Las goteras del despacho de Bartomeu no llegaron al vestuario del Barcelona
“Entorno: ambiente, lo que rodea”. Esta es la definición que da la Real Academia de la Lengua, pero lo cierto es que en el Barcelona el entorno es mucho más que eso. Su calado e importancia es tal que es capaz de dejar marcado a un entrenador, aunque esta temporada el desequilibrio institucional reinante no ha conseguido traspasar los límites de la parcela deportiva. Desde la sanción de FIFA que impide al Barcelona reforzarse hasta enero de 2016 hasta los eternos problemas con el edificio de La Masia pasando, por supuesto, por el fichaje de Neymar, Messi y sus problemas con Hacienda o las salidas de Zubizarreta y Puyol. Las goteras de la planta noble del Camp Nou no han llegado, por suerte, al vestuario de un Barcelona campeón de Liga.
La sanción de la FIFA
El pasado mes de diciembre, el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) rechazó el recurso que el club azulgrana presentó después de la sanción impuesta por la FIFA que le prohíbe fichar hasta enero de 2016. A este castigo deportivo tuvo que añadir una multa de casi 375.000 euros (374.137) y todo por las graves infracciones relacionadas con el traspaso e inscripción de jugadores menores de 18 años. El Barcelona pasó de ser uno de los clubes más admirados y envidiados a ver transcurrir los días desde los juzgados, donde coleccionaba casos perdidos. El fallo del TAS dejó al conjunto catalán en inferioridad de condiciones de cara a la próxima temporada porque, a pesar del título, la actual plantilla tiene algunas lagunas que deberá suplir la cantera. Sin embargo, La Masia es una forma de concebir el fútbol y no una tienda de repuestos de urgencia.
Elecciones a final de temporada
La sanción no sólo dejó al Barcelona de manos atadas en la parcela deportiva: también tuvo consecuencias para la gestión de Josep Maria Bartomeu al frente del club. El actual presidente no fue elegido por nadie, llegó al cargo porque Sandro Rosell se fue y seguir sentado en el sillón presidencial era cada vez más incómodo. Tanto que a principios de este año decidió que cuando acabe la temporada habrá comicios para elegir al nuevo mandatario culé. La directiva quería dar un giro de timón para tratar de acabar con los problemas extradeportivos. Señalado desde el principio, Bartomeu adelantó las elecciones “porque el club necesita estabilidad, tranquilidad y rebajar la tensión. Yo quería acabar el mandato, que era hasta 2016, lo he dicho muchas veces”.
El despido de Zubizarreta y la dimisión de Puyol
La convocatoria llegó días después de la salida de Zubizarreta y Puyol. Con el inicio de 2015, Bartomeu quiso hacer bueno aquello de ‘borrón y cuenta nueva’ y rescindió el contrato del director deportivo; el mismo día Puyol presentó su dimisión. La destitución de Zubizarreta era uno de los puntos que figuraban en la hoja de ruta de Bartomeu: alguien tenía que pagar los platos rotos del club azulgrana tras la sanción de la FIFA y el director deportivo era ideal en ese sentido para aplacar el malestar del socio culé por lo que estaba sucediendo en la parcela deportiva. Una hora después del despido de Zubizarreta, el que fuera adjunto al director de fútbol, Carles Puyol, dimitía de su cargo con un comunicado publicado en su perfil de Facebook: “Por el presente comunicado os quiero anunciar que he decidido dar por finalizada mi relación laboral con el Fútbol Club Barcelona. Estos tres meses y medio me han dado la oportunidad de ver el otro lado del club. He aprendido mucho, estoy muy agradecido y, ahora, quisiera experimentar otras cosas desde otra perspectiva y desde otros lugares”.
El fichaje de Neymar
Esta misma semana, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata acordó llevar a juicio a Bartomeu, Sandro Rosell y al propio club por los delitos contra la Hacienda Pública y delito societario por el contrato fraudulento de Neymar. A Rosell le imputa delito contra la Hacienda Pública por el ejercicio de 2011, el mismo delito por el ejercicio de 2013 y otro por delito societario. A Bartomeu, delito contra la Hacienda Pública por el ejercicio de 2014 y al club culé por delito contra la Hacienda Pública de los ejercicios de 2011, 2013 y 2014.
Según el citado juez, aparece indiciariamente acreditado que tanto Bartomeu como Rosell conocían que el fichaje superaría los 57 millones de euros. Esta cifra perjudicaría el control de gastos que se estaba llevando a cabo para reducir la deuda. A pesar de ello “Rosell, al mando nuevamente de las negociaciones con el jugador y su entorno familiar, decidió abonar unas cantidades superiores tanto a Neymar Jr como a su club de procedencia, el Santos”. Y esas cifras son las que no se hicieron constar en las cuentas anuales que se presentaron en 2013. Rosell ideó fragmentar el pago en diversas partidas a través de una serie de contratos a pactar con el Santos y con Neymar. De lo investigado, el juez concluye que las cantidades por la adquisición del jugador ascendieron a 83.371.000 euros como mínimo. Rosell mantuvo que el coste había sido de 57.100.000, que es la cantidad que se incluyó en las cuentas anuales de la sociedad.
Messi y Hacienda
El delantero argentino tampoco se ha librado de los asuntos extradeportivos. Un juez de Gavà desestimó el recurso de Messi contra su imputación por tres delitos de fraude fiscal al entender que el jugador podría conocer las actividades de su padre, Jorge Horacio Messi, que es su representante y le lleva su actividad económica. El titular del juzgado de instrucción número 3 mantuvo la imputación contra Messi y su padre por defraudar presuntamente 4,1 millones de euros en las declaraciones del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas de los ejercicios 2007, 2008 y 2009, burlando la tributación de los ingresos derivados de la cesión de los derechos de imagen del jugador a través de un entramado societario.
La fachada de La Masia
La famosa fachada de La Masia llevó al Barcelona de nuevo a los juzgados. El pasado mes de marzo comenzó la vista civil por la demanda de la empresa Muro Cortina Modular Publicidad-MCM, que reclamaba al Barcelona 100 millones de euros por presunto incumplimiento de contrato ante la ausencia de la explotación publicitaria de la mencionada fachada. Joan Laporta, Sandro Rosell y los dos exdirectores generales del club, Joan Oliver y Antoni Rossich, desfilaron por los juzgados para dar su testimonio sobre los hechos. Estos no son otros que los contratos firmados por Laporta con MCM, la venta de un terreno de la Ciudad Deportiva y el nuevo que suscribieron Rosell y el presidente de MCM, Antonio García-Valdecasas, que anulaba el anterior. MCM posee la patente para la construcción de los leds de la fachada y La Masia; según la empresa de García-Valdecasas, debería haberse explotado tal y como estaba estipulado, supuestamente, en los contratos.
@BrenpCom
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