato para ocupar el banquillo blanco. Hasta que Alberto Herreros no habló el 10 de julio, ningún cargo importante del club apoyó a Laso. «No hay debate, Pablo Laso es entrenador del Real Madrid y tiene contrato», dijo el director deportivo en el sorteo de la Euroliga. Suyo fue el único apoyo público que recibió Laso por parte de las altas esferas del club, donde la idea del despido tenía más adeptos. No llegó ni por parte del director de la sección, Juan Carlos Sánchez, ni del presidente, Florentino Pérez.
Herreros y Laso, tras el título de Copa del Rey (Foto: ACB Photo)
Este lunes, tras ganar la ansiada Novena, el discurso fue diferente. En la sede la Comunidad de Madrid (¿qué sentido sentido tiene ofrecer los títulos deportivos a las instituciones públicas?), el presidente del Madrid tuvo palabras de reconocimiento para Pablo Laso, Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros. «También dio las gracias a Pablo Laso, por su «trabajo y fe en una victoria basada en el talento y el trabajo», y quiso tener un «reconocimiento especial» para Juan Carlos Sánchez, director de la sección y «uno de los artífices», que ha realizado «un trabajo excepcional que ya se ha culminado», sin olvidar tampoco a Alberto Herreros, director deportivo».
Los éxitos tienen muchos padres. Cuando se gana, los elogios brotan por todas partes (en la prensa también pasa lo mismo, por supuesto), pero cuando se pierde, sobre todo cuando se pierde tras haber dominado con mano de hierro como el Madrid la temporada pasada, las muestras de apoyo escasean y muchos nos escondemos detrás de una pretendida crítica constructiva o un silencio aparentemente neutral que no dejan de ser ataques directos. Por eso las palabras de Herreros el verano pasado tuvieron tanta importancia, igual que el emocionante gesto tras ganar la Copa del Rey en febrero en Gran Canaria, cuando un par de meses antes habían vuelto a sonar tambores de guerra por el mal momento del equipo.
Pablo Laso y Alberto Herreros, y también Alberto Angulo, tienen buena parte de culpa en el cambio de rumbo de la sección. El primero, volviendo a hacer reconocible al equipo, su principal objetivo; el segundo, tomando decisiones inteligentes, como los fichajes del verano pasado; y el tercero, dotando al club de un modelo de cantera que está dando sus frutos. Los tres jugaron en el Real Madrid y los tres conocen de primera mano la exigencia del club. Hasta el momento, el resultado de su trabajo es muy difícil de mejorar.
Laso llegó al Madrid por la puerta de atrás, lejos de ser la primera opción. Su presentación fue anunciada con sólo tres horas de antelación y no acudió a ella el presidente, que sí había presentado a Ettore Messina. Nadie lo veía como entrenador del Madrid, pero él lo tenía muy claro. «Si ganamos la Supercopa va a ser poco porque querremos ganar el resto, así que prefiero hablar de máximos que es intentar ganar todas», dijo. Ha tardado cuatro temporadas, pero lo ha conseguido.
@BrenpCom
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