Este miércoles, Varsovia se convirtió en la capital europea del fútbol… con permiso de Berlín, que hará lo propio el próximo 6 de junio. La capital de Polonio vivió una auténtica fiesta que sólo enmudeció cuando el luminoso del Estadio Nacional señalaba el minuto 87 de la final. Con el Sevilla acariciando el título, el silencio se apoderó del escenario. ¿La razón? Matheus, jugador del Dnirpo, cayó desplomado sobre el césped. El tiempo pareció correr más despacio mientras los jugadores de ambos equipos rodeaban al brasileño y el recuerdo de Antonio Puerta sobrevoló Varsovia. Finalmente y por fortuna, todo se quedó en un mal susto.

 

 

Matheus había dejado huella en el Sevilla. No en vano, suyo fue el centro que cabeceó Kalinic en el minuto seis y que supuso el primer tanto del Dnipro. Su acción, que desembocó en gol, obligó a los hombres de Emery a remontar para levantar su cuarta Europa League. Un título que a punto estuvo de recibir un jarro de agua fría. Corría el minuto 87 de la final cuando Matheus se acercó a hablar con Artem Fedetskiy y acto seguido se desplomó sobre el césped del Estadio Nacional de Varsovia. Los gritos y la algarabía de las gradas enmudecieron y el silencio marcó el paso del tiempo. La afición del Sevilla sabía lo que era estar en la piel de su rival en ese momento: Antonio Puerta estaba en la mente de todos.

 

 

Los jugadores del Dnipro y Vitolo fueron los primeros en llegar hasta Matheus que, tras unos primeros minutos angustiosos, recuperó el conocimiento. Todo apunta a que el incidente fue causado por un golpe que recibió en la cabeza en una acción con Trémoulinas. El jugador brasileño fue atendido por los servicios médicos y retirado del campo en camilla mientras ambas aficiones le ovacionaban. Posteriormente, fue trasladado al hospital para ser sometido a una serie de pruebas.

 

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