Misterios y paisajes se unen en el complejo Ingapirca

Los ojos, la nariz y la boca. La cara completa está tallada en una gran roca que se impone ante la mirada de quienes caminan por los alrededores del Complejo Arqueológico Ingapirca. Todos le llaman la “Cara del Inca”.

Los moradores aseguran que había dos, pero que con la llegada de los españoles y la imposición del catolicismo “tumbaron una” y solo quedó la actual.

Antes de llegar a esta majestuosidad ancestral hay que caminar por una vía de herradura. Se pasa por viviendas y se disfruta de las verdes montañas.

El sol calienta el cuerpo y hace contraste con la fría brisa que golpea el rostro.

Un sitio con historia

La vista posterior del Templo del Sol también es parte del paisaje. Lo primero que se encuentra es la cara: se puede ver de lejos, pero si se prefiere apreciarla más de cerca es posible hacerlo.

Aunque muchos turistas aseguran que lo que se observa en la roca es muy difuso, algunos visitantes se sienten fascinados por la imagen grabada.

“Pase nomás, aquí puede hacer fotos o ver de cerca la cara”, invita Ángel Angamarca, quien representa a la quinta generación de su familia en ser propietaria de los terrenos en donde está este rostro.

En todo este tiempo ha conocido a políticos ecuatorianos como Rafael Correa, a políticos extranjeros y a turistas de todos los rincones del mundo. También conoce las historias que giran alrededor de la cara y que “pueden ser verdad o mentira”.

Inicia su relato contando que eran dos caras, una más pequeña y la que quedó, que es la grande.

“Los mayores han sabido adorar estas caras; mi abuelo venía con la bocina y llamaba al pueblo, pero cuando llegaron los católicos botaron una de ellas. En 1942 quisieron deshacerse de la que quedaba para que no la adoraran, pero un militar buscó al padrecito y, cogiéndole del pescuezo, lo impidió”. Otra de las historias que está en la memoria colectiva es que se trata de una obra que no es humana y que fueron los extraterrestres quienes la hicieron.

Tras la Cara de la Luna

Al seguir el recorrido se asoma la Cara del Sol.

Es posible verla de cerca con un gran halo solar de color rojo, y de la misma piedra han elaborado un banco en el que a las 15:00 cae el sol directamente.

Se sigue el camino y se consigue ver la Cara de la Luna, después vienen los dos Juegos del Inca. Se trata de dos rocas que, según los moradores del lugar, eran usadas para hacer rituales con el agua. Investigadores coinciden en esta precisión. La Cabeza de Tortugaes otra de las figuras visitadas, por su misterio, dentro de esta ruta. (F)