Los tres pecados del Premio Princesa de Asturias de los Deportes
Este miércoles, a las 12:00 horas, el presidente del jurado anunciará en Oviedo el nombre de la persona o institución galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2015. Será el 29º galardón en esta categoría en un premio que este año estrena denominación: la llegada al trono de Felipe VI provocó el cambio de nombre de la Fundación, cuya presidenta de honor es ahora Leonor de Borbón.
Según ha trascendido, entre los 19 candidatos están Mireia Belmonte, los hermanos Pau y Marc Gasol, la Vuelta a España y el motociclismo español. El resto no se ha hecho público ni se hará de manera oficial. El Confidencial se puso en contacto con la Fundación Princesa de Asturias para conocer la lista de candidatos, pero la respuesta ofrecida es que ésta no se hace pública por una «norma interna». Sin embargo, al final se acaba sabiendo. En la edición de este año hay seis finalistas: Belmonte, los Gasol, Javier Fernández, Javier Gómez Noya, Sábastien Loeb y Kelly Slater.
El reglamento especifica que para recibir el premio hay que estar presente en la ceremonia, lo que puede influir en las votaciones. El jurado lo nombra la Fundación y no hay ninguna norma que regule su composición. El de este año lo forman 21 miembros, la mayoría de ellos exdeportistas, personalidades del deporte y periodistas. Como en el resto de categorías, el sistema de votación debe promover «hasta el final la elección sucesiva de los candidatos preferidos por la mayoría del jurado», según recoge el reglamento. A partir de ahí, el funcionamiento no está muy definido. En el año 2011, según contó en el programa Al Primer Toque de Onda Cero unos de los miembros, el periodista Ángel Rodríguez, el jurado decidió dejar cuatro candidaturas para el segundo día de deliberaciones. Hubo un empate en la cuarta plaza y al final pasaron a la última fase Haile Gebrselassie, Jeannie Longo, el equipo español de natación sincronizada, Edurne Pasaban y Reinhold Messner (candidatura conjunta) y Raúl González. Acabó ganando el atleta etíope en la última votación al jugador español.
El Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, ahora Princesa, ha recibido críticas por el excesivo peso que tiene el deporte español. Y la votación de 2011 es un buen ejemplo de lo que está mal con el galardón. ¿Ha hecho más Raúl por el fútbol que Longo por el ciclismo femenino? ¿No es el equipo ruso de natación sincronizada el mejor de todos los tiempos? El jurado no tiene responsabilidad en las candidaturas (no puede proponer candidatos en su misma categoría), pero sí en que el premio responda a los principios que recogen los estatutos.
Los hermanos Gasol, que hicieron historia en el pasado All Star, están nominados (Efe)
España es el centro del mundo (deportivo)
La de 2015 es la XXXV edición de los Premios Princesa de Asturias, aunque el de los Deportes se ha entregado en 28 ocasiones. En el Capítulo I, Artículo 2 (Objetos y fines), punto 3 de los estatutos de la Fundación se dice lo siguiente: «Como símbolo del carácter y de los fines de la Fundación se concederán anualmente los premios Princesa de Asturias, destinados a galardonar la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones de cualquier parte del mundo, especialmente en la comunidad iberoamericana de naciones».
Para ser un premio con vocación internacional, el deporte español ha estado sobrerreprensentado, por mucho que haya vivido su edad de oro en las últimas dos décadas. De los 28 premios, 13 han ido a parar al figuras deportivas de casa: Juan Antonio Samaranch, Severiano Ballesteros, Sito Pons, Miguel Indurain, Equipo Español de Maratón, Arantxa Sánchez Vicario, Manel Estiarte, Fernando Alonso, Selección Española de Baloncesto, Rafael Nadal, Selección Española de Fútbol, Iker Casillas y Xavi Hernández y José María Olazabal. Quitando a España, el alcance a la comunidad iberoamericana se reduce sólo al atleta cubano Javier Sotomayor (1993) y la Selección Brasileña de Fútbol (2002).
La precipitación
Es un pecado cometido, sobre todo, con los deportistas españoles. El jurado premió a Miguel Indurain en 1992, a Fernando Alonso en 2005, a la Selección Española de Baloncesto en 2006 y a Rafa Nadal en 2008, antes de que sus palmareses pudieran compararse a los más grandes de su deporte. Es cierto que el galardón no sólo premia los éxitos deportivos, sino también valores personales, pero cuesta entender que ellos y no otros compañeros de disciplina con trayectorias más importantes no hayan ganado el premio. Con Lance Armstrong, en el año 2000, sucedió algo parecido (fue premiado más por su ejemplo de superación que por sus dos victorias en el Tour de Francia), pero en su caso, la Fundación también fue una víctima más del engaño del estadounidense. Dicho eso, decidió no retirarle el premio cuando salió a la luz la verdad.
Yelena Isinbayeva, en el 2009, fue la última mujer en ganar el premio. Desde 1999 es la única que lo ha ganado; antes lo habían hecho cuatro (Reuters)
Oportunidad perdida para ser un referente
Además de lo que dice el Capítulo I del los estatutos, en la web de la Fundación también puede leerse que el Premio Princesa de Asturias de los Deportes se concederá a quien «además de la ejemplaridad de su trayectoria, haya contribuido con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión del deporte».
A diferencia de las otras categorías (Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Científica y Técnica, Letras, Cooperación Internacional y Concordia), el de los deportes es un premio que tiene difícil comparación con cualquier otro en el mundo. No hay un Nobel de los Deportes, por ejemplo. Y algunas disciplinas suelen premiar a los mejores en cada temporada (Balón de Oro, Atleta del Año de la IAAF) o por su trayectoria (Salón de la Fama del Baloncesto), pero ningún premio pretende aglutinar todo el deporte. Ni siquiera los Laureus pueden compararse, pues se centran en lo mejor de cada año.
El Princesa de Asturias podría haber sido un referente, pero ha fallado. Su palmarés en estos 28 años es muy irregular, vacilando ente el reconocimiento a lo mejor del deporte internacional y lo mejor del nacional. Premió a la selección brasileña de fútbol en el 2002 tras conseguir su quinto mundial y la española en 2010 tras conseguir el primero; o al heptacampeón Michael Schumacher en 2007, cuando dos años antes se había premiado a Fernando Alonso antes de que ganara su primer título.
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