Niñas haitianas tienen problemas para educarse

La imagen de una niña pequeña en su bicicleta, en medio de una manifestación masiva en Haití, protestando para que vuelvan a abrir su escuela, se ha convertido en un símbolo por partida doble especialmente ayer que se recordó en todo el planeta el Día Internacional de la Niña.

La joven Leika Jean Noel, quien está en segundo de primaria, se muestra como un paradigma de las dificultades que viven los menores haitianos para ser educados. “Necesito escuela y comida”, resumió la pequeña Leika,

Las escuelas llevan cerradas en todo Haití desde el 16 de septiembre cuando se desataron las protestas pidiendo la renuncia del presidente Jovenel Moise.

Desde entonces, dos millones de menores permanecen en casa sin clases, una situación que ha agravado la delicada situación del sistema educativo.

Si bien en Haití se ha registrado un aumento significativo de la asistencia a la escuela en la última década, la tasa de matriculación de los niños, el número de días que pasan en la escuela y la calidad de la educación siguen siendo de los más bajos de América Latina y el Caribe.

“El bajo nivel de educación afecta predominantemente a las mujeres y es uno de los factores que explica su entrada temprana y no cualificada en el mercado laboral”, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su informe: “Hechos y cifras claves sobre la situación de las mujeres en Haití”.

La activista feminista Marcna Andy Pierre señala que “en las zonas rurales la situación es aún más precaria, ya que las familias priorizan la escolarización de los niños sobre las niñas, a las que se considera como posibles ayudantes en el hogar”.

En agosto, esta feminista lanzó una plataforma cuyo objetivo es reinventar la forma en que se educa a las niñas, ya que, según señala, la enseñanza que reciben en la primera infancia hace poco para animarlas a tener sueños, a fijarse metas y a empoderarse para alcanzarlas.

“En su adolescencia, si han asistido a la escuela, el abandono escolar sigue siendo un obstáculo para construir un futuro mejor para ellas. Como resultado, las mujeres en Haití son las principales víctimas del empobrecimiento de las masas subeducadas que, a menudo, dependen del comercio informal para sobrevivir”, sostiene la activista.

Dice que “el matrimonio se considera una ventaja mayor para una mujer que un título universitario”, por lo que es un factor que las desincentiva a compaginar los estudios y la vida familiar.

La desigualdad se está haciendo más evidente entre las personas con educación superior, un nivel que solo alcanza el 6,1% de las mujeres, mientras que el 11,8% de licenciados son hombres, según datos de la ONU.

En su informe, la organización internacional también indica que la inseguridad laboral es uno de los factores que han contribuido a la feminización de la pobreza en Haití, el país más pobre de América.

La grave crisis económica y política del país llevó al actual Gobierno a disminuir el presupuesto para la educación, que pasó del 17% al 11% en el último año.

En la conmemoración de este año, la ONU quiere destacar el creciente papel de las menores de edad en el activismo social, “mostrando su poder único a la hora de movilizar y liderar”. (I)