La gran 'vendetta' de Diego Ulissi por la extraña sanción por dopaje del Giro'14
Había que meter en el Giro de Italia una gran etapa, no tanto por el espectáculo que iba a deparar, sino por la distancia que tenían que rodar los ciclistas. De Grosseto a Fiuggi hay 264 kilómetros, una marca tremenda que no frenó a la organización de la corsa rosa a elegirlas como las ciudades de la séptima etapa. ¿Se han desaprovechado tantos kilómetros? Es decir, han sido muchas horas, más de siete, sin el espectáculo que caracteriza el recorrido por tierras italianas. Un par de puertos de segunda o primera categoría, uno de ellos al final, habrían convertido a este día en uno de los verdaderamente grandes de la ronda. Eso sí, el que seguro que no tiene ninguna queja es Diego Ulissi.
Puede que el que tenga más motivos para la queja sea Alberto Contador, que tuvo que aguantar esa gran carga de kilómetros con el hombro vendado y sufriendo incluso para comer. Pero ahí estuvo, aguantando el tirón a la espera de que su hombro vaya respondiendo poco a poco, sobre todo para llegar a la montaña en las mejores condiciones posibles. La etapa, claramente, no estaba para él, ni para ninguno de los favoritos, sino para chicos como Ulissi, que aprovechó la primera ocasión que tuvo para tomarse su pequeña vendetta después de su sanción.
Nadie supo nada relativo al dopaje de Diego Ulissi hasta un mes después de ocurrir. El ciclista toscano acabó el Giro habiendo logrado unos resultados más que sobresalientes, con dos victorias de etapa y un excelente segundo puesto en la contrarreloj individual. Era sin duda su mejor año. Sin embargo, un día decidió inhalar Ventolín de más para mejorar el flujo de oxígeno en la garganta y el salbutamol en su orina prácticamente dobló la cantidad permitida por la UCI. Sin querer, sin prácticamente esperarlo, el ciclista de Livorno cometió una infracción que pagaría un tiempo después.
En la undécima etapa del Giro, a Ulissi le cazaron los vampiros. Sin embargo, nada se supo hasta el 25 de junio, un mes y cuatro días después del análisis de orina. Fue cuando se dio a conocer que había dado positivo por salbutamol. Le habían encontrado 1.900 ng/ml cuando lo máximo era de 1.000 ng/ml. Este hecho pilló por sorpresa al Lampre-Merida, su equipo, y al propio Diego. No se podían creer que por inhalar dos veces Ventolín le pudieran pillar en un control. Y a partir de ese instante iniciaron una lucha legal para hacer ver a la Cámara disciplinar suiza (el corredor vive en Suiza y tiene ficha suiza) que no había intentado doparse.
El 19 de enero, casi siete meses después del positivo, la Cámara decidió aplicarle la sanción más suave posible y lo apartó de las bicicletas durante nueve meses desde el momento del análisis. Es decir, que podía volver a competir el pasado 28 de marzo. La sentencia recogía que el ciclista había cometido una “negligencia pero sin voluntad de mejorar las propias prestaciones agonísticas”, tal y como comunicó el comité antidopaje del país helvético. Era un final amargo, pero al producirse tan tarde la sanción, era un mal menor, un trago que pasar para volver a subirse lo antes posible a la burra para seguir pedaleando hacia el futuro.
Y a sus 25 años no ha tardado en volver a recuperar la forma. Por supuesto, las carreteras en los Alpes suizos le han permitido mantenerse siempre en constante movimiento. Se ha estado preparando para regresar al más alto nivel, allí donde su nombre pueda volver a recuperar la buena fama que se había ganado sobre la bici. Poco ha tardado en demostrar que ha vuelto y no sólo eso, sino que lo ha hecho para quedarse entre los grandes sprinters del planeta. Que se preparen los grandes clasicómanos del planeta. Ulissi, el ciclista que honra a Maradona, está de nuevo en la cúspide.
@BrenpCom
#Web #España #Madrid #Barcelona #Valencia #Sevilla #Zaragoza #Málaga #Murcia #Palma #Mallorca #LasPalmas #Andalucía #Bilbao